SN 55,26 Pathamaanathapindika Sutta – Primer discurso con Anathapindika

El Venerable Sariputta analiza los cuatro factores de la entrada en la corriente de diez modos, después de lo cual, el seguidor laico Anathapindika se cura al instante.

 


[Leer en pali]

[26] En Savatthi. En esta ocasión, el hombre hogareño Anathapindika estaba aquejado, afligido y gravemente enfermo. Entonces, el hombre hogareño Anathapindika se dirigió a un hombre de esta manera:

“Ven, buen hombre, acércate al Venerable Sariputta, ríndele homenaje en mi nombre, con tu cabeza a sus pies, y dile: ‘Venerable Señor, el hombre hogareño Anathapindika está aquejado, afligido y gravemente enfermo. Rinde homenaje al Venerable Sariputta con su cabeza a sus pies’. Y luego dile: ‘Sería bueno, Venerable Señor, que el Venerable Sariputta llegara a la residencia del hombre hogareño Anathapindika, por compasión’”.

“Sí, maestro”, respondió aquel hombre y, acto seguido, se acercó al Venerable Sariputta, le rindió homenaje, se sentó a un lado y entregó el mensaje. Y el Venerable Sariputta asintió en silencio.

Entonces, por la mañana temprano, el Venerable Sariputta se vistió, tomó su cuenco y hábito exterior, y fue a la residencia del hombre hogareño Anathapindika, acompañado por el Venerable Ananda. Acto seguido se sentó en el asiento que estaba preparado para él y dijo al hombre hogareño Anathapindika: “Espero que lo estés soportando bien, hombre hogareño, espero que estés mejorando. Espero que tus sensaciones dolorosas estén disminuyendo en vez de incrementarse, y que se discierna su disminución y no su incremento”.

“No lo estoy soportando bien, Venerable Señor, no estoy mejorando. Mis sensaciones dolorosas no están disminuyendo, sino que se incrementan, y se discierne su incremento y no su disminución”.

“Hombre hogareño, tú no tienes aquella desconfianza hacia el Buda, la cual posee un no instruido mundano, por cuya razón, luego, con el desvanecimiento de su cuerpo, después de la muerte, renace en el plano de la miseria, en el mal destino, en el mundo bajo y hasta en el infierno. [Por el contrario,] tienes una firme confianza en el Buda, de esta manera: ‘El Bienaventurado es un Arahant… maestro de los devas y seres humanos, el Iluminado, el Bendito’. Al considerar dentro de ti mismo esta firme confianza en el Buda, tus penas pueden desaparecer en el acto.

“Hombre hogareño, tú no tienes aquella desconfianza hacia el Dhamma, la cual posee un no instruido mundano, por cuya razón, luego… renace en el plano de la miseria… [Por el contrario,] tienes una firme confianza en el Dhamma, de esta manera: ‘El Dhamma está bien expuesto por el Bienaventurado… a ser personalmente experimentada por el sabio’. Al considerar dentro de ti mismo esta firme confianza en el Dhamma, tus penas pueden desaparecer en el acto.

“Hombre hogareño, tú no tienes aquella desconfianza hacia el Sangha, la cual posee un no instruido mundano, por cuya razón, luego… renace en el plano de la miseria… [Por el contrario,] tienes una firme confianza en el Sangha, de esta manera: ‘El Sangha de los discípulos del Bienaventurado practica de una buena manera… es el insuperable campo de mérito para el mundo’. Al considerar dentro de ti mismo esta firme confianza en el Sangha, tus penas pueden desaparecer en el acto.

“Hombre hogareño, tú no tienes aquella inmoralidad, la cual posee un no instruido mundano, por cuya razón, luego… renace en el plano de la miseria… [Por el contrario,] tienes aquella virtud apreciada por los Nobles, inquebrantable… conducente a la concentración. Al considerar dentro de ti mismo aquella virtud apreciada por los Nobles, tus penas pueden desaparecer en el acto.

“Hombre hogareño, tú no tienes aquel erróneo punto de vista, el cual posee un no instruido mundano, por cuya razón, luego… renace en el plano de la miseria… [Por el contrario,] tienes el recto punto de vista. Al considerar dentro de ti mismo aquel recto punto de vista, tus penas pueden desaparecer en el acto.

“Hombre hogareño, tú no tienes aquella incorrecta intención… incorrecta forma de hablar… incorrecta acción… incorrecta forma de vida… incorrecto esfuerzo… incorrecta atención consciente… incorrecta concentración… incorrecto conocimiento… incorrecta liberación, la cual posee un no instruido mundano, por cuya razón, luego… renace en el plano de la miseria… [Por el contrario,] tienes la recta intención… recta forma de hablar… recta acción… recta forma de vida… recto esfuerzo… recta atención consciente… recta concentración… recto conocimiento… recta liberación. Al considerar dentro de ti mismo aquella recta liberación, tus penas pueden desaparecer en el acto”.

Acto seguido, las penas del hombre hogareño Anathapindika desparecieron en el acto. Y el hombre hogareño Anathapindika sirvió la comida a los Venerables Sariputta y Ananda con sus propias manos. Cuando el Venerable Sariputta terminó la comida y colocó aparte su cuenco, el hombre hogareño Anathapindika tomó un asiento bajo y se sentó a un lado, y el Venerable Sariputta le agradeció a través de estos versos:

“Cuando uno tiene fe en el Tathagata,

Inquebrantable y bien establecida,

Y con la buena conducta construye la virtud

Apreciada por los Nobles;

            “Cuando tiene confianza en el Sangha

            Y el punto de vista que ha sido ratificado,

            Dicen que uno no es pobre,

            Que la vida de uno no es en vano.

“Por eso la persona inteligente

Recuerda la enseñanza del Buda,

Es devota a la fe y la virtud,

A la confianza y la visión del Dhamma”.

Acto seguido, el Venerable Sariputta, habiéndole agradecido al hombre hogareño Anathapindika a través de estos versos, se levantó de su asiento y partió de allí.

Entonces, el Venerable Ananda se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y se sentó a un lado. Y el Bienaventurado le dijo: “Ahora bien, Ananda, ¿de dónde estás llegando a mediodía?”.

“El hombre hogareño Anathapindika, Venerable Señor, ha sido exhortado por el Venerable Sariputta con esta y esta exhortación”.

“Sariputta es sabio, Ananda, Sariputta tiene una gran sabiduría, en la medida que pudo analizar los cuatro factores de la entrada en la corriente en diez modos”.

 


FUENTES:

Bhikkhu Bodhi (2000). Anathapindika (1) en The Connected Discourses of the Buda: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston, Wisdom Publications (versión digital), pp. 2333-2335.   

Pathamaanathapindikasuttam en Digital Pali Reader 4.0


Traducido por Anton P. Baron

Editado por Federico Angulo y Anton Baron

Publicación de Bosque Theravada, 2015.