Introducción al “Gran Libro” (Mahavagga)

Introducción del Venerable Bhikkhu Bodhi a la quinta y última parte del Samyutta Nikaya que es el Mahavagga, el Gran Libro, en  que señala la razón por la cual el mismo se llama «grande» y explica la importancia de las treinta siete ayudas de la iluminación compuestas en siete conjuntos,  las cuales constituyen el contenido principal de estos samyuttas.

Por Bhikkhu Bodhi

 

BhikkhuBodhi3La quinta y la última parte del Samyutta Nikaya es el Mahavagga, el Gran Libro. Existen tres explicaciones sobre el por qué en este título aparece la palabra «grande». En primer lugar, se trata de la división más extensa del Samyutta Nikaya, la cual podría ser aún significativamente mayor si las series repetitivas al final de muchos de los capítulos no fueran abreviadas sino expuestas en su plenitud. En segundo lugar, encontramos aquí no un samyutta gigante que se eleva por encima del séquito de unas cimas menores, sino con una cordillera de samyuttas equivalente a un verdadero Himalaya con, al menos, ocho capítulos de gran importancia de un total de doce. En tercer lugar, casi todos los samyuttas de este libro tratan de diferentes formulaciones del sendero del Buda hacia la liberación, la más preciada parte de su legajo al mundo.

 

Al echar una mirada sobre el contenido del Mahavagga, se puede observar que sus primeros siete capítulos están dedicados a los siete conjuntos de factores de entrenamiento, los cuales se encuentran con frecuencia a lo largo del todo Canon Pali, aunque en diferentes secuencias. La secuencia estandarizada de ellos es, cuanto sigue:

 

Cuatro establecimientos de atención consciente (cattaro satipatthana)

 

Cuatro rectos esfuerzos (cattaro sammappadhana)

 

Cuatro bases del poder espiritual (cattaro iddhipada)

 

Cinco facultades espirituales (panca indriyani)

 

Cinco poderes (panca balani)

 

Siete factores de la iluminación (satta bojjhanga)

 

El Noble Óctuple Sendero (ariya atthangika magga)

 

En SN encontramos estos conjuntos de factores con anterioridad, varias veces: en 22,81 cuando el Buda explicó cómo el Dhamma ha de ser enseñado discriminadamente; en 22,101, cómo las cosas han de ser desarrolladas para que la mente sea liberada de las impurezas; en 43,12, cómo los diferentes aspectos del sendero conducen a lo incondicionado. En la tradición exegética budista, que ha empezado un poco después de la formación del Canon, estos siete conjuntos han sido conocidos como los treinta y siete ayudas de la iluminación (sattatimsa bodhioakkhija dhamma). Aunque este término no aparece así mismo en los Nikayas como nombre colectivo de los siete conjuntos, los mismos, sin embargo, frecuentemente aparecen en los Nikayas como compendios de la práctica que conduce a la iluminación. En varias ocasiones, el mismo Buda subrayó la suma importancia de estos conjuntos, refiriéndose a ellos en sus charlas con los bhikkhus como a «cosas que yo os he enseñado a vosotros mediante un conocimiento directo» (ye vo maya dhamma abhinna desita). En el preludio de su parinibbana urgió a los bhikkhus a estudiar, proseguir, cultivar y desarrollarlos de tal manera que la vida santa pudiera perdurar a lo largo de la tierra para el bien, el bienestar y la felicidad de los devas y los seres humanos (DN 16,3.50). El Buda ha requerido a los bhikkhus a reunirse con frecuencia y recitar estos siete conjuntos «significado por significado, frase por frase» sin disputas para que, otra vez, la vida santa pudiera perdurar por largo tiempo (DN 29,17). Logró unir el contingente del Sangha gracias a la concordia referente a los siete conjuntos (MN 104,5), urgiendo a sus discípulos a entrenarse en «la unidad y concordia, no disputando» (MN 103,3). Justamente porque él enseña estos siete conjuntos, es que sus discípulos lo veneran y, mediante su desarrollo, muchos de ellos han alcanzado la consumación y la perfección en el conocimiento directo (MN 77,14-15).

 

La presentación de los siete conjuntos en forma de una secuencia gradual podría dar la impresión, según la cual, los mismos constituyen unos siete sucesivos estadios de la práctica. Sin embargo, esto sería una interpretación incorrecta. La consideración detallada de estas series demuestra que, sin bien los siete conjuntos están clasificados numéricamente en orden ascendente, de cuatro a ocho, esto sólo significa un arreglo puramente pedagógico y no implica que un conjunto posterior sea más avanzado que los anteriores. Esto se puede observar con claridad aún mayor, cuando examinamos el contenido de los sietes conjuntos tal como están explicados formalmente en los suttas: entonces, podemos ver que dicho contenido es inextricablemente entretejido. Frecuentemente, los factores que aparecen en un conjunto son idénticos a aquellos del otro; algunas veces un conjunto simplemente reordena los componentes del otro; otras veces un conjunto subdivide un factor tratado sinópticamente en el otro. Lo que emerge de un estudio detallado de estos siete conjuntos, tal como se presentan en Mahavagga, es una matriz de superposiciones e concatenaciones de diferentes retratos, iluminándose mutuamente en un mismo curso de la práctica encaminada hacia la obtención de la misma meta, que es la liberación del sufrimiento. Mediante la presentación del curso de la práctica desde los diferentes ángulos, en diferentes claves y con diferentes niveles de detalles, el texto finalmente es capaz de modular la práctica del sendero y adaptarla a las diversas necesidades de la gente para poder, de esta manera, tratarlas. Esto da cuenta de la versatilidad de la enseñanza del Buda y de su habilidad de asumir diferentes expresiones de acuerdo a las diferentes aptitudes, preferencias y propensiones de los diferentes tipos de seres humanos.

 

La necesidad del camino está ligada a la estructura entera del Dhamma, ceñida por debajo por los abstractos principios de la condicionalidad, «cuando esto surge, surge aquello; cuando esto cesa, cesa aquello.» La esclavitud y el sufrimiento surgen de la ignorancia, de fallar en ver y entender aquello que es el tema de los samyuttas tempranos: los cinco cúmulos, las seis bases de los sentidos y los dieciocho elementos que constituyen los factores de una existencia sensible; el origen dependiente como una dinámica inherente, a través de la cual, el samsara le renueva a uno mismo desde adentro una y otra vez, llevándolo por el sufrimiento de los repetidos nacimientos, envejecimientos y muertes. Para obtener la irreversible liberación del sufrimiento, tenemos que cortar este enredo de la avidez y el apego, y para que este «desenredo» sea final y completo, tenemos que desenredar aquella raíz que está más profundamente sepultada y que se llama, la ignorancia.

 

El antídoto directo de la ignorancia es el conocimiento -pero no un mero conocimiento conceptual sino el conocimiento directo y penetrante dentro de las cosas, tal como son realmente- y ésta fue una de las claves descubiertas por el Buda, a saber: que el conocimiento necesario para la liberación puede ser desarrollado. Semejante conocimiento no depende de una gracia divina ni surge como una intuición mística, sino que emerge a partir de la matriz de una práctica espiritual persistente, gobernada por un plan precisamente articulado. Este curso de la práctica consiste en un proceso de la auto-cultivación sustentado en las invariables leyes de la condicionalidad. Los diferentes factores incrustados en los siete conjuntos son cualidades que necesitan ser desarrolladas. Las mismas son también condiciones que cuando son metódicamente generadas y fortalecidas, conducen directamente al surgimiento del conocimiento liberador.

 

Los samyuttas más importantes del Mahavagga podrían ser interpretados como una concepción del sendero, inversa a la de Asankhata-samyutta (43). Este último empieza con la meta, o sea, con lo incondicionado, y entonces pregunta: «¿Cuál es el sendero que conduce a dicha meta?» Y la respuesta que se ofrece ahí está enmarcada en términos de los siete conjuntos, por lo cual, el texto consecuentemente extrae el sendero a partir de la meta. El Mahavagga, por otro lado, toma un enfoque complementario. Aquí, comenzamos con los siete conjuntos y, siguiendo el curso de su movimiento, llegamos a ver que los mismos «se inclinan, ladean y se dirigen hacia el Nibbana» de la misma manera que, seguramente, los grandes ríos de la India fluyen hacia el océano. Así, desde la perspectiva ofrecida por el Mahavagga, los siete conjuntos llegan a ser una constelación de factores de entrenamiento que llevan a la realización de la meta, porque se inclinan hacia ella de manera inherente. Podríamos hasta hablar de los factores del sendero como «preñados» de esta meta, aunque tengamos que calificarlos no como algo que desarrollando el sendero trae el Nibbana mismo a la existencia, sino más bien, como algo que promueve el alcance de la meta, la cual es incondicionada y no encerrada dentro del proceso de la causalidad.

 

He señalado más arriba que los siete conjuntos se superponen y concatenan. Esto se va a ver más claro cuando consideraremos que los términos usados para asignar los diferentes ítems, entre las treinta y siete ayudas para la iluminación, muchas veces son sinónimos que representan los mismos factores mentales. Los diferentes nombres sirven meramente para ilustrar las diferentes funciones que dichos factores desempeñan, mientras que su arreglo, dentro de los siete conjuntos, demuestra cómo estos factores pueden colaborar dentro de los diversos patrones del mutuo apoyo.

 

Este aspecto de las ayudas de la iluminación resulta más evidente mediante el tratamiento analítico del Abhidhamma, el cual coteja los términos sinónimos que representan un único factor mental. Una exposición concisa del resultado de dicho análisis se encuentra en Vism 680 (Ppn 22:41-43) [1]. Al aplicarlo a los siete conjuntos, en primer lugar podemos ver que un factor mental, la energía (viriya), toma nueve roles: como los cuatro rectos esfuerzos; como factor que encabeza la base del poder espiritual; como la facultad, el poder y el factor de la iluminación; y como el factor de sendero de la recta atención consciente. La atención consciente (sati) toma ocho roles: como los cuatro establecimientos de la atención consciente; como la facultad, el poder, el factor de la iluminación y como el factor del sendero de la recta visión. La sabiduría (panna) aparece en cinco capacidades: como la base del poder espiritual encabezado por la investigación; como la facultad y el poder; como el factor de la iluminación de discriminación; y como el factor del sendero de la recta visión. La concentración (samadhi) ocurre cuatro veces bajo el mismo nombre: como facultad, poder, factor de iluminación y factor del sendero; al mismo tiempo, también aparece en todas las cuatro bases del poder espiritual. La fe (saddha) ocurre dos veces: como facultad y como poder. Las demás nueve ayudas de la iluminación ocurren solamente una vez. La Tabla Nº 7 representa visualmente esta correlación.

TABLA Nº 7

Las Ayudas de la Iluminación de acuerdo a los factores mentales

 

Factor mental

Ayuda de iluminación

4 establecimientos de atención

4 rectos esfuerzos

4 bases del poder

5 facultades

5 poderes

7 factores de iluminación

8 nobles factores del sendero

Total

1

Energía

 

 

4

1

1

1

1

1

9

2

Atención consciente

 

4

 

 

1

1

1

1

8

3

Sabiduría

 

 

 

1

1

1

1

1

5

4

Concentración

 

 

 

 

1

1

1

1

4

5

Fe

 

 

 

 

1

1

 

 

2

6

Intención

 

 

 

 

 

 

 

1

1

7

Tranquilidad

 

 

 

 

 

 

1

 

1

8

Arrobamiento

 

 

 

 

 

 

1

 

1

9

Ecuanimidad

 

 

 

 

 

 

1

 

1

10

Deseo

 

 

 

1

 

 

 

 

1

11

Mente

 

 

 

1

 

 

 

 

1

12

Recto habla

 

 

 

 

 

 

 

1

1

13

Recta acción

 

 

 

 

 

 

 

1

1

14

Recta forma de sustento

 

 

 

 

 

 

 

1

1

A partir de esto podemos ver que existen cuatro factores que impregnan la práctica en una variedad de aspectos: la energía, la atención consciente, la concentración y la sabiduría. Estos factores, y esto es algo que tenemos que notar, no son diferentes de las cualidades mentales que surgen periódicamente en una mente ordinaria y no desarrollada, sin embargo su ocurrencia ahí es esporádica y fortuita. La intención que subyace en la presentación de la práctica por parte del Buda es entrenar al discípulo para que dichos factores surjan deliberadamente, a través del ejercicio de la voluntad para luego, esforzarlos y unificar sus funciones de tal manera que puedan trabajar juntos como miembros de un equipo indómito. Por lo tanto, el acento cae acá, una y otra vez, sobre la idea de que uno «desarrolla y cultiva» (bhaveti bahulikaroti) estas ayudas de la iluminación. Cuando las mismas son desarrolladas y cultivadas en unísono, bajo el dominio de un mismo e inalterable propósito, su potencial inherente puede ser actualizado y elevado gradualmente a la cima de su intensidad, la cual es necesaria para hacer estallar las cadenas que desde los inmemorables tiempos nos han mantenido en la esclavitud del sufrimiento.

 

Cuando se dice que los factores incluidos dentro los siete conjuntos son «ayudas de la iluminación» (o, literalmente, «estados al lado de la iluminación»), esto hace que surja la pregunta sobre su relación con la experiencia de la iluminación en sí misma. En los Nikayas, la palabra iluminación (bodhi, sambodhi) siempre parece ser usada para denotar la cognición directamente relacionada con el arahantado, por eso equivale al conocimiento sobre la destrucción de las contaminaciones (asavakkhaya-nana). En estas fuentes más antiguas, los treinta y siete factores constituyen la práctica que conduce a la iluminación. Cuando los mismos llegan a ser realizados, la iluminación los sigue naturalmente.

 

Sin embargo, los Comentarios Pali ofrecen una respuesta más compleja a nuestra pregunta, basada en un análisis de esta experiencia más minucioso y técnico contenido en los tratados del Abhidhamma. El origen más reciente de ellos no debería ser una razón de rechazarlos sin mayor cuidado, ya que muchas veces el Abhidhamma y los Comentarios explicitan los principios derivados de los textos más antiguos, principios que aún no has sido en ellos elaborados. Los Comentarios entienden la iluminación como algo que consiste en cuatro discretos momentos de logros llamados los cuatro senderos mundanos (lokuttaramagga), cada unos de los cuales elimina o atenúa un particular grupo de contaminaciones y es seguido inmediatamente por su fruto (phala). El logro del sendero con su fruto transforma al discípulo en una «persona noble» (ariyapuggala) dentro su correspondiente nivel de santidad: el que entra-en-la-corriente, el que una-vez-retorna, el que no-retorna y el Arahant. El sendero del que entra-en-la-corriente erradica las tres cadenas menores: la consideración de la identidad, la duda y la mala captación de las reglas y votos; el sendero del que una-vez-retorna no erradica cadena alguna [2] sino que atenúa la avidez, el odio y la falsa ilusión; el sendero del que no-retorna erradica el deseo sensual y la animadversión; y el sendero del arahantado erradica las cinco cadenas superiores: la avidez por las formas, la avidez por lo informe, la presunción, la inquietud y la ignorancia. El delineamiento de los estados de liberación con la eliminación de las contaminaciones se encuentra ya en los Nikayas. Lo que sin embargo es novedoso en el Abhidhamma es la concepción del sendero supramundano como una ruptura momentánea, aunque hasta esto podría tener precedentes en el canon (ver sobre eso más abajo).

 

Sobre la base de esta concepción del sendero espiritual, los Comentarios sostienen que el desarrollo de las ayudas de la iluminación ocurre en dos estadios o niveles. El primero es llamado «la porción preliminar de la práctica» (pubbabhaga-patipada), durante la cual, el practicante desarrolla y cultiva las ayudas de la iluminación para el propósito de alcanzar el sendero supramundano (ver Vism 679-680; Ppn 22,39-40). El mundano virtuoso lo hace así con el propósito de llegar al sendero del que entra-en-la-corriente; aquellos que se establecieron en los tres frutos menores lo hacen así con el propósito de llegar al siguiente sendero más alto. En la porción preliminar de la práctica las ayudas de la iluminación se desarrollan porque son ellas las que conducen a la iluminación. Y mientras que el número de los factores va a ir apareciendo simultáneamente, algún grado de progreso será inevitable, a medida que ganen ascendencia las fuerzas más poderosas y profundas. Sin embargo, con el surgimiento del sendero supranatural todas las treinta y siete ayudas de la iluminación ocurren simultáneamente. A partir de este punto, los treinta y siete factores no son más los que conducen a la iluminación. Más bien, ellos son la iluminación; constituyen la constelación de los factores mentales que ponen de relieve aquella estatura supramundana, produciendo el evento cognitivo, en el cual ocurren como una experiencia distintiva de la iluminación (ver Vism 670; Ppn 21,130-133 y Vism 679-680; Ppn 22,39-40)). Refinados y reforzados por el poder del desarrollo previo, colectivamente estos factores contribuyen a la experiencia total, a través de la cual, el aspirante alcanza la libertad del sufrimiento. En términos del paradigma clásico, cada uno de estas ayudas participa en el proceso del pleno entendimiento de la noble verdad del sufrimiento; del abandono de la avidez, que es la causa del sufrimiento; de la realización del Nibbana, que es el cese del sufrimiento; y del desarrollo del sendero, que es el camino que conduce al cese del sufrimiento.

 

En el Mahavagga en sí misma, la idea del sendero supramundano, comprendido como una experiencia cumbre momentánea, no está explícita, aunque los precedentes de ella podrían ser localizados en el modelo canónico de la ruptura del Dhamma (es decir, el alcance de la entrada-en-la-corriente; ver SN 22,83. 90; 35,74.46,30, etc.) y en la liberación de las contaminaciones (es decir, el logro de arahantado; ver SN 15,13; 22,59; 35,28.75.121), comprendidos como eventos de transformación súbitos que habitualmente siguen al periodo anterior de la preparación gradual. Pero independientemente del hecho sobre si la noción del logro momentáneo del sendero tiene una base en los suttas o no, el Mahavagga (leída en conjunto con las otras partes de los Nikayas) implica que el sendero tiene un doble carácter. La primera fase es la práctica llevada a cabo por alguien que técnicamente es un mundano (puthujjana) y que se entrena para realizar una ruptura del Dhamma. Esta persona va a desarrollar las treinta y siete ayudas de la iluminación con el propósito de perpetrarla. En un determinado momento cuando la práctica haya madurado, esta persona entrará bajo el «fijo curso de justeza» (sammata-niyama), sea como un seguidor por fe o seguidor del Dhamma (ver SN 25,1). A esta altura el alcance de la entrada en la corriente se hace inminente ya en esta misma vida. A partir de este momento, los treinta y siete factores adquieren una dimensión realmente transcendental, ya que siendo «preñados» de la realización del Nibbana, al debido tiempo impartirán el factor vital a esta realización. Dado que el practicante continúa «desarrollando y cultivándolos», incluso a lo largo de varias existencias más, algunas contaminaciones siguen siendo eliminadas y el sendero cede el paso a los sucesivos frutos de la vida santa, culminando con el verdadero conocimiento y liberación (vijjavimutti), lo cual marca el fin del camino.

 

En el Mahavagga, tal como ya se había señalado, los siete conjuntos aparecen en orden diferente, partiendo de uno que es simplemente numérico y que se presenta con mayor frecuencia. El capítulo sobre el Noble Óctuple Sendero probablemente debe ocupar el primero lugar para mantener el énfasis correcto: es así, porque el mismo muestra aquella más antigua formulación de la práctica como la quintaesencia expresión del camino de la liberación del Buda. Los siete factores de la iluminación podrían ser puestos en segundo lugar, otra vez, hablando con mucha precaución, porque los mismos tendrán luego un alcance mucho mayor dentro del óctuple sendero. El arreglo de los restantes capítulos no parece estar hecho de acuerdo a algún patrón deliberadamente establecido. El Anuruddhasamyutta parece ser un apéndice del Satipatthanasamyutta y podría consistir en una evolución posterior de aquella colección. Los últimos cuatro capítulos del Mahavagga aunque no tratan explícitamente con temas que caen dentro de los siete conjuntos, pero incluso así se conectan con ellos, tal como lo vamos a ver más adelante cuando examinaremos a cada capítulo por separado.

 

En la Introducción General he discutido el uso de las plantillas que tienen el propósito de generar las estructuras de los suttas, plantillas que se cruzan a lo largo de los diferentes samyuttas y arreglan sus respectivos temas dentro de los distintos patrones, exteriorizándolos. En el Mahavagga aparece un nuevo grupo de plantillas, a parte de las «series repetitivas», las cuales voy a analizar en la introducción del Maggasamyutta. La asignación de las plantillas a los diferentes temas aquí es cuanto sigue: (ver la Concordancia 3 para las referencias de los suttas [3]):

 

Varias prácticas «conducen a irse más allá de la orilla cercana hacia la orilla lejana»: está dicho acerca del noble sendero, los factores de la iluminación, los establecimientos de la atención consciente y las bases del poder espiritual.

 

«Aquellos que los han descuidado, han descuidado el noble sendero que conduce a la completa destrucción del sufrimiento, mientras que los que se comprometieron con ellos, se han comprometido con el noble sendero»: está dicho acerca de los mismos cuatro grupos anteriores.

 

«Ellos son nobles y emancipadores y conducen a la completa destrucción del sufrimiento»: está dicho de los factores de la iluminación, los establecimientos de la atención consciente y de las bases del poder espiritual -pero no así, del óctuple sendero.

 

«Ellos conducen a la completa repugnancia, desapasionamiento, cese, paz, conocimiento directo, iluminación y Nibbana»: otra vez, está dicho de los mismos tres grupos anteriores.

 

«Ellos no surgen, desarrollados y cultivados, fuera de la aparición del Buda o fuera de su Disciplina»: está dicho de óctuple sendero, los factores de iluminación y las facultades.

 

«Ellos producen uno de los dos frutos: el conocimiento final (es decir, el arahantado) o el estado del que no-retorna»: está dicho de de los factores de la iluminación, los establecimientos de la atención consciente, las facultades, las bases del poder espiritual y la atención consciente sobre la respiración.

 

«Ellos producen los siete frutos y beneficios» (obtenidos a partir del refinamiento de los dos frutos mencionados arriba): está dicho de los factores de la iluminación, las facultades, las bases del poder espiritual y la atención consciente sobre la respiración -pero no así, de los establecimientos de la atención consciente.

 

Es materia de conjeturas, el por qué algunas plantillas se aplican a ciertos conjuntos de la práctica y no a otros.  No obstante, siendo que todas las plantillas anteriormente expuestas parecen ser plenamente aplicables a todos los conjuntos, aquello podría ser solamente el efecto de los recortes (o de la pérdida de ciertos suttas a lo largo del proceso de la transmisión) y no precisamente de una política deliberadamente exclusivista.

 

 

NOTAS:

 

[1] Con «Vism» el Bhikkhu Bodhi abrevia al «Visuddhimagga», la obra de Ven. Buddhaghosa compuesta aproximadamente en 430 E.C. en Sri Lanka, mientras con «Ppn», la traducción de esta obra al inglés hecha por Ven, Nanamoli, «Path of Purification» (El camino de la purificación).

 

[2] Ya que las tres cadenas menores han sido erradicadas por el sendero anterior.

 

[3] Esta Concordancia reproducimos aquí en el Anexo.

 

 

ANEXO:

 

PARALELISMO DE LAS PLANTILLAS

 

La noción de las «plantillas paralelas» fue explicada en la Introducción General. Esta Concordancia sólo incluye aquellos suttas que en diferentes samyuttas, plena o sustancialmente, ejemplifican las determinadas plantillas. No se incluyen suttas que están dentro de un mismo samyutta y sólo exhiben variaciones en patrones peculiares de su samyutta correspondiente o que pertenezcan a las series repetitivas que se encuentran al final de los samyuttas 45 al 51 y 54.  Aunque estas últimas están amoldadas a las plantillas, su carácter esquemático y posición uniforme hacen innecesaria su inclusión aquí. Como la línea divisoria entre las plantillas paralelas y los suttas construidos a partir de los conjuntos de fórmulas no es precisa, esta Concordancia podría ser extendida o contraída, moviendo la línea divisoria hacia atrás o adelante.

 

abandono del deseo (o la lujuria) (tatra vo chando (rago) pahatabbo) 22,137-145; 35,76-78. 162-164. 168-185

 

abandono de las cadenas, etc. (samyojanappahanadi) 48,61-64; 54,17-20

 

análisis, la enseñanza a través del (vibhanga) 12,2; 45,8; 47,40; 48,9-10. 36-38; 51,20

 

apego y estar apegado a (upadana, upadaniya dhamma)

 

ardor (aditta) 22,61; 35,28

 

ascetas y brahmanes (samana va brahmana va):

 

(1)    triada de la gratificación 14,37; 17,25; 22,107; 23,5; 36,27; 48,6. 29. 34

 

(2)    quinteto de surgir y desaparecer 14,38; 17,26; 22,108; 23,6; 36,28

 

(3)    cuatro patrones correctos 12,13. 14. 29. 30. 71-80; 14,39; 17,27; 22,50; 36,29; 48,7. 30. 35; 56,22

 

(4)    pasado, futuro y presente 51,5. 6. 16. 17; 56,5. 6

 

a través del apego ¿a qué? (kim upadaya) 22,150-158; 24,1-96; 35,105. 108

 

cadenas y cosas que encadenan (samyojana, samyojaniya dhamma) 22,120; 35,109. 122

 

camino equivocado/camino correcto (miccha-/sammapatipada) 12,3; 45,23

 

con el apoyo de dádivas (danupakara) 29,11-50; 30,7-46; 31,13-112; 32,13-52

 

conocimiento directo, sin el/a través del (anabhijanam, abhijanam) 22,24: 35,111-112

 

deleite en el sufrimiento (dukkham so abhinandati) 14,35; 22,29; 35,19-20

 

desarrollar la concentración (samadhim bhavetha) 22,5; 35,99; 35,160; 56,1

 

desarrollo, la enseñanza sobre el (bhavana-desana) 47,40; 51,19

 

destrucción de las contaminaciones (asavakkhaya) 48,20; 51,23

 

destrucción del deleite (nandikkhaya) 22,51-51; 35,156-157. 158-159

 

entra-en-la-corriente, el que; arahant (sotapanna, araham) 22,109-110; 23,7-8; 48,2-5. 26-27. 32-33

 

exhortar, calmar y establecerlos (samadapetabba nivesetabba patitthapetabba) 47,48; 55,16-17; 56,26

 

frutos (phala):

 

(1)    uno de los dos frutos 46,57 (ii); 47,36; 48,65; 51,25; 54,4

 

(2)    los siete frutos y beneficios 46,3 (V 69,16-70. 72); 48,66; 51,26; 54,5

 

Ganges no puede ser inclinado hacia el oeste (ganga nadi na sukara pacchaninnam katum) 35,244 (IV 190,23-191,23); 45,160; 52,8;

 

gratificación, peligro, escape (assada, adinava, nissarana):

 

(1)    ¿qué es la gratificación, etc.? 14,31; 22,26; 35,13-14

 

(2)    me propuse buscar, etc. 14,32; 22,27; 35,15-16

 

(3)    si no habría gratificación, etc. 14,33; 22,28; 35,17-18

 

hacer el esfuerzo en la reclusión (patisallane yogam apajjatha) 22,6; 35,100. 161; 56,2

 

ignorancia y conocimiento (avijja, vijja) 22,113-114; 56,17-18

 

impermanencia, sufrimiento, no-ser (annica, dukkha, anatta):

 

(1)    lo que es impermanente es sufrimiento 22,15-17; 35,1-3. 4-6;

 

(2)    pasado, futuro, presente 22,9-11; 35,7-9. 10-12

 

(3)    repugnancia, desapasionamiento, liberación 22,12-14; 35,222-224. 225-227

 

(4)    causa y condición de 22,18-20; 35,140-142. 143-145;

 

negligencia/compromiso con el noble sendero (viraddha/araddha ariyam maggam) 45,33; 46,18; 47,33; 51,2

 

no aparte del Buda (nannatra tathagatassa patubhava) 45,14-15; 46,9-10; 48,59-60

 

noble y emancipador (ariya niyyamika) 46,19; 47,17; 51,3

 

no vuestro (na tumhakam) 22,33-34; 35,101-102. 138-139

 

origen dependiente del contacto (phassam paticca uppajjati) 12,62 (II 96,26-97,29); 36,10; 48,39

 

ponente del Dhamma (dhammakathika) 12,16. 67 (II 114,32-115,16); 22,115-116; 35,155

 

renacimiento, causas del (ko hetu upapajjanti) 29,7-10; 30,3-6; 31,2-12; 32,2-12

 

repugnancia, ellos conducen a la completa (ekantanibbidaya samvattanti) 46,20; 47,32; 51,4

 

salida del sol, símil de la (suriyassa upama) 45,49-55. 56-62; 46,12-13; 56,37;

 

símiles con la uña del dedo, etc. (nakhasikhadi-upama) 13,1-10; 56,51-60;

 

sufrimiento, si fuera exclusivamente el (ekantadukkham abhavissa) 14,34; 22,60

 

surgimiento del sufrimiento (dukkhass’ eso uppado) 14,36; 22,30; 26,1-10; 35,21-22

 

vida santa, ¿para qué propósito [está]? (kimatthi brahmacariyam) 35,81. 152; 38,4; 45,5. 41-48

 

visión, surgió la (cakkhum udapadi) 36,25; 47,31; 51,9; 56,11 (V 422,9-30); 56,12

 

yendo más allá (apara param gamanaya) 45,34; 46,17; 47,34; 51,1

 

 

FUENTE:

 

Bhikkhu Bodhi (2000) «Introduction» en The Connected Discourses of the Buda: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Págs. 1485-1494. 1986-1988

 

 

Traducido y editado por Anton P. Baron

Publicación de Bosque Theravada, 2010.