El curso gradual del entrenamiento monástico.
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[198] “Monjes, he aquí estas cuatro clases de personas que pueden encontrarse en este mundo. Y, ¿cuáles son esas cuatro?
“He aquí una cierta clase de persona que se atormenta a sí misma y persigue la práctica de atormentarse a sí misma. Pero existe otra clase de persona que atormenta a otros y persigue la práctica de atormentar a otros. Hay todavía otra clase de persona que se atormenta a sí misma y persigue la práctica de atormentarse a sí misma, y también atormenta a otros y persigue la práctica de atormentar a otros. Y todavía hay otra clase de persona que no se atormenta a sí misma ni persigue la práctica de atormentarse a sí misma, y tampoco atormenta a otros ni persigue la práctica de atormentar a otros. Debido a que esta persona no se atormenta a sí misma ni atormenta a otros, en esta presente vida mora sin hambre, con la sed apagada, refrescada, experimentando la felicidad, habiendo ella misma llegado a ser divina.
“Y, ¿cómo es, monjes, la persona que se atormenta a sí misma y persigue la práctica de atormentarse a sí misma? Es el caso de una persona que anda desnuda, se la pasa rechazando toda señal de buen trato, sin presentarse cuando se le solicita, sin detenerse cuando se le pide; no acepta comida donada o comida especialmente hecha, o una invitación formal para comer; no acepta nada de la olla o del cuenco que esté en un umbral, que esté atravesado por una vara, que haya sido preparado con un mortero; tampoco acepta de dos personas que se encuentren comiendo juntas, de una mujer embarazada, de una mujer amamantando, de una mujer que se encuentre recostada con un hombre, de un lugar donde la comida haya sido anunciada para ser distribuida, donde un perro se encuentre a la espera [de comer], donde las moscas se encuentren cerca; no acepta pescado o carne alguna, no consume licor, vino ni bebida fermentada. Se mantiene a un bocado por casa; se mantiene a dos bocados por cada dos casas… a siete bocados cada siete casas. Sobrevive con una salsa al día, dos salsas al día… siete salsas al día. Come una sola vez al día, una vez cada dos días… una vez cada siete días y así sucesivamente, hasta una vez cada quince días. Recurrentemente sigue la práctica de tomar alimentos a intervalos de tiempo establecidos.
“Consume verduras o arroz salvaje, mijo o musgo, salvado de arroz, harina de arroz o harina de sésamo, restos de arroz, hierbas silvestres o estiércol de vaca. Se sustenta con las raíces de los árboles y se alimenta de los frutos caídos.
“Se viste con cáñamo, con tela de cáñamo mezclado, envuelto en un sudario, con harapos que encuentra en los desperdicios, con corteza de árboles, con piel de antílope, con tiras de piel de antílope, en tela fabricada con hierba kusa, con telas hechas a partir de corteza, con trenzados de cabello, con lana animal, con alas de búho.
“Seguidamente acostumbra sacarse a tirones el pelo y la barba. Constantemente permanece de pie y rechaza sentarse. También gusta de permanecer en cuclillas, es devoto de mantenerse en esta posición. Acostumbra dormir sobre un lecho de espinas. Además, suele bañarse tres veces al día. De diversas formas este individuo practica la mortificación personal y el tormento del cuerpo. Es de esta manera, monjes, como la persona se atormenta a sí misma y persigue la práctica de atormentarse a sí misma.
“Y, ¿cómo es, monjes, la persona que atormenta a otros y persigue la práctica de atormentar a otros? Es el caso de una persona que es carnicero de ovejas, de puercos, pollero, un cazador, pescador, un ladrón, un verdugo, carcelero, o alguien que sigue cualquier otra ocupación sangrienta. Es de esta manera, monjes, cómo la persona atormenta a otros y persigue la práctica de atormentar a otros.
“Y, ¿cómo es, monjes, la persona que se atormenta a sí misma y persigue la práctica de atormentarse a sí misma, y también atormenta a otros y persigue la práctica de atormentar a otros? Es el caso de una persona, monjes, que puede ser un rey ungido, un guerrero de casta o un rico brahmán, el cual hace construir en la región oriental de la ciudad principal un altar donde sacrifica animales en ofrenda a sus dioses, habiéndose afeitado el cabello y la barba, se viste con pieles curtidas, además unge su cuerpo con manteca y aceite producto del sacrificio, para después entrar en el templo donde se llevará a cabo el ritual, acompañado de su reina en jefe y su sumo sacerdote. Una vez en el lugar, se recuesta sobre la yerba del suelo, donde una vaca es puesta cerca de él, entonces, el rey comienza a alimentarse de la primer ubre, mientras que la reina en jefe hace lo propio en la segunda y el sumo sacerdote en la tercera; ordeñando la leche de la cuarta ubre y vertiéndola sobre el fuego, permitiendo que el becerro se alimente de lo que queda. Se pronuncian las siguientes palabras: ‘Que tantos toros sean sacrificados, que tantos bueyes sean sacrificados, que tantos novillos sean sacrificados, que tantas cabras sean sacrificadas, que tantas ovejas sean sacrificadas, que tantos árboles sean talados para erigir los postes para la masacre, que tanta yerba sea cortada para el ritual’. Luego sus esclavos, mensajeros y sirvientes hacen los preparativos necesarios para la ejecución, llorando amargamente, con la cara llena de lágrimas, siendo estimulados por las amenazas y los castigos, con el temor siempre presente en el medio. Es de esta manera, monjes, cómo la persona se atormenta a sí misma y persigue la práctica de atormentarse a sí misma, y también atormenta a otros y persigue la práctica de atormentar a otros.
“Y, ¿cómo es, monjes, persona que no se atormenta a sí misma ni persigue la práctica de atormentarse a sí misma, y tampoco atormenta a otros ni persigue la práctica de atormentar a otros; persona que, debido a que no se atormenta a sí misma ni atormenta a otros, en esta presente vida mora sin hambre, con la sed apagada, refrescada, experimentando la felicidad, habiendo ella misma llegado a ser divina?
“He aquí, monjes, el Tathagata aparece en el mundo, realizado y completamente iluminado, perfecto en comportamiento y conocimiento, sublime, conocedor de los mundos, incomparable líder de personas destinadas a ser dóciles, maestro de devas y seres humanos, iluminado, bendito. Habiendo descubierto este mundo con sus dioses, sus Maras y Brahmas, con sus ascetas y brahmanes con el conocimiento directo, se lo da de conocer luego a todas las personas. Enseña el Dhamma que es agradable en el principio, agradable en el medio y agradable al final, con recto espíritu y letra; el cual revela la vida santa perfecta y completamente pura.
“El hombre hogareño o su hijo, o cualquiera que haya nacido en algún otro clan escucha ese Dhamma. Al escucharlo, adquiere fe en el Tathagata. Y una vez que esa fe se cimienta, se afianza y persevera en ella, considera lo siguiente: ‘La vida del hogar es polvorienta y llena de gente, la vida sin hogar amplia y abierta. No es sencillo, mientras se permanece viviendo dentro del clan, llevar una vida santa completamente perfecta y pura. ¿Qué tal si corto mi cabello y barba, y habiéndome envestido con el hábito amarillo, doy paso de la vida hogareña a la vida sin hogar?’. Entonces, habiendo cortado su cabello y barba, y habiéndose envestido con el hábito amarillo, abandonando una pequeña o una gran fortuna, abandonando una pequeña o una enorme cantidad de familiares, da el paso de la vida en el hogar a la vida sin hogar.
“Habiéndose ordenado y llevando propiamente el modo de vida y entrenamiento, el monje abandona la matanza de seres vivientes, se abstiene de toda forma de asesinato; dejando de lado las armas y el garrote, es gentil y considerado, se mantiene lleno de compasión hacia todos los seres vivientes. Abandonando el tomar lo que no le ha sido dado, se abstiene de la enemistad; toma únicamente lo que le ha sido dado —esperando sólo ello— y, al no robar, permanece purificado de tan denigrante condición. Abandonando la sexualidad, observa los beneficios del celibato. De esta manera, viviendo apartado de los deseos sensuales, se abstiene de los actos sexuales, propios de las personas comunes.
“Abandonando la falsedad al hablar, se abstiene de decir mentiras; únicamente habla lo que es verdad, se apega a los hechos, es digno de confianza y uno que no engaña al mundo. Abandonando la maldad al hablar, se abstiene de la malicia en el habla; habiendo escuchado algo aquí se abstiene de repetirlo allá, de esta manera renuncia a generar cismas y confrontaciones que dividan a las personas; por el contrario, es alguien que se alegra en la concordia y busca la unión entre las personas, promotor de la amistad, orador de frases que fomentan la hermandad. Abandonando la frivolidad al hablar, enuncia palabras que son amables, que son agradables al oído, aquellas que infunden amor y llegan al corazón, se expresa de manera cortés, con lo que es deseable por muchos… lo que agrada a la mayoría. Abandonando el enredo y el chisme al hablar, se abstiene de tomar parte en pláticas sin sentido, de esta forma habla únicamente lo que es un hecho, habla lo que es bueno, habla de manera prudente y cuando es requerido, él instruye sobre el Dhamma y la Disciplina; con total prudencia, pronuncia aquello que es digno de recordar, que es razonable, que lleva a la moderación y es benéfico.
“Se abstiene de maltratar plantas y semillas. Únicamente come una vez al día, se abstiene de comer en la noche, fuera del tiempo propicio. Se abstiene de bailar, cantar, de escuchar música o de ser partícipe de cualquier acto de entretenimiento. Se abstiene de usar guirnaldas, de ungirse con ungüentos, o de utilizar esencias o lociones. Se abstiene de sentarse en cojines elevados, además de abstenerse de aceptar oro y plata. Se abstiene de aceptar grano entero… carne entera… mujeres… hombres… esclavos… cabras u ovejas… aves o cerdos… elefantes… ganado… caballos o yeguas… además, se abstiene de aceptar parcelas o tierras. Se abstiene de convertirse en mensajero. Se abstiene de comprar y vender. Se abstiene de pesajes falsos, de falsificar medidas o de cualquier tipo de transacción. Se abstiene de engañar, de hacer trampa, de defraudar o de aventajar a las personas. También se abstiene de herir o de infligir daño a cualquier ser sintiente… de convertirse en bandido, de asaltar y engendrar violencia.
“Se contenta con el triple manto que cubre su cuerpo y con las limosnas que le mantienen con vida y, a donde quiera que va, únicamente lleva esto consigo. De la misma manera que los pájaros sólo llevan sus alas como carga, así también, el monje se contenta únicamente con estas dos cosas. Es así como poseyendo este agregado de noble virtud, experimenta en sí mismo una felicidad que es intachable, una que está completamente libre de culpa.
“De esta manera, al observar una forma con el ojo no se apega a sus signos ni a sus características, pues [sabe que] si dejase la facultad de la vista desprotegida, los perjudiciales estados de codicia o anhelo podrían invadir su mente; es así como practica la restricción al ver, es así como guarda la facultad del ojo, es así como limita la influencia de la facultad del ojo. Al escuchar un sonido con el oído… al oler un olor con la nariz… al probar un sabor con la lengua… al tocar un objeto con el cuerpo… al reconocer un objeto con la mente, bajo ninguna circunstancia se adhiere a sus signos y características, pues si llegara a hacerlo, los perjudiciales estados de codicia y anhelo podrían invadir su mente… Poseyendo estas nobles restricciones sobre sus facultades, experimenta en sí mismo una felicidad que es inmaculada.
“Se convierte en alguien que actúa con clara comprensión, tanto cuando va hacia delante como hacia atrás; alguien que actúa con clara comprensión cuando mira hacia delante como cuando mira en otras direcciones; alguien que actúa con clara comprensión cuando flexiona y extiende sus extremidades; alguien que actúa con clara comprensión cuando se viste con su manto interior y cuando se viste con su manto exterior; alguien que actúa con clara comprensión cuando lleva su cuenco, cuando come, cuando bebe, cuando degusta o consume el alimento; alguien que actúa con clara comprensión cuando defeca u orina; alguien que actúa con clara comprensión cuando camina, cuando está de pie, cuando está sentado, cuando comienza a quedarse dormido, cuando se levanta, cuando habla y cuando se queda callado.
“Es así como, poseyendo este agregado de noble virtud, estas nobles restricciones sobre sus facultades, y poseyendo esta noble atención consciente y clara comprensión, el monje recurre a un lugar apartado: al bosque, al pie de un árbol, una montaña, un barranco, el interior de una cueva, un cementerio, en medio de la selva, un espacio abierto o un montón de paja.
“Y, habiendo retornado de su ronda de limosnas, luego de haber consumido su alimento, se sienta, cruzando las piernas y con su cuerpo erguido establece la atención delante de él. Habiendo abandonado la codicia y el anhelo por el mundo, permanece con la mente libre de obstrucciones; así purifica su mente de impedimentos. Habiendo abandonado la mala voluntad y el odio, permanece con la mente compasiva por el bienestar de todos los seres vivientes; así purifica su mente de impedimentos. Habiendo abandonado la pereza y apatía, permanece libre de obstrucciones, percibiendo la luz, totalmente consciente y despierto; así purifica su mente de impedimentos. Habiendo abandonado la inquietud y el remordimiento, permanece en calma con la mente pacífica hacia el interior; así purifica su mente de impedimentos. Habiendo abandonado la duda, permanece lejos de ella, sin perplejidad acerca de lo que es beneficioso; así purifica su mente de impedimentos.
“Habiendo abandonado estos cinco obstáculos, imperfecciones de la mente que debilitan la sabiduría, apartado de los placeres sensuales, apartado de los perjudiciales estados, el monje entra y permanece en el primer jhana, el cual está acompañado del pensamiento aplicado y sostenido, con felicidad y placer nacidos de la reclusión.
“De nuevo, dejando atrás el pensamiento aplicado y sostenido, entra y permanece en el segundo jhana, el cual está acompañado de la confianza interior y la unificación de la mente, arrobamiento y placer nacidos de la concentración.
“De nuevo, con el desvanecimiento del arrobamiento, con la mente plenamente consciente, aun siendo sensible al placer con el cuerpo, entra y permanece en el tercer jhana, del cual los nobles declaran: ‘Ecuánime y plenamente consciente, tiene una morada agradable’.
“De nuevo, con el abandono del placer y el dolor, y con la previa desaparición de la alegría y abatimiento, entra y permanece en el cuarto jhana, el cual viene acompañado de la purificación de la atención consciente por medio de la ecuanimidad.
“Cuando su mente está así concentrada, ha sido purificada y se encuentra luminosa, sin mancha, libre de imperfecciones, maleable, manejable, firme y ha alcanzado la imperturbabilidad, la dirige al conocimiento de sus vidas pasadas. Recuerda sus múltiples vidas pasadas, esto es, un nacimiento, dos nacimientos, cinco nacimientos, diez nacimientos, cincuenta nacimientos, cien nacimientos, mil nacimientos, cien mil nacimientos, muchos eones de contracción cósmica, muchos eones de expansión cósmica, muchos eones de contracción y expansión cósmica, así: ‘Allí tuve tal nombre, pertenecí a tal clan, tuve tal apariencia. Tal fue mi alimento, tal mi experiencia de placer y dolor, tal el final de mi vida. Muriendo en este u otro estado, renací allí o acá. Allí también tuve tal nombre, pertenecí a tal clan, tuve tal apariencia. Tal fue mi alimento, tal mi experiencia de placer y dolor, tal el final de mi vida’. Así conoce sus múltiples moradas pasadas con sus aspectos y detalles.
“Cuando su mente está así concentrada, ha sido purificada y se encuentra luminosa, sin mancha, libre de imperfecciones, maleable, manejable, firme y ha alcanzado la imperturbabilidad, la dirige al conocimiento del fallecimiento y renacimiento de los seres. Ve por medio del ojo divino, purificado y que supera al humano, seres falleciendo y renaciendo, inferiores y superiores, hermosos y feos, afortunados y desafortunados según su kamma, así: ‘Estos seres involucrados con la mala conducta de cuerpo, palabra y mente, que injuriaron a los Nobles, que mantuvieron opiniones erróneas y realizaron acciones bajo la influencia de lo incorrecto, con la descomposición del cuerpo, tras la muerte, han renacido en el plano de privación, en el mal destino, en los reinos inferiores y hasta en el infierno. Pero estos otros seres, dotados de buena conducta de cuerpo, palabra y mente, que no injuriaron a los Nobles, que mantuvieron opiniones correctas y realizaron acciones bajo la influencia de la rectitud, con la descomposición del cuerpo, tras la muerte, han reaparecido en buenos destinos, incluso en el mundo celestial’. Es así, como por medio del ojo divino, purificado y que supera al humano, ve seres falleciendo y reapareciendo, inferiores y superiores, hermosos y feos, afortunados y desafortunados según su kamma.
“Cuando su mente está así concentrada, ha sido purificada y se encuentra luminosa, sin mancha, libre de imperfecciones, maleable, manejable, firme y ha alcanzado la imperturbabilidad, la dirige al conocimiento de la destrucción de las corrupciones mentales. Entiende tal como realmente es: ‘Esta es la insatisfacción’; entiende tal como realmente es: ‘Este es el origen de la insatisfacción’; entiende tal como realmente es: ‘Este es el cese de la insatisfacción’; entiende tal como realmente es: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’. Y entiende tal como realmente es: ‘Estas son las corrupciones mentales’; entiende tal como realmente es: ‘Este es el origen de las corrupciones mentales’; entiende tal como realmente es: ‘Este es el cese de las corrupciones mentales’; entiende tal como realmente es: ‘Este es el sendero que conduce al cese de las corrupciones mentales´.
«Y cuando conoce y ve de esta manera, su mente es liberada de la corrupción de la sensualidad, de la corrupción de la existencia, de la corrupción de la ignorancia. Con la liberación se da cuenta [de que]: ‘Está liberado’. Y comprende esto: ‘El nacimiento está destruido, la vida santa ha sido vivida, lo que tenía que hacerse ha sido realizado y, he aquí, no hay más futuros estados de existencia’.
FUENTES:
Bhikkhu Bodhi (2012). Self-Torment en The Numerical Discourses of the Buddha: A Translation of the Anguttara Nikaya. Boston: Wisdom Publications. Pp. 347-350.
“Attantapasuttam” en Digital Pali Reader
Traducido por Anton P. Baron
Editado por Federico Angulo y Anton P. Baron
Publicación del Bosque Theravada, 2013.