AN 3,130 Dutiyanuruddha Sutta – Segundo discurso con Anuruddha

Este sutta demuestra que el dominio total del poder requiere que uno abandone incluso la noción de que “yo soy” el maestro o que “mi mente” esté concentrada. La actitud adecuada, frente a los poderes espirituales, es “inclinar la mente a lo Inmortal”.


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[130] Entonces, el Venerable Anuruddha se acercó al Venerable Sariputta e intercambió con él cordiales saludos. Cuando concluyeron sus saludos y amables palabras de bienvenida, se sentó a un lado y dijo al Venerable Sariputta:

“He aquí, amigo Sariputta, con el ojo divino que es purificado y sobrepasa el humano, he inspeccionado el milenario sistema mundial. La energía surgió en mí sin vacilaciones; mi atención consciente se estableció sin confusión; mi cuerpo está tranquilo sin perturbaciones; mi mente concentrada y unificada. Aún así, mi mente no se liberó de las corrupciones mediante el no-apego”.

[El Venerable Sariputta dijo:] “Amigo Anuruddha, cuando piensas: ‘Con el ojo divino que es purificado y sobrepasa el humano, he inspeccionado el milenario sistema mundial’, esta es tu presunción.

“Y cuando piensas: ‘La energía surgió en mí sin vacilaciones; mi atención consciente se estableció sin confusión; mi cuerpo está tranquilo sin perturbaciones; mi mente concentrada y unificada’, esta es tu preocupación.

“Y cuando piensas: ‘Aún así, mi mente no se liberó de las corrupciones mediante el no-apego’, este es tu remordimiento.

“Sería bueno, amigo Anuruddha, que abandonases esas tres características y dejases de atenderlas. En vez de eso, concentra tu mente en el elemento de la inmortalidad”.

Y un tiempo después, el Venerable Anuruddha abandonó esas tres características y dejó de atenderlas. En vez de eso, concentró su mente en el elemento de la inmortalidad.

Entonces, morando en soledad, recluido, atento, ardiente y resuelto, no mucho tiempo después, el Venerable Anuruddha descubrió por sí mismo con el conocimiento directo, en esta presente vida, aquella insuperable realización de la vida santa, en aras de la cual el hombre de familia correctamente renuncia a la vida hogareña y escoge el estilo de vida sin hogar, y una vez entrado, permanece en ella. Y conoció directamente esto: “El nacimiento está destruido, la vida santa ha sido vivida, lo que se tenía que hacer, fue realizado y he aquí, no hay futuras vueltas a los estado de existencia”. Y el Venerable Anuruddha llegó a ser uno de los Arahants.

 


FUENTES:

Bhikkhu Bodhi (2012). Anuruddha (2) en The Numerical Discourses of the Buddha: A Translation of the Anguttara Nikaya. Boston: Wisdom Publications. Pp. 360-361.

“Dutiyaanuruddhasuttam” en Digital Pali Reader 4.1.  


Traducido por Anton P. Baron

Editado por Federico Angulo y Anton P. Baron

Publicación de Bosque Theravada, 2013.