MN 60 {10M.1.10,92-106} Apannaka Sutta – La enseñanza incontrovertible

El Buda ofrece este discurso a un grupo de brahmanes hombres hogareños, para ayudarles a evitar la confusión  causada por los contenciosos puntos de vista.

Los subtítulos corresponden a la versión Nanamoli-Bodhi

TABLA DE CONTENIDOS:

[1. Doctrina nihilista]

[2. Doctrina sobre la no actuación]

[3. Doctrina de la no causalidad]

[4. No existen los reinos inmateriales]

[5. No existe el cese de la existencia]

[Cuatro clases de personas]


 

[Leer en pali]

[1] {92} Así lo he oído. En cierta ocasión el Bienaventurado iba caminando por el país de Kosala acompañado por una gran comunidad de monjes y llegó a un pueblo de brahmanes llamado Sala.

[2] Entre los habitantes de Sala se difundió la noticia: «Se dice que el asceta Gotama, hijo de los sakyas, quien dejó la familia por la vida sin hogar, está caminando por Kosala acompañado por una gran comunidad de monjes, y ha llegado a Sala. De él se dicen grandes cosas: que el Bienaventurado es santo, completamente iluminado, perfecto de saber y buena conducta, bien encaminado, conocedor del universo, insuperable guía de los seres humanos por adiestrar, maestro de dioses y hombres, iluminado, bienaventurado. Habiéndolo experimentado por sí mismo con conocimiento superior, él da a conocer este mundo con sus divinidades, sus Mara y Brahma a esta humanidad con sus ascetas y brahmanes, con sus gobernantes y plebeyos. Él expone la Enseñanza que es buena en su principio, buena en su medio y buena en su fin, tanto en la letra como en el espíritu, él proclama la vida de santidad lograda en su integridad y completamente pura. Es bueno ir a ver a los que son así de santos.»

[3] Los habitantes de Sala fueron adonde estaba el Bienaventurado. Unos le ofrecieron sus respetos y se sentaron a un lado. Otros intercambiaron saludos con él y, terminada aquella charla amigable y cortés, se sentaron a un lado. Otros le saludaron reverencialmente y se sentaron a un lado. Otros se presentaron pronunciando su nombre y clan, y se sentaron a un lado. Otros guardaron silencio y se sentaron a un lado.

[4] Una vez que los habitantes de Sala se hubieron sentado, el Bienaventurado les preguntó:

«Señores, ¿hay algún maestro que sea de vuestro agrado y cuyas razones os inspiren confianza?»

«No venerable señor, no hay ningún maestro que sea de nuestro agrado y cuyas razones nos inspiren confianza.»

«Señores, puesto que no hay ningún maestro que sea de vuestro agrado y cuyas razones os inspiren confianza, bien podéis adoptar y practicar la Enseñanza incontestable [1]. La Enseñanza incontestable, adoptada íntegramente, conducirá a felicidad y bienestar duraderos. ¿Cuál es la Enseñanza incontestable?

[1. Doctrina nihilista]

[5] {93} (A) «Señores, hay ascetas y brahmanes cuya doctrina y opinión es: ‘No sirven para nada la generosidad, las donaciones ni las ofrendas, las buenas o malas acciones no arrojan frutos ni consecuencias, no existe éste ni el otro mundo, no hay madre ni padre, ni seres que nacen espontáneamente, ni tampoco hay en el mundo ascetas y brahmanes rectamente encaminados que, habiendo seguido el buen camino, afirman éste y el otro mundo tras haberlos experimentado por sí mismos con conocimiento superior’.

[6] {94} (B) «Hay otros ascetas y brahmanes que contradicen a los anteriores diciendo: ‘Sirven para algo la generosidad, las donaciones y las ofrendas, las buenas o malas acciones arrojan frutos y consecuencias, existe éste y el otro mundo, hay madre y padre, y seres que nacen espontáneamente, también hay en el mundo ascetas y brahmanes rectamente encaminados que, habiendo seguido el buen camino, afirman éste y el otro mundo tras haberlos experimentado por sí mismos con conocimiento superior’.

«¿No os parece que esos ascetas y brahmanes sostienen doctrinas que se contradicen?’

«Sí, venerable señor.»

[7] {95} (A.i.) «Señores, de los ascetas y brahmanes que sostienen esta doctrina y opinión de que no sirven para nada la generosidad, las donaciones y las ofrendas…, cabe esperar que descuiden las tres clases de conducta beneficiosa, corporal, verbal y mental, y que adopten y practiquen las tres clases de conducta perjudicial corporal, verbal y mental. ¿Por qué?, pues porque esos respetables ascetas y brahmanes no ven el peligro, la degradación y contaminación de lo perjudicial, ni ven lo provechoso de la renunciación, ni lo que acompaña a la purificación.

[8] (A.ii.) «Dado que hay otro mundo, el que opina que no lo hay tiene opinión errónea.

«Dado que hay otro mundo, el que propone que no lo hay tiene propósito incorrecto.

«Dado que hay otro mundo, el que afirma que no lo hay dice palabra incorrecta.

«Dado que hay otro mundo, el que dice que no lo hay contradice a los que, por su perfecta santidad, conocen el otro mundo.

«Dado que hay otro mundo, si alguien hace creer a otro que no hay otro mundo, le está haciendo creer algo falso como verdadero y, vanagloriándose a sí mismo, menosprecia a los demás. Así, renuncia a la corrección y moralidad que tuviese previamente y da lugar a lo incorrecto e inmoral.

«De este modo, la opinión errónea, el propósito incorrecto, la palabra incorrecta, la contradicción de los Nobles, hacer ver a otros lo falso como verdadero, vanagloriarse a uno mismo menospreciando a otros, es decir, todas estas cosas perjudiciales e inmorales se originan y están condicionadas por la opinión errónea.

[9] (A.iii.) «En referencia a esto, señores, un hombre entendido reflexiona: ‘Si no hay otro mundo, este buen hombre, tras la descomposición de su cuerpo estará a salvo 144 Pero si hay otro mundo, este buen hombre, tras la muerte y descomposición de su cuerpo, reaparecerá en la perdición, en un mal destino, en lugares de sufrimiento, en los infiernos’.

«Sea o no sea verdad lo que dicen esos respetables ascetas y brahmanes, demos por supuesto que no hay otro mundo. Aun así, en este mismo mundo, el sabio reprueba a ese buen hombre por inmoral, por estar equivocado y por ser nihilista. Pero si es verdad que hay otro mundo, entonces ese buen hombre yerra el tiro doblemente: es reprobado en este mismo mundo por el sabio y, tras la muerte y descomposición de su cuerpo, reaparecerá en la perdición, en un mal destino, en lugares de sufrimiento, en los infiernos. Por haber adoptado malla Enseñanza incontestable, la interpreta de modo unilateral, prescindiendo de lo beneficioso.

[10] {96} (B.i.) «Señores, de los ascetas y brahmanes que sostienen esta doctrina y opinión de que sirven para algo la generosidad, las donaciones y las ofrendas… [etc.], cabe esperar que eviten las tres clases de conducta perjudicial corporal verbal y mental, y que adopten y practiquen las tres clases de conducta beneficiosa corporal, verbal y mental. ¿Por qué?, pues porque esos respetables ascetas y brahmanes ven el peligro, la degradación y contaminación de lo perjudicial, y ven lo provechoso de la renunciación y lo que acompaña a la purificación.

[11] (B.ii.) «Dado que hay otro mundo, el que opina que lo hay tiene recta opinión.

«Dado que hay otro mundo, el que propone que lo hay tiene recto propósito.

«Dado que hay otro mundo, el que afirma que lo hay dice recta palabra. »Dado que hay otro mundo, el que dice que lo hay no contradice a los que, por su perfecta santidad, conocen el otro mundo.

«Dado que hay otro mundo, si alguien hace creer a otro que hay otro mundo, le está haciendo creer algo verdadero como verdadero, no se vanagloria a sí mismo ni menosprecia a los demás. Así renuncia a la incorrección e inmoralidad que tenía previamente y da lugar a lo correcto y moral.

«De este modo, la recta opinión, el recto propósito, la recta palabra, la no contradicción de los Nobles, hacer ver a otros lo verdadero como verdadero, no vanagloriarse a uno mismo y no menospreciar a los demás, es decir, todas estas cosas beneficiosas y morales, se originan y están condicionadas por la recta opinión.

[12] (B.iii.) «En referencia a esto, señores, un hombre entendido reflexiona: ‘Si hay otro mundo, este buen hombre, tras la muerte y descomposición de su cuerpo, reaparecerá en un buen destino, en algún mundo celestial’.

«Sea o no sea verdad lo que dicen esos respetables ascetas y brahmanes, demos por supuesto que no hay otro mundo. Aún así, en este mismo mundo, el sabio elogia a ese buen hombre por virtuoso, por estar en lo cierto y por mantener la doctrina de la existencia. Pero si es verdad que hay otro mundo, entonces ese buen hombre acierta el tiro doblemente: es elogiado en este mismo mundo por el sabio y, tras la muerte y descomposición de su cuerpo, reaparecerá en un buen destino, en algún mundo celestial. Por haber adoptado bien la Enseñanza incontestable, la interpreta bien en ambos supuestos y prescinde de lo perjudica.

[2. Doctrina sobre la no actuación]

[13] {97} (A) «Señores, hay ascetas y brahmanes cuyas doctrina y opinión es: ‘Que uno actúe o haga actuar, mutile o haga mutilar, atormente o haga atormentar, que aflija u oprima, que intimide o haga intimidar, que cause la muerte de seres vivientes, que se apropie de lo ajeno, allane moradas, saquee haberes, robe en las casas, saltee caminos, vaya con la mujer de otro, diga mentiras, no hace ningún mal.

«Si alguien fuera por el mundo haciendo rodar cabezas con una espada afilada, amontonándolas y apilándolas todas juntas, no por ello estaría haciendo algo malo y nada malo se derivaría de ello.

«Si alguien fuera por la ribera derecha del Ganges matando y asesinando, mutilando y haciendo que otros mutilen, atormentando y haciendo que otros atormenten, no por ello estaría haciendo algo malo y nada malo se derivaría de ello. Si alguien fuera por la ribera izquierda del Ganges haciendo donaciones y fomentando la generosidad de otros, haciendo donaciones y fomentando las donaciones de otros, no por ello estaría haciendo algo bueno y nada bueno se derivaría de ello. La generosidad, el adiestramiento, el control de sí mismo, y decir la verdad no es algo bueno y nada bueno se deriva de ello.

[14] {98} (B) «Otros ascetas y brahmanes, sin embargo, contradicen a ésos y mantienen exactamente lo contrario [2].

«Señores, ¿no os parece que esos ascetas y brahmanes sostienen doctrinas que se contradicen?»

«Sí, venerable señor.»

[15] (A.i.) «Señores, esos ascetas y brahmanes que sostienen esta doctrina y opinión de que tanto si uno actúa o hace actuar, mutila o hace mutilar…, no por ello se hace ningún mal y nada malo se deriva de ello, de ellos cabe esperar que descuiden las tres clases de conducta beneficiosa corporal, verbal y mental, y que adopten y practiquen las tres clases de conducta perjudicial corporal, verbal y mental.

«¿Por qué?, pues porque esos respetables ascetas y brahmanes no ven el peligro, la degradación y contaminación de lo perjudicial, ni ven lo provechoso de la renunciación, ni lo que acompaña a la purificación.

[16] (A.ii.) «Dado que hay acciones buenas y malas el que opina que no las hay tiene opinión errónea.

«Dado que hay acciones buenas y malas, el que propone que no las hay tiene propósito incorrecto.

«Dado que hay acciones buenas y malas, el que afirma que no las hay dice palabra incorrecta.

«Dado que hay acciones buenas y malas, el que dice que no las hay contradice a los que, por su perfecta santidad, afirman que hay acciones buenas y malas.

«Dado que hay acciones buenas y malas, si alguien hace creer a otro que no las hay, le está haciendo ver algo falso como verdadero y, vanagloriándose a sí mismo, menosprecia a los demás. Así renuncia a corrección y moralidad que tuviese previamente y da lugar a lo incorrecto e inmoral.

«De este modo, la opinión errónea, el propósito incorrecto, la palabra incorrecta, la contradicción de los Nobles, hacer ver a otros lo falso como verdadero, vanagloriarse a uno mismo menospreciando a los demás, es decir, todas estas cosas perjudiciales e inmorales, se originan y están condicionadas por la opinión errónea.

[17] (A.iii.) «En referencia a esto, señores, un hombre entendido reflexiona: ‘Si no hay acciones buenas y malas, este buen hombre, tras la descomposición de su cuerpo, estará a salvo. Pero si hay acciones buenas y malas, este buen hombre, tras la muerte y descomposición de su cuerpo, reaparecerá en la perdición, en un mal destino, en lugares de sufrimiento, en los infiernos.’

«Demos por supuesto que no hay acciones buenas y malas y que es verdad lo que dicen esos respetables ascetas y brahmanes. Aun así, en este mismo mundo, el sabio reprueba a ese buen hombre por inmoral, por estar equivocado y por profesar la doctrina de la no existencia de acciones buenas y malas. Pero si es verdad que hay acciones buenas y malas, entonces ese buen hombre yerra el tiro doblemente: es reprobado en este mismo mundo por el sabio y, tras la muerte y descomposición de su cuerpo, reaparecerá en la perdición, en un mal destino, en lugares de sufrimiento, en los infiernos. Por haber adoptado mal la Enseñanza incontestable, la interpreta de modo unilateral, prescindiendo de lo beneficioso.

[18] {99} (B.i.) «Señores, de esos ascetas y brahmanes que sostienen esta doctrina y opinión de que si uno actúa o hace actuar, mutila o hace mutilar…, por ello, sí que, en efecto, estaría haciendo algo malo, y algo malo se derivaría de ello, de ellos cabe esperar que eviten las tres clases de conducta perjudicial corporal, verbal y mental, y que adopten y practiquen las tres clases de conducta beneficiosa corporal, verbal y mental. ¿Por qué?, pues porque esos respetables ascetas y brahmanes ven el peligro, la degradación y contaminación de lo perjudicial, y ven lo provechoso de la renunciación y lo que acompaña a la purificación.

[19] (B.ii.) «Dado que hay acciones buenas y malas, el que opina que las hay tiene recta opinión.

«Dado que hay acciones buenas y malas, el que propone que las hay tiene recto propósito.

«Dado que hay acciones buenas y malas, el que afirma que las hay dice recta palabra.

«Dado que hay acciones buenas y malas, el que dice que las hay no contradice a los que, por su perfecta santidad, afirman la existencia de acciones buenas y malas.

«Dado que hay acciones buenas y malas, si alguien hace creer a otro que las hay, le está haciendo ver algo verdadero como verdadero, no se vanagloria a sí mismo ni menosprecia a los demás. Así renuncia a incorrección e inmoralidad que tuviese previamente y da lugar a lo correcto y moral.

«De este modo, la recta opinión, el recto propósito, la recta palabra, la no contradicción de los Nobles, el hacer ver a otros lo verdadero como verdadero, el no vanagloriarse a uno mismo y no menospreciar a los demás, es decir, todas estas cosas beneficiosas y morales se originan y están condicionadas por la recta opinión.

[20] (B.iii.) «En referencia a esto, señores, un hombre entendido reflexiona: ‘Si hay acciones buenas y malas, este buen hombre, tras la muerte y descomposición de su cuerpo, reaparecerá en un buen destino, en algún mundo celestial’.

«Demos por supuesto que no hay acciones buenas ni malas y que es verdad lo que dicen esos respetables ascetas y brahmanes. Aun así, en este mismo mundo, el sabio elogia a ese buen hombre por virtuoso, por estar en lo cierto y por mantener la doctrina de la existencia. Pero si es verdad que hay acciones buenas y malas, entonces ese buen hombre acierta el tiro doblemente: es elogiado en este mismo mundo por el sabio y, tras la muerte y descomposición de su cuerpo, reaparecerá en un buen destino, en algún mundo celestial. Por haber adoptado bien la Enseñanza incontestable, la interpreta bien en ambos supuestos y prescinde de lo perjudicial.

[3. Doctrina de la no causalidad]

[21] {100} (A) «Señores, hay ascetas y brahmanes cuya doctrina y opinión es: ‘No hay causa ni nada que condicione la contaminación de los seres, su contaminación no tiene causa ni condición. No hay causa ni nada que condicione la purificación de los seres, su purificación no tiene causa ni condición. No hay albedrío ni energía propia, ni fuerza humana propia ni esfuerzo humano propio. Todos los seres, vivientes, materiales y espirituales, carecen de libre arbitrio, capacidad y energía propias, son fruto del destino, de la casualidad o de la naturaleza necesaria de las cosas, y todos experimentan placer o dolor en las seis clases’.

[22] {101} (B) «Hay otros ascetas y brahmanes que contradicen a estos diciendo exactamente lo contrario: ‘Sí hay causa y sí hay algo que condiciona la contaminación de los seres…’.

«Señores, ¿no os parece que esos ascetas y brahmanes sostienen doctrinas que se oponen mutuamente?»

«Sí, venerable señor.»

[23] (A.i.) «Señores, de los ascetas y brahmanes que sostienen esta doctrina y opinión de que no hay causa ni nada que condicione la contaminación de los seres…, cabe esperar que descuiden las tres clases de conducta beneficiosa corporal, verbal y mental, y que adopten y practiquen las tres clases de conducta perjudicial corporal, verbal y mental.

«¿Por qué?, pues porque esos respetables ascetas y brahmanes no ven el peligro, la degradación y contaminación de lo perjudicial, ni ven lo provechoso de la renunciación, ni lo que acompaña a la purificación.

[24] (A.ii.) «Dado que hay causalidad, el que opina que no la hay tiene opinión errónea.

«Dado que hay causalidad, el que propone que no la hay tiene propósito incorrecto.

«Dado que hay causalidad, el que afirma que no la hay dice palabra incorrecta.

«Dado que hay causalidad, el que dice que no la hay contradice a los que, por su perfecta santidad, afirman que hay causalidad.

«Dado que hay causalidad, si alguien hace creer a otro que no la hay, le está haciendo ver algo falso como verdadero, y vanagloriándose a sí mismo, menosprecia a los demás. Así renuncia a la corrección y moralidad que tuviese previamente y da lugar a lo incorrecto e inmoral.

«De este modo, la opinión errónea, el propósito incorrecto, la palabra incorrecta, la contradicción de los Nobles, hacer ver a otros lo falso como verdadero, vanagloriarse a uno mismo menospreciando a los demás, es decir, todas estas cosas perjudiciales e inmorales se originan y están condicionadas por la opinión errónea.

[25] (A.iii.) «En referencia a esto, señores, un hombre entendido reflexiona: ‘Si no hay causalidad, este buen hombre, tras la descomposición de su cuerpo, estará a salvo. Pero si hay causalidad, este buen hombre, tras la muerte y descomposición de su cuerpo, reaparecerá en la perdición, en un mal destino, en lugares de sufrimiento, en los infiernos’.

«Sea o no sea verdad lo que dicen esos respetables ascetas y brahmanes, demos por supuesto que no hay causalidad. Aun así, en este mismo mundo, el sabio reprueba a ese buen hombre por inmoral, por estar equivocado y por profesar la doctrina de la no causalidad. Pero si es verdad que hay causalidad, ese buen hombre yerra el tiro doblemente: es reprobado en este mismo mundo por el sabio y, tras la muerte y descomposición de su cuerpo, reaparecerá en la perdición, en un mal destino, en lugares de sufrimiento, en los infiernos. Por haber adoptado malla Enseñanza incontestable, la interpreta de modo unilateral y prescinde de lo beneficioso.

[26] {102} (B.i.) «Señores, de los ascetas y brahmanes que sostienen esta doctrina y opinión de que sí hay causa y sí hay algo que condiciona la contaminación de los seres…, cabe esperar que eviten las tres clases de conducta perjudicial corporal, verbal y mental, y que adopten y practiquen las tres clases de conducta beneficiosa corporal, verbal y mental.

«¿Por qué?, pues porque esos respetables ascetas y brahmanes ven el peligro, la degradación y contaminación de lo perjudicial, y ven lo provechoso de la renunciación y lo que acompaña a la purificación.

[27] (B.ii.) «Dado que hay causalidad, el que opina que la hay tiene recta opinión. »Dado que hay causalidad, el que propone que la hay tiene recto propósito.

«Dado que hay causalidad, el que afirma que la hay dice recta palabra.

«Dado que hay causalidad, el que dice que la hay no contradice a los que, por su perfecta santidad, afirman la existencia de causalidad.

«Dado que hay causalidad, si alguien hace creer a otro que la hay, le está haciendo ver algo verdadero como verdadero, no se vanagloria a sí mismo ni menosprecia a los demás. Así renuncia a la incorrección e inmoralidad que tuviese previamente y da lugar a lo correcto y moral.

«De este modo, la recta opinión, el recto propósito, la recta palabra, la no contradicción de los Nobles, hacer ver a otros lo verdadero como verdadero, no vanagloriarse a uno mismo y no menospreciar a los demás, es decir, todas estas cosas beneficiosas y morales se originan y están condicionadas por la recta opinión.

[28] (B.iii.) «En referencia a esto, señores, un hombre entendido reflexiona: ‘Si hay causalidad, este buen hombre, tras la muerte y descomposición de su cuerpo, reaparecerá en un buen destino, en algún mundo celestial’.

«Sea o no sea verdad lo que dicen esos respetables ascetas y brahmanes, demos por supuesto que no hay causalidad. Aun así, en este mismo mundo, el sabio elogia a ese buen hombre por virtuoso, por estar en lo cierto y por profesar la doctrina de la causalidad. Pero si es verdad que hay causalidad, entonces ese buen hombre acierta el tiro doblemente: es elogiado en este mismo mundo por el sabio y, tras la muerte y descomposición de su cuerpo, reaparecerá en un buen destino, en algún mundo celestial. Por haber adoptado bien la Enseñanza incontestable, la interpreta bien en ambos supuestos y prescinde de lo perjudicial.

[4. No existen los reinos inmateriales]

[29] {103} «Señores, hay ascetas y brahmanes cuya doctrina y opinión es: ‘No hay ningún estado inmaterial.’

[30] «Hay otros ascetas y brahmanes que contradicen a estos diciendo exactamente lo contrario: ‘Sí hay estados inmateriales’.

«¿No os parece que esos ascetas y brahmanes sostienen doctrinas que se oponen mutuamente?»

«Sí, venerable señor.»

[31] «En referencia a esto, señores, un hombre entendido reflexiona: ‘Algunos respetables ascetas y brahmanes afirman que no hay ningún estado inmaterial, pero yo eso no lo he visto. Otros respetables ascetas y brahmanes afirman que sí los hay, pero yo eso no lo conozco. De modo que, sin ver ni conocer, no sería lógico que tomara partido por unos u otros diciendo: ‘Esto es la verdad y lo demás es falso’.

«Aunque sea cierto lo que afirman los ascetas y brahmanes cuya doctrina y opinión es: ‘No hay ningún estado inmaterial’, es innegable que sin embargo puedo renacer entre los dioses de materia sutil consistentes en mente. Y si es cierto lo que afirman los ascetas y brahmanes cuya doctrina y opinión es: ‘Sí hay estados inmateriales’, es innegable que puedo renacer entre los dioses inmateriales consistentes en percepción.

«No hay que olvidar que no es en absoluto lo inmaterial, sino lo material, la causa de que se empuñen garrotes y espadas, se luche, se pelee, se discuta, se dispute, se calumnie y se mienta.

«Y reflexionando así, uno se encamina hacia el desengaño, el desapasionamiento y la cesación de las formas materiales.

[5. No existe el cese de la existencia]

[32] {104} «Señores, hay ascetas y brahmanes cuya doctrina y opinión es: ‘No hay cesar del devenir’.

[33] «Hay otros ascetas y brahmanes que contradicen a estos diciendo exactamente lo contrario: ‘Sí hay cesar del devenir’.

«¿No os parece que esos ascetas y brahmanes sostienen doctrinas que se oponen mutuamente?»

«Sí, venerable señor.»

[34] «En referencia a esto, señores, un hombre entendido reflexiona: ‘Algunos respetables ascetas y brahmanes afirman que no hay cesar del devenir, pero yo eso no lo he visto. Otros respetables ascetas y brahmanes afirman que sí lo hay, pero yo eso no lo conozco. De modo que, sin ver ni conocer, no sería lógico que tomara partido por unos u otros diciendo: ‘Esto es la verdad y lo demás es falso’.

«Aunque sea cierto lo que afirman los ascetas y brahmanes cuya doctrina y opinión es: ‘No hay cesar del devenir’, es innegable que, sin embargo, puedo renacer entre los dioses inmateria1es consistentes en percepción. Y si es cierto lo que afirman los ascetas y brahmanes cuya doctrina y opinión es: ‘Sí hay cesar del devenir’, es innegable que puedo lograr en este mismo mundo el Nibbana definitivo.

«La concepción de los respetables ascetas y brahmanes cuya doctrina y opinión es: ‘No hay cesar del devenir’, induce a la pasión, a la sujeción, a la búsqueda del goce, al vicio y al apego. Sin embargo, la concepción de los respetables ascetas y brahmanes cuya doctrina y opinión es: ‘Sí hay cesar del devenir’, induce a la templanza, a la libertad, al desencanto, a la virtud y al desapego.

«Y reflexionando así, uno se encamina hacia el desengaño, el desapasionamiento y la cesación del devenir.

[Cuatro clases de personas]

[35] {105} «Señores, cuatro son los tipos de personas que existen en el mundo. ¿Cuáles son?

«He aquí, señores, que alguien se mortifica a sí mismo y se dedica a la práctica de la mortificación personal.

«He aquí, señores, que alguien mortifica a otros y se dedica a la práctica de la mortificación de otros.

«He aquí, señores, que alguien se mortifica a sí mismo, mortifica a otros y se dedica tanto a la práctica de la mortificación personal como a la práctica de la mortificación de otros.

{106} «He aquí, señores, que alguien no se mortifica a sí mismo ni mortifica a otros, y no se dedica a la práctica de la mortificación personal ni a la práctica de la mortificación de otros. Ése que no se mortifica a sí mismo ni mortifica a otros, en este mismo mundo está satisfecho, extinto, refrescado y habiendo logrado la santificación personal experimenta felicidad.

[36] ¿Quién es, señores, el que se mortifica a sí mismo y se dedica a practicar la mortificación personal? He aquí, señores, que alguien va por ahí desnudo, rechazando las convenciones sociales, chupándose los dedos, sin acudir cuando se le llama ni deteniéndose cuando se le saluda. No acepta ofrendas de comida, ni la preparada especialmente para él, ni las invitaciones para comer. No toma alimento que provenga directamente de una olla o sartén, ni en un umbral, ni entre leña y almireces, ni de dos que estén comiendo juntos, ni de una embarazada, ni de mujer que esté dando de mamar, ni de mujer que se amanceba con un hombre, ni de distribuciones públicas, ni de donde haya perros esperando o pululen moscas. No toma pescado ni carne, ni bebidas alcohólicas o fermentadas. Es hombre de una sola casa y un solo bocado, o de dos, o de tres… o de siete casas y siete bocados. Se sustenta con una ración, con dos… con siete raciones.

«Come una vez al día, o cada dos días, o una vez a la semana, o sigue la práctica de comer a intervalos de quince días. Se alimenta de verduras, mijo, arroz silvestre, pellejos, musgo, cáscaras de arroz, restos de arroz, harina de semillas, hierba, boñigas de vaca. Vive de raíces y frutos silvestres, come frutas caídas. Se viste de arpillera, tela de estopa, mortajas, harapos, corteza de árbol, con piel de ciervo, con retazos de piel de ciervo, con tela hecha de la hierba kusa, de cortezas, de virutas, de pelo humano, de pelo animal o de plumas de lechuza. Se arranca el pelo de la cabeza y de la barba, dedicándose a esta práctica. Permanece siempre de pie y se niega a sentarse. Permanece siempre en cuclillas y se dedica a estar continuamente en cuclillas. Se hace una cama de pinchos y duerme en ella. Vive dedicado a bañarse tres veces al día, una de ellas por la noche.

«Así, de muchas maneras, vive mortificándose a sí mismo y dedicado a la práctica de la mortificación personal.

[37] ¿Quién es, señores, el que mortifica a otros y se dedica a la práctica de la mortificación de otros? He aquí, señores, que alguien es carnicero de ovejas y cerdos, cazador por profesión o por afición, criador de pollos, pescador, ladrón, verdugo, carcelero, o se dedica a cualquier otra profesión cruel. A ése, señores, se le denomina el que mortifica a otros y se dedica a la práctica de la mortificación de otros.

[38] ¿Quién es, señores, el que se mortifica a sí mismo, mortifica a otros, y se dedica tanto a la práctica de la mortificación personal como a la práctica de la mortificación de otros?

«He aquí, señores, que alguien es un rey noble y legítimo, o un brahmán muy rico. Habiendo construido un nuevo templo para sacrificios en la parte oriental de la ciudad, habiéndose cortado pelo y barba, habiéndose vestido de piel áspera, habiéndose ungido de grasa y aceite, y rascándose la espalda con un cuerno de ciervo, entra en el templo para sacrificios con la reina principal y el sumo sacerdote. Allí se postra en el suelo cubierto de hierba. El rey se alimenta de la leche de la primera ubre de una vaca que tenga un ternero del mismo color; la reina, de la leche de la segunda ubre; el sumo sacerdote, de la leche de la tercera ubre. La leche de la cuarta ubre se ofrece al fuego, y el ternero se alimenta de la leche que queda.

«El rey ordena: ‘Tantos toros hay que sacrificar como ofrenda, tantos novillos… tantas terneras, tantas cabras, tantas ovejas hay que sacrificar como ofrenda, tantos árboles hay que talar para los postes de la ofrenda, tanta hierba hay que cortar para realizar la ofrenda’. De manera que esclavos, lacayos y siervos, temerosos de ser castigados y movidos por el miedo, hacen los preparativos gimiendo y llorando.

«A ése, señores, se le denomina el que se mortifica a sí mismo, mortifica a otros, y se dedica tanto a la práctica de la mortificación personal como a la práctica de la mortificación de otros.

[39] «¿Quién es, señores, el que no se mortifica a sí mismo ni mortifica a otros, y no se dedica a la práctica de la mortificación personal ni a la práctica de la mortificación de otros, el que, al no mortificarse a sí mismo ni mortificar a otros, en este mismo mundo está satisfecho, extinto, refrescado y, habiendo logrado la santificación personal, experimenta felicidad?

[40] «He aquí, señores, que un Tathagata aparece en el mundo, santo, completamente iluminado, perfecto de saber y buena conducta, bien encaminado, conocedor del universo, insuperable guía de los seres humanos por adiestrar, maestro de dioses y hombres, iluminado, bienaventurado.

«Éste, habiéndolo experimentado por sí mismo con conocimiento superior, da a conocer este mundo con sus divinidades, sus Mara y Brahma, esta humanidad con sus ascetas y brahmanes, con sus gobernantes y plebeyos. Él expone la Enseñanza que es buena en su principio, buena en su medio y buena en su fin, tanto en la letra como en el espíritu él proclama la vida de santidad lograda en su integridad y completamente pura.

[41] «Un cabeza de familia, o el hijo de un cabeza de familia, o alguien nacido en cualquier otro clan escucha la Enseñanza. Al escucharla nace en él la confianza en el Tathagata. Dotado de esa confianza que ha nacido en él, reflexiona así: ‘La vida en el hogar está llena de estorbos e impurezas. La vida sin hogar es al aire libre. No es fácil, viviendo en un hogar practicar la vida de santidad en su máxima integridad y completamente pura hasta el final, brillante como la madreperla. ¿Y si me cortase cabellos y barba, me pusiese el hábito anaranjado y dejase el hogar para salir a la vida sin hogar?’.

[42] «Y al cabo de poco tiempo, liberado de todos sus bienes, sean muchos o pocos, y liberado de sus parientes, sean muchos o pocos, cortándose los cabellos y la barba, y poniéndose el hábito anaranjado, da el paso de la vida en el hogar a la vida sin hogar.

«El asceta que así ha dado el paso, entra en la forma de vida y disciplina de los monjes: Renunciando a la muerte de seres vivientes, se abstiene de matar a seres vivientes. Dejando de lado el garrote y la espada, humilde y bondadoso, vive benévolo y compasivo para con todos los seres vivientes. »Renunciando a lo que no le es dado, se abstiene de tomar lo que no le es dado, sólo toma lo que le ofrecen y con ello se contenta y, sin robar, vive con el ánimo puro. »Renunciado a la vida sin castidad, se consagra a la vida de castidad, apartado del mal y absteniéndose del común trato carnal.

«Renunciando a la mentira, se abstiene de mentir, dice la verdad, es fiel a la verdad, es digno de confianza, es fiable y no engaña al mundo.

«Renunciando al hablar malicioso, se abstiene de hablar maliciosamente, lo que oye aquí no lo repite allí para provocar disensión entre los de allá y los de aquí, y lo que oye allá no lo repite aquí para provocar disensión entre los de aquí y los de allá. Une a los que están divididos, promueve la armonía de los que ya están unidos, le divierte la concordia, disfruta y goza con ella, diciendo palabras que tienden a fomentada.

«Renunciando al hablar grosero, se abstiene de hablar groseramente, todo su hablar es amistoso, agradable al oído, afable, que llega al corazón, cortés, placentero y estimado por muchos.

«Renunciando al hablar frívolo, se abstiene de hablar frívolamente, sus palabras son oportunas, verídicas, provechosas, habla de la Enseñanza y de la Disciplina a su debido tiempo, dice palabras dignas de atesorarse, razonables, moderadas y beneficiosas.

«Se abstiene de dañar semillas o plantas. Come una sola vez al día, no se alimenta a deshora, ni por la noche.

«Se abstiene de bailes, cantos, músicas y espectáculos frívolos.

«Se abstiene del uso de guirnaldas, perfumes y cosméticos, así como de alhajas y otros adornos de la persona.

«Se abstiene del uso de lechos ni muy altos ni muy anchos.

«No acepta oro ni plata. No acepta grano sin cocer ni carne cruda. No acepta mujeres, sean mayores o jóvenes; no acepta esclavos ni esclavas, ni cabras, ni ovejas, ni cerdos, ni aves de corral, ni ganado, caballos o elefantes, ni campos o terrenos.

«Se abstiene de llevar encargos o de hacer de mensajero. Se abstiene de comprar o vender. Se abstiene del uso de medidas, metales o pesos falsos. Se abstiene de cualquier género de corrupción, soborno, fraude o engaño. Se abstiene de lastimar a nadie, de asesinar, secuestrar, asaltar, robar y de cualquier acto de violencia.

[43] «Se contenta con un manto para proteger su cuerpo y con un cuenco en el que recibir la comida para sustentar su estómago, y así, adondequiera que va, lleva eso consigo. Libre como un pájaro que, vuele adonde vuele, no lleva otra carga más que sus alas, así va el monje por doquier con su manto y su cuenco de comida. Dotado de este noble conjunto de virtudes, experimenta interiormente una felicidad sin tacha.

[44] «Cuando ve una forma con la vista no se aferra ni a sus características ni a sus detalles, ya que al que vive con una facultad visual descontrolada le pueden invadir estados mentales perjudiciales o nocivos de aflicción y avidez; practicando el control, protege la facultad visual y se dedica a controlar la facultad visual. Cuando oye un sonido con el oído… huele un olor con el olfato… gusta un sabor con el gusto… toca algo tangible con el tacto… tiene conciencia de un pensamiento con la mente, no se aferra ni a sus características ni a sus detalles, ya que al que vive con una facultad mental descontrolada le pueden invadir estados mentales perjudiciales o nocivos de aflicción y avidez; así practica el control, protege la facultad mental y se dedica a controlar la facultad mental. Practicando así este noble control de las facultades, experimenta en su interior una felicidad sin tacha.

[45] Actúa con plena lucidez en todo lo que hace, ya sea yendo o viniendo… mirando adelante o mirando a su alrededor… encogiéndose o estirándose… llevando el manto, el cuenco y el manto… comiendo, bebiendo, masticando, saboreando… defecando u orinando… caminando, de pie, sentado, dormido, despierto, hablando o en silencio, actúa con plena lucidez.

[46] «Dotado de este noble conjunto de virtudes, dotado de este noble control de las facultades, y dotado de esta noble atención y lucidez, se instala en un lugar de residencia aislado, un bosque, el pie de un árbol, una colina, un barranco, una cueva de montaña, un cementerio, una selva, a cielo abierto, en un montón de paja.

[47] «De vuelta de recolectar la comida que le ofrecen, después de haber comido, se sienta con las piernas cruzadas, pone el cuerpo .erguido y enfoca la atención en torno a la boca.

«Renunciando a la codicia por lo mundano, permanece con una mente libre de codicia, limpiándose la mente de codicia.

«Renunciando al odio y a la malevolencia, permanece con una mente libre de malevolencia, limpiándose la mente de odio y de malevolencia, vive benévolo y compasivo para con todos los seres vivos.

«Renunciando a la pereza y apatía, permanece libre de pereza y apatía, con la mente despejada, lúcido y atento, limpiándose la mente de pereza y apatía.

«Renunciando al desasosiego y a la ansiedad, permanece sereno, con paz interior en la mente, limpiándose la mente de desasosiego y ansiedad.

«Lo que es provechoso, limpiándose la mente de duda.

[48] «Renunciando a estos cinco impedimentos, impurezas de la mente que menoscaban la sabiduría, apartado del deseo de los sentidos, apartado de lo que es perjudicial, alcanza y permanece en la primera abstracción meditativa, en la que hay gozo y felicidad nacidos del apartamiento, y va acompañada de ideación y reflexión.

[49] «Luego, al cesar la ideación y la reflexión, el monje alcanza y permanece en la segunda abstracción meditativa, en la que hay gozo y felicidad nacidos de la concentración, está libre de ideación y reflexión, y va acompañada de unificación de la mente y serenidad interior.

[50] «Luego, al desvanecerse el gozo, el monje permanece ecuánime, atento y lúcido, experimentando con el cuerpo aquel estado de felicidad que los Nobles llaman: ‘Vivir feliz, atento y ecuánime’, con lo que alcanza y permanece en la tercera abstracción meditativa.

[51] «Luego, al renunciar al placer, al renunciar al dolor, y previa desaparición de la alegría y la aflicción, el monje alcanza y permanece en la cuarta abstracción meditativa, sin dolor ni placer, completamente purificada por la atención y la ecuanimidad.

[52] «Entonces, con la mente así concentrada, completamente purificada, nítida, intachable, libre de impurezas, maleable, dispuesta para la acción, equilibrada, inmutable, dirige la mente hacia el conocimiento y recuerdo de sus vidas anteriores. Recuerda sus múltiples vidas anteriores, es decir, un nacimiento, dos, tres, cuatro, cinco, diez, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta, cien, mil, cien mil nacimientos, muchos ciclos cósmicos de contracción, muchos ciclos cósmicos de expansión, muchos ciclos cósmicos de contracción y expansión: ‘Allí, así me llamaba, tal era mi familia, tal era mi apariencia, tal era mi alimento, así experimenté placer y dolor, tanto así duró mi vida, allí fallecí y en otra parte reaparecí, allí, así me llamaba, tal era mi familia, tal era mi apariencia, tal era mi alimento, así experimenté placer y dolor, tanto así duró mi vida, allí fallecí y aquí reaparecí.’ Así recuerda sus múltiples vidas anteriores con sus características y detalles.

[53] «Entonces, con la mente así concentrada, completamente purificada, nítida, intachable, libre de impurezas, maleable, dispuesta para la acción, equilibrada, inmutable, dirige la mente hacia el conocimiento del nacer y morir de los seres. Con el ojo divino purificado, que va más allá del humano, ve a los seres falleciendo y reapareciendo, conoce a los seres inferiores, superiores, bellos, feos, afortunados, desafortunados según sus acciones anteriores y sabe: ‘Ciertamente, los seres de mala conducta corporal, de mala conducta verbal, de mala conducta mental, que insultan a los Nobles, que sostienen concepciones erróneas, cuyas acciones se derivan de concepciones erróneas, tras la muerte y descomposición del cuerpo reaparecen en la perdición, en un mal destino, en lugares de sufrimiento, en los infiernos. Pero aquellos seres de buena conducta corporal, de buena conducta verbal, de buena conducta mental, que no insultan a los Nobles, que sostienen concepciones verdaderas, cuyas acciones se derivan de concepciones verdaderas, tras la muerte y descomposición del cuerpo reaparecen en un buen destino, en algún mundo celestial’.

«Así, con el ojo divino purificado que va más allá del humano, ve a los seres falleciendo y reapareciendo, conoce a los seres inferiores, superiores, bellos, feos, afortunados, desafortunados y sabe que renacen según sus acciones anteriores.

[54] «Entonces, con la mente así concentrada, completamente purificada, nítida, intachable, libre de impurezas, maleable, dispuesta para la acción, equilibrada, inmutable, dirige la mente hacia el conocimiento de la aniquilación de las corrupciones.

«Sabe tal y como es: ‘Esto es el sufrimiento’, sabe tal y como es: ‘Éste es el origen del sufrimiento’, sabe tal y como es: ‘Éste es el cesar del sufrimiento’, sabe tal y como es: ‘Éste es el camino que lleva al cesar del sufrimiento’; sabe tal y como son: ‘Éstas son las corrupciones’, sabe tal y como es: ‘Éste es el origen de las corrupciones’, sabe tal y como es: ‘Éste es el cesar de las corrupciones’, sabe tal y como es: ‘Éste es el camino que lleva al cesar de las corrupciones’.

[55] «Cuando sabe y ve así, su mente queda liberada de la corrupción de los deseos de los sentidos, la mente queda liberada de la corrupción del devenir, la mente queda liberada de la corrupción de la ignorancia.

«Cuando está liberado, sabe que está liberado y sabe: ‘Aniquilado el renacer, cumplida la vida de santidad, hecho lo que había que por hacer, no hay ya más devenir’.

[56] «A ése, señores, se le denomina el que no se mortifica a sí mismo ni mortifica a otros, y no se dedica a la práctica de la mortificación personal ni a la práctica de la mortificación de otros, ése que, al no mortificarse a sí mismo ni mortificar a otros, en este mismo mundo está satisfecho, extinto, refrescado, y, habiendo logrado la santificación personal, experimenta felicidad.»

[57] Dicho esto, los habitantes de Sala dijeron así al Bienaventurado:

«¡Excelente, maestro Gotama; excelente, maestro Gotama! En verdad, maestro Gotama, como uno que levanta lo caído, o revela lo oculto, o indica el camino al extraviado, o alza un candil en la oscuridad pensando: ‘los que tengan ojos, que vean’, así es como el Bienaventurado explica la Enseñanza de diversas maneras. Vamos por refugio al maestro Gotama, a la Enseñanza ya la Comunidad de monjes. Rogamos al maestro Gotama que de hoy en adelante nos considere como devotos laicos venidos a él por refugio para toda la vida.»


NOTAS DEL BT:

[1] Apannakadhamma, lit., «enseñanza sin defecto, verdadera». Los Comentarios explican que se trata de la enseñanza no contradictoria, libre de ambigüedades y definitivamente aceptable. Este término aparece también en algunos suttas del AN (3,16 y 4,71) (Cf. Nanamili-Bodhi, 2001:1263).

[2] Se repite toda la secuencia del verso 13, pero en el sentido contrario.


FUENTE:

BHIKKHU NANAMOLI y BHIKKHU BODHI (2001) «Apannaka Sutta: The Uncontrovertible Teaching» en The Middle Length Discourses of the Buddha: A Translation of the Majjhima Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Págs. 506-519.

SOLÉ-LERIS, Amadeo y Abraham Vélez de Cea (2004) Mjjhima Nikaya: Los sermones medios del Buddha. Versión digital


Revisión y edición: Isidatta

Publicación del Bosque Theravada, 2011