Capítulo Tercero: Apaciguando al cuerpo (kaya)

Una serie de tres charlas del Venerable Buddhadasa Bhikkhu, en las cuales explica los pasos de la meditación en la respiración (anapanasati).

Tercera etapa: experimentando todos los cuerpos
Los tres significados de sankhara
Experimentando sankhara
Cuarta etapa: calmando la respiración
Cinco hábiles trucos
Aparece una imagen mental
La imagen final
Concentración perfecta
En la cúspide
Es fácil cuando…

 

Vamos a hablar hoy de la tercera y de la cuarta etapa de este primer grupo de la práctica, es decir de las etapas relacionadas con el «kaya» que quedan.

 

Tercera etapa: experimentando todos los cuerpos

En la tercera etapa, el objetivo es experimentar todos los «kaya», todos los cuerpos. La esencia de esta etapa es sentir todos los cuerpos, mientras somos conscientes de la inhalación y de la exhalación. Hemos empezado ya a observar mientras practicábamos las primeras etapas, que la respiración es el factor que condiciona nuestro cuerpo carnal. Esta etapa no introduce nada nuevo, sino que consiste en observar este hecho más profunda, clara y cuidadosamente que antes. Contemplamos con más precisión el hecho de que existen dos «kaya» (cuerpos). Observad esto continuamente al inhalar y exhalar.

Hay que recordar una observación que hemos empezado a experimentar anteriormente. Traed a la mente el hecho de que la respiración es el factor que condiciona al cuerpo carnal. Distinguiremos dos cosas, pero llamándolas ambas «kaya».La respiración es un cuerpo ya que es un grupo, un conjunto de cosas o elementos. El cuerpo carnal es un «kaya» por el mismo motivo. Existen pues estos dos grupos o cuerpos. Uno es la respiración que condiciona al otro grupo, el del cuerpo. Analizad esta experiencia para ver claramente que existen dos grupos y ved como se condicionan el uno al otro. Contemplad este hecho cada vez con más énfasis, hasta que sea obvio.

Cuando oís la palabra «cuerpo», entended por favor que incluye también el significado de la palabra «grupo». En el idioma Pali original el Buda utiliza la palabra «kaya»: «sabbakayampatisamveti» (experimentando todos los cuerpos). En tailandés, «kaya» viene del Pali «kaya» y quiere decir también «grupo, montón, división». Esta palabra se usa para otras cosas que el cuerpo, como por ejemplo en Pali para un escuadrón de soldados, un «kaya» de soldados. Así que por favor no entendáis esta palabra como cuerpo carnal solamente. La respiración es también llamada «kaya» o grupo. Para comprender lo que significa «experimentar todos los cuerpos» debemos entender correctamente esta palabra «kaya». Entonces podremos comprender ambos grupos, el de la respiración y el carnal.

El objetivo específico de esta etapa es saber que existen dos grupos y que uno de ellos condiciona, alimenta y sostiene al otro. El grupo de la respiración alimenta al grupo del cuerpo. En realidad, hemos experimentado esto desde el inicio de la práctica de «Anapanasati». Anteriormente, experimentábamos que cuando la respiración es gruesa, el cuerpo se hace más pesado e incómodo y cuando la respiración es fina, el cuerpo se apacigua.

Observamos estos hechos desde que practicamos las etapas uno y dos. En esta etapa, profundizamos en este secreto hasta que nos parezca absolutamente claro. Existen dos grupos. Uno de ellos condiciona y alimenta al otro. Conoced la diferencia entre ellos.

 

Los tres significados de sankhara

Estamos experimentando mentalmente el condicionamiento mutuo de estos dos cuerpos. Al cuerpo que es causa del condicionamiento se le llama «kaya-sankhara» («condicionador» del cuerpo), para distinguirlo del otro, el afectado por el condicionamiento, que recibe el nombre de «cuerpo condicionado». Observamos este hecho en la mente, viéndolo como si fuera físicamente tangible. Ved como un grupo condiciona y alimenta al otro. Vedlos aparecer y desaparecer juntos, volverse más finos o gruesos, más cómodos o incómodos en íntima relación. Realizad hasta que punto su conexión es estrecha. Esto es lo que se entiende por «viendo todos los cuerpos». Observad ambos cuerpos juntos y ved como se condicionan. Esto es muy valioso para ver la verdad más extensamente, incluso para tomar conciencia de «anatta» (la ausencia de yo, de «ego» o de alma). Al ver esta interdependencia, descubrimos que lo que ocurre no es más que un proceso natural de condicionamiento. No hay ningún tipo de «atta», de «ego» o de alma involucrado. Esta comprensión puede ser del mayor provecho, aunque esté de alguna manera más allá del objeto de esta etapa. Por ahora, sólo necesitamos entender este condicionamiento lo suficiente para ser capaces de regular el cuerpo carnal, de apaciguarlo, regulando la respiración.

Me gustaría aprovechar esta oportunidad para explicar todos los significados de la palabra «sankhara». Es una palabra muy común e importante en las escrituras Pali, pero muchas personas tienen problemas con ella debido a sus distintos usos y sentidos. Así son los idiomas, inciertos y aparentemente poco fiables. La palabra «sankhara» puede significar:

1. -«condicionador» (la causa que es origen del condicionamiento).

2. -«condicionado» (el resultado de la acción de condicionar).

3. -«condicionar» (la actividad en sí o el proceso de condicionar).

Utilizamos pues la misma palabra para el sujeto que condiciona (el condicionador), que para el objeto del condicionamiento (el condicionado), e incluso para la actividad en sí de condicionar. Esto puede crearos un poco de confusión, así que recordar que «sankhara» tiene estos tres significados. El sentido correcto, depende del contexto. El saber esto os será muy útil en vuestros estudios posteriores.

Estudiad los tres significados de «sankhara» en vuestro cuerpo. No hay necesidad de estudiarlo en libros o de manera teórica. El cuerpo mismo es un «sankhara». Ha sido condicionado por diversas causas y por los numerosos elementos que lo componen. Es pues un «sankhara» en el sentido de objeto condicionado. Una vez que este cuerpo existe, provoca la aparición de otros fenómenos, como pensamientos, sensaciones y actos. Sin este cuerpo, estos pensamientos y actos no podrían ocurrir nunca. Es pues también un «condicionador» puesto que provoca otros actos. Finalmente, en este «sankhara» que es nuestro cuerpo carnal, el proceso de condicionar está constantemente en marcha. Podemos descubrir los tres aspectos de la palabra «sankhara» en nuestro propio cuerpo. Estudiad el sentido de «sankhara» de esta manera tan completa. Os será entonces más fácil y cómodo tomar conciencia del «Dhamma» cada vez más profundamente, a medida que sigáis adelante.

 

Experimentando sankhara

En la tercera etapa -«experimentando todos los cuerpos», el carnal y el de la respiración- cada uno de estos tres significados es practicado. Primero contemplamos el cuerpo carnal como condicionado por la respiración. Luego vemos a la respiración como «condicionador» del cuerpo. Y finalmente observamos la actividad de condicionar que siempre existe simultáneamente entre los dos cuerpos. En la práctica de la tercera etapa contemplamos pues lo que condiciona, lo condicionado y la acción de condicionar. Este condicionamiento del cuerpo es el nivel físico de «sankhara». No lo hemos visto todavía a nivel mental. La tercera etapa es el trabajo de ver estas tres cosas juntas en la mente, continua y simultáneamente. Entonces descubriréis todo lo relativo al término «sankhara», especialmente en su relación al cuerpo y su actividad, en esta misma etapa.

Cuando hayamos estudiado este hecho hasta llegar a una comprensión clara, obvia y plena, tal como se ha explicado anteriormente, seremos capaces de experimentar estos tres hechos al mismo tiempo en un sólo instante. Incluso pueden observarse en el transcurso de una única inspiración o expiración. Si somos capaces de hacerlo, habremos «experimentado plenamente el kaya-sankhara» (el «condicionador» del cuerpo) y completado con éxito la tercera etapa.

Lo esencial de la práctica de la tercera etapa es saber que existen dos cuerpos y ser capaces de regular uno de los «kaya» gracias al otro. O sea, regular el cuerpo carnal a través de la respiración. Una vez que veamos esto claramente y que estemos completamente convencidos de ello por nuestra experiencia en cada inspiración y cada expiración, habremos realizado con éxito la práctica de la tercera etapa.

 

Cuarta etapa: calmando la respiración

Una vez que sabemos que podemos regular el cuerpo con la respiración, empezamos a practicar la cuarta etapa. El Buda describió la cuarta etapa como «calmando el condicionador del cuerpo (passambhayam kayasankharam)». Somos capaces de hacerlo una vez que sabemos que podemos utilizar la respiración para controlar el cuerpo.

El objeto de la cuarta etapa es calmar el «condicionador» del cuerpo (kaya-sankhara) al inhalar y calmar el «condicionador» del cuerpo al exhalar. Esto significa que podemos hacer que la respiración sea cada vez más apacible mientras inspiramos y expiramos. Es lo que vamos a explicar ahora.

Fijaos en las palabras que describen esta etapa. «Calmando el condicionador del cuerpo» se refiere a apaciguar el cuerpo de la respiración. En la cuarta etapa, el propósito de nuestra práctica es calmar la respiración. La hacemos fina y pacífica. Para ello disponemos de varias técnicas. Si conseguimos apaciguar la respiración, aparecerán resultados muy poderosos e interesantes. Primero el cuerpo se hará muy suave, relajado y tranquilo. Entonces aparecerá también un aquietamiento de la mente. Habrá así mismo otros resultados, pero hablaremos de ellos más adelante. La lección inmediata es apaciguar la respiración.

Adiestrar la respiración es el primer punto a considerar en la práctica de la cuarta etapa.

 

Cinco hábiles trucos

En la práctica de la cuarta etapa, disponemos de varios hábiles métodos -incluso se pueden llamar trucos- para ayudarnos a calmar la respiración. Los llamamos técnicas o trucos y pertenecen a un orden más elevado que el de las cosas sobre las cuales los utilizamos. Disponemos pues de cinco hábiles trucos que utilizamos sucesivamente sobre la respiración, a medida que va desarrollándose la concentración:

1. Seguir la respiración

2. Vigilar la respiración en un punto determinado

3. Crear una imagen imaginaria en este punto.

4. Manipular este tipo de imágenes de distintas maneras para adquirir control sobre ellas.

5. Seleccionar una de estas imágenes y contemplarla lo más concentradamente posible hasta que la respiración se vuelva verdaderamente pacífica y apacible.

Estas son nuestras cinco técnicas o trucos: seguir, vigilar, creación de una imagen mental, jugar con las distintas imágenes mentales y elegir una como objeto específico de «samadhi» (concentración) hasta llegar a la calma total.

Ya hemos utilizado la primera técnica – «seguir» la respiración- desde los primeros compases de la práctica y las etapas uno, dos y tres. Ahora la repetimos o revisamos simplemente hasta ser unos expertos en seguir la respiración. Esto no requiere más explicaciones.

El segundo truco es «vigilar», elegir un punto del recorrido seguido por la respiración y quedarse allí observando o vigilando la respiración. Ya no necesitamos seguir la respiración, pero los resultados son parecidos a si siguiéramos haciéndolo. No se permite a «citta» (la mente) o a «sati» (la atención) ir a ningún otro sitio, sino que deben mantenerse en este punto, vigilando como entra y sale la respiración. Los resultados son parecidos a los de «seguir», sólo que «vigilar» es más sutil.

Generalmente utilizamos el primer punto donde la respiración entra en contacto con la nariz, o sea en la punta de la nariz. Este punto es el más fácil y sencillo de vigilar, salvo que tengáis una nariz aguileña que llegue más abajo que vuestro labio superior. Puede entonces que sintáis el primer contacto de la respiración en la parte superior del labio. El punto estará en un sitio distinto para cada uno de nosotros, según la forma y la estructura de cada labio y nariz.

Encontrad el sitio donde la respiración es más fácil de observar. Si es difícil encontrarlo respirando normalmente, tomad unas cuantas respiraciones fuertes y profundas, y el punto aparecerá más claramente. La localización exacta no es importante, encontrad simplemente el punto de la nariz, o incluso del labio, donde sintáis la respiración lo más nítidamente posible. Una vez encontrado, vigilad la respiración en este punto, viendo como entra y sale. Sed conscientes de la inspiración y de la expiración en este punto: este es el segundo nivel de nuestra serie de trucos.

Podéis observar que cuando no prestamos atención a la respiración y la dejamos funcionar libremente, nos da un tipo de sensación. Pero apenas empezamos a fijarnos en ella, incluso cuando sólo la seguimos, se hace más fina y suave.

Se ajusta ella misma haciéndose más sutil, siendo por consiguiente más fácil «perderla» y que la mente se distraiga. Nos hace jugadas de este tipo. Después, cuando dejamos de seguirla para vigilarla en un punto preciso, la respiración se aquieta incluso más. Podéis verificar este hecho en vuestra propia experiencia.

 

Aparece una imagen mental [6]

La respiración se afina y se aquieta todavía más cuando creamos una imagen mental (nimitta) en el punto de «vigilancia». Esta imagen mental es sólo imaginaria, no es real. Es creada por la mente, por la «citta». Podéis cerrar los ojos y «verla»; podéis abrir los ojos y seguir «viéndola». Es como una alucinación que la mente crea por sí sola para aquietar la respiración, cuando alcanza estados muy sutiles. La respiración y todo lo demás, tienen que afinarse y aquietarse más y más hasta dar lugar a una imagen mental.

La imagen mental puede adoptar cualquier forma, según lo que sea más apropiado para el cuerpo de cada persona. Algunas personas pueden crear una esfera (roja, blanca, verde o de cualquier otro color). Puede también tomar la forma de la llama de una vela, de una bolita de algodón, de una nube de humo, del sol, de la luna, de una tela de araña centelleando a la luz del sol, etc. Y esto es sólo parte de las posibilidades de los poderes creativos de la mente. El tipo de imagen depende del que la crea. La mente tiende simplemente hacia cierta dirección y la imagen aparece por sí sola. Es un fenómeno puramente mental que no tiene realidad física alguna. Completamos la práctica del tercer truco cuando somos capaces de crear una imagen mental en el punto de «vigilancia».

La técnica número cuatro consiste en modificar o manipular las imágenes en función de nuestros requerimientos. Cambiar de una imagen a otra, modificar su forma, su color,… de todas las maneras que queramos. Esto es posible al ser la mente quien creó las imágenes desde el principio. Tiene pues la capacidad de cambiarlas, de manipularlas, de jugar con ellas y lo puede hacer fácilmente ya que está claramente dentro de sus posibilidades. Al mismo tiempo, desarrollamos nuestra habilidad en dominar la mente por vías cada vez más sutiles y poderosas.

Controlamos la mente mejor que antes y la «citta» es cada vez más sutil y refinada. Se va aquietando hasta que eventualmente seamos capaces de dejarla completamente quieta. Por ahora sólo controlamos estas imágenes, cambiándolas según las inclinaciones de la mente. Experimentamos cambiando las imágenes para ir aquietando la respiración más y más. Esto no es más que un truco, pero un truco muy avanzado y sutil que nos permite tener más influencia sobre la mente, lo que aquieta automáticamente la respiración. A su vez este apaciguamiento de la respiración nos permite manipular mejor las imágenes. Aunque la mente se aquiete también, el énfasis está ahora en apaciguar la respiración. El cuarto truco consiste pues en controlar las imágenes mentales a voluntad.

 

La imagen final

Si queremos observar el proceso de aquietamiento, tenemos que descubrir que cuando practicamos en la forma aquí descrita, la respiración se afina y se aquieta automáticamente por sí sola. Cuando la respiración se aquieta, el cuerpo se apacigua. Y el apaciguamiento del cuerpo tiene un efecto sobre la mente. La «citta» se aquieta y se serena proporcionalmente al apaciguamiento del cuerpo, pero esta no es nuestra intención por ahora. El aquietamiento específico de la mente es el objeto de una futura etapa. Aquietar la respiración y el cuerpo se aquieta. Además, habrá ciertos efectos sobre la mente. Podemos observar el proceso del aquietamiento mientras practicamos esta etapa.

La quinta técnica es elegir una sola «nimitta» (imagen), la más apropiada. Ya no la vamos a cambiar más. Elegiremos la imagen que mejor nos convenga, para luego contemplarla con toda nuestra atención y desarrollar así plenamente «samadhi» (la concentración). Os aconsejamos que elijáis una imagen que sea apacible, relajante y fácil de focalizar. Elegid una que no provoque o excite emociones y pensamientos y no tenga o desarrolle ningún sentido u significado especial. Un simple punto blanco servirá perfectamente nuestro propósito.

El mejor tipo de imagen es neutral. Si elegimos una de color levantará pensamientos y sensaciones. Lo mismo se puede decir de las imágenes atractivas, interesantes, originales o complicadas.

A ciertas personas les gusta utilizar una imagen del Buda como «nimitta», pero esto puede conducirles a todo tipo de pensamientos. Los pensamientos aparecen sencillamente en relación a la imagen vista, en lugar de que la mente se «hunda» en la quietud. Por eso elegimos una imagen que no tenga significado, ni asociaciones mentales y sea natural; para poder sumergirnos en la quietud. Un punto blanco puede ser lo más indicado. Un pequeño punto luminoso también. Algo que sea fácil de contemplar y que no provoque pensamiento alguno. Elegimos una imagen de este tipo y focalizamos toda la atención, toda la mente en ella, para desarrollar la concentración de la mente. Centraros sólo en este punto. Ninguna parte de la «citta» se distrae en otra cosa, sino que se reconcentra toda en este único punto. Concentrarlo «todo» en este único punto, es el objeto del quinto truco.

 

Concentración perfecta

Seleccionamos pues el objeto (nimitta) más apropiado para que la mente lo contemple. A estas alturas tenemos que saber que ordinariamente la mente está diseminada, dispersada, irradiando hacia afuera en todas direcciones. Pero ahora tenemos que volvernos hacia el interior y focalizar en un solo punto todo este flujo dirigido hasta ahora hacia el exterior. En Pali, este estado se llama «ekaggata» lo que significa «tener una sola cumbre, una sola cima». La mente se recoge entera en este único punto. Hemos encontrado la imagen más apropiada -un pequeño punto blanco- ahora la mente se sumerge en él. Todo el flujo mental converge en este punto, de la misma manera que una lupa recoge los rayos del sol y los focaliza en un sólo punto, suficientemente poderoso como para encender una llama. Este ejemplo ilustra el gran poder que puede ser explotado cuando toda la energía de la mente se concentra en un único punto. Una vez que la mente se focaliza sobre el objeto que hemos elegido, su radiación converge en un solo punto y se convierte en «ekaggata».

Cuando la mente está completamente centrada en un solo punto, no existen otras sensaciones, pensamientos u objetos para ella. Sólo quedan los factores de «jhana» [7], llamados «jhananga». Existen cinco factores en este primer nivel de «absorción», ya que la mente es todavía lo bastante gruesa como para realizar la función de contemplar el objeto. La mente consciente de su objeto es llamada «vitakka». La mente experimentando este objeto es llamada «vicara». Debido a «vitakka» y «vicara» la mente está satisfecha o contenta (piti). Y cuando hay «piti», aparece también al mismo tiempo, la sensación de felicidad (sukha). Finalmente, la mente sigue absorta como antes en un sólo punto: «ekaggata», que constituye junto con «vitakka» (conciencia del objeto), «vicara»»piti» (satisfacción) y «sukha» (felicidad), los cinco factores del primer «jhana». Estos cinco factores demuestran que la mente ha entrado en el primer nivel de «samadhi» perfecto. Este tipo de conciencia de lo que ocurre en la mente no incluye ningún tipo de pensamiento, mientras estas cinco actividades de la mente tienen lugar. Los llamamos factores de «jhana». Si conseguimos ver que los cinco están presentes, podemos estar satisfechos de experimentar con éxito un «samadhi» perfecto, aunque sólo sea en el primer nivel. (experimentando el objeto),

 

En la cúspide

Me gustaría examinar más de cerca la palabra «ekaggata». Esta palabra Pali es generalmente traducida por: «centrado en un único punto». Literalmente, el término Pali significa «tener una sola (eka), cumbre o pico (agga)». En tailandés, «agga» es «yod» que quiere decir cumbre, pico, cúspide de algo como una montaña o una pirámide; pero también significa el punto de crecimiento o el nuevo brote de una planta, por ejemplo. No estoy seguro de que «punto» en español quiera decir lo mismo, ya que un punto puede estar en cualquier parte. Por eso el Pali utiliza la palabra agga (cumbre, pico, cénit). «Ekaggata» es como la cumbre de una pirámide. No sería apropiado para este tipo de mente el estar en algún punto bajo, tiene que estar a muy alto nivel. Se ha ido concentrando ascendiendo desde bajos niveles, hasta un punto culminante. Este es el significado correcto de «ekaggata».

No os preocupéis sin embargo, de si la mente debe focalizarse sobre un punto que no sea el más alto. Esto es un inicio de todas maneras. Cada vez que aparece «ekaggata», es el principio de algo muy útil. Cada vez que hay un poco de «ekaggata», es que hay «samadhi». En nuestra práctica de la cuarta etapa de «Anapanasati», no es necesario intentar entrar completamente en «jhana». Sólo necesitamos tener un nivel de concentración suficiente y apropiado para seguir con la práctica, es decir «samadhi» suficiente para que haya «sensaciones» (vedana) de «piti» y «sukha» (satisfacción y felicidad). Necesitamos utilizar «piti» y «sukha» en las próximas etapas de nuestra práctica. Si podéis entrar en «jhana», en la absorción material (rupa-jhana), os será más fácil llevar a cabo las etapas siguientes. Pero aunque no alcancéis el «jhana», mientras haya algo de «piti» y de «sukha» podréis seguir adelante satisfactoriamente. No es demasiado difícil. ¿Verdad?

Cuando las «sensaciones» (vedana) de «piti» y «sukha» son lo suficientemente fuertes para que la mente las sienta claramente, disponemos de la concentración necesaria para pasar a la quinta etapa. Si accedéis al primer, segundo, tercer y cuarto «rupa-jhana» es todavía mejor. Pero el «samadhi» que permite experimentar «piti» y «sukha» con claridad, es suficiente para esta cuarta etapa.

 

Es fácil cuando…

Algunos de vosotros se preguntarán si esto es fácil o difícil de realizar. Es algo que no podemos deciros. Pero en todo caso, no será difícil si practicáis el método correctamente. Si habéis escuchado atentamente, entenderéis cual es la manera adecuada de llevar a cabo esta práctica. Si seguís la técnica correctamente, no os será demasiado difícil. Podéis incluso terminar rápidamente. Pero si no practicáis siguiendo el método adecuado, la práctica puede hacerse muy difícil. Puede incluso que no acabéis nunca. Algunos pueden tardar tres días, otros, tres semanas, tres meses, tres años. ¿Quién sabe?

La mayoría de vosotros estáis todavía en el inicio, trabajando en la primera etapa, pero esto no quiere decir que no tengáis que prestar atención a las instrucciones relativas a la cuarta etapa. Si no sabéis cual es el proceso a seguir, os será muy difícil hacer lo propio cuando llegue el momento. Estamos dando las instrucciones tan claramente como podemos, para que entendáis la manera adecuada de realizar esta práctica. A mucha gente sin embargo, no le gusta seguir instrucciones. Prefieren mezclarlo todo con sus propias ideas y opiniones. Les gusta hacer un «revuelto casero» de todo lo que han leído y oído en distintos sitios. Podéis hacer lo que os plazca. Pero si queréis tener todas las facilidades y el éxito posibles, os recomendamos que sigáis estas instrucciones que explican la manera más adecuada y eficaz de llevar a cabo esta práctica.

Practicar siguiendo el método no es difícil. No hacer caso de las instrucciones trae muchas complicaciones. Así que es mejor intentar aprender la técnica correcta y la forma de aplicarla, para obtener los resultados esperados. Aparte de esto, no hay otra cosa que hacer que repetir y repetir estas etapas hasta ser expertos en ellas. Repetidlas hasta poder aquietar la respiración y el cuerpo muy rápidamente. Practicad hasta que estas etapas no supongan esfuerzo alguno. Haceros buenos conocedores de estas actividades.

Y por favor no olvidéis que en cada etapa y en cada nivel de la práctica, tenemos que ser conscientes de la inspiración y de la expiración. Este es el segundo plano y al mismo tiempo la base de nuestra atención (sati). Es la manera de ser sumamente atentos. Sed conscientes de las inhalaciones y de las exhalaciones en cada instante de la práctica. Entonces tendremos éxito en estas primeras cuatro etapas de «Anapanasati». Hay que señalar también que siempre se empieza por la primera etapa, siguiendo después el orden establecido: segunda etapa, tercera, etc., aunque tengamos a veces la tentación de empezar en la cuarta…, o en la décima. Estos son los conocimientos teóricos sobre «Anapanasati» y los principios básicos que guían nuestra práctica. Terminamos aquí la charla de hoy.


NOTAS:

[1] En ciertos contextos «dhamma» sólo significa «cosa» y se escribe sin mayúscula.

[2] El concepto de la mente en Occidente se refiere generalmente al cerebro o al intelecto. Para el Budismo, engloba la mente y el corazón que son casi sinónimos.

[3] La palabra thaï «kuab-kum» es utilizada a lo largo de estos discursos. Puede ser traducida por «regular, controlar, supervisar, dominar o dirigir». Cuando una de estas traducciones aparezca, se deben entender también las demás. En todos los casos, «kuab-kum» de- pende de «sati» y de la sabiduría, y nunca de la fuerza o de la voluntad.

[4] Se entiende de manera amable, hábil, flexible y sabia, pero firme.

[5] Al inspirar normalmente, el diafragma baja y empuja el abdomen hacia el exterior. Al expirar, el abdomen se contrae. Esta es la respiración abdominal ordinaria, antes de hacerse muy larga. Ahora bien, la expansión del abdomen tiene un límite. Al relajarnos y respirar más profundamente, alcanzamos este límite y es entonces el pecho el que se expande apoyándose en la contracción del abdomen. Una inspiración muy larga empieza pues como una inspiración larga. El abdomen se expande mientras el pecho apenas se mueve. Pero al alcanzar su límite, el abdomen se contrae y el pecho se expande. Las expiraciones muy largas tienen movimientos más o menos opuestos.

[6] Nota del traductor: Antes de que el lector obtenga más información sobre este fenómeno natural que puede parecerle fantástico y excitante, queremos señalarle que:

1. Este tipo de imágenes no son indispensables para la culminación de la práctica.

2. Sólo se dan en ciertas personas.

3. Sería un error desarrollar deseos por ellas o intentar conseguir que aparezcan «voluntariamente», haciendo de ellas el objetivo de la práctica.

Lo mejor es simplemente no pensar en ellas salvo que un día se presenten en nuestra mente. Pueden entonces ser utilizadas para desarrollar los estados más avanzados de concentración.

[7] Aquí significa un muy elevado nivel de concentración «samadhi», a menudo traducido como «absorción».


FUENTE:

«Anapanasati, Mindfulness with Breathing «, de Buddhadasa Bhikkhu.

Traducción al inglés: Santikaro Bhikkhu

Traducción al castellano: Jérôme Lamarlère

Publicación y revisión del Bosque Theravada 2009

Gentileza de la Asociación Española de la Meditación Vipassana: http://www.meditacionvipassana.com/