AN 7,68 Dhamannu Sutta – Discurso sobre aquel que conoce el Dhamma

Siete cualidades que debe poseer un monje para ser digno de respeto, ofrendas y hospitalidad. 


 

[Leer en pali]

“Monjes, el monje que posee siete cualidades es digno de recibir ofrendas, digno de hospitalidad, digno de donativos y respeto, y se convierte, además, en un insuperable campo de méritos para el mundo. Y, ¿cuáles son esas siete cualidades? He aquí, el monje es alguien que conoce el Dhamma, alguien que conoce su significado, alguien que se conoce a sí mismo, alguien que conoce la mesura, alguien que conoce el tiempo, alguien que conoce los grupos sociales y alguien que conoce las diferencias entre individuos.

“Y, ¿cómo, monjes, el monje es alguien que conoce del Dhamma? He aquí, el monje conoce el Dhamma: los discursos, la prosa mezclada con los poemas, las explicaciones, los versos, las exclamaciones gozosas, los tratados, las historias de nacimientos, los eventos asombrosos, las preguntas y respuestas. Si no conociera el Dhamma —los discursos… las preguntas y respuestas—, no se podría decir de él que es alguien que conoce el Dhamma; pero siendo que él conoce el Dhamma —los discursos… las preguntas y respuestas—, se dice de él que es alguien que conoce el Dhamma. Así es alguien que conoce el Dhamma.

“Y, ¿cómo, monjes, el monje es alguien que conoce el significado? He aquí, el monje conoce el significado de esta declaración y aquella: ‘Ese es el significado de esta declaración y ese es el significado de aquella’. Si no conociera el significado de esta declaración y aquella: ‘Ese es el significado de esta declaración y ese es el significado de aquella’, no se podría decir de él que es alguien que conoce el significado; pero siendo que él conoce el significado de esta declaración y aquella: ‘Ese es el significado de esta declaración y ese es el significado de aquella’, se dice de él que es alguien que conoce el significado. Así es alguien que conoce el Dhamma y conoce su significado.

“Y, ¿cómo, monjes, el monje es alguien que se conoce a sí mismo? He aquí, el monje se conoce a sí mismo: ‘Es allí hasta donde he llegado con la fe, la virtud, el aprendizaje, el autodominio, la sabiduría y el rápido ingenio’. Si no se conociera a sí mismo: ‘Es allí hasta donde he llegado con la fe… el rápido ingenio’, no se podría decir de él que es alguien que se conoce a sí mismo; pero siendo que se conoce a sí mismo: ‘Es allí hasta donde he llegado con la fe… el rápido ingenio’, se dice de él que es alguien que se conoce a sí mismo. Así es alguien que conoce el Dhamma, conoce su significado y se conoce a sí mismo.

“Y, ¿cómo, monjes, el monje es alguien que conoce la mesura? He aquí, el monje conoce la mesura en la aceptación de los hábitos, de la comida de las limosnas, del alojamiento y de los requisitos medicinales. Si no conociera la mesura en la aceptación de los hábitos, de la comida de las limosnas, del alojamiento y de los requisitos medicinales, no se podría decir de él que es alguien que conoce la mesura; pero siendo que él conoce la mesura en la aceptación de los hábitos, de la comida de las limosnas, del alojamiento y de los requisitos medicinales, se dice de él que es alguien que conoce la mesura. Así es alguien que conoce el Dhamma, conoce su significado, se conoce a sí mismo y conoce la mesura.

“Y, ¿cómo, monjes, el monje es alguien que conoce el tiempo? He aquí, el monje conoce el tiempo: ‘Este es el tiempo de la recitación, este es el tiempo de hacer preguntas, este es el tiempo de hacer esfuerzo [para meditar], este es el tiempo de la reclusión’. Si no conociera el tiempo: ‘Este es el tiempo de la recitación… este es el tiempo de la reclusión’, no se podría decir de él que es alguien que conoce el tiempo; pero siendo que él conoce el tiempo: ‘Este es el tiempo de la recitación… este es el tiempo de la reclusión’, se dice de él que es alguien que conoce el tiempo. Así es alguien que conoce el Dhamma, conoce su significado, se conoce a sí mismo, conoce la mesura y conoce el tiempo.

“Y,¿ cómo, monjes, el monje es alguien que conoce los grupos sociales? He aquí, el monje conoce los grupos sociales: ‘Este es el grupo social de los nobles guerreros, este es el grupo social de los brahmanes, este es el grupo social de los hombres hogareños, este es el grupo social de los ascetas, he aquí que uno debería acercarse a ellos de tal manera, estar con ellos de tal manera, actuar con ellos de tal manera, estar sentado con ellos de tal manera, hablarles de tal manera y permanecer en silencio de tal manera’. Si no conociera a los grupos sociales: ‘Este es el grupo social de los nobles guerreros… he aquí, que uno debería acercarse a ellos de tal manera… permanecer en silencio de tal manera’, no se podría decir de él que es alguien que conoce a los grupos sociales; pero siendo que conoce a los grupos sociales: ‘Este es el grupo social de los nobles guerreros… he aquí, que uno debería acercarse a ellos de tal manera… permanecer en silencio de tal manera’, se dice de él que es alguien que conoce a los grupos sociales. Así es alguien que conoce el Dhamma, conoce su significado, se conoce a sí mismo, conoce la mesura, conoce el tiempo y conoce los grupos sociales.

“Y, ¿cómo, monjes, el monje es alguien que conoce las diferencias entre individuos? He aquí, el monje distingue dos clases de personas. Si hay dos individuos, uno de los cuales desea ver a los Nobles y el otro no lo desea; el que no desea ver a los Nobles debería ser reprochado, por esa razón, y el que lo desea, alabado.

“Si hay dos individuos que desean ver a los Nobles, uno de los cuales desea escuchar el verdadero Dhamma y el otro no lo dese; el que no desea escuchar el verdadero Dhamma debería ser reprochado, por esa razón, y el que lo desea, alabado.

“Si hay dos individuos que desean escuchar el verdadero Dhamma, uno de los cuales escucha con atención y el otro lo escucha distraídamente; el que lo escucha distraídamente debería ser reprochado, por esa razón, y el que lo hace con atención, alabado.

“Si hay dos individuos que escuchan el verdadero Dhamma con atención, uno de los cuales, habiendo escuchado el Dhamma, lo recuerda y el otro no; el que habiendo escuchado el Dhamma y no lo recuerda debería ser reprochado, por esa razón, y el que lo recuerda, alabado.

“Si hay dos individuos que habiendo escuchado el verdadero Dhamma lo recuerdan, uno de los cuales explora el significado del Dhamma que ha escuchado y el otro no lo hace; el que no explora el significado del Dhamma que ha escuchado debería ser reprochado, por esa razón, y el que lo explora, alabado.

“Si hay dos individuos que exploran el significado del Dhamma que han escuchado, uno de los cuales practica el Dhamma de acuerdo a sus delineamientos —teniendo el conocimiento del Dhamma y de su significado— y el otro no lo hace; el que no practica el Dhamma de acuerdo a sus delineamientos —teniendo el conocimiento del Dhamma y de su significado— debería ser reprochado, por esa razón, y el que lo practica, alabado.

“Si hay dos individuos que practican el Dhamma de acuerdo a sus delineamientos —teniendo el conocimiento del Dhamma y de su significado—, uno de los cuales lo practica tanto para su propio beneficio como para el beneficio de los demás y, el otro, lo practica para su propio beneficio, pero no para el beneficio de los demás; el que lo practica para su propio beneficio, pero no para el beneficio de los demás, deberá ser reprochado, por esa razón, y el que lo practica tanto para su propio beneficio como para el beneficio de los demás, alabado.

“Es de esa manera, monjes, que el monje distingue esas dos clases de personas. Así es alguien que conoce las diferencias entre individuos.

“De esa manera, monjes, el monje que posee estas siete cualidades es digno de recibir ofrendas, digno de hospitalidad, digno de donativos y respeto, y se convierte, además, en un insuperable campo de méritos para el mundo”. 


FUENTES:

Bhikkhu Bodhi (2012). One Who Knows the Dhamma en The Numerical Discourses of the Buddha: A Translation of the Anguttara Nikaya. Boston, Wisdom Publications, pp. 1080–1083.

Thanissaro Bhikkhu (1998). “One with a Sense of Dhamma”, en http://www.accesstoinsight.org, noviembre del 2013

Hare, E.M. (2006) “Dhamma-wise” en The Book of the Gradual Sayings: Anguttara Nikaya or More-Numbered Suttas. Vol. IV: The Book of the Sevens, Eights and Nines. Lancaster, The Pali Text Society. Págs. 75–80.

“Dhammannusutta” en World Tipitaka Edition, mayo del 2008 


Traducción: Anton P. Baron

Edición: Anton P. Baron y Federico Angulo

Publicación de Bosque Theravada, 2011, 2012, 2019.  

 

 

AN 7,34-35 Pathama y Dutiyasovacassata Sutta – Primer y segundo discurso sobre el que es fácil de corregir

Siete Cualidades que ayudan a un monje a no decaer en el camino del Dhamma.


 

AN 7,34 Pathamasovacassata Sutta – Primer discurso sobre el que es fácil de corregir

[Leer en pali]

“Anoche, monjes, cuando la noche estaba avanzada, cierta deidad de maravillosa belleza, iluminando toda la arboleda de Jeta, se acercó, me  rindió homenaje y, parándose a un lado, me dijo: ‘Venerable Señor, estas siete cualidades conducen al no-declive del monje. Y, ¿cuáles son esas siete? La reverencia al Maestro, la reverencia al Dhamma, la reverencia al Sangha, la reverencia al entrenamiento, la reverencia a la concentración, ser fácilmente corregible y [tener] buenos compañeros’. Esto dijo la deidad y yo estuve de acuerdo. Entonces, aquella deidad, pensando: ‘El Maestro está de acuerdo’, me rindió homenaje y desapareció de allí, cuidando siempre de mantenerme a su derecha”.

Respetuoso hacia el Maestro,

Respetuoso hacia el Dhamma,

Respetando profundamente al Sangha,

Respetuoso ardientemente hacia la concentración,

Respetuoso profundamente hacia el entrenamiento,

Cultivando las buenas amistades,

Siendo fácilmente corregible,

Respetuoso y reverente:

Alguien semejante no puede decaer,

Sino que está cerca del Nibbana.

  

AN 7,35 Dutiyasovacassata Sutta – Segundo discurso sobre el que es fácil de corregir

[Leer en pali]

“Anoche, monjes, cuando la noche estaba avanzada, cierta deidad de maravillosa belleza, iluminando toda la arboleda de Jeta, se acercó, me rindió homenaje y, parándose a un lado, me dijo: ‘Venerable Señor, estas siete cualidades conducen al no-declive del monje. Y, ¿cuáles son esas siete? La reverencia al Maestro, la reverencia al Dhamma, la reverencia al Sangha, la reverencia al entrenamiento, la reverencia a la concentración, ser fácilmente corregible y [tener] buenos compañeros’. Esto es lo que dijo la deidad y yo estuve de acuerdo. Entonces, aquella deidad, pensando ‘El Maestro está de acuerdo’, me rindió homenaje y desapareció de allí, cuidando de que siempre quedase a su derecha”.

Cuando se dijo eso, el Venerable Sariputta dijo al Bienaventurado:

“Venerable Señor, yo entiendo en detalle el significado de esta declaración, hecha por el Bienaventurado en resumen, de la siguiente manera: el monje reverencia al Maestro por sí mismo y habla alabanzas de él; alentando a otros monjes, que no reverencian al Maestro, a que desarrollen la reverencia hacia el Maestro y, en su debido tiempo, genuina y verazmente hablen alabanzas de él. El monje reverencia al Dhamma… reverencia al Sangha… reverencia al entrenamiento… reverencia a la concentración… es fácilmente corregible… [tiene] buenos compañeros por sí mismo y habla alabanzas de la buena compañía; alienta a otros monjes, que no [tienen]  buena compañía, a [que tengan] buena compañía y, en su debido tiempo, genuina y verazmente hablen alabanzas de ella. Es de esta manera, Venerable Señor, que entiendo en detalle el significado de esta declaración, hecha por el Bienaventurado en resumen”.

[El Bienaventurado respondió:] “¡Bien, muy bien Sariputta! Es muy buena la manera en la que entendiste, en detalle, el significado de esta declaración hecha por mí en resumen.

“He aquí, Sariputta, el monje reverencia al Maestro por sí mismo… repite las palabras del Ven. Sariputta… y, en su debido tiempo, genuina y verazmente hablen alabanzas de ella. Es de esta manera en la que se debe entender, en detalle, el significado de esta declaración hecha por mí en resumen”. 


 

FUENTES:

Bhikkhu Bodhi (2012). Easy to Correct (1 y 2) en The Numerical Discourses of the Buddha: A Translation of the Anguttara Nikaya. Boston, Wisdom Publications, pp. 609–610.

Pathamasovacassatasuttam y Dutiyasovacassatasuttam en Digital Pali Reader 4.1. 


Traducción: Anton P. Baron

Edición: Anton P. Baron y Federico Angulo

Publicación de Bosque Theravada, 2014, 2019.  

 

 

AN 7,64 Khodana Sutta – Una persona airada

Una mente descontrolada por la ira y el mal humor, es una ganancia para aquel que nos desea el mal.


[Leer en pali]

“Monjes, hay siete cosas que agradan y ayudan al  enemigo, de una persona que está enojada, a lograr su objetivo. ¿Cuáles siete?

«Es el caso de un enemigo que desea a su adversario: ‘¡Que esta persona sea fea!’. ¿Por qué así? Porque un enemigo no está satisfecho con que su adversario tenga buena apariencia. Ahora bien, cuando una persona está airada —abrumada por la rabia, oprimida por la ira—, entonces, independientemente del hecho de que pueda estar bien bañado, bien ungido, vestido de blanco, con el cabello y barba bien recortados, no obstante igual [su aspecto] es desagradable. Y todo porque es vencida por el enojo. Esta es la primera cosa que agrada y ayuda al  enemigo, de una persona que está enojada, a lograr su objetivo.

«Del mismo modo, un enemigo desea a su adversario: ‘¡Que esta persona duerma mal!’. ¿Por qué así? Porque un enemigo no está satisfecho con el sueño reparador de su adversario. Ahora bien, cuando una persona está airada —abrumada por la rabia, oprimida por la ira—, entonces, independientemente del hecho de que duerma en una colcha con manta de lana blanca, bordada de flores, cubierta con pieles de ciervo y dosel encima, o en un sofá de cojines rojos en cada extremo, no obstante igual duerme mal. Y todo porque está abrumada por el enojo. Esta es la segunda cosa que agrada y ayuda al  enemigo, de una persona que está enojada, a lograr su objetivo.

«Igualmente, un enemigo desea a su adversario: ‘¡Que esta persona no obtenga ningún beneficio!’. ¿Por qué así? Porque un enemigo no está satisfecho con las ganancias de su adversario. Ahora bien, cuando una persona está airada —abrumada por la rabia, oprimida por la ira—, [con juicio alterado] piensa al sufrir una pérdida: ‘He obtenido una beneficio, y si obtiene beneficio piensa: ‘He sufrido una pérdida’. Cuando se han apoderado de ella estas ideas antagónicas [a la verdad], esto la llevan al  sufrimiento y pérdida a largo plazo. Y todo porque es vencida por el enojo. Esta es la tercera cosa que agrada y ayuda al  enemigo, de una persona que está enojada, a lograr su objetivo.

«De igual manera, un enemigo desea a su adversario: ‘¡Que esta persona no obtenga riqueza alguna!’. ¿Por qué así? Porque un enemigo no está satisfecho con la riqueza de su adversario. Ahora bien, cuando una persona está airada —abrumada por la rabia, oprimida por la ira—, entonces, independientemente de cualquier riqueza que tenga, ganada justa y rectamente a través de su esfuerzo y trabajo, acumulada por la fuerza de su brazo y sudor, el rey ordenará le sea confiscada para el tesoro real [como pago de las multas impuestas por su comportamiento]. Y todo porque está abrumada por el enojo. Esta es la cuarta cosa que agrada y ayuda al  enemigo, de una persona que está enojada, a lograr su objetivo.

«De igual manera, un enemigo desea a su adversario: ‘¡Que esta persona no tenga buena reputación!’. ¿Por qué así? Porque un enemigo no está satisfecho con la buena reputación de su adversario. Ahora bien, cuando una persona está airada —abrumada por la rabia, oprimida por la ira—, independientemente cualquiera que sea la buena reputación que se haya forjado cuidadosamente, ésta se desvanece. Y todo porque está abrumada por el enojo. Esta es la quinta cosa que agrada y ayuda al  enemigo, de una persona que está enojada, a lograr su objetivo.

«De igual modo, un enemigo desea a su adversario: ‘¡Que esta persona no tenga amigos!’. ¿Por qué así? Porque un enemigo no está satisfecho de que su adversario tenga amigos. Ahora bien, cuando una persona está airada —abrumada por la rabia, oprimida por la ira—, sus amigos, compañeros y parientes la evitarán desde lejos. Y todo porque está abrumada por el enojo. Esta es la sexta cosa que agrada y ayuda al  enemigo, de una persona que está enojada, a lograr su objetivo.

«Finalmente, un enemigo desea a su adversario: ‘¡Que esta persona, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte, reaparezca en el plano de la miseria, del mal nacimiento, en los reinos inferiores, en el infierno!’. ¿Por qué así? Porque un enemigo no está contento de que su adversario obtenga un buen nacimiento. Ahora bien, cuando una persona está airada —abrumada por la rabia, oprimida por la ira—, se involucra en una mala conducta de cuerpo, palabra y mente. Involucrada en una mala conducta de cuerpo, palabra y mente, luego, con la desintegración del cuerpo, después de la muerte, reaparece en el plano de la miseria, del mal nacimiento, en los reinos inferiores, en el infierno. Y todo porque fue vencida por el enojo. Esta es la séptima cosa que agrada y ayuda al  enemigo, de una persona que está enojada, a lograr su objetivo.

“Monjes, estas son las siete cosas que agrada y ayuda al  enemigo, de una persona que está enojada, a lograr su objetivo».

 

La persona airada es desagradable y duerme mal.

La ganancia la convierte en pérdida,

Haciendo daño de palabra y obra.

Una persona abrumada por la ira,

Destruye su riqueza.

Enloquecida por la ira

Destruye su reputación.

Familiares, amigos y compañeros lo evitan.

La ira trae pérdida,

La rabia inflama la mente.

Sin darse cuenta que el peligro nace de adentro,

La persona airada no conoce su propio beneficio.

La persona enojada no ve el Dhamma.

Quien está dominado por la cólera yace sumergido en la oscuridad,

Complaciéndose en las malas acciones como si fueran buenas,

Pero luego, cuando su ira se va,

El sufrimiento lo quema como fuego.

Permaneciendo perjudicado, contaminado,

Como las  llamas envueltas por el humo.

Cuando la ira se extiende,

Cuando una persona se enoja

No tiene vergüenza ni miedo al mal,

No es respetuosa al hablar.

Para una persona abrumada por la ira,

Nada le otorga luz.

Voy a enumerar los hechos que traen remordimiento,

Y que están lejos de las enseñanzas

¡Escuchad bien!

Una persona enojada puede matar a su padre,

Puede matar a su madre

Puede matar a los brahmanes

Puede matar a cualquiera.

Es por la devoción de una madre

Que uno ve el mundo,

Sin embargo, una persona enojada

Puede matar a su dadora de vida.

Tal como uno mismo,

Todos los seres se consideran a sí mismos como lo más querido,

Sin embargo, una persona enojada, trastornada,

Puede acabar con su vida de muchas maneras:

Con la espada o el veneno,

Colgándose de una cuerda en la cañada de una montaña.

Actuando así, matando a otros seres

Y  violentándose a sí mismo,

La persona airada no se da cuenta que está arruinada.

Esta trampa de Mara, en forma de ira,

Habita en la cueva del corazón:

Hay que eliminarla con autocontrol, discernimiento,

Persistencia y correcta visión.

La persona sabia cortará

Todas y cada atadura de la falta de habilidad.

Entrenaos de esta manera:

‘Que no seamos contaminados’.

Así, libre de rabia y sin problemas,

Libre de avaricia y anhelos,

Domesticado, con la ira abandonada,

Libre de contaminaciones,

Estaréis desatados. 


 

FUENTES:

Thanissaro Bhikkhu (1998). An Angry Person, en Access to Insight, noviembre del 2013, http://www.accesstoinsight.org/

Bhikkhu Sujato (2018). Irritable, en Sutta Central, agosto del 2019, https://suttacentral.net/an7.64/en/sujato


Traducción: Federico Angulo

Edición: Federico Angulo

Publicación de Bosque Theravada, 2019.  

 

 

El ideal del arahant en el budismo primitivo – El caso de Bakkula

Este artículo explora la evolución del concepto de arahant en el budismo temprano y plantea su transformación dentro del imaginario de la primitiva comunidad monacal.


Por Analayo Bhikku

 

INTRODUCCIÓN

El presente artículo es el segundo de tres artículos dedicados al estudio del desarrollo de los conceptos de Buda, arahant y bodhisattva en el budismo primitivo. La primera parte de esta trilogía, publicada en la revista The Indian International Journal of Buddhist Studies (Analayo, 2006), examinó la atribución de la omnisciencia del Buda, concluyendo que esta atribución fue el resultado de un desarrollo posterior durante el cual el concepto, de lo que constituye un Buda, asumió características cada vez más divinas.

Los comienzos de este desarrollo ya se pueden rastrear en un estrato relativamente temprano de la literatura budista. Un ejemplo es un verso del Theragatha, donde un monje se refiere al Buda como su maestro omnisciente. Otro ejemplo es la versión del Madhyama Agama sobre la conversión del Rey Bimbisåra, según la cual, Uruvela Kassapa declaró que su nuevo maestro, el Buda, era omnisciente. Las versiones paralelas de este discurso en chino, sánscrito y tibetano, así como en Dharmaguptaka, Mahasanghika, Mahisasaka, Mulasarvastivada y Theravada Vinaya, no atribuyen la cualidad de omnisciencia al Buda. Esto hace que sea altamente probable que el pasaje del Madhyama Agama haya sido influenciado por desarrollos posteriores.

Que las primeras huellas, de tales desarrollos ulteriores, ya se manifiesten en los discursos recopilados en los Pali Nikayas y Agamas chinos, tal vez no sea demasiado sorprendente, dado que estos discursos son productos de un largo período de transmisión oral.

Semejante al desarrollo que se puede discernir en el concepto de la naturaleza de un Buda, las nociones budistas de las cualidades dignas de alabanza de un arahant parece haber pasado, hasta cierto punto, también por un proceso de evolución. Este desarrollo llevó a un cambio de énfasis que ya se manifiesta en los discursos.

Las primeras etapas de este cambio de énfasis se pueden rastrear en el Bakkula Sutta, del Majjhima Nikaya, que describe detalladamente las cualidades y conducta del monje arahant Bakkula. El Bakkula Sutta tiene su contraparte en el Madhyama Agama, traducido al chino hacia finales del siglo IV de la era actual —por Kashmiri Gautama Sanghadeva— de lo que parece haber sido un original, escrito en prácrito, de la tradición Sarvastivada.

Como base para estudiar el concepto de arahant en estas dos versiones del Bakkula Sutta, se ofrecerá una traducción del discurso existente en el Madhyama Agama, seguido de una comparación de las versiones pali y china. Será sobre la base de esta traducción y comparación que se analizará la forma en que estos dos discursos representan al arahant Bakkula, comparando la imagen que ofrecen con las descripciones de otros arahants —en otros suttas— y discernir los comienzos del cambio de énfasis en la concepción de la conducta y cualidades de un arahant.  

 

DISCURSO CON BAKKULA

[1] Así lo he escuchado. En cierta ocasión, cuando el Buda había recién fallecido, el Venerable Bakkula vivía en Rajagaha, en el bosque de bambúes del Terreno de Alimentación de las Ardillas.

[2] En ese momento había un asceta errante, amigo cercano del Venerable Bakkula antes de que éste abandonara [la vida hogareña]. Mientras deambulaba, llegó donde se encontraba el Venerable Bakkula e intercambiando saludos con él, se sentó a un lado.

[3-8] Entonces, el asceta errante, dijo: «Amigo Bakkula, me gustaría hacer una pregunta, ¿la escucharías?».

El Venerable Bakkula respondió: «Asceta errante, habiendo escuchado lo que estás preguntando, lo consideraré».

Entonces el asceta errante preguntó: «Amigo Bakkula, ¿cuánto tiempo has estado practicando el camino en esta buena enseñanza y disciplina?». 

El Venerable Bakkula respondió: «Asceta errante, he estado practicando el camino en esta buena enseñanza y disciplina durante ochenta años». 

El asceta errante dijo: «Amigo Bakkula, durante los ochenta años que has estado practicando el camino en esta buena enseñanza y disciplina, ¿cuántas veces recuerdas haber tenido relaciones sexuales?». 

El Venerable Bakkula dijo al asceta errante: «No deberías hacer la pregunta de esa forma. [Deberías], en cambio,  preguntar así: ‘Amigo Bakkula, durante los ochenta años que has estado practicando el camino en esta buena enseñanza y disciplina, ¿cuántas veces recuerdas haber tenido una percepción relacionada con la sensualidad?’. Así deberías hacer una pregunta como esta, asceta errante». 

Entonces, el asceta errante, habló así: «Le pregunto nuevamente amigo Bakkula, durante los ochenta años que ha estado practicando el camino en esta buena enseñanza y disciplina, ¿cuántas veces recuerda haber tenido una percepción relacionada con la sensualidad?». 

Entonces, en relación con la pregunta hecha por el asceta errante, el Venerable Bakkula se dirigió a los monjes diciendo: «Amigos, he estado practicando el camino en esta buena enseñanza y disciplina durante ochenta años, sin embargo, no por eso deberán pensar que [en mí] haya surgido el engreimiento».

«Que el Venerable Bakkula haya hecho tal declaración, eso lo reconocemos como una cualidad extraordinaria y maravillosa del Venerable Bakkula». 

Nuevamente el Venerable Bakkula declaró: «Amigos, durante los ochenta años que he estado practicando el camino en esta buena enseñanza y disciplina, nunca tuve una percepción relacionada con la sensualidad».

«Que el Venerable Bakkula haya hecho tal declaración, eso lo reconocemos como una cualidad extraordinaria y maravillosa del Venerable Bakkula». 

[9-15] Nuevamente, el Venerable Bakkula declaró: «Amigos, he estado usando túnicas de trapo durante ochenta años, sin embargo, no por eso deberán pensar que [en mí] haya surgido el engreimiento».  

«Que el Venerable Bakkula haya hecho tal declaración, eso lo reconocemos como una cualidad extraordinaria y maravillosa del Venerable Bakkula». 

Una vez más el Venerable Bakkula declaró: «Amigos, durante los ochenta años que llevo usando una túnica de trapo, no recuerdo haber aceptado alguna vez una túnica entregada por dueños de casa, haber cortado [la túnica], hacerme una túnica, haber empleado a otro monje para hacerme una túnica, haber usado aguja para coserme la túnica o haber usado aguja para coser una bolsa, ni siquiera una puntada».

«Que el Venerable Bakkula haya hecho tal declaración, eso lo reconocemos como una cualidad extraordinaria y maravillosa del Venerable Bakkula». 

[16-19] Y una vez más el Venerable Bakkula declaró: «Amigos, he estado pidiendo limosna durante ochenta años, sin embargo, no por eso deberán pensar que [en mí] haya surgido el engreimiento».

«Que el Venerable Bakkula haya hecho tal declaración, eso lo reconocemos como una cualidad extraordinaria y maravillosa del Venerable Bakkula». 

Nuevamente el Venerable Bakkula declaró: «Amigos, durante los ochenta años que he pedido limosna, no recuerdo haber aceptado una invitación de dueños de casa, haber eludido [una casa] al pedir la limosna o haber pedido limosna en una gran casa para obtener alimentos puros, sutiles, excelentes, ricos para comer, para poner en la boca y degustar». 

[20-25] «Nunca miré el rostro de una mujer, ni recuerdo haber entrado en un convento. No recuerdo haber intercambiado saludos o haber hablado con una monja [al encontrarme con ella] en el camino».

«Que el Venerable Bakkula haya hecho tal declaración, eso lo reconocemos como una cualidad extraordinaria y maravillosa del Venerable Bakkula».

[26-29] Una vez más el Venerable Bakkula declaró: «Amigos, durante los ochenta años que he estado practicando el camino en esta buena enseñanza y disciplina, no recuerdo haber tenido un novicio como asistente, ni recuerdo haber enseñado el Dhamma a laicos, ni siquiera decir una frase de cuatro palabras».

«Que el Venerable Bakkula haya hecho tal declaración, eso lo reconocemos como una cualidad extraordinaria y maravillosa del Venerable Bakkula».

[30-37] Y otra vez el Venerable Bakkula declaró: «Amigos, durante los ochenta años que he estado practicando el camino en esta buena enseñanza y disciplina, nunca he estado enfermo, ni siquiera he tenido un dolor de cabeza, por breve que sea. No recuerdo haber tomado medicamentos, ni siquiera un pedazo de nuez».

«Que el Venerable Bakkula haya hecho tal declaración, eso lo reconocemos como una cualidad extraordinaria y maravillosa del Venerable Bakkula». 

Y nuevamente el Venerable Bakkula declaró: «Amigos, al sentarme de piernas cruzadas, durante estos ochenta años, nunca me apoyé contra una pared o un árbol».

«Que el Venerable Bakkula haya hecho tal declaración, eso lo reconocemos como una cualidad extraordinaria y maravillosa del Venerable Bakkula». 

[38-39] Nuevamente el Venerable Bakkula declaró: «Amigos, en tres días y sus noches [después de mi ordenación] logré la triple realización».

«Que el Venerable Bakkula haya hecho tal declaración, eso lo reconocemos como una cualidad extraordinaria y maravillosa del Venerable Bakkula». 

[40-41] Finalmente el Venerable Bakkula declaró: «Amigos, sentado de piernas cruzadas, alcanzaré el Nibbana final». Después el Venerable Bakkula alcanzó el Nibbana final mientras estaba sentado de piernas cruzadas.

«Que el Venerable Bakkula haya alcanzado el Nibbana final, mientras estaba sentado de piernas cruzadas, eso lo reconocemos como una cualidad extraordinaria y maravillosa del Venerable Bakkula». 

[Luego que] el Venerable Bakkula hubo hecho estas declaraciones, en ese momento el asceta errante y los monjes, habiéndolas escuchado, se regocijaron y las pusieron en práctica.  

 

COMPARACIÓN

Una comparación con las versiones pali y china —del Bakkula Sutta— muestra que, aunque el objetivo principal de los dos discursos es similar, en relación con los detalles se pueden encontrar varias diferencias. Una de ellas implica el marco narrativo del discurso.

La versión Majjhima Nikaya da el nombre de Acela Kassapa para el visitante de Bakkula e informa que las declaraciones de Bakkula tuvieron un impacto tan grande en él que decidió abandonar la vida hogareña y finalmente convertirse en arahant.  La versión Madhyama Agama, por el contrario, no da el nombre del visitante, ni informa que abandonó la vida hogareña y se convirtió en un arahant. 

La identificación de la versión pali del visitante de Bakkula es, hasta cierto punto, problemática, ya que otros discursos pali también informan que Acela Kassapa abandonó la vida hogareña y finalmente se convirtió en un arahant, aunque esto sucedió, según ellos, después de escuchar un discurso diferente de otro orador. 

El Kassapasihanada Sutta [DN 8 – Mahasihananda Sutta] deja registro de que fue una exposición del Buda, sobre el ascetismo, lo que inspiró a Acela Kassapa a abandonar la vida hogareña y convertirse en arahant. Un discurso del Samyutta Nikaya [SN 41,9] informa que Acela Kassapa se ordenó y convirtió en arahant después de ver a un viejo amigo suyo, el dueño de casa Citta, y descubrir que, como hombre de hogar, Citta había progresado más de lo que él había podido hacer como asceta errante. Otro discurso del Samyutta Nikaya [SN 12,17], registra una exposición del Buda a Acela Kassapa sobre si el placer y el dolor son causados por uno mismo, por otros, por ambos o por ninguno. Fue una exposición que inspiró tanto a Acela Kassapa que abandonó la vida hogareña y finalmente se convirtió en un arahant. 

A menos que se suponga que el nombre de Acela Kassapa se refiera a cuatro personas diferentes, los pasajes pali se contradicen entre sí. Los paralelos chinos no asocian estos diferentes eventos con la misma persona. El Dirgha Agama —paralelo al Kassapasihanada Sutta— presenta a su protagonista sólo como Kassapa. Y la versión Samyukta Agama, de la reunión del jefe de familia Citta con su antiguo amigo, se refiere a este último como un asceta vagabundo y desnudo [acela] heterodoxo, sin mencionar el nombre. Únicamente el fragmento chino y sánscrito —que equivale al discurso sobre la causalidad del placer y el dolor— presenta al asceta errante, que escuchó esta exposición, como Acela Kassapa; aunque según ellos, éste se convierte al escuchar el discurso sólo en uno-que-entra-en-la-corriente y después es muerto por una vaca. Sin embargo, dado que el discurso del Madhyama Agama —paralelo al Bakkula Sutta— no identifica al visitante de Bakkula, ni informa que se convirtió en un arahant, estos diferentes discursos del Agama no entran en conflicto entre sí. 

Además de diferir en la medida en que identifican al visitante de Bakkula y describen sus reacciones, las versiones pali y china del Bakkula Sutta también difieren en cuanto a las cualidades que se le atribuyen a Bakkula.

Las dos versiones informan cómo reaccionó Bakkula a la pregunta de su interlocutor, sobre las relaciones sexuales, reformulando la pregunta. Una vez que su antiguo amigo hizo la pregunta apropiada acerca de tener percepciones sensuales, Bakkula —según la versión del Madhyama Agama— primero aclara no ser un engreído por haber sido ordenado hace ochenta años y, luego, señala que durante todo ese tiempo nunca experimentó una percepción relacionada con el deseo sensual.

En la versión pali, Bakkula no hace ninguna mención sobre la vanidad [o engreimiento], sino que trata el tema de sus percepciones y pensamientos —durante sus ochenta años de monacato— con detalles adicionales, señalando que nunca tuvo una percepción de mala voluntad o crueldad y, tampoco, ningún pensamiento relacionado con la sensualidad, la mala voluntad o la crueldad. 

 

    Madhyama Agama 34

Majjhima Nikaya 124

sin engreimiento

sin percepciones sensuales

sin percepciones sensuales

sin percepciones de mala voluntad

sin percepciones de crueldad

sin pensamientos sensuales

sin pensamientos de mala voluntad

sin pensamientos de crueldad

 

Los siguientes dos temas discutidos, en ambas versiones, se relacionan con los requisitos de un monje. De acuerdo con la versión del  Madhyama Agama, Bakkula aclara que está libre de vanidad o engreimiento respecto a su observación ascética de usar sólo túnicas de trapo durante ochenta años. Como un estricto portador de túnicas de trapo, según ambas versiones, Bakkula nunca aceptó una túnica nueva de manos de dueños de casa. Si bien el relato del Madhyama Agama señala nunca recibió una túnica hecha por otro y nunca cosió una bolsa, la versión pali indica que nunca cosió una túnica kathina [1] y nunca hizo túnicas para otros. El discurso pali también afirma que nunca tiñó una túnica. 

 

Madhyama Agama 34

Majjhima Nikaya 124

sin engreimiento

no recibió túnica de dueños de casa

no recibió túnica de dueños de casa

nunca cortó retazos de la túnica

nunca cortó retazos de la túnica

nunca recibió túnica hecha por otro

nunca cosió una túnica

nunca cosió una túnica

nunca tiñó una túnica

nunca cosió una bolsa

nunca cosió una túnica kathina

nunca hizo una túnica para otro

 

Respecto a la comida, Bakkula había adoptado otra de las observancias ascéticas que depende sólo de pedir limosna para el sustento y no aceptar invitaciones. La versión del Madhyama Agama, nuevamente, señala que Bakkula no sentía ninguna vanidad por su conducta e informa que había emprendido la práctica de pedir limosna casa por casa y nunca fue a hogares acomodados para obtener mejor comida. La versión pali, en cambio, destaca que nunca aceptó invitación y nunca se sentó a comer dentro de una casa. 

 

Madhyama Agama 34

Majjhima Nikaya 124

sin engreimiento

nunca aceptó una invitación

nunca aceptó una invitación

nunca deseó una invitación

nunca omitió  una casa al pedir limosna

nunca se sentó en una casa

nunca mendigó en una casa rica

nunca comió en una casa

 

El siguiente tema es la conducta de Bakkula hacia las mujeres. Las dos versiones coinciden en que Bakkula jamás miró a las mujeres y nunca entró en un convento de monjas. Mientras la versión Madhyama Agama afirma que ni siquiera saludaba a las monjas, la versión pali informa que nunca enseñó a mujer alguna, ya fuese monja, una aspirante en período de prueba o novicia. 

 

Madhyama Agama 34

Majjhima Nikaya 124

nunca miró a una mujer a la cara

nunca cambió saludos con una mujer

nunca impartió enseñanza a una mujer

nunca entró a un convento de monjas

nunca entró a un convento de monjas

nunca impartió enseñanza a una monja

nunca cambió saludos con una monja

nunca enseñó a una aspirante

nunca enseñó a una novicia

 

Sin embargo, Bakkula tampoco actuó como maestro en relación a los varones. Según el relato del Madhyama Agama nunca tuvo un novicio como asistente, ni tampoco enseñó el Dhamma a los laicos. La versión pali agrega que nunca dio el ordenamiento superior o abandono [de la vida hogareña], y nunca dio la dependencia [tutela a un monje más joven].

  

Madhyama Agama 34

Majjhima Nikaya 124

nunca dio la partida [del hogar]

nunca dio la ordenación

nunca dio la dependencia

nunca tuvo un novicio asistente

nunca tuvo un novicio asistente

nunca impartió enseñanza a laicos

 

Ambas versiones afirman que Bakkula nunca se enfermó y, por lo tanto, nunca usó medicamentos ni los llevó consigo. Tampoco se permitió la comodidad de un apoyo [durante la meditación]. La versión pali registra que nunca uso un baño para asearse, no usó detergentes en polvo ni recibió un masaje. Tampoco se recostó ni pasó un retiro de la temporada de lluvias en un pueblo. 

 

Madhyama Agama 34

Majjhima Nikaya 124

nunca usó baños para asearse

nunca usó jabón de baño

nunca recibió un masaje

nunca se enfermó

nunca se enfermó

nunca tomó medicinas

nunca portó medicinas

nunca usó un apoyo [al meditar]

nunca usó un apoyo [al meditar]

nunca se recostó

nunca pasó las lluvias en un pueblo

 

El tema final —en ambas versiones— es la declaración de Bakkula que se convirtió en arahant poco después de su ordenación. Mientras que en el relato del Madhyama Agama, Bakkula proclama que alcanzó los tres conocimientos superiores al cabo de tres días, en el discurso pali declara que se convirtió en arahant en una semana. Finalmente las dos versiones concluyen informando que Bakkula falleció sentado, después de anunciar su inminente parinibbana a los compañeros monjes. 

 

ANÁLISIS

Mirando hacia atrás en las versiones Madhyama Agama y Majjhima Nikaya del Bakkula Sutta, es particularmente notable que cada versión siga sus descripciones con repetidas aclamaciones de los recitadores del discurso, alabando el carácter extraordinario y maravilloso de las cualidades del arahant Bakkula. Esta forma de presentación es bastante inusual en los discursos encontrados en los Agamas o Nikayas.

Por lo general, los comentarios de los recitadores especifican ubicaciones, identifican oradores, proporcionan transiciones de un evento a otro y narraciones de fondo, pero no hacen proclamaciones explícitas de aprobación. Estas aclamaciones reiteradas revelan que, desde la perspectiva de los recitadores, el modo de conducta de Bakkula se consideraba altamente digno de elogio y que, para ellos, él era un arahant modelo. 

Otro punto digno de mención es que esta representación de Bakkula, como modelo de arahant, no pertenece a las primeras etapas de la historia de la orden budista. Las dos versiones coinciden en que, al momento de ver a su antiguo amigo, Bakkula había sido ordenado hacía ya ochenta años. Por tanto —incluso si se hubiese ordenado poco después de que el Buda comenzara a enseñar—, la reunión descrita en el Bakkula Sutta tendría que haberse llevado a cabo varias décadas después del fallecimiento del Buda, al menos 35 años más tarde del período de 45 años de sus actividades de enseñanza. Así, la observación al comienzo del discurso del  Madhyama Agama, según la cual la reunión entre Bakkula y su amigo tuvo lugar cuando el Buda había fallecido recientemente, parece ser la aplicación de una perícopa o fórmula estándar sin la debida consideración del contexto. 

También se puede deducir que —dada la circunstancia de que Bakkula había sido monje durante ochenta años, en el momento de los eventos descritos en ambas versiones del Bakkula Sutta— el discurso no podría haber sido parte de los sermones que, según la tradición, fueron relatados durante el llamado Primer Concilio, celebrado poco después de la muerte del Buda [aprox. 380 ane]. De hecho, el comentario al Bakkula Sutta explica que éste sutta se incluyó en las colecciones canónicas sólo en la recitación comunitaria  del Segundo Concilio [aprox. 280 ane]. 

En resumen, la aparición relativamente inusual de la aclamación repetida muestra que, desde la perspectiva de los recitadores, la conducta y las cualidades de Bakkula representaban un ideal importante. Al mismo tiempo, la aparición tardía de las dos versiones indica que este ideal proviene de una época en la que el Buda ya había alcanzado el Nibbana final, al menos varias décadas después. 

Revisando la conducta y las cualidades de Bakkula desde esta perspectiva, es digno de mención que, según ambas versiones, nunca cosió túnicas con una aguja. Incluso si usara sólo túnicas de trapo, tendría que haberlas reparado de vez en cuando. Según la versión pali, tampoco se tiñó la túnica, una tarea que sería igualmente difícil de evitar en el clima cálido y húmedo de la India, donde el tinte natural —utilizado para las túnicas— requiere una renovación periódica. De esto se deduce que alguien tendría que haber realizado este trabajo en su nombre.

El comentario pali explica que los parientes de Bakkula le habrían hecho túnicas de trapo y las teñirían para él, dejándolas a su alcance cuando se bañaba. Luego Bakkula se vestiría con las nuevas túnicas y entregaría las viejas a otros monjes, de modo que para él nunca surgió la necesidad de reparar sus túnicas. Esto explicaría cómo logró vestir túnicas sin tener que zurcirlas o mientras estaba moribundo. Sin embargo, la explicación de los comentarios es, hasta cierto punto, difícil de conciliar con la declaración explícita del Bakkula Sutta de que nunca aceptó una túnica de un dueño de casa. Aunque, la explicación comentada, señala que se trataba de ropas de trapo, igual habrían sido preparadas por dueños de casa; y el hecho de que se las pusieran después del baño, significaría que las aceptó.

Sea como fuere, para aprovechar las túnicas de trapo teñidas y cosidas, evidentemente tuvo que confiar en la ayuda de otros, sin embargo, según ambas versiones del Bakkula Sutta, no parece haber correspondido a este respecto. Aparentemente, tal falta de reciprocidad no se limitó únicamente a las túnicas. Aunque Bakkula mismo debió haber recibido la ordenación y el entrenamiento como novicio, según el relato del Madhyama Agama nunca entrenó a novatos. Según la versión pali, tampoco dio la salida [de la vida mundana], la ordenación o la dependencia a nadie. A juzgar por la versión Madhyama Agama, ni siquiera dio enseñanza alguna a los laicos.

Tal conducta podría ser comprensible si Bakkula hubiese estado viviendo una vida de ermitaño. Sin embargo, en ambos discursos, se le ve dirigirse fácilmente a otros monjes al conversar con su visitante y anunciar su inminente fallecimiento. Esto muestra que estaba viviendo en medio de una comunidad monástica. Es decir que, en las dos versiones del Bakkula Sutta, la descripción no se refiere a un monje que habite en soledad, sino a un monje que parece vivir entre otros monjes.

Si los compañeros monjes de Bakkula hubieran adoptado un tipo de conducta similar a la suya, la orden monástica no habría tenido muchas posibilidades de sobrevivir. Ahora bien, si esto sólo fuera una instancia aislada —de un monje retraído e introvertido—, entonces no valdría la pena comentar más. Sin embargo, lo que hace que el caso de Bakkula sea notable es la circunstancia de que los recitadores tratan su conducta como loable, hasta el punto de aclamar cada aspecto de su comportamiento como extraordinario y maravilloso. Elogiando cualidades que, si no se hubiese tratado de un arahant, podrían incluso confundirse con mero egoísmo. 

Otro aspecto de su conducta, que los recitadores consideran digno de elogio, es su total abstención de cualquier interacción con las monjas. Esto es desconcertante, ya que una vez que Bakkula se convirtió en arahant, poco después de su ordenación —ya sea en tres días [según el Madhyama Agama] o en una semana [según la versión pali]—, uno podría preguntarse qué problema vio en enseñar o saludar a las monjas.

Según el comentario pali, Bakkula tenía ochenta años al momento de su muerte, una circunstancia también informada en el Punyavibhanga Sastra. Esto hace aún más difícil entender por qué es loable que un monje que es arahant —con más de ochenta años—, evite cualquier tipo de contacto con las monjas. 

Según el Nandakovada Sutta [MN 146] y su paralelo chino, el Buda esperaba que sus monjes se turnaran en la enseñanza de las monjas. El Pali Vinaya incluso considera como delito que un monje no enseñe a las monjas cuando le corresponde. El mismo Vinaya informa que el Buda envió al joven Ananda para enseñar al harén del rey Pasenadi. Si el propio Ananda —que solo se convirtió en arahant después de la muerte del Buda—, fue enviado a enseñar a las encantadoras esposas del rey, no pareciera existir razones para considerar digno de elogio el que un monje, considerablemente mayor y que es arahant, ni siquiera hable con las monjas. 

En el Anguttara Nikaya hay una descripción de siete cualidades que evitan que un monje decline [en su camino], haciendo un alto al combinar cada una de estas cualidades con la necesidad de alentar, también, el desarrollo de las mismas cualidades en los demás. De hecho, según el Mahagopalaka Sutta [MN 33] y sus paralelos, enseñar a otros es un aspecto integral de ser un monje digno de alabanzas. Estos discursos tratan como un defecto grave lo que las dos versiones del Bakkula Sutta consideran como extraordinario y maravilloso. 

Un discurso del Anguttara Nikaya [AN 7,68] compara, a quienes están únicamente preocupados de su propio bienestar, con aquellos que están preocupados de su propio bienestar y el de los demás, dejando en claro que estos últimos son más dignos de elogio. La importancia de la preocupación por otros, también puede ser vista en la representación de otros arahants [en varios discursos]. El Rathavinita Sutta [MN 24] y sus paralelos chinos, resalta que Punna Mantaniputta era digno de elogio, no sólo por sus buenas cualidades, sino porque también enseñaba a otros cómo desarrollar esas mismas cualidades. Incluso un monje, como Revata —quien a diferencia de Bakkula era conocido por su estilo de vida solitario y retirado—, proclamaría sus sentimientos de amistad y compañerismo hacia todos, siendo compasivo con todos los seres. 

Es cierto que no todos poseen la capacidad de enseñar a otros, pero al menos cierta cooperación en los asuntos monásticos sería posible para cualquiera. Según varios discursos, ayudar a otros monjes en sus tareas, es una cualidad digna de elogio que conducirá a la armonía y la concordia comunal. Un ejemplo de lo que, desde esta perspectiva, constituye una conducta digna de elogio sería el caso de Dabba Mallaputta, mencionado en el Pali Vinaya. El relato del Vinaya relata que cuando Dabba ya se había convertido en arahant —a una edad temprana—, reflexionó en la manera que podría prestar servicio a la comunidad monástica. Finalmente, decidió actuar como distribuidor de alojamiento y comida para sus compañeros monjes; una decisión que coincidió con la explícita aprobación del Buda. 

Otro pasaje del Vinaya, registra que en una ocasión el Buda se encontró con un monje enfermo que no había sido atendido adecuadamente. Con la ayuda de Ananda, el propio Buda lavó al monje y luego amonestó a los otros monjes, explicándoles que era su deber cuidar de un compañero enfermo. Que el propio Buda estableciera un ejemplo, de esta manera, deja inequívocamente claro que la falta de preocupación entre los monjes era algo que desaprobaba, deseando inculcar en ellos una actitud de cuidado y compasión mutuas. 

A la luz de los pasajes anteriores, pareciera que la imagen del arahant Bakkula —alabado en las dos versiones del Bakkula Sutta— difiere considerablemente de la conducta ideal de un arahant o, incluso, de un monje común representada en otros discursos. Mientras que el arahant ideal, en varios discursos, es aquel que ayuda a los demás y está dispuesto a enseñar y guiar; el arahant elogiado en las versiones pali y china, del Bakkula Sutta, se ocupa sólo de sí mismo.

Además de la afirmación de haber alcanzado la liberación final, dentro de muy poco tiempo después de su ordenación, ni la versión pali ni la china dedican espacio al desarrollo meditativo de Bakkula, a su conocimiento perspicaz o sabiduría. En cambio, el énfasis en ambas versiones está en la exhibición de una conducta externamente impecable y ascética. 

Como el Bakkula Sutta —y su paralelo— son discursos evidentemente posteriores, dan testimonio de una etapa en el desarrollo del concepto de arahant, donde el ideal más altruista fue reemplazado, gradualmente, por un creciente énfasis en una conducta de austeridad externa. Un cambio de perspectiva durante la cual el desapego del arahant se entiende, cada vez más, como una forma de indiferencia.

No es de extrañar que, probablemente, tal ideal no brindara inspiración duradera a la creciente comunidad budista de la India antigua, la cual, finalmente, comenzó la búsqueda de un ideal diferente [2], un ideal que enfatizara en el altruismo y la preocupación por los demás.   


NOTAS:

[1] Túnica ofrecida a los monjes en la ceremonia kathina, realizada al retiro de la temporada de lluvias [nota del editor].

[2] El autor se refiere a la doctrina del bodhisattva [nota del editor].


FUENTE:

Analayo (2007). «Arahant Ideal in early buddhism – The case of Bakkula», en The Indian International Journal of Buddhist Studies, número 8, pp 1-21.


Traducción: Federico Angulo

Edición: Federico Angulo

Publicado por Bosque Theravada, 2019.  

 

 

SN 10,5 Sanu Sutta – Discurso con Sanu

Que trata de la posesión de un hombre por un yakkha.

 


[Leer en pali]

En cierta ocasión el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de Jeta del parque de Aanathapindika, cerca de Savatthi. En ese tiempo cierta seguidora laica tenía un hijo de nombre Sanu, que estaba poseído por un yakkha [1]. Entonces, aquella seguidora laica, lamentándose, pronunció en esa ocasión estos versos:

Que observan los días de Uposatha
Completos en los ocho factores
Del [día] catorce o quince,Y del ocho de la quincena,
Al igual que durante los periodos especiales,
Así escuché de los arahants.
Pero hoy he visto por mí misma
Que los yakkhas juegan con Sanu.

[El yakkha que había entrado en Sanu:]

Con aquellos que llevan la vida santa,
Que observan los días del Uposatha
Completos en los ocho factores
Del [día] catorce o quince,
Y del ocho de la quincena,
Al igual que durante los periodos especiales,
Lo que escuchaste de los arahants es bueno.

Cuando Sanu se despierte dile
El mandato de los yakkhas:
No cometas las malas acciones,
Ni abierta ni secretamente.
Si cometes una mala acción
O si la estás cometiendo ahora,
No podrás estar libre de la insatisfacción,
Aunque vueles o huyas.

[Sanu:]

O por una vida que no se ve.
Cuando ves, madre, que estoy vivo,
¿Por qué, oh madre, lloras por mí?

[Madre de Sanu:]

Ellos lloran, oh hijo, por el muerto
O por una vida que no se ve.
Pero cuando uno regresa a la vida del hogar
Después de haber renunciado a los placeres sensuales,
Ellos lloran también por aquel, mi hijo,
Porque aunque siendo vivo, realmente está muerto.

Sacado de las brasas ardientes, mi querido,
Deseas penetrar [otra vez] en las brasas ardientes;
Sacado de un infierno, mi querido,
Deseas penetrar [otra vez] en el infierno.

¡Marcha adelante y que la suerte te acompañe!
¿A quién debemos expresar nuestra pena?
Siendo rescatado del fuego,
Deseas quemarte de nuevo.


NOTA:

[1]  En pali, Yakkha; en sánscrito, Yaksha. Espíritu de la naturaleza, son personificaciones del mundo natural. Fueron venerados en el panteón hindú como protectores de las riquezas de la tierra. Su relación con los seres humanos es ambigua y no siempre benéfica [nota del editor].


 

FUENTES:

Bhikkhu Bodhi (2000) “Sanu”, en The Connected Discourses of the Buddha: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Págs. 308–309.

“Sanusutta” en World Tipitaka Edition http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/12S1/10/10.1/10.1.5, 13 de Mayo de 2008.

Traduccción: Anton P. Baron

Edición: Anton P. Baron y Federico Angulo

Publicación de Bosque Theravada, 2011, 2019.