SN 22,90 Channa Sutta – Discurso con Channa

El Venerable Channa, el antiguo auriga del Buda, recibe una enseñanza que le permite dejas de identificarse con los cinco cúmulos (khandhas).

[Leer en pali]

{90} En una ocasión, un número de monjes estaba morando en Baranasi en el Parque de los Venanos en Isipatana. Entonces, por la tarde, el Venerable Channa emergió de la reclusión y, tomando su llave, fue de morada a morada diciendo a los monjes mayores: «Que los venerables ancianos me exhorten, que los venerables ancianos me instruyan, que los venerables ancianos me ofrezcan una plática del Dhamma, de manera tal que pueda ver el Dhamma».

Cuando esto fue dicho, los monjes mayores se dirigieron al Venerable Channa con estas palabras: «La forma, amigo Channa, es impermanente, la sensación es impermanente, la percepción es impermanente, las formaciones mentales son impermanentes, los estados de consciencia son impermanentes. La forma, amigo Channa, es no-ser, la sensación es no-ser, la percepción es no-ser, las formaciones mentales son no-ser, los estados de consciencia son no-ser. Todas las formaciones son impermanentes; todos los fenómenos son no-ser.»

Entonces, éste pensamiento ha surgido en la mente del Venerable Channa: «Yo también pienso de esta manera: ‘La forma es impermanente… los estados de consciencia son impermanentes. La forma es no-ser… los estados de consciencia son no-ser. Todas las formaciones son impermanentes; todos los fenómenos son no-ser.’ Sin embargo, mi mente no se lanza al aquietamiento de las formaciones, al renunciamiento de todas las adquisiciones, a la destrucción de la avidez, al desapasionamiento, al cese, al Nibbana; no adquiere la confidencia, no se calma ni está resuelta a hacerlo. En vez de eso, la agitación y el apego surgen y mi mente se vuelve atrás, pensando: ‘¿Pero qué es mi ser?’ Pero estas cosas no pasan a alguien que ve el Dhamma. Entonces, ¿quién podrá enseñarme el Dhamma de una manera tal de que pueda ver el Dhamma?»

Entonces, éste pensamiento surgió en el Venerable Channa: «Este venerable Ananda está morando en Kosambi, en el Parque de Ghosita, y él ha sido alabado por el Maestro y goza de gran estima entre sus hermanos de la vida santa. El venerable Ananda es capaz de enseñarme el Dhamma de manera tal que pueda ver el Dhamma. Ya que tengo tan grande confianza en el venerable Ananda, ¿qué tal si me acerco a él?»

Entonces, el Venerable Channa dispuso su morada en orden, tomó su cuenco y el hábito exterior y fue a Kosambi, all Parque de Ghosita, donde se acercó al Venerable Ananda e intercambió con él cordiales saludos. Cuando habían concluido sus amables palabras de bienvenida, se sentó a un lado y contó al venerable Ananda todo lo ocurrido, agregando: «Que el venerable Ananda me exhorte, que el venerable Ananda me instruya, que el venerable Ananda me ofrezca una plática del Dhamma, de manera tal que pueda ver el Dhamma».

«Estoy muy contento por el venerable Channa por eso. Quizá, el venerable Channa se ha abierto a sí mismo y se ha roto de su esterilidad. Préstese a escuchar, amigo Channa, usted es capaz de entender el Dhamma».

Entonces, un sublime arrobamiento y regocijo han surgido en el Venerable Channa mientras pensaba: «Parece que soy capaz de entender el Dhamma».

[Entonces, el Venerable Ananda dijo:] «En la presencia del Bienaventurado he oído esto, Channa, en su presencia he recibido la exhortación que él dio al monje Kaccanagotta [1]:

«‘Este mundo, Kaccana, es concebido por la mayoría, en términos de dualidad: bajo la noción de la existencia o bajo la noción de la no-existencia. Pero para alguien que ve el origen del mundo tal como realmente es, con el recto conocimiento, no existe la noción de la existencia con respecto al mundo. Y para alguien que ve el cese del mundo tal como realmente es, con el recto conocimiento, no existe la noción de la existencia con respecto al mundo.

«‘La mayoría de este mundo, Kaccana, está engrillada por los compromisos, el apego y la adhesión. Pero aquel que no llega a involucrarse ni ligarse a estos compromisos, apegos, adhesiones, puntos de vista ni tendencias subyacentes, no adopta posición alguna acerca de ‘mi ser’. No tiene perplejidad ni duda de que lo que surge sólo origina el sufrimiento, y lo que cesa, sólo es el cese del sufrimiento. Su conocimiento de esto es independiente del conocimiento de los demás. Respecto a eso, Kaccana, se ha dicho «recta visión».

«‘«Todo existe», Kaccana, es un extremo; «nada existe», Kaccana, es otro extremo. Sin girar hacia ninguno de estos extremos el Tathagata enseña el Dhamma del medio: de la ignorancia como condición, se originan las formaciones mentales; de las formaciones mentales como condición, se originan los estados de conciencia; de los estados de conciencia como condición, se originan el nombre y la forma; del nombre y la forma como condición, se origina la séxtuple base de los sentidos; de la séxtuple base de los sentidos como condición, se origina el contacto; del contacto como condición, se origina la sensación; de la sensación como condición, se origina la avidez; de la avidez como condición, se origina el apego; del apego como condición, se origina la existencia; de la existencia como condición, se origina el nacimiento; del nacimiento como condición, se originan el deterioro y la muerte, lamentación y dolor, pena, angustia y desesperación. Así se origina toda esta gran masa del sufrimiento.

«‘Pero con la total desaparición y el cese de la ignorancia, llegan a cesar las formaciones mentales; con la total desaparición y el cese de las formaciones mentales, llegan a cesar los estados de conciencia; con la total desaparición y el cese de los estados de conciencia, llegan a cesar el nombre y la forma; con la total desaparición y el cese del nombre y la forma, llega a cesar la séxtuple base de los sentidos; con la total desaparición y el cese de la séxtuple base de los sentidos, llega a cesar el contacto; con la total desaparición y el cese del contacto, llega a cesar la sensación; con la total desaparición y el cese de la sensación, llega a cesar la avidez; con la total desaparición y el cese de la avidez, llega a cesar el apego; con la total desaparición y el cese del apego, llega a cesar la existencia; con la total desaparición y el cese de la existencia, llega a cesar el nacimiento; con la total desaparición y el cese del nacimiento, llega a cesar el deterioro y la muerte, lamentación y dolor, pena, angustia y desesperación. Así cesa toda esta gran masa del sufrimiento.'»

«Es así, venerable Ananda, cómo estos venerables señores, que tienen sus hermanos en la vida santa con semejante compasión y benevolencia, los exhortan y los instruyen. Y ahora yo he escuchado la enseñanza del Dhamma por parte del venerable Ananda. Y he hecho la ruptura del Dhamma».


NOTA:

[1] Lo que viene a continuación, es el entero sutta SN 12,15.


FUENTES:

Bhikkhu Bodhi (2000) «Channa» en The Connected Discourses of the Buda: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Pág. 946-947.

«Channasutta» en World Tipitaka Edition, http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/13S3/1/1.2/1.2.4/1.2.4.8 13 de mayo de 2008


Traducido y editado por Anton P. Baron

Publicación de Bosque Theravada, 2010.