Tantrismo

Del blog «Bhikkhu Sujato responde«, por Bhikkhu Sujato.

Pregunta de Tamariz

Venerable Bikkhu Sujato:

Cual es la opinión que sostiene el Buddhismo Theravada sobre las distintas prácticas tántricas del Buddhismo Mayahana, en especial las relacionadas con el apego?


La típica posición Theravada sería que semejantes prácticas no eran enseñadas por el Buda y que no conducen a la iluminación.

Sin embargo, esta es una pregunta compleja y requiere de una explicación un tanto mayor.

Históricamente hablando, el movimiento conocido como el «tantra» se remonta al periodo tardío del budismo indio, es decir, al 700 – 1200 de la era común. No existen evidencias del tantra anteriores a estas fechas. El movimiento es,  como sucede a menudo, pan-indio, y se distingue por la influencia mutua de los sistemas tántricos hindúes y budistas.

La posición ortodoxa dentro de la mayoría (si no del todo) del budismo tibetano es, que todos los practicantes tienen que estar bien establecidos en el Theravada como una base para el Mahayana. El Tantra o el Vajrayana es visto como parte del Mahayana, que doctrinalmente no difiere de él, solamente usa ciertas prácticas especiales para acelerar el progreso.

Semejantes prácticas involucran un fuerte uso de rituals y simbolismos, algunos de los cuales utilizan el sexo ritualizado. Dada la naturaleza altamente simbólica de los textos, es una cuestión de mucha controversia entre los estudiosos, sobre si dichos actos fueron reales o tan sólo fueron parte de un elaborado sistema de visualización.

Dentro del tradicional budismo tibetano semejantes cosas fueron enseñadas solamente a más avanzados estudiosos y practicantes. El Dalai Lama remarcó una vez que, mientras pensaba que en teoría esto podría funcionar, pero que, en la práctica se necesitaría de un yogui tan avanzado que podría tener el sexo inmediatamente después de haber volado por los aires en una columna en llamas. Y el Dalai Lama dijo que no conoció a nadie que sería capaz de hacerlo.

En la época moderna, desde luego, una manera de practicar semejantemente excitante, ha sido tomada de una forma diferente, de modo que el «tantra» moderno tiene muy poco en común con cualquier clase de práctica budista tradicional.

Mi opinión personal es que semejantes prácticas del sexo ritualizado no solamente son inútiles, inauténticas y distractoras, sino que, además son peligrosas. Hasta donde los textos ofrecen una garantía de autoridad, deberían ser practicados sin importar a qué escuela ortodoxa pertenezcan. El Tantra a veces se promociona como un camino feminista, como uno que proclama la unión de masculino con lo femenino. Pero, en la realidad, esto le ubica a las mujeres en una situación, en la cual se vuelven extremadamente vulnerables al carisma espiritual del maestro mayor. En semejante situación, el potencial abuso se hace patente.

Si quieres tener sexo, se honesto contigo mismo: hazlo porque esto se siente bien. No pretendas ponerlo dentro de tu iluminación.

Yo no estoy demasiado interesado en aquellos aspectos del tantra que no involucran al sexo ritual, pero como aquellos que siguen el budismo tibetano esto les resulta beneficioso, entonces ¿qué más puedo decir?