31 de octubre de 2009
22 de octubre de 2009: recuerda esta fecha. Es ahí cuando todo ha cambiado. Es ahí cuando el Sangha del Monasterio Bodhinyana y el Monasterio de Monjas Dhammasara con el apoyo internacional del grupo de las bhikkhunis, realizó la primera ordenación de las bhikkhunis theravada en Australia y la primera ordenación de las bhikkhunis dentro de la Tradición Tailandesa del Bosque, en general. He aquí sobre cómo todo esto pasó.
La ordenación de las bhikkhunis se ha avivado como el tema del budismo internacional, por lo menos desde la década de 1970 cuando Tenzin Palmo tomó la ordenación plena. Realmente, esto se ha discutido ya antes, como lo muestra el apoyo brindado a la ordenación de las bhikkhunis por Jetavan Sayadaw, en sus documentos de 1949, en los cuales hizo referencia acerca de la discusión contemporánea sobre este tema.
La comunidad occidental, o mejor dicho, la comunidad angloparlante de los monjes de Ajahn Chah, empezó en la década de 1960, alcanzando el ímpetu en 1970 con el establecimiento de primer monasterio occidental en Tailandia, Wat Pa Nanachat (Monasterio Internacional del Bosque) y en los 80 con sus numerosas ramificaciones.
El problema sobre cómo el apoyo a la aspiración de la ordenación de las mujeres llegó a presionar al nuevo entorno y a la comunidad inglesa, se reflejó con el desarrollo de una plataforma de ordenación totalmente nueva, llamada siladhara. La misma es superficialmente similar a la plataforma canónica de samaneri, de las muchachas jóvenes, o a la de dasasilamata cingalés, pero en realidad está basada en un nuevo sistema de reglas inventado por Ajahn Sucitto en el marco de la discusión que sostuvo con la comunidad inglesa en los 80. Estas nuevas reglas han sido estructuradas alrededor de los patimokkhas canónicos para bhikkhus y bhikkhunis, aunque introduciendo muchos cambios sustanciales. Esta plataforma de siladhara ha sobrevivido en los monasterios de Amaravati y Chithurst y actualmente cuenta con unas 15 monjas.
Al mismo tiempo, había pocas novedades por parte de los Ajahn ingleses acerca de la ordenación de las bhikkhunis, y aunque a veces se decía que siladhara era un intento para convertirse en un escalón hacia la ordenación de las bhikkhunis, no había signos de algún esfuerzo real que lo hiciera posible. En vez de esto, el problema de la ordenación de las bhikkhunis ha sido silenciado cada vez que aparecía.
Mientras tanto, la comunidad de Ajahn Jagaro y luego la de Ajahn Brahm en Perth contaba con un largo periodo de intentos orientados hacia el establecimiento de la comunidad de las monjas. Esto llegó a ser posible en la última parte de la década de los 90, cuando Ajahn Vayama fue invitada a establecer la comunidad en Dhammasara. Ajahn Vayama, si bien mantenía una respetuosa conexión con la comunidad inglesa, no fue ordenada ahí, sino en Sri Lanka. Yo estuve presente cuando se iniciaban sus conversaciones con Ajahn Brahm y ella expuso bien claro que su deso no era el de seguir el modelo inglés. Ajahn Brahm respondió entonces, que Bodhinyana no era una ramificación de Amaravati.
La comunidad de Dhammasara estaba basada en los 10 preceptos de las samaneri, complementados con sus propias reglas monásticas.
La comunidad internacional, mientras tanto, ha dado un gran paso hacia la ordenación de las bhikkhunis. Las primeras bhikkhunis theravadin fueron ordenadas durante la década de 1980, siendo quizá la primera Ayya Khema, que casualmente fue una de las primeras maestras de Ajahn Vayama, y originalmente fue la administradora de la tierra que actualmente se convirtió en el monasterio Santi Forest. Muchas más la siguieron y, durante la década de 1990, tuvo lugar una serie bien conocida de múltiples ordenaciones en la India y en Sri Lanka. Al inicio, la orden de las bhikkhunis de Sri Lanka recibió una fuerte oposición, pero ahora hay ahí varias centenas de bhikkhunis que derribaron los obstáculos y se sobrepusieron a ellos con sus vidas.
Chatsumarn Kabalsingh, una distinguida académica tailandesa y figura mediática, tomó la ordenación de bhikkhuni en Sri Lanka en 2003 bajo el nombre de Dhammananda, convirtiéndose en la primera bhikkhuni de la nueva generación tailandesa. Muchas las siguieron y, en este momento, haya quizá unas 20 a 30 bhikkhunis en Tailandia.
También Camboya tiene una pequeña comunidad de bhikkhunis, con un grupo cercano a 20 monjas apoyadas por uno de los Sangharajas del lugar.
Birmania, por otro lado, posee el más vergonzoso récord en cuanto a la opresión de las bhikkhunis. Saccavadi, ordenada en Sri Lanka, al retornar a Birmania ha sido encarcelada, abusada y traumatizada, y finalmente, obligada a dejar los hábitos. Sin embargo, debo agregar que la mayoría de los monjes birmanos que conozco, apoya la plena ordenación de las bhikkhunis pero lo había dejado de expresar. Por otro lado, a las bhikkhunis “mahayana” al menos se las permite estar en los monasterios birmanos y practicar la meditación, lo cual aún se está negando dentro de la Tradición Tailandesa del Bosque.
Mientras todo esto sucedía, e internacionalmente se estaba progresando en casi todos los países de tradición Theravada, la tradición de Ajahn Chah no ha hecho nada. No había diálogo, investigaciones ni pláticas acerca del cambio.
A partir del año 2002, más o menos, empecé a hablar a los monjes acerca de esto. Tanto personalmente como en las cartas, este tema apareció como uno que necesitaba ser encaminado. Con la excepción de Ajahn Brahm y, en cierta medida, de Ajahn Sucitto, no obtuve respuesta alguna por parte del liderazgo, aunque muchos monjes jóvenes y adultos, que no cumplían con roles institucionales, se mostraban receptivos. Yo seguía conversando, escribiendo e investigando. Apunté hacia tres temas: las supuestas objeciones técnicas del Vinaya sobre la ordenación de las bhikkhunis; los problemas sicológicos que se evidencian en el debate; y, el interés práctico existente en el establecimiento de la comunidad de monjas.
Pienso que fue hacia el año 2006 cuando Ajahn Brahm me dijo que ahora él estaba ya plenamente convencido sobre que la ordenación de las bhikkhunis era el camino a tomar. Él tuvo el apoyo de sus monjes, especialmente de Ajahn Brahmali y empezó a animar a Ajahn Vayama a tomar la ordenación de bhikkhuni. Mientras tanto, Ajahn Vayama y las monjas de Dhammasara fueron visitadas por varias bhikkhunis, lo que les permitió mantener conversaciones, encontrar puntos de vista comunes y visualizar de que su futuro como bhikkhunis se estaría materializando.
En estos días, el monasterio Santi Forest se convirtió en un bien conocido centro de apoyo internacional para las bhikkhunis. Teníamos muchas mujeres candidatas, interesadas en la ordenación de las bhikkhunis, pero por alguna razón u otra, ninguna de ellas procedió a recibir la ordenación plena. No es una cosa fácil y se vuelve bastante duro el hecho de recibir malas vibraciones por gran parte del Sangha de los bhikkhus. Por un tiempo estábamos pensando unir la ordenación de las bhikkhunis con las monjas de Dhammasara, quizá para el febrero de 2010. Pero nuestra candidata potencial decidió que aún no estaba lista para dar este paso. Además, la comunidad de Dhammasara deseaba una ceremonia reservada, la cual enfatizaría el verdadero significado de la ordenación -la aceptación dentro del Sangha- antes que hacer de esto un evento mediático.
Durante el vassa del 2009, los Ajahnes Brahm y Vayama mantuvieron una serie de conversaciones, durante las cuales decidieron llevar a cabo la ordenación de bhikkhunis. Sintieron que sus comunidades estaban listas, pero que no querían tener que lidiar con diversas formas de oposición organizacional que inevitablemente llegarían una vez se anunciara la fecha. Entonces, invitaron a participar a un grupo internacional de ocho bhikkhunis que fueron las siguientes: las Venerables Tathaaloka (la preceptora), Sucinta y Sobhana (recitadoras del acto formal), Atapi, Satima, Santini, Silavati y Dhammananda (del Vietnam). Ajahn Brahm y yo fuimos los recitadores del acto por parte de los bhikkhus. Las cuatro monjas de Dhammasara han sido ordenadas, esto es, las Venerables Vayama, Nirodha, Seri y Hassapañña.
Todas las bhikkhunis recibieron su ordenación dentro de la tardición Theravada y son bien conocidas como sinceras practicantes. Se ha decidido no incluir a ninguna bhikkhuni de la tradición Mahayana, siendo que esto podría ser objetado por algunos theravadins conservadores. Por esta misma razón, dos bhikkhus coreanos que estaban en Bodhinyana fueron respetuosamente pedidos a permanecer fuera de los límites del sima. Esto no quiere decir que la presencia del Sangha Mahayana afectaría la ordenación de alguna manera. Por el contrario, siendo ellos bhikkhus y bhikkhunis calificados, ordenados de acuerdo al Vinaya Dharmaguptaka, están claramente en samvasa (en comunión) de acuerdo al Vinaya y ningún monje ni monja que tomó parte de la ordenación tendría problema alguno en incluirlos. No obstante, la gran parte del Sangha Theravada percibe al Sangha Mahayana como perteneciente a una orden totalmente diferente, si no hasta a una diferente religión, por lo cual ellos podrían usar esta inclusión como una manera para criticar el procedimiento.
Durante los días que precedieron la ordenación, el Sangha de Bodhinyana fue consultada respetuosamente sobre si la apoyaría. Esto ocurrió durante la reunión del día de Uposatha anterior al domingo. Yo había vuelto a hablar con ellos el día miércoles y Ajahn Brahm los consultó una vez más el día de su retorno, un poco antes de la ordenación del día jueves. Todos los mensajes relevantes que hemos recibido de varios de los Ahajn han sido impresos y puestos a ser conocidos. Y los monjes fueron animados a leerlos de manera tal que pudieran tomar una decisión informada. Todos los monjes permanecieron firmes en su apoyo a la ordenación de las bhikkhunis. Sin embargo, uno de los monjes solicitó ser excusado de participar de la ceremonia siendo que había sido ordenado por Ajahn Sumedho y hubiese preferido que la ordenación se realizara siguiendo los planes, en el mes de diciembre.
En este tiempo, Ajahn Brahm estaba ausente visitando a su madre enferma en Inglaterra, así como llevando varias enseñanzas a Inglaterra, Noruega y Singapur. El día domingo, anterior a la ordenación, visitó a Amaravati, donde ofreció sus respetos a Ajahn Sumedho a quien comentó sobre que estaría llevando a cabo la ordenación de las bhikkhunis el siguiente jueves. Ajahn Sumedho le advirtió en contra de esto. Después de dicho encuentro, parece que han sido enviados emails alrededor del mundo a los monjes occidentales, provocando una instantánea reacción en contra de la ordenación.
La mayoría de los Ajahn ha respondido de manera razonable, expresando su respeto y presentando su punto de vista, según el cual no era sabio proseguir con la ordenación sin consultar ampliamente al Sangha. La mayoría de los mensajes que hemos recibido, en un principio, expresaba el apoyo a la ordenación de las bhikkhunis, pero no de la manera que se estaba llevando a cabo. Ajahn Brahm respondió a esto inmediatamente señalando que, de hecho, él hubo consultado a la comunidad ampliamente, incluyendo a Wat Pa Pong. Yo, por mi parte, también he respondido con una carta que detallaba cómo la discusión sobre la ordenación de las bhikkhunis ha sido consecuentemente silenciada dentro del Sangha occidental de Ajahn Chah.
Algunas pocas respuestas habían sido más o menos agresivas, con amenazas implícitas y explícitas de los Ajahns expresadas a través de los emails, faxes o llamadas telefónicas. Les mostré que eran farolones el martes y miércoles y las amenazas y los mensajes agresivos se enfriaron.
Puse en relieve un número importante de temas en estos mailes sin haber recibido ni una sola respuesta de fondo. Los Ajahns estaban más preocupados por señalar un par de errores de hecho en el mail de Ajahn Brahm, como también por indicar mis equivocaciones (los cuales, por otra parte, no fueron más que malas interpretaciones de mi carta original). Sin embargo, ellos continuaron con su total y mudo silencio en cara al problema real: la discriminación en contra de las mujeres en el Sangha y el potencial transformador de la ordenación de las bhikkhunis.
Las comunidades de Perth estaban interpretando bien esta presión. Nos sentimos todos aliviados al hablar por teléfono con Ajahn Brahm el jueves por la tarde, cuando nos dijo que se sentía feliz y calmado y que la oposición fue más o menos lo que esperaba. Las monjas lo interpretaban bien y permanecían firmes y despejadas -ellas estaban acostumbradas a este tipo de presiones.
Hubo también una conversación acerca de los detalles exactos sobre cómo los dos Sanghas tendrían que estar ubicados dentro de los límites espaciales del hall de Bodhinyana. Finalmente, se decidió tener los bhikkhunis de un lado del templo y los bhikkhus del otro lado. Cada Sangha se colocó en dos filas, de manera tal que las candidatas pudieran llegar al medio del Sangha. La ceromonia ha sido conducida con toda la precisión de acuerdo al Vinaya en pali, con la adición de unas pocas ceremonias al inicio provenientes de la tradición tailandesa.
La ceremonia de la ordenación empezó a las 19:15. Ayya Tathaaloka, una respetada bhikkhuni de 13 años de experiencia, fue formalmente nombrada como preceptora (pavattini) por el Sangha de las bhikkhunis. Siendo que no más de tres pueden ser ordenadas al mismo tiempo, las candidatas fueron ordenadas en dos grupos de a dos. El pleno procedimiento ha sido llevado a cabo por el Sangha de las bhikkhunis, con las candidatas requeridas por su preceptora, instruidas por el Sangha y preguntadas dentro del Sangha, antes de la final “Moción de los Tres Anuncios” (ñatticatutthakamma), que es la ordenación propiamente dicha.
Cuando las dos pares han sido ordenadas dentro del Sangha de las bhikkhunis, fueron llevadas en pares al Sangha de los bhikkhus. La ordenación frente a los bhikkhus es mucho más simple, siendo que ya no existen las preguntas de las candidatas ni la elección del preceptor. El rol del Sangha, de acuerdo al Vinaya en pali, consiste simplemente en confirmar la ordenación, estampar en ella su sello de aprobación y reconocer la aceptación de las candidatas. Ajahn Brahm y yo efectuamos los cantos y, confieso, que como una lluvia de arrobamiento, las auspiciosas palabras finalmente llegaron a ser verdad: evam etam dharayami -así lo tendré en cuenta. La ceremonia concluyó cerca de las 21h.
Entonces, las nuevas bhikkhunis se sentaron en medio de los dos Sanghas, mientras recitábamos todos el Metta Sutta como bendición. Es imposible describir el sentimiento de gozo y exultación que llenó el hall -fue inolvidable. Había luz y claridad que se percibía arriba en el cristalino cielo de Perth, así como lo recuerdo muy bien desde mi niñez. Así la ordenación, como una avalancha de ayuda y alegría se ha vertido de ahí hacia el mundo entero. El futuro nunca habrá sido más brillante.
Tradujo del inglés: Isidatta