Buda se dirige a un monje desconocido, de nombre “Anciano” (tal vez un nombre ficticio), ofreciéndole una instrucción concisa sobre el verdadero significado de la soledad.
[10] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en el Santuario de las Ardillas, en la arboleda de los bambúes, cerca de Rajagaha. En aquella ocasión, un cierto monje llamado Anciano era un morador solitario y hablaba elogios de la vida solitaria. Entonces, entró en el pueblo en busca de la comida de las limosnas, retornó solo, se sentó en privado y, luego, emprendió una meditación caminando solo.
Entonces, un grupo de monjes se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado y le dijo:
“He aquí, Venerable Señor, que hay cierto monje llamado Anciano que es un morador solitario y habla elogios de la vida solitaria”.
Entonces, el Bienaventurado se dirigió a un monje así:
“Ven, monje, di al monje Anciano, en mi nombre, que el Maestro lo llama”.
“Sí, Venerable Señor”, respondió aquel monje y fue junto al Venerable Anciano y le dijo:
“El Maestro te llama, amigo Anciano”.
“Sí, amigo”, respondió el Venerable Anciano y se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y se sentó a un lado. Y el Bienaventurado le dijo:
“¿Es eso cierto, Anciano, que eres un morador solitario y hablas elogios de la vida solitaria?”.
“Sí, Venerable Señor”.
“Pero, ¿cómo, Anciano, eres un morador solitario y hablas elogios de la vida solitaria?”.
“He aquí, Venerable Señor, entro en el pueblo en busca de la comida de las limosnas, retorno solo, me siento en privado y, luego, emprendo una meditación caminando solo. Es de esta manera que soy un morador solitario y hablo elogios de la vida solitaria”.
“Esta es una manera de vivir la soledad, Anciano, no lo niego. Pero [voy a decirte] cómo cumplir en detalle la vida solitaria, así que escucha y presta atención que voy a hablar”.
“Sí, Venerable Señor”.
“Y, ¿cómo es cumplir en detalle la vida solitaria, Anciano? He aquí, lo que queda del pasado ha de ser abandonado, lo que se encuentra en el futuro ha de ser renunciado y, el deseo y la codicia de las formas presentes de la existencia, han de ser removidos completamente. Así es, Anciano, cómo se ha de cumplir en detalle la vida solitaria”.
Esto es lo que el Bienaventurado dijo y, habiendo dicho esto, el Afortunado, el Maestro, agregó:
“El sabio que conquista todo y conoce todo,
Inmaculado en medio de todas las cosas, desechando todo,
Liberado por la destrucción de la codicia:
A ese le llamo: ‘Alguien que mora sólo’”.
FUENTE:
Bodhi, B. (2000). «Theranakama» en The Connected Discourses of the Buddha: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston: Wisdom Publications, (versión digital), pp. 977-978.
«Theranamakasuttam», en Digital Pali Reader
Traducción: Anton P. Baron
Edición: Federico Angulo y Anton P. Baron
Publicación de Bosque Theravada, 2015, 2019.