El cese y la calma, de las formaciones, en función del desarrollo de los profundos estados meditativos.
[11] En cierta ocasión un monje se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado y le dijo:
“He aquí, Venerable Señor, mientras estuve solo en reclusión, una reflexión surgió en mi mente de esta manera: ‘Tres sensaciones han sido declaradas por el Bienaventurado: la sensación placentera, la sensación dolorosa y la sensación ni-dolorosa-ni-placentera. Estas tres sensaciones han sido declaradas por el Bienaventurado. Pero el Bienaventurado ha dicho: «Todo lo que se siente está incluido en la insatisfacción». Ahora bien, ¿en referencia a qué cosa el Bienaventurado hizo esta declaración?’”.
“¡Bien, muy bien, monje! Estas tres sensaciones han sido declaradas por mí: la sensación placentera, la sensación dolorosa y la sensación ni-dolorosa-ni-placentera. Estas tres sensaciones han sido declaradas por mí. Y también dije: ‘Todo lo que se siente está incluido en la insatisfacción’. Aquello ha sido declarado por mí en referencia a la transitoriedad de las formaciones. Aquello ha sido declarado por mí en referencia a las formaciones sujetas a la destrucción… a las formaciones sujetas al desvanecimiento… a las formaciones sujetas a desaparecer… a las formaciones sujetas al cese… a las formaciones sujetas al cambio.
“Entonces, monje, he enseñado el sucesivo cese de las formaciones. Para alguien que ha alcanzado el primer jhana, ha cesado el discurso. Para alguien que ha alcanzado el segundo jhana, ha cesado el pensamiento aplicado y sostenido. Para alguien que ha alcanzado el tercer jhana, ha cesado el arrobamiento. Para alguien que ha alcanzado el cuarto jhana, ha cesado la inhalación y la exhalación. Para alguien que ha alcanzado la base de la infinitud del espacio, ha cesado la percepción de la forma. Para alguien que ha alcanzado la base de la infinitud de la conciencia, ha cesado la percepción perteneciente a la base de la infinitud del espacio. Para alguien que ha alcanzado la base de la nada, ha cesado la percepción perteneciente a la base de la infinitud de la conciencia. Para alguien que ha alcanzado la base de la ni-percepción-ni-no-percepción, ha cesado la percepción perteneciente a la base de la nada. Para alguien que ha alcanzado el cese de la percepción y la sensación, ha cesado la percepción y la sensación. Para un monje, cuyas contaminaciones son destruidas, cesa la codicia, cesa el odio y cesa la falsa ilusión.
“También, monje, he enseñado la sucesiva calma de las formaciones. Para alguien que ha alcanzado el primer jhana, ha cesado el discurso… Para alguien que ha alcanzado el cese de la percepción y la sensación, ha cesado la percepción y la sensación. Para un monje, cuyas contaminaciones son destruidas, ha cesado la codicia, ha cesado el odio y ha cesado la falsa ilusión.
“He aquí, monje, hay esas seis clases de calma. Para alguien que ha alcanzado el primer jhana, se ha calmado el discurso. Para alguien que ha alcanzado el segundo jhana, se ha calmado el pensamiento aplicado y sostenido. Para alguien que ha alcanzado el tercer jhana, se ha calmado el arrobamiento. Para alguien que ha alcanzado el cuarto jhana, se han calmado la inhalación y la exhalación. Para alguien que ha alcanzado el cese de la percepción y la sensación, se ha calmado la percepción y la sensación. Para un monje, cuyas contaminaciones son destruidas, se ha calmado la codicia, se ha calmado el odio y se ha calmado la falsa ilusión”.
FUENTE:
Bodhi, B. (2000). Alone en The Connected Discourses of the Buddha: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston: Wisdom Publications, (versión digital), p. 1431.
Rahogatasuttam en Digital Pali Reader
Traducción: Anton P. Baron
Edición: Federico Angulo y Anton P. Baron
Publicación de Bosque Theravada, 2015, 2020.