SN 35,74 Pathamagilana Sutta – Primer discurso con el enfermo

Un monje enfermo alcanza la entrada en la corriente mientras el Buda lo aborda con una discusión acerca del no-ser.

[Leer en pali]

{74} En Savatthi. En esta ocasión, cierto monje se acercó al Bienaventurado y, al rendirle homenaje, se sentó a un lado y le dijo: «Venerable señor, en tal y tal morada se encuentra un cierto recién ordenado monje, no muy conocido que se encuentra enfermo, afligido y gravemente aquejado.  Sería bueno, venerable señor, que el Bienaventurado se acercaría a este monje por causa de su compasión.»

 

Entonces, cuando el Bienaventurado escuchó las palabras «recién ordenado» y «enfermo» y cuando entendió que él no era muy conocido, se fue junto a él. Aquel monje vio al Bienaventurado acercándose a cierta distancia y se agitó en su lecho. Y el Bienaventurado le dijo: ·Es suficiente, monje, no agites en tu lecho. Aquí hay un asiento preparado y voy a tomarlo.»

 

Y el Bienaventurado se sentó en el asiento preparado y dijo a aquel monje: «espero que lo estés soportando, monje, espero que te encuentres mejor. Espero que tus sensaciones dolorosas estén disminuyendo y no incrementando, y que el hecho de que estén disminuyendo y no incrementando pueda ser discernido.»

 

«Venerable señor, no lo estoy soportando, no me encuentro mejor. Unas fuertes sensaciones dolorosas están incrementándose en mi y no disminuyendo, y el hecho de que estén incrementando y no disminuyendo, puede ser discernido.»

 

«Entonces, monje, espero que no estés turbado por remordimiento y arrepentimiento».

 

«En efecto, venerable señor, justamente tengo muchos remordimientos y arrepentimiento».

 

«Espero, monje, que no tengas nada que reprocharte a ti mismo en cuanto a la virtud.»

 

«No tengo nada que reprocharme a mí mismo en cuanto a la virtud, venerable señor».

 

«Entonces, si no tienes nada que reprocharte a ti mismo en cuanto a la virtud, ¿por qué estés turbado por remordimiento y arrepentimiento?»

 

«Yo entiendo, venerable señor, que no es con el propósito de purificar la virtud que el Dhamma ha sido enseñando por el Bienaventurado.»

 

«Monje, si entiendes que el Dhamma no ha sido enseñando por mí con el propósito de purificar la virtud, entonces, ¿con qué propósito, entiendes tú, que ha sido enseñando el Dhamma por mí?»

 

«Venerable señor, entiendo que el Dhamma ha sido enseñando por el Bienaventurado con el propósito de hacer desvanecer la avidez.»

 

«¡Bien, bien monje! Eso está bien que tu entiendas que Dhamma ha sido enseñando por mí con el propósito de hacer desvanecer la avidez. El Dhamma ha sido enseñando por mí con el propósito de hacer desvanecer la avidez.

 

«¿Qué opinas, monje, es la forma permanente o impermanente?’ – ‘Impermanente, venerable señor’… ‘¿Es la sensación permanente o impermanente?’ – ‘Impermanente, venerable señor’… ‘¿Es la percepción permanente o impermanente?’ – ‘Impermanente, venerable señor’… ‘¿Son las formaciones mentales permanentes o impermanentes?’ – ‘Impermanentes, venerable señor’… ‘¿Son los estados mentales permanentes o impermanentes?’ – ‘Impermanentes, venerable señor’. ‘Lo que es impermanente, ¿es sufrimiento o felicidad?’ – ‘Sufrimiento, venerable señor.’ – ‘Lo es impermanente, sufrimiento y sujeto a cambios podría ser considerado de esta manera: «esto es mío, este soy yo y este es mi ser»?’ – ‘No, venerable señor’.

 

«Por eso, monje, percibiendo esto, el instruido noble discípulo sabio experimenta repugnancia por la forma, repugnancia por la sensación, repugnancia por la percepción, repugnancia por las formaciones mentales y repugnancia por los estados de conciencia. Y habiendo experimentado repugnancia, llega a ser desapasionado. Mediante el desapasionamiento, se libera, y una vez liberado, llega a este conocimiento: ‘esta es la liberación’. Y él entiende así: ‘destruido está el nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que estaba por hacer se hizo, he aquí no hay nada más que realizar'».

 

Esto es lo que dijo el Bienaventurado. Y aquel monje ha sido elevado y se deleitó en las palabras del Bienaventurado. Y mientras este discurso estaba siendo pronunciado, a aquel monje se le quitó el polvo y surgió en él una inmaculada visión del Dhamma: «todo lo que es sujeto al surgimiento es sujeto al cese».

 

 

FUENTES:

 

Bhikkhu Bodhi (2000) «Sick (1)» en The Connected Discourses of the Buda: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Pág. 1157-1158.

 

«Pathamagilanasutta» en World Tipitaka Edition, http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/13S4/1/1.2/1.2.3/1.2.3.1 13 de mayo de 2008

 

 

Traducido y editado por Anton P. Baron

Publicación de Bosque Theravada, 2010.