28 de octubre de 2009
He recibido respuestas de alrededor del mundo acerca de nuestra ordenación de las bhikkhunis. De una manera abrumadora, las mismas expresan dos sentimientos predominantes: alegría y temor.
Alegría por la ordenación, alegría por las bhikkhunis, alegría por el coraje de Ajahn Brahm y el Sangha, alegría porque aún hay esperanza para el budismo de nuestro futuro.
Y el temor por lo que alguien pueda decir o hacer, temor por las consecuencias: “no me cites a mí, no digas que te he contactado, no cuentes a los monjes acerca de lo que había hecho”.
Ajahn Brahm y el Sangha que apoya la ordenación de las bkikkhunis tienen una indomable ola de alegría. Pero, ¿de dónde viene el temor? ¿Qué es lo les atemoriza? ¿Cómo puede un minúsculo grupo de la élite de los monjes, generar semejante océano de silencio?
Tradujo del inglés: Isidata