DN 16 Mahaparinibbana Sutta. Parte II: Viaje a Vesali

De DN 16 Mahaparinibbana Sutta – Discurso acerca de la Gran Liberación.

Los números entre corchetes y las partes principales obedecen al sistema de Rhys Davids de Pali Text Society, mientras que los números entre llaves y los títulos de los cuarenta capítulos, al de World Tipitaka Edition.

Parte II: Viaje a Vesali

Tabla de contenidos:

8. Ariyasaccakatha – Narración con las nobles verdades

9. Anavattidhammasambodhiparayana – El dhamma de los que no retornan y alcanzan la meta final

10. Dhammadasadhammapariyaya – «Espejo del Dhamma»

11. Ambapaliganika – La cortesana Ambapali

12. Veluvagamavassupagamana – El paso de la estación de las lluvias en el pueblo de Veluva


8. Ariyasaccakatha – Narración con las nobles verdades [Leer en pali]

[2.1.] {155} Entonces, el Bienaventurado dijo a Ananda: «Vayamos, Ananda, a Kotigama». – «Muy bien, Venerable Señor», respondió el Venerable Ananda y el Bienaventurado fue a Kotigama, junto con un numeroso grupo de monjes y permaneció ahí por un tiempo.

[2.2.] Después, el Bienaventurado se dirigió a los monjes con estas palabras: «A causa del desconocimiento y la no-penetración de las Cuatro Nobles Verdades, como bien lo sabéis, por largo tiempo recorría este ciclo de nacimientos y muertes, al igual que vosotros. ¿Cuáles verdades? Mediante el desconocimiento de la Noble Verdad del Sufrimiento, estábamos transitando el interminable ciclo de nacimientos y muertes. Mediante el desconocimiento de la Noble Verdad del Origen del Sufrimiento, estábamos transitando el interminable ciclo de nacimientos y muertes. Mediante el desconocimiento de la Noble Verdad del Cese del Sufrimiento, estábamos transitando el interminable ciclo de nacimientos y muertes. Mediante el desconocimiento de la Noble Verdad del Sendero que lleva al Cese del Sufrimiento, estábamos transitando el interminable ciclo de nacimientos y muertes.

«Y a través del entendimiento y la penetración de estas Cuatro Nobles Verdades, la Noble Verdad del Sufrimiento, la Noble Verdad del Origen del Sufrimiento, la Noble Verdad del Cese del Sufrimiento y la Noble Verdad del Sendero que lleva al Cese del Sufrimiento, la avidez por la existencia ha sido cortada, ha sido destruido lo que conducía a la existencia y, he aquí, que no hay más nuevas existencias».

[2.3.] Cuando dijo esto, el Bienaventurado, el Bienhechor, el Maestro prosiguió:

Al no ver las Cuatro Nobles Verdades, tal como son,

Han atravesado la interminable ronda que lleva de vida en vida.

Cuando esto se ha visto, eliminadas las causas del renacimiento,

Las causas del dolor, también fueron cortadas y terminaron los renacimientos.

[2.4.] Entonces, el Bienaventurado, mientras estaba en Kotigama, ofreció este completo y detallado discurso: «He aquí, la moralidad, la concentración y la sabiduría. Cuando la concentración está imbuida con la moralidad, trae un gran beneficio y muchos frutos. Cuando la sabiduría está imbuida con la concentración, trae un gran beneficio y muchos frutos. La mente imbuida con la sabiduría, se libera completamente de las corrupciones de la sensualidad, de la existencia, de las falsas opiniones y de la ignorancia.»

9. Anavattidhammasambodhiparayana – El dhamma de los que no retornan y alcanzan la meta final [Leer en pali]

[2.5.] {156} Y cuando el Bienaventurado permaneció lo suficiente en Kotigama, dijo al Venerable Ananda: «Ven, Ananda, vayamos a Natika». – «Muy bien, Venerable Señor», respondió Ananda y el Bienaventurado fue ahí con un numeroso grupo de monjes y se quedó en la Casa de Ladrillo.

[2.6.] Entonces, el Venerable Ananda se acercó al Bienaventurado, lo saludó respetuosamente y, sentándose a un lado, dijo: «Señor, el monje Salha y la monja Nanda murieron en Natika. Ahora bien, ¿qué renacimientos van a tener después de la muerte? También murió el seguidor laico Sudatta y la seguidora laica Sujata, al igual que Kakudha, Kalinga, Nikata, Katissabha, Tuttha, Santuttha, Bhadda y Subhadda; todos ellos murieron en Natika; ¿qué renacimientos van a tener después de la muerte?»

[2.7.] {157} «Ananda, el monje Salha, a través de la destrucción de las corrupciones, ya en esta vida logró la liberación de las contaminaciones, como también la liberación por medio de sabiduría, habiéndolo alcanzado por sí mismo, mediante un conocimiento directo.

«Ananda, la monja Nanda, a través de la destrucción de las cinco cadenas inferiores va a renacer espontáneamente y va a alcanzar el Nibbana en aquel estado, sin retornar jamás a este mundo.

«Ananda, el seguidor laico Sudatta, a través de la destrucción de las tres cadenas y la disminución de la avidez, el odio y la falsa ilusión, es uno-que-retorna-una-vez, uno que volverá a este mundo sólo una vez más, para luego poner fin a sus sufrimientos.

«La seguidora laica, Sujata, a través de la destrucción de las tres cadenas, es una-que-entró-en-la-corriente, una para la cual es imposible caer dentro de los estados de aflicción y que con certeza alcanzará el Nibbana.

«Ananda, el seguidor laico Kakudha, a través de la destrucción de las cinco cadenas inferiores va a renacer espontáneamente y va a alcanzar el Nibbana en este estado, sin retornar jamás a este mundo. Así también Kalinga, Nikata, Katissabha, Tuttha, Santuttha, Bhadda y Subhadda.

«Ananda, en la ciudad de Natika hay más de cincuenta seguidores laicos, quienes, a través de la destrucción de las cinco cadenas inferiores, han renacido espontáneamente y van a alcanzar el Nibbana en aquel estado sin retornar a este mundo.

«Ananda, hay también más de noventa, quienes, a través de la destrucción de las tres cadenas y disminuyendo la avidez, el odio y la falsa ilusión, retornarán una vez, es decir, volverán a este mundo sólo una vez más, para luego poner fin a sus sufrimientos.

«Ananda, hay también más de quinientos, quienes, a través de la destrucción de las tres cadenas, entraron en la corriente; para ellos es imposible caer dentro de los estados de aflicción y que con certeza, alcanzarán el Nibbana.

10. Dhammadasadhammapariyaya – «Espejo del Dhamma» [Leer en pali]

[2.8.] {158} «Ananda, no es un hecho extraño, según el cual aquel que llega a existir tenga que morir. Entonces, sería problemático para el Tataghata, que cada vez que muera alguien, tú le indagues sobre su futura suerte. Por eso, Ananda, te voy a enseñar una forma de conocimiento, llamada «el espejo del dhamma», mediante la cual un noble discípulo podrá saber esto por sí mismo: ‘He destruido el infierno, también el renacimiento como animal o como espíritu, al igual que el renacimiento en todo plano de aflicción, y ciertamente alcanzaré el Nibbana’.

[2.9.] {159} «¿Y cuál es este ‘espejo del dhamma’, a través del cual se puede saber esto?

«Ananda, aquel noble discípulo posee una inquebrantable confidencia en el Buda, de esta manera: ‘El Bienaventurado es un Arahant, un Buda plenamente despierto, dotado de una conducta y conocimiento perfectos, es el Benefactor, el Conocedor de los Mundos, el Incomparable Maestro de los seres humanos destinados a ser amansados, Maestro de los seres humanos y divinidades, el Despierto y el Bienaventurado’.

«También, posee una inquebrantable confidencia en el Dhamma, de esta manera: ‘El Dhamma del Bienaventurado está bien proclamado, manifiesto aquí y ahora, un Dhamma que no demora [en tener resultados], agradable en el comienzo, agradable en la mitad y agradable al final, conducente a la liberación y que cada sabio ha de comprender por sí mismo’.

«También, posee una inquebrantable confidencia en el Sangha, de esta manera: ‘El Sangha de los discípulos del Bienaventurado está correctamente orientado, recto en su conducta, prudente y diligente, del cual se dijo que está compuesto por cuatro pares de seres humanos, por ocho tipo de personas. El Sangha de los discípulos del Bienaventurado es digno de recibir ofrendas, hospitalidad, honra y veneración. Constituye un insuperable campo de méritos para el mundo’.

«Y finalmente, posee la virtud de estimar de gran manera al Bienaventurado: el Perfecto y sin mancha, el cual pone en libertad, es elogiado por el sabio y conduce a la concentración.

«Así es, Ananda, este ‘espejo del dhamma’ mediante el cual el noble discípulo podrá saber esto por sí mismo: ‘He destruido el infierno, también el renacimiento como animal o como espíritu, al igual que el renacimiento en todo plano de aflicción. Soy el que entró en la corriente, me salvé de caer en los estados miserables y ciertamente alcanzaré el Nibbana’.

[2.10.] Entonces, el Bienaventurado, mientras estaba en Natika, en la Casa de Ladrillo, ofreció este completo y detallado discurso: «He aquí, la moralidad, la concentración y la sabiduría. Cuando la concentración está imbuida con la moralidad, trae un gran beneficio y muchos frutos. Cuando la sabiduría está imbuida con la concentración, trae un gran beneficio y muchos frutos. La mente imbuida con la sabiduría, se libera completamente de las corrupciones de la sensualidad, de la existencia, de las falsas opiniones y de la ignorancia».

[2.11.] {160} Y cuando el Bienaventurado permaneció lo suficiente en Natika, dijo al Venerable Ananda: «Ven, Ananda, vayamos a Vesali». – «Muy bien, señor», respondió el Venerable Ananda y el Bienaventurado fue ahí con un numeroso grupo de monjes y se quedó en el bosquecillo de Ambapali.

[2.12.] Entonces, el Bienaventurado se dirigió a los monjes de esta manera: «Monjes, el monje debería permanecer con la atención consciente y clara comprensión. Esta es mi exhortación a vosotros.

«¿Y cómo, monjes, el monje permanece con la atención consciente?

«He aquí, cuando el monje permanece contemplando el cuerpo en el cuerpo, diligentemente, claramente consciente, atento, habiendo dejado atrás el deseo y la pena concernientes al mundo.

«El monje permanece también contemplando las sensaciones en las sensaciones, diligentemente, claramente consciente, atento, habiendo dejado atrás el deseo y la pena concernientes al mundo.

«El monje permanece también contemplando la mente en la mente, diligentemente, claramente consciente, atento, habiendo dejado atrás el deseo y la pena concernientes al mundo.

«El monje permanece también contemplando las formaciones mentales en las formaciones mentales, diligentemente, claramente consciente, atento, habiendo dejado atrás el deseo y la pena concernientes al mundo.

«Así es como el monje permanece con la atención consciente.

[2.13.] «¿Y cómo, monjes, el monje permanece con la clara comprensión? He aquí, cuando el monje va hacia delante o hacia atrás, está consciente de lo que está haciendo; cuando se inclina o está en posición recta, está consciente de lo que está haciendo; cuando viste su ropa interior o exterior y toma el cuenco, está consciente de lo que está haciendo; cuando come y bebe, mastica y saborea, orina y defeca, está consciente de lo que está haciendo. Caminando, estando de pie, sentado o acostado, está consciente de lo que está haciendo. Yendo a dormir o permaneciendo despierto, hablando o permaneciendo en silencio, está consciente de lo que está haciendo. Así es como el monje permanece con una clara comprensión.

«Monjes, el monje debería permanecer con la atención consciente y clara comprensión. Esta es mi exhortación a vosotros».

11. Ambapaliganika – La cortesana Ambapali [Leer en pali]

[2.14.] {161} En aquella ocasión, la cortesana Ambapali escuchó que el Bienaventurado llegó a Vesali y que estaba en su arboleda. Y ella tenía los mejores carruajes listos para salir de Vesali hacia su parque. De modo que estaba conduciéndolos hasta donde se lo permitía el camino, después de lo cual descendió del carruaje y siguió a pie, dirigiéndose hacia donde estaba el Bienaventurado. Al llegar ahí y saludarlo respetuosamente, se sentó a un lado y el Bienaventurado la instruyó, inspiró, edificó y la llenó de alegría con la enseñanza del Dhamma.

Y cuando fue así inspirada, Ambapali se levantó de su asiento y dijo al Bienaventurado: «Venerable señor, ¿podría el Bienaventurado consentir en recibir de mí una comida mañana, junto con el Sangha de los monjes?» Y el Bienaventurado consintió en silencio. Cuando Ambapali entendió que el Bienaventurado aceptó su invitación, se levantó de su asiento y, saludándolo respetuosamente, se retiró, cuidando por respeto, que el Bienaventurado quedara siempre a su derecha.

[2.15.] Entonces, los licchavis de Vesali escucharon que el Bienaventurado llegó a Vesali y estaba en la Arboleda de Ambapali. Y ellos tenían los mejores carruajes listos para partir de Vesali. Algunos de los jóvenes licchavis, iban vestidos completamente de azul: con el maquillaje azul, la vestimenta y los adornos también azules. Otros, venían vestidos completamente de amarillo… de rojo… de blanco: con el maquillaje blanco, la vestimenta y los adornos también en blanco.

[2.16.] En esta ocasión, Ambapali se encontró con los jóvenes licchavis en el camino, eje con eje, rueda con rueda y yunta con yunta. Y ellos la preguntaron: «Ambapali, ¿por qué estás conduciendo en el sentido opuesto de nuestro?» «Jóvenes señores, respondió ella, es porque he invitado al Bienaventurado a comer mañana junto con su Sangha de los monjes».

«¡Renuncia a hacer esta comida, Ambapali, por cientos de miles!»

Pero ella respondió: «Jóvenes señores, aún si me ofrecieseis la ciudad de Vesali completa con todos sus ingresos y rentas, no renunciaría a esta importante comida».

Entonces los licchavis chasquearon los dedos irritados y dijeron: «¡hemos sido batidos por esta muchacha del mango [1], fuimos completamente superados por esta muchacha del mango!» Y sin embargo, continuaron su viaje hacia la Arboleda de Ambapali.

[2.17.] Cuando el Bienaventurado divisó a los licchavis de lejos, dijo a los monjes: «Monjes, cualquiera de vosotros que aún no habíais visto a los Treinta Tres Dioses, ¡sólo fijaos en esta tropa de los licchavis! ¡Fijaos bien en ellos y tendréis una idea de cómo son los Treinta y Tres Dioses!»

[2.18.] En esta ocasión, los licchavis estaban conduciendo hasta donde se lo permitía el camino, después de lo cual descendieron de los carruajes y siguieron a pie, dirigiéndose hacia donde estaba el Bienaventurado. Al llegar ahí y saludarlo respetuosamente, se sentaron al lado y el Bienaventurado los instruyó, inspiró, edificó y los llenó de alegría con la enseñanza del Dhamma.

Y cuando fueron así inspirados, los licchavis se levantaron de sus asientos y dijeron al Bienaventurado: «Venerable señor, ¿podría el Bienaventurado consentir en recibir de nosotros una comida mañana, junto con el Sangha de los monjes?» «Pero licchavis, yo ya había aceptado una comida mañana de la cortesana Ambapali». Entonces los licchavis chasquearon los dedos irritados y dijeron: «¡Hemos sido batidos por esta muchacha del mango, fuimos completamente superados por esta muchacha del mango!» Entonces, habiéndose regocijado y deleitado en la enseñanza del Bienaventurado, se levantaron de sus asientos y saludándolo respetuosamente, se retiraron, cuidando por respeto, que el Bienaventurado quedara siempre a su derecha.

[2.19.] {162} Cuando pasó la noche, la cortesana Ambapali escogió toda clase de comida, tanto dura como blanda que preparó en su casa, después de lo cual, fue a avisar al Bienaventurado que la comida estaba lista. Entonces, el Bienaventurado habiéndose vestido por la mañana temprano, tomó su cuenco y el hábito exterior y fue con el Sangha de los monjes a la residencia de Ambipala. Estando ahí, se sentó en el asiento preparado para él. Entonces, Ambapali sirvió toda clase de comida, que había preparado, al Bienaventurado y al Sangha de los monjes hasta satisfacerles a todos.

Y cuando el Bienaventurado terminó de comer, retiró su mano del cuenco y Ambapali se sentó en un taburete más bajo. Una vez sentada, se dirigió al Bienaventurado con estas palabras: «Venerable señor, quisiera ofrecer este parque al Sangha de los monjes encabezado por el Buda.» Y el Bienaventurado aceptó el parque y después la instruyó, inspiró, edificó y la llenó de alegría con la enseñanza del Dhamma. Después de lo cual, se levantó de su asiento y partió.

[2.20.] Entonces, el Bienaventurado, mientras estaba aún en Vesali, en la Arboleda de Ambapali, ofreció a los monjes un detallado y completo discurso: «He aquí, la moralidad, la concentración y la sabiduría. Cuando la concentración está imbuida con la moralidad, trae un gran beneficio y muchos frutos. Cuando la sabiduría está imbuida con la concentración, trae un gran beneficio y muchos frutos. La mente imbuida con la sabiduría, se libera completamente de las corrupciones de la sensualidad, de la existencia, de las falsas opiniones y de la ignorancia».

12. Veluvagamavassupagamana – El paso de la estación de las lluvias en el pueblo de Veluva [Leer en pali]

[2.21.] {163} Y cuando el Bienaventurado permaneció lo suficiente en la Arboleda de Ambapali, dijo al Venerable Ananda: «Ven, Ananda, vayamos a Veluva». – «Muy bien, Venerable Señor», respondió el Venerable Ananda y el Bienaventurado fue allí con un numeroso grupo de monjes.

[2.22.] En esta ocasión, el Bienaventurado dijo a los monjes: «Vosotros, monjes, deberíais permanecer aún en Vesali, junto a sus amigos, conocidos o seguidores, y pasar ahí la estación de las lluvias. Yo, por mi parte, pasaré la temporada de las lluvias aquí, en Veluva». – «Bien, venerable señor», respondieron los monjes y así lo hicieron, mientras que el Bienaventurado se quedó en Veluva para pasar ahí la estación de las lluvias.

[2.23.] {164} Mientras transcurría esta temporada lluviosa, el Bienaventurado fue atacado por una severa enfermedad, con dolores tan agudos, que parecía que estaba a punto de morir. Pero el Bienaventurado lo enfrentó con la atención consciente y con una mente clara e impasible.

Y se le ocurrió el siguiente pensamiento: «Ciertamente, no sería apropiado que llegase ahora mi pase final, sin que me dirija por última vez a mis seguidores y pida permiso al Sangha de los monjes. Necesito sobreponerme a esta enfermedad con la fuerza de voluntad y determinar la continuación del proceso vital para seguir viviendo».

Entonces hizo así y su enfermedad se disipó.

[2.24.] En esta ocasión, el Bienaventurado, habiéndose recuperado de su enfermedad, tan pronto se haya sentido mejor, salió afuera y se sentó en el asiento preparado para él frente a su vivienda. Entonces, el Venerable Ananda llegó junto a él, lo saludó respetuosamente, se sentó a un lado y dijo: «¡Me siento muy afortunado, Venerable Señor, al ver al Bienaventurado otra vez confortable! ¡Qué afortunado soy, al ver al Bienaventurado, recuperado! ¡Es grato, Venerable Señor, verle otra vez aliviado! Por cierto, mientras estuve viendo al Bienaventurado enfermo, era como si mi propio cuerpo llegara a ser débil y enredado, todas las cosas a mi alrededor oscurecieron y mis sentidos me fallaron. Lo único confortable que tenía, era pensar que el Bienaventurado no iba a realizar su pase final, sin antes ofrecer instrucciones al Sangha de los monjes».

[2.25.] {165} Así habló el Venerable Ananda, pero el Bienaventurado le respondió con estas palabras: «¿Qué más puede esperar de mí el Sangha de los monjes, Ananda? Yo había enseñando el Dhamma sin miramientos, para que nada resultara esotérico o no manifiesto: en cuanto a la doctrina se refiere, el Tataghata nada dejó oculto, como si lo pusiera en un puño cerrado. Si estuviera alguien que pensara: ‘yo me haré cargo del Sangha’ o ‘el Sangha depende de mí, me pertenece’, entonces, esta persona sí, debería ofrecer las instrucciones al Sangha. Sin embargo, Ananda, en el Tathagata, semejantes pensamientos no tienen lugar, ¿cómo entonces, podría el Tathagata aún ofrecer las instrucciones al Sangha?

«Yo ya soy débil, Ananda, entrado en edad, envejecido y venerable; soy alguien que ha atravesado ya el camino de la vida. He llegado al tope del espacio vital, el cual es de ochenta años. Y, al igual que una vieja carreta se sujeta con las correas para que no se deshaga, así también, el cuerpo del Tataghata está sujetado para que permanezca unido. Es solamente cuando el Tataghata aparta la atención de los signos externos, cesan ciertas sensaciones y cuando permanece en la concentración mental sin signos, este cuerpo se siente más confortable.

[2.26.] «Por lo tanto, Ananda, sé tú mismo una isla para ti, sé tu propio refugio y que no haya nadie más que sea tu refugio; con el Dhamma como tu único refugio. Y ¿cómo hace el monje para que se convierta en una isla para sí mismo, para que sea su propio refugio y no tenga nadie más que sea su refugio, con el Dhamma como su único refugio?

«Es cuando el monje permanece contemplando el cuerpo en el cuerpo, diligentemente, claramente consciente, atento, habiendo dejado atrás el deseo y la pena concernientes al mundo. Es también cuando permanece contemplando las sensaciones en las sensaciones… la mente en la mente… las formaciones mentales en las formaciones mentales, diligentemente, claramente consciente, atento, habiendo dejado atrás el deseo y la pena concernientes al mundo. Es así, como el monje se hace una isla para sí mismo, se hace su propio refugio y no tiene nadie más que sea su refugio; con el Dhamma como su único refugio.

«Aquellos monjes míos, Ananda, que ahora o después de mi partida, permanezcan como sus propias islas, sean su propio refugio sin que tengan a nadie más que sea su refugio, con el Dhamma como su único refugio, ellos alcanzarán lo más alto, si es que tengan deseo de aprender».


NOTA:

[1] Es un juego de palabras en pali: amba (mango) y ambakaa (mujer). El nombre de Ambapaalii significa «La guardiana del mango».


FUENTES:

«Mahaparinibbanasutta» [en línea] en World Tipitaka Edition http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/7D/3 (13/05/2008).

HERMANA VAJIRA y Francis STORY [en línea]. «Maha-parinibbana Sutta: Last Days of the Buddha «. (18/06(2006).

THANISSARO BHIKKHU [en línea]. «Maha-Parinibbana Sutta: The Great Discourse on the Total Unbinding » (fragmentos) Partes V y VI. (18/06/2006).

WALSHE, Maurice. «Mahaparinibbana Sutta: The great Passing. The Buddha’s Last Days». En «The Long Discourses of the Buddha: A Translation of the Digha Nikaya «. Boston, Wisdom Publications. Págs. 231-277.


Traducido y editado por Isidatta para Bosque Theravada © 2008

Revisado y corregido por Upasika

Edición de Bosque Theravada © 2008 © 2010

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