SN 40,10-11 Sakka y Candana Sutta – Sakka y Candana

En los dos últimos suttas de este samyutta, Moggallana visita los cielos y predica a los devas sobre ir por refugio a la Triple Joya. El primero de esos discursos es extenso, mientras el segundo ―idéntico al anterior, excepto en la audiencia― está drásticamente abreviado.

 


SN 40,10 Sakka Sutta – Sakka 

[Leer en pali]

(I)

[10] En cierta ocasión el Venerable Mahamoggallana moraba en la arboleda de Jeta, en el Parque de Anathapindika, cerca de Savatthi. Entonces, tan rápido como un hombre fuerte extiende su brazo doblado —o dobla su brazo extendido—, el Venerable Mahamoggallana desapareció de la arboleda de Jeta y reapareció entre los devas de Tavatimsa. Entonces Sakka, el Señor de los Devas, se acercó al Venerable Mahamoggallana junto con quinientos devatas. Habiéndose acercado, rindió homenaje al Venerable Mahamoggallana y se quedó a un lado. Entonces el Venerable Mahamoggallana dijo:

“Bueno es, Señor de los Devas, ir por refugio al Buda. Yendo por refugio al Buda es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial. Bueno es, Señor de los Devas, ir por refugio al Dhamma. Yendo por refugio al Dhamma es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial. Bueno es, Señor de los Devas, ir por refugio al Sangha. Yendo por refugio al Sangha es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial”.

“Bueno es, Señor Moggallana, ir por refugio al Buda… ir por refugio al Dhamma… ir por refugio al Sangha. Yendo por refugio al Sangha es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial”.

Entonces Sakka, el Señor de los Devas, se acercó al Venerable Mahamoggallana junto con seiscientos devatas… setecientos devatas… ochocientos devatas… dieciocho mil devatas. Y habiéndose acercado, rindió homenaje al Venerable Mahamoggallana y se quedó a un lado. Entonces el Venerable Mahamoggallana dijo:

“Bueno es, Señor de los Devas, ir por refugio al Buda…” [se repite la conversación anterior].

(II)

Entonces Sakka, el Señor de los Devas, se acercó al Venerable Mahamoggallana junto con quinientos devatas. Habiéndose acercado, rindió homenaje al Venerable Mahamoggallana y se quedó a un lado. Entonces el Venerable Mahamoggallana dijo:

“Bueno es, Señor de los Devas, poseer firme confianza en el Buda así: ‘El Bienaventurado es un Arahant perfectamente iluminado, consumado en el conocimiento verdadero y la conducta, afortunado, conocedor del mundo, insuperable adiestrador de personas que han de ser amansadas, Maestro de los devas y seres humanos, un Iluminado, un Bendito’. Poseyendo una firme confianza en el Buda, es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial.

“Bueno es, Señor de los Devas, poseer firme confianza en el Dhamma así: ‘El Dhamma está bien expuesto por el Bienaventurado, es directamente visible, inmediato e invita a uno a venir, es aplicable y personalmente experimentable por el sabio’. Poseyendo una firme confianza en el Dhamma, es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial.

“Bueno es, Señor de los Devas, poseer firme confianza en el Sangha así: ‘El Sangha de los discípulos del Bienaventurado practica de buena manera, practica de manera recta, practica de manera verdadera, practica de manera apropiada; es decir, los cuatro pares de personas, las ocho clases de individuos; este Sangha de los discípulos del Bienaventurado es digno de recibir ofrendas, digno de hospitalidad, digno de donativos, digno de reverenciales saludos y es un inigualable campo de méritos para el mundo’. Poseyendo una firme confianza en el Sangha, es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial.

“Bueno es, Señor de los Devas, poseer las virtudes apreciadas por los Nobles, inquebrantables, íntegras, inmaculadas, sin manchas, liberadoras, elogiadas por los sabios, inasibles, conducentes a la concentración. Poseyendo las virtudes apreciadas por los Nobles, es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial”.

“Bueno es, Señor Moggallana, poseer la firme confianza en el Buda… poseer la firme confianza en el Dhamma… poseer la firme confianza en el Sangha… poseer las virtudes apreciadas por los Nobles, inquebrantables, íntegras, inmaculadas, sin manchas, liberadoras, elogiadas por los sabios, inasibles, conducentes a la concentración. Poseyendo las virtudes apreciadas por los Nobles, es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial”.

Entonces Sakka, Señor de los Devas, se acercó al Venerable Mahamoggallana junto con seiscientos devatas… setecientos devatas… ochocientos devatas… dieciocho mil devatas. Habiéndose acercado, rindió homenaje al Venerable Mahamoggallana y se quedó a un lado. Entonces el Venerable Mahamoggallana dijo:

“Bueno es, Señor de los Devas, poseer firme confianza en el Buda…” [se repite la conversación anterior].

(III)

Entonces Sakka, Señor de los Devas, se acercó al Venerable Mahamoggallana junto con quinientos devatas. Habiéndose acercado, rindió homenaje al Venerable Mahamoggallana y se quedó a un lado. Entonces el Venerable Mahamoggallana dijo:

“Bueno es, Señor de los Devas, ir por refugio al Buda. Yendo por refugio al Buda, es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial. Ellos superan a los otros devas en diez aspectos: en el espacio vital celestial, en la belleza celestial, en la felicidad celestial, en la fama celestial, en la soberanía celestial y en las formas, sonidos, olores, sabores y objetos táctiles celestiales.

“Bueno es, Señor de los Devas, ir por refugio al Dhamma… ir por refugio al Sangha. Yendo por refugio al Sangha, es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial. Ellos superan a los otros devas en diez aspectos: en el espacio vital celestial, en la belleza celestial, en la felicidad celestial, en la fama celestial, en la soberanía celestial y en las formas, sonidos, olores, sabores y objetos táctiles celestiales”.

“Bueno es, Señor Moggallana, ir por refugio al Buda… ir por refugio al Dhamma… ir por refugio al Sangha. Yendo por refugio al Sangha, es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial. Ellos superan a los otros devas en diez aspectos: en el espacio vital celestial, en la belleza celestial, en la felicidad celestial, en la fama celestial, en la soberanía celestial y en las formas, sonidos, olores, sabores y objetos táctiles celestiales”.

Entonces Sakka, Señor de los Devas, se acercó al Venerable Mahamoggallana junto con seiscientos devatas… setecientos devatas… ochocientos devatas… dieciocho mil devatas. Y habiéndose acercado, rindió homenaje al Venerable Mahamoggallana y se quedó a un lado. Entonces el Venerable Mahamoggallana dijo:

“Bueno es, Señor de los Devas, ir por refugio al Buda…” [se repite la conversación anterior].

(IV)

“Bueno es, Señor de los Devas, poseer firme confianza en el Buda así: ‘El Bienaventurado es un Arahant perfectamente iluminado… un Bendito’. Poseyendo una firme confianza en el Buda, es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial. Ellos superan a los otros devas en diez aspectos: en el espacio vital celestial, en la belleza celestial, en la felicidad celestial, en la fama celestial, en la soberanía celestial y en las formas, sonidos, olores, sabores y objetos táctiles celestiales.

“Bueno es, Señor de los Devas, poseer firme confianza en el Dhamma así: ‘El Dhamma está bien expuesto por el Bienaventurado… personalmente experimentable por el sabio’. Poseyendo una firme confianza en el Dhamma, es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial. Ellos superan a los otros devas en diez aspectos… en las formas, sonidos, olores, sabores y objetos táctiles celestiales.

“Bueno es, Señor de los Devas, poseer la firme confianza en el Sangha así: ‘El Sangha de los discípulos del Bienaventurado practica de buena manera… es un inigualable campo de méritos para el mundo’. Poseyendo una firme confianza en el Sangha, es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial. Ellos superan a los otros devas en diez aspectos… en las formas, sonidos, olores, sabores y objetos táctiles celestiales.

“Bueno es, Señor de los Devas, poseer las virtudes apreciadas por los Nobles… conducentes a la concentración. Poseyendo las virtudes apreciadas por los Nobles, es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial. Ellos superan a los otros devas en diez aspectos… en las formas, sonidos, olores, sabores y objetos táctiles celestiales.

“Bueno es, Señor Moggallana, poseer firme confianza en el Buda… poseer firme confianza en el Dhamma… poseer firme confianza en el Sangha… poseer las virtudes apreciadas por los Nobles, inquebrantables, íntegras, inmaculadas, sin manchas, liberadoras, elogiadas por los sabios, inasibles, conducentes a la concentración. Poseyendo las virtudes apreciadas por los Nobles, es que algunos seres aquí, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte renacen en el buen destino, en el mundo celestial. Ellos superan a los otros devas en diez aspectos: en el espacio vital celestial, en la belleza celestial, en la felicidad celestial, en la fama celestial, en la soberanía celestial y en las formas, sonidos, olores, sabores y objetos táctiles celestiales”.

Entonces Sakka, Señor de los Devas, se acercó al Venerable Mahamoggallana junto con seiscientos devatas… setecientos devatas… ochocientos devatas… dieciocho mil devatas. Habiéndose acercado, rindió homenaje al Venerable Mahamoggallana y se quedó a un lado. Entonces el Venerable Mahamoggallana dijo:

“Bueno es, Señor de los Devas, poseer firme confianza en el Buda…” [se repite la conversación anterior].

 

SN 40,11 Candana Sutta – Candana

[Leer en pali]

[11] Entonces un joven deva Candana…

Entonces un joven deva Suyama…

Entonces un joven deva Santusita…

Entonces un joven deva Sunimmita…

Entonces un joven deva Vasavatti…

[El sutta está elaborado exactamente igual que el anterior].

 


FUENTE:

Bodhi, B. (2000). Sakka y Candana en The Connected Discourses of the Buddha: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston: Wisdom Publications, (versión digital), pp. 1510-1516.

Sakka y Candanasuttam en Digital Pali Reader 


Traducción: Anton P. Baron

Edición: Federico Angulo y Anton P. Baron

Publicación de Bosque Theravada, 2015, 2020.