El Buda rechaza la acusación sobre su supuesta prohibición de donar las limosnas a los que no pertenecieran a su comunidad monástica y, explica por qué semejante prohibición sería perjudicial para todos. También revela cómo los donativos generan méritos más grandes en función de los receptores.
[57] Entonces, el asceta errante Vacchagotta se acercó al Bienaventurado e intercambió con él cordiales saludos. Cuando concluyeron sus saludos y amables palabras de bienvenida, se sentó a un lado y dijo al Bienaventurado:
“Maestro Gotama, he escuchado esto: ‘El asceta Gotama dijo: «Las limosnas sólo deberían entregárseme a mí, no a otros; las limosnas sólo deberían entregárseles a mis discípulos, no a los discípulos de otros. Solamente lo que me es entregado a mí es fructífero, no lo que es entregado a otros; solamente lo que es entregado a mis discípulos es fructífero, no lo que es entregado a los discípulos de otros»’. Los que emiten semejantes afirmaciones, ¿lo hacen de acuerdo con lo que dijo el maestro Gotama o lo malinterpretan con algo que es contrario a los hechos? ¿Ellos lo explican de acuerdo con el Dhamma, de tal modo que no incurren [en algo que daría pie] a crítica razonable alguna ni proporcionan las bases para la censura? Nosotros no quisiéramos mal interpretar al maestro Gotama”.
“Aquellos, Vaccha, que dicen esto: ‘El asceta Gotama dijo: «Las limosnas sólo deberían entregárseme a mí… solamente lo que es entregado a mis discípulos es fructífero, no lo que es entregado a los discípulos de otros»’; no lo hacen de acuerdo con lo que dije, sino que me malinterpretan con algo que es contrario a los hechos. Alguien que impide a otros dar limosnas, crea una obstrucción y es piedra de tropiezo para tres personas. Y, ¿cuáles son esas tres? Él crea una obstrucción al donante en cuanto a la adquisición del mérito, al receptor en cuanto a la recepción del donativo y, además, se mutila y lastima a sí mismo. Alguien que impide a otros dar limosnas, crea una obstrucción y es piedra de tropiezo para esas tres personas.
“Pero yo, Vaccha, digo que uno adquiere mérito incluso si lanza el agua del lavavajillas al vertedero o pozo negro con este pensamiento: ‘Que los seres vivos aquí se sostengan con eso’. Cuánto más, entonces, cuando uno dona a los seres humanos. Lo que, sin embargo, dije, Vaccha, es que es más fructífero aquello que es donado a alguien virtuoso que a alguien inmoral. Y que [el receptor más digno de donativos] es alguien que abandonó los cinco factores y posee cinco [otros] factores.
“Y, ¿cuáles son los cinco factores que abandonó? Deseo sensorial, animadversión, apatía y somnolencia, inquietud y remordimiento, y duda. Estos son los cinco factores que abandonó.
“Y, ¿cuáles son los cinco factores que posee? Conducta virtuosa, concentración, sabiduría, liberación, y el conocimiento y la visión de la liberación. Estos son los cinco factores que posee.
“Es de esta manera, yo lo declaro, que es más fructífero aquello que es donado a alguien virtuoso que a alguien inmoral”.
Entre ganado de diferentes clases,
sea negro, blanco, rojo o dorado,
moteado, uniforme o de color de una paloma,
el toro domesticado nace,
como para poder soportar la carga,
poseyendo la fuerza y la ventaja con su buena velocidad.
Entonces colocan el yugo de la carga sobre él,
sin considerar su color.
Así también, entre los seres humanos
hay diferentes clases de nacimiento:
entre los khattiyas, brahmanes, vessas,
studdas, candalas o recolectores de basura;
entre distintas clases de gente
es que nace la persona amansada de buenos modales:
uno que está firme en el Dhamma, virtuoso en la conducta,
veraz en su forma de hablar, dotado de la vergüenza moral;
uno que abandonó el nacimiento y la muerte,
vivió la vida santa,
con su carga suelta y caída,
que realizó la tarea, libre de las corrupciones mentales;
que ha ido más allá de todas las cosas [del mundo]
y, mediante el no-apego, alcanzó el Nibbana:
la ofrenda realmente es grande
cuando se la planta en el campo impecable.
Los tontos carecen del entendimiento,
los lerdos y no instruidos
no atienden a los santos,
pero ofrecen sus donativos a los de afuera.
Sin embargo, aquellos que atienden a los santos,
estiman al sabio en su sabiduría,
y aquellos, cuya fe en el Bendito
es profunda y bien establecida,
caminan hacia el mundo de los devas
o nacen aquí dentro de buenas familias.
Avanzando en sus sucesivos pasos,
estos sabios alcanzan el Nibbana.
FUENTES:
Bhikkhu Bodhi (2012). Vaccha en The Numerical Discourses of the Buddha: A Translation of the Anguttara Nikaya. Boston: Wisdom Publications. Pp. 254-256.
“Vacchagottasutta” en World Tipitaka Edition
Traducido por Anton P. Baron
Editado por Federico Angulo y Anton P. Baron
Publicación de Bosque Theravada, 2012.