El yo es consecuencia del surgimiento causado por las seis bases de los sentidos.
[234] En una ocasión el Venerable Ananda y el Venerable Udayi estaban morando en el Parque de Ghosita, cerca de Kosambi. Entonces, al atardecer, el Venerable Udayí emergió de su reclusión y se acercó al Venerable Ananda, intercambiando con él cordiales saludos. Cuando las cordiales palabras de bienvenida y los saludos terminaron, se sentó a un lado y le dijo:
“Amigo Ananda, este cuerpo ha sido declarado, divulgado y revelado por el Bienaventurado de esta manera: ‘Por tal y tal razón este cuerpo es no-yo’. ¿Es posible explicar la conciencia de una manera similar, enseñar, proclamar, establecer, desglosar, analizar y elucidar esto así: ‘Por tal y tal razón esta conciencia es no-yo’?”.
“Esto es posible, amigo Udayi. ¿Acaso la conciencia del ojo no surge en dependencia del ojo y las formas?”.
“Sí, amigo”.
“Si la causa y la condición del surgimiento de la conciencia del ojo cesase completa y totalmente, sin residuos, ¿podría discernirse la conciencia del ojo?”.
“No, amigo”.
“De esta manera, amigo, esto ha sido declarado, divulgado y revelado por el Bienaventurado de esta manera: ‘Por tal y tal razón esta conciencia es no-yo’.
“¿Acaso la conciencia del oído no surge en dependencia del oído y los sonidos?… ¿Acaso la conciencia del oído… de la nariz.. de la lengua… del cuerpo… de la mente no surge en dependencia de la mente y los fenómenos mentales?”.
“Sí, amigo”.
“Si la causa y la condición del surgimiento de la conciencia de la mente cesase completa y totalmente, y sin residuos, ¿podría discernirse la conciencia de la mente?”.
“No, amigo”.
“De esta manera también, amigo, esto ha sido declarado, divulgado y revelado por el Bienaventurado de esta manera: ‘Por tal y tal razón esta conciencia es no-yo’.
“Imagina, amigo, a un hombre que necesitando el duramen, buscando el duramen, recorriendo en búsqueda de duramen tomase una hacha afilada y entrase en el bosque. Y viéndo allí el tronco de un gran árbol de plátano —fuerte, fresco y con brotes de frutas en su centro— lo cortase de raíz, cortando la corona y desenrollándolo todo. Y al desenrollarlo todo no quedaría parte blanda ninguna, solo el duramen.
“Así también, un monje no reconoce al yo ni nada que pertenezca al yo en estas seis bases del contacto. Y puesto que no reconoce nada como tal cosa, no se apega a nada en el mundo. Al no apegarse, no se agita. Permaneciendo sin agitación alcanza el Nibbana y comprende esto: ‘El nacimiento está destruido. la vida espiritual ha sido vivida, lo que tenía que hacerse ha sido realizado y, he aquí, no hay más futuros estados de existencia’”.
FUENTES:
Bhikkhu Bodhi (2000). “Udayi” en The Connected Discourses of the Buda: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Pp. 1393-1394.
Udayisutta en World Tipitaka Edition
Traducido por Anton P. Baron
Editado por Federico Angulo y Anton Baron
Publicación de Bosque Theravada, 2015, 2019.