AN 4,196 Salha Sutta – Salha

Buda explica a sus dos seguidores laicos la verdadera y profunda esencia de sus enseñanzas, distinguiéndola de las meras expresiones externas, enseñadas por otros maestros.


[Leer en pali]

[196] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en el salón con el techo de dos aguas, en el Gran Bosque, cerca de Vesali. Entonces dos licchavi, Salha y Abhaya, se acercaron al Bienaventurado, le rindieron homenaje y se sentaron a un lado. Acto seguido el licchavi Salha dijo al Bienaventurado:

“Venerable Señor, he aquí que algunos ascetas y brahmanes proclaman que se puede cruzar la inundación a través de dos cosas: por medio de la purificación de la conducta virtuosa y por medio de la austeridad y el disgusto. ¿Qué dice al respecto el Bienaventurado?”.

“Yo digo, Salha, que la purificación de la conducta virtuosa es uno de los factores del ascetismo. Pero aquellos ascetas y brahmanes que defienden la austeridad y el disgusto, que consideran la austeridad y el disgusto como algo esencial, y se adhieren a la austeridad y el disgusto, no son capaces de cruzar la inundación. Tampoco aquellos ascetas y brahmanes cuya conducta corporal, verbal y mental es impura, y cuyo modo de vida es impuro, son capaces de [tener] el conocimiento y la visión, la insuperable iluminación.

“Imagina, Salha, a un hombre que quiere cruzar un río y, para eso, toma el hacha afilado y entra al bosque, donde encuentra un joven gran árbol sala, fresco, recto, aún sin brotes de fruta, al cual lo corta de raíces: corta su parte superior, lo despoja completamente de ramas y follaje, lo recorta con el hacha, luego con el pivote, lo raspa con la herramienta apropiada, lo pule con la piedra y finalmente se dirige para cruzar el río. ¿Qué opinas, Salha? ¿Podría aquel hombre cruzar el río?”.

“No, Venerable Señor. Y, ¿por qué no? Porque por más que aquel joven árbol sala haya sido preparado a fondo externamente, aún no ha sido limpiado por dentro. Podría esperarse que aquel joven árbol sala se hundiera y aquel hombre se encontrara con calamidad y desastre”.

“Así también, Salha, aquellos ascetas y brahmanes que defienden la austeridad y el disgusto, que consideran la austeridad y el disgusto como algo esencial, y se adhieren a la austeridad y el disgusto, no son capaces de cruzar la inundación. Tampoco aquellos ascetas y brahmanes cuya conducta corporal, verbal y mental es impura, y cuyo modo de vida es impuro, son capaces de [tener] el conocimiento y la visión, la insuperable iluminación.

“Pero, Salha, aquellos ascetas y brahmanes que no defienden la austeridad ni el disgusto, que no consideran la austeridad ni el disgusto como algo esencial, y no se adhieren a la austeridad y el disgusto, sí, son capaces de cruzar la inundación. También aquellos ascetas y brahmanes cuya conducta corporal, verbal y mental es pura, y cuyo modo de vida es puro, son capaces de [tener] el conocimiento y la visión, la insuperable iluminación.

“Imagina, Salha, a un hombre que quiere cruzar un río y, para eso, toma el hacha afilado y entra al bosque, donde encuentra un joven gran árbol sala, fresco, recto, aún sin brotes de fruta, al cual lo corta de raíces: corta su parte superior, lo despoja completamente de ramas y follaje, lo recorta con el hacha, luego con el pivote, toma un cincel lo limpia a fondo adentro, lo raspa con herramienta apropiada, lo pule con la piedra, y hace de él un barco. Luego lo equipa con remos y timón, y finalmente se dirige para cruzar el río. ¿Qué opinas, Salha? ¿Podría aquel hombre cruzar el río?”.

“Sí, Venerable Señor. Y, ¿por qué sí? Porque aquel joven árbol sala ha sido preparado a fondo externamente, bien purificado por dentro, hecho un bote y equipado con remos y timón. Podría esperarse que aquel joven árbol sala no se hundiera y aquel hombre cruzara a salvo a la otra orilla”.

“Así también, Salha, aquellos ascetas y brahmanes que no defienden la austeridad ni el disgusto, que no consideran la austeridad ni el disgusto como algo esencial, y no se adhieren a la austeridad ni el disgusto, son capaces de cruzar la inundación. También aquellos ascetas y brahmanes cuya conducta corporal, verbal y mental es pura, y cuyo modo de vida es puro, son capaces de [tener] el conocimiento y la visión, la insuperable iluminación.

“Por más que un guerrero pueda hacer muchas diferentes hazañas con las flechas, solamente cuando posee tres cualidades es digno de un rey, de ser asesor real y relacionarse con la realeza. Y, ¿cuáles son esas tres? Es un tirador de larga distancia, un tirador agudo y capaz de partir un gran cuerpo.

“Así como el guerrero es un tirador de larga distancia, así también el noble discípulo posee la recta concentración. Cualquier clase de forma que haya —sea del pasado, futuro o presente; sea interna o externa; ordinaria o sutil; inferior o superior—, un noble discípulo que posee la recta concentración ve todas esas formas tal como realmente son, con la correcta sabiduría así: ‘Esto no es mío, este no soy yo, esto no es mi yo’. Cualquier clase de sensación que haya… Cualquier clase de percepción que haya… Cualquier clase de formaciones volitivas que haya… Cualquier clase de conciencia que haya —sea del pasado, futuro o presente; sea interna o externa; ordinaria o sutil; inferior o superior—, un noble discípulo que posee la recta concentración ve todas esas conciencias tal como realmente son, con la correcta sabiduría así: ‘Esto no es mío, este no soy yo, esto no es mi yo’.

“Así como el guerrero es un tirador agudo, así también el noble discípulo posee el recto punto de vista. El noble discípulo que posee el recto punto de vista comprende tal como realmente es: ‘Esta es la insatisfacción’; comprende tal como realmente es: ‘Este es el origen de la insatisfacción’; comprende tal como realmente es: ‘Este es el cese de la insatisfacción’; comprende tal como realmente es: ‘Este es el sendero que conduce al cese de la insatisfacción’.

“Así como el guerrero es un tirador capaz de partir un gran cuerpo, así también el noble discípulo posee la recta liberación. El noble discípulo que posee la recta liberación parte la gran masa de la ignorancia”.

 


FUENTES

Bhikkhu Bodhi (2012). “Salha” en The Numerical Discourses of the Buddha: A Translation of the Anguttara Nikaya. Boston, USA: Wisdom Publications. Versión digital. Pp. 344-345.

Salha Sutta en Digital Pali Reader   


Traducido por Anton P. Baron

Editado por Federico Angulo y Anton P. Baron

Publicación de Bosque Theravada, 2016.