AN 3,91 Pankadha [Sankava] Sutta – Pankadha

La importancia del entrenamiento en la Disciplina para los monjes.


[Leer en pali]

[91] En una ocasión el Bienaventurado estaba recorriendo entre los kosalas junto con un gran Sangha de monjes, cuando llegó a una de las ciudades de los kosalas llamada Pankadha. Entonces estableció su morada cerca de Pankadha. En esa ocasión el monje Kassapagotta también estaba residiendo Pankadha. Estando allí, el Bienaventurado instruyó, alentó, inspiró y regocijó a los monjes con una plática del Dhamma relacionada con las reglas del entrenamiento. Entonces, mientras el Bienaventurado estuvo instruyendo, alentando, inspirando y regocijando a los monjes con una plática del Dhamma relacionada con las reglas del entrenamiento, el monje Kassapagotta se impacientó y se amargó pensando: “Este asceta es demasiado estricto”.

Acto seguido, habiendo permanecido en Pankadha por el tiempo que le plugo, el Bienaventurado emprendió el viaje hacia Rajagaha. Al culminar su gira, el Bienaventurado llegó finalmente a Rajagaha, donde estableció su morada en el monte Pico de Buitre. Entonces no mucho después de que el Bienaventurado se hubiese ido, el monje Kassapagotta se llenó de remordimiento y arrepentimiento pensando: “Es una desgracia para mí y una pérdida que, mientras el Bienaventurado estuvo instruyendo, alentando, inspirando y regocijando a los monjes con una plática del Dhamma relacionada con las reglas del entrenamiento, yo me impacientara y me amargara pensando: ‘Este asceta es demasiado estricto’. ¿Qué tal si me acerco al Bienaventurado y le confieso mi transgresión?”.

Acto seguido el monje Kassapagotta limpió su morada, tomó su cuenco y hábito exterior, y salió hacia Rajagaha. Finalmente llegó a Rajagaha y se dirigió al monte Pico de Buitre. Entonces se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado y dijo:

“Venerable Señor, en una ocasión el Bienaventurado estaba recorriendo entre los kosalas junto con un gran Sangha de monjes, cuando llegó a una de las ciudades de los kosalas llamada Pankadha… Estando allí, el Bienaventurado instruyó, alentó, inspiró y regocijó a los monjes con una plática del Dhamma relacionada con las reglas del entrenamiento. Entonces… me impacienté y me amargué pensando: ‘Este asceta es demasiado estricto’. Acto seguido, habiendo permanecido en Pankadha por el tiempo que le plugo, el Bienaventurado emprendió el viaje hacia Rajagaha… Entonces no mucho después de que el Bienaventurado se hubiese ido, me llené de remordimiento y arrepentimiento pensando: ‘Es una desgracia para mí y una pérdida que, mientras el Bienaventurado estuvo instruyendo, alentando, inspirando y regocijando a los monjes con una plática del Dhamma relacionada con las reglas del entrenamiento, yo me impacientara y me amargara pensando: «Este asceta es demasiado estricto». ¿Qué tal si me acercó al Bienaventurado y le confieso mi transgresión?’.

“Venerable Señor, he cometido una transgresión en esto que, mientras el Bienaventurado estuvo instruyendo, alentando, inspirando y regocijando a los monjes con una plática del Dhamma relacionada con las reglas del entrenamiento, yo, estúpida, tonta e inhábilmente me impacienté y me amargué pensando: ‘Este asceta es demasiado estricto’. Venerable Señor, que el Bienaventurado acepte el hecho, según el cual veo mi transgresión como una transgresión, para que en el futuro me restrinja de la misma”.

“Ciertamente, Kassapa, has cometido una transgresión en esto que, mientras yo estaba instruyendo, alentando, inspirando y regocijando a los monjes con una plática del Dhamma relacionada con las reglas del entrenamiento, tú, estúpida, tonta e inhábilmente te impacientaras y te amargaras pensando: ‘Este asceta es demasiado estricto’. Pero puesto que ves tú transgresión como una transgresión y te rectificas de acuerdo con el Dhamma, nosotros lo aceptamos.  Porque crece en la Disciplina del Noble aquel que ve su transgresión como una transgresión y se rectifica de acuerdo con el Dhamma y se compromete a restringirse en el futuro de volver a cometerla.

“Kassapa, si un monje anciano no desea entrenarse ni profiere elogios de someterse al entrenamiento, si no alienta a entrenarse a otros que no lo desean, si no profiere genuina, real e incesantemente elogios de aquellos monjes que desean entrenarse, yo no elogio a semejante monje anciano. Y, ¿por qué así? Porque los otros monjes, escuchando: ‘El Maestro le profiere elogios’, podrían asociarse con él y, aquellos que se asociasen con él, podrían seguir su ejemplo. Y si ellos siguiesen su ejemplo, podrían encontrarse con el dolor y la insatisfacción por mucho tiempo. Es por eso que yo no elogio a semejante monje anciano.

“Kassapa, si un monje de mediana edad… si un monje joven no desea entrenarse ni habla elogios de someterse al entrenamiento, si no alienta a entrenarse a otros que no lo desean, si no profiere genuina, real e incesantemente elogios de aquellos monjes que desean entrenarse, yo no elogio a semejante monje joven. Y, ¿por qué así? Porque los otros monjes, escuchando: ‘El Maestro le profiere elogios’ podrían asociarse con él y, aquellos que se asociasen con él, podrían seguir su ejemplo. Y si ellos siguiesen su ejemplo, podrían encontrarse con el dolor y la insatisfacción por mucho tiempo. Es por eso que yo no elogio a semejante monje joven.

“Kassapa, si un monje anciano desea entrenarse y profiere elogios de someterse al entrenamiento, si alienta a entrenarse a otros que no lo desean, si profiere genuina, real e incesantemente elogios de aquellos monjes que desean entrenarse, yo elogio a semejante monje anciano. Y, ¿por qué así? Porque los otros monjes, escuchando: ‘El Maestro le profiere elogios’, podrían asociarse con él y, aquellos que se asociasen con él, podrían seguir su ejemplo. Y si ellos siguiesen su ejemplo, podrían encontrarse con el bienestar y la felicidad por mucho tiempo. Es por eso que yo elogio a semejante monje anciano.

“Kassapa, si un monje de mediana edad… si un monje joven desea entrenarse y profiere elogios de someterse al entrenamiento, si alienta a entrenarse a otros que no lo desean, si profiere genuina, real e incesantemente elogios de aquellos monjes que desean entrenarse, yo elogio a semejante monje joven. Y, ¿por qué así? Porque los otros monjes, escuchando: ‘El Maestro le profiere elogios’, podrían asociarse con él y, aquellos que se asociasen con él, podrían seguir su ejemplo. Y si ellos siguiesen su ejemplo, podrían encontrarse con el bienestar y la felicidad por mucho tiempo. Es por eso que yo elogio a semejante monje joven”.

 


FUENTES

Bhikkhu Bodhi (2012). “Pankadha” en The Numerical Discourses of the Buddha: A Translation of the Anguttara Nikaya. Boston, USA: Wisdom Publications. Versión digital. Pp. 193-195.

Pankadha Sutta en Sutta Central


Traducido por Anton P. Baron

Editado por Federico Angulo y Anton P. Baron

Publicación de Bosque Theravada, 2016.