Del libro «37 cualidades mentales que llevan a Iluminación«, por Thanissaro Bhikkhu.
E. Las Cinco Facultades
Pasajes del Canon Pali {69-89}
{69} Monjes, existen estas cinco facultades. ¿Cuáles cinco? La facultad de la fe, la facultad de la energía, la facultad de la atención consciente, la facultad de la concentración y la facultad de la sabiduría.
“¿Y dónde, monjes, la facultad de la fe puede ser vista? La facultad de la fe puede ser vista aquí en los cuatro factores de la entrada en la corriente.
“¿Y dónde, monjes, la facultad de la energía puede ser vista? La facultad de la energía puede ser vista aquí en los cuatro rectos esfuerzos.
“¿Y dónde, monjes, la facultad de la atención consciente puede ser vista? La facultad de la atención consciente puede ser vista aquí en los cuatro fundamentos de la atención consciente.
“¿Y dónde, monjes, la facultad de la concentración puede ser vista? La facultad de la concentración puede ser vista aquí en los cuatro jhanas.
“¿Y dónde, monjes, la facultad de la sabiduría puede ser vista? La facultad de la sabiduría puede ser vista aquí en las Cuatro Nobles Verdades.
{70} Factores de la emtrada en la corriente. “Asociarse con las personas de carácter superior, es el factor de la entrada en la corriente; escuchar el verdadero Dhamma, es el factor de la entrada en la corriente; poseer una cuidadosa atención, es el factor de la entrada en la corriente; practicar de acuerdo al Dhamma, es el factor de la entrada en la corriente.
{71} “¿Y cuáles son los cuatro factores de la entrada a la corriente?
“Este es el caso, dueño de casa, del discípulo del noble que posee una fe inquebrantable en el Bienaventurado de esta manera: ‘Realmente, el Bienaventurado es un Arahant perfectamente Iluminado, perfecto en sus acciones y el conocimiento, el Bienhechor, el conocedor del mundo, insuperable preparador de hombres que han de ser entrenados. Maestro de los devas y los seres humanos, el Buda, el Bienaventurado’.
“También, él posee una fe inquebrantable en el Dhamma de esta manera: ‘Este Dhamma está bien expuesto por el Bienaventurado, puede ser conocido aquí y ahora, no está limitado por el tiempo, sino que puede ser verificado, llevado a la práctica y el sabio lo puede realizar por sí mismo’.
“También, él posee una fe inquebrantable en el Sangha de esta manera: ‘El Sangha de los discípulos del Bienaventurado practica bien, progresando hacia delante, practica bien metódicamente, practica bien diligentemente. Es decir, el Sangha de los discípulos del Bienaventurado se compone de cuatro pares de individuos, de ocho clases de individuos, por lo cual, el Sangha de los discípulos del Bienaventurado es digno de recibir dádivas, digno de recibir hospitalidad, digno de recibir ofrendas, digno de ser respetado y se convierte en un incomparable campo de méritos para el mundo’.
“Él posee las virtudes que son apreciadas por los nobles: es inquebrantable, sin manchas, sin impurezas, liberado, ponderado por los sabios, conducente hacia la concentración.
{72} Análisis. “¿Y en qué consiste, monjes, la facultad de la fe? Este es el caso, monjes, del discípulo de un noble que tiene fe en la Iluminación del Tathagata de esta manera: ‘Realmente, el Bienaventurado es un Arahant perfectamente Iluminado, perfecto en sus acciones y el conocimiento, el Bienhechor, el conocedor del mundo, insuperable preparador de hombres que han de ser entrenados. Maestro de los devas y los seres humanos, el Buda, el Bienaventurado’. Ésta es, monjes, la facultad de la fe.
“¿Y en qué consiste, monjes, la facultad de la energía? Este es el caso, monjes, del discípulo de un noble que genera el deseo de abandonar a los perjudiciales estados mentales y adquirir los estados mentales saludables. Él es fuerte en esto, sólido en su esfuerzo, no eludiendo su tarea concerniente al cultivo de los saludables estados mentales. Él genera el deseo de que no surjan los malos y perjudiciales estados mentales que aún no han surgido; hace este esfuerzo, pone en él su energía y a él aplica su mente y su fortaleza. Él genera el deseo de abandonar los malos y perjudiciales estados mentales que ya han surgido; hace este esfuerzo, pone en él su energía y a él aplica su mente y su fortaleza. Él genera el deseo de que surjan los saludables estados mentales que aún no han surgido; hace este esfuerzo, pone en él su energía y a él aplica su mente y su fortaleza. Él genera el deseo de que permanezcan los saludables estados mentales que ya han surgido, que los mismos no decaigan sino que incrementen, se expandan, lleguen a su máximo desarrollo y cumplimiento; hace este esfuerzo, pone en él su energía y a él aplica su mente y su fortaleza. Ésta es, monjes, la facultad de la energía.
“¿Y en qué consiste, monjes, la facultad de la atención consciente? Este es el caso, monjes, del discípulo de un noble que es atento, poseedor de la suprema circunspección, que es capaz de recordar lo que ha sido dicho o hecho en tiempo muy remoto. Él permanece contemplando el cuerpo en el cuerpo –ardientemente, con clara compresión y concientemente atento- habiendo abandonado tanto el deseo como la aversión con respecto al mundo. Él permanece contemplando las sensaciones en las sensaciones… la mente en la mente… las construcciones mentales en las construcciones mentales –ardientemente, con clara compresión y concientemente atento- habiendo abandonado tanto el deseo como la aversión con respecto al mundo. Ésta es, monjes, la facultad de la atención consciente.
“¿Y en qué consiste, monjes, la facultad de la concentración? Este es el caso, monjes, del discípulo de un noble que alcanza la concentración que le permite dejar atrás su objeto, alcanza la unificación de la mente. Separado de la sensualidad, separado de los perjudiciales estados mentales, entra y permanece en el primer jhana, acompañado por el pensamiento inicial y analítico, lleno del arrobamiento y placer, nacidos de la reclusión. De esta manera también, monjes, el esfuerzo no es en vano y las decisiones son fructíferas. A paciguando el pensamiento inicial y analítico, logrando la calma mental y la unificación de la mente, entra y permanece en el segundo jhana. Lleno de arrobamiento y placer nacidos de la concentración, posee la confianza y la unificación de la mente libre del pensamiento inicial y analítico. Al extinguirse el arrobamiento, permanece ecuánime, con atención consciente y clara comprensión, sensible a la sensación del placer, del cual los Nobles declararon que ‘Feliz es aquel que mora en la ecuanimidad y en la atención consciente’ y, de esta manera, entra y permanece en el tercer jhana. Al abandonar tanto el placer como la pena –con la anterior desaparición de las alegrías y las tristezas- entra y permanece en el cuarto jhana, el cual va más allá de los placeres y las penas, purificado con la ecuanimidad y atención consciente. Ésta es, monjes, la facultad de la concentración.
“¿Y en qué consiste, monjes, la facultad de la sabiduría? Este es el caso, monjes, del discípulo de un noble que es sabio, que posee la sabiduría dirigida hacia el surgir y cesar [de los fenómenos] –una sabiduría noble, penetrante, que lleva correctamente al fin del sufrimiento. Él lo conoce tal como realmente es: ‘Este es el sufrimiento, éste es el origen del sufrimiento, éste es el cese del sufrimiento y éste es el sendero que lleva al cese del sufrimiento’. Ésta es, monjes, la facultad de la sabiduría.
{73} M onjes, al igual que la ciudadela real debe poseer un pilar profundamente incrustado, bien excavado, inamovible y estable -para la protección de sus habitantes y para la advertencia de los intrusos- el discípulo de un noble debe poseer la fe: él tiene fe en la Iluminación del Tathagata de esta manera: ‘Realmente, el Bienaventurado es un Arahant perfectamente Iluminado, perfecto en sus acciones y el conocimiento, el Bienhechor, el conocedor del mundo, insuperable preparador de hombres que han de ser entrenados. Maestro de los devas y los seres humanos, el Buda, el Bienaventurado’. Con la fe como su pilar, el discípulo de un noble abandona los caminos equivocados y toma los correctos; abandona lo que es censurable y desarrolla lo irreprochable. Él se dirige a sí mismo con pureza. Ésta es la primera cosa, monjes, de la cual el discípulo de un noble debe estar bien provisto.
“Monjes, al igual que la ciudadela real debe ser rodeada por una fosa profunda y ancha -para la protección de sus habitantes y para la advertencia de los intrusos- el discípulo de un noble debe permanecer consciente: se avergüenza de la conducta inapropiada realizada a través de las acciones, palabras o pensamientos; se avergüenza de los caminos torcidos e incorrectos. Con la conciencia como su fosa, el discípulo de un noble abandona los caminos equivocados y toma los correctos; abandona lo que es censurable y desarrolla lo irreprochable. Él se dirige a sí mismo con pureza. Ésta es la segunda cosa, monjes, de la cual el discípulo de un noble debe estar bien provisto.
“Monjes, al igual que la ciudadela real debe tener una ruta alrededor de ella -para la protección de sus habitantes y para la advertencia de los intrusos- el discípulo de un noble debe tener el temor de cometer error: él teme de tener una conducta equivocada en sus acciones, palabras o pensamientos; él teme a los caminos torcidos e incorrectos. Con el temor de cometer error como su ruta, el discípulo de un noble abandona los caminos equivocados y toma los correctos; abandona lo que es censurable y desarrolla lo irreprochable. Él se dirige a sí mismo con pureza. Ésta es la tercera cosa, monjes, de la cual el discípulo de un noble debe estar bien provisto.
“Monjes, al igual que la ciudadela real debe tener un gran arsenal de lanzas y espadas -para la protección de sus habitantes y para la advertencia de los intrusos- el discípulo de un noble debe escuchar mucho, retener mucho y almacenar mucho las enseñanzas del Dhamma que es agradable en el principio, agradable en el medio y agradable al final. Debe exponer su significado en detalle, cumplirlo a cabalidad mediante la vida santa, purificándola a la perfección, para que aquellos que fueran enseñados por él, sean resueltos a hacer [esta enseñanza] familiar, meditar en ella y penetrarla mediante el recto entendimiento. Con la enseñanza como su arsenal, el discípulo de un noble abandona los caminos equivocados y toma los correctos; abandona lo que es censurable y desarrolla lo irreprochable. Él se dirige a sí mismo con pureza. Ésta es la cuarta cosa, monjes, de la cual el discípulo de un noble debe estar bien provisto.
“Monjes, al igual que la ciudadela real debe tener un gran cuerpo de tropas estacionadas dentro de la ciudadela, como los cuidadores de elefantes, los jinetes, los aurigas, los arqueros, los portadores de estandartes, oficiales de acantonamiento, cuerpos de solados reservistas, notables hijos del rey, tropas de asalto, hombres valientes como los poderosos nagas, hombres valerosos, guerreros con la coraza y los esclavos nacidos en casa -para la protección de sus habitantes y para la advertencia de los intrusos- el discípulo de un noble debe permanecer ejercitando la energía para abandonar los perjudiciales estados mentales y permanecer en los estados mentales saludables; él es fuerte en esto, sólido en su esfuerzo, no eludiendo su tarea concerniente al cultivo de los saludables estados mentales. Con la energía como su gran cuerpo de tropas, el discípulo de un noble abandona los caminos equivocados y toma los correctos; abandona lo que es censurable y desarrolla lo irreprochable. Él se dirige a sí mismo con pureza. Ésta es la quinta cosa, monjes, de la cual el discípulo de un noble debe estar bien provisto.
“Monjes, al igual que la ciudadela real debe tener un guardia de la entrada, inteligente, sabio y atento quien rehúsa la entrada a los desconocidos y permite entrar solamente a los que conoce -para la protección de sus habitantes y para la advertencia de los intrusos- el discípulo de un noble debe estar conscientemente atento y poseer los altos grados de la atención consciente y discernimiento; él es capaz de recordar en su mente las cosas que fueron hechas y dichas aún en los tiempos muy remotos. Con la atención consciente como su guardia, el discípulo de un noble abandona los caminos equivocados y toma los correctos; abandona lo que es censurable y desarrolla lo irreprochable. Él se dirige a sí mismo con pureza. Ésta es la sexta cosa, monjes, de la cual el discípulo de un noble debe estar bien provisto.
“Monjes, al igual que la ciudadela real debe tener una muralla alta y ancha, cubierta con una capa de yeso –para la protección de sus habitantes y para la advertencia de los intrusos- el discípulo de un noble debe tener la sabiduría con la cual se dirige hacia el surgir y cesar [de los fenómenos] –una sabiduría noble, penetrante, que lleva correctamente al fin del sufrimiento. Con la sabiduría como su muralla cubierta con la capa de yeso, el discípulo de un noble abandona los caminos equivocados y toma los correctos; abandona lo que es censurable y desarrolla lo irreprochable. Él se dirige a sí mismo con pureza. Ésta es la séptima cosa, monjes, de la cual el discípulo de un noble debe estar bien provisto.
“Éstas son, monjes, las siete cosas de las cuales el discípulo de un noble debe estar bien provisto.
“¿Y cuáles son, monjes, los cuatro jhanas que ofrecen al discípulo de un noble una confortable morada aquí y ahora, y que deben ser obtenidos fácilmente y a voluntad?
“Monjes, al igual que en la ciudadela real debe haber gran cantidad de víveres, pastos, madera y agua, para la conveniencia de sus habitantes, para su confort, para su bienestar y para la advertencia de los intrusos, así también, monjes, el discípulo de un noble, separado de la sensualidad, separado de los perjudiciales estados mentales, entra y permanece en el primer jhana, acompañado por el pensamiento inicial y analítico, lleno del arrobamiento y placer, nacidos de la reclusión –para su conveniencia, para su confort, para su bienestar y para poder dirigirse hacia el Nibbana.
“Monjes, al igual que en la ciudadela real debe haber una gran cantidad de arroz y granos para la conveniencia de sus habitantes, para su confort, para su bienestar y para la advertencia de los intrusos, así también, monjes, el discípulo de un noble, a paciguando el pensamiento inicial y analítico, logrando la calma mental y la unificación de la mente, entra y permanece en el segundo jhana. Lleno de arrobamiento y placer nacidos de la concentración, posee la confianza y la unificación de la mente libre del pensamiento inicial y analítico –para su conveniencia, para su confort, para su bienestar y para poder dirigirse hacia el Nibbana.
“Monjes, al igual que en la ciudadela real debe haber una gran cantidad de sésamo, frijoles, arvejas y cereales para la conveniencia de sus habitantes, para su confort, para su bienestar y para la advertencia de los intrusos, así también, monjes, el discípulo de un noble, al extinguirse el arrobamiento, permanece ecuánime, con atención consciente y clara comprensión, sensible a la sensación del placer, del cual los Nobles declararon que ‘Feliz es aquel que mora en la ecuanimidad y en la atención consciente’ y, de esta manera, entra y permanece en el tercer jhana –para su conveniencia, para su confort, para su bienestar y para poder dirigirse hacia el Nibbana.
“Monjes, al igual que en la ciudadela real debe haber una gran cantidad de medicinas, como la manteca, manteca fresca, aceite, miel, azúcar y sal, para la conveniencia de sus habitantes, para su confort, para su bienestar y para la advertencia de los intrusos, así también, monjes, el discípulo de un noble, al abandonar tanto el placer como la pena –con la anterior desaparición de las alegrías y las tristezas- entra y permanece en el cuarto jhana, el cual va más allá de los placeres y las penas, purificado con la ecuanimidad y atención consciente –para su conveniencia, para su confort, para su bienestar y para poder dirigirse hacia el Nibbana.
“Éstos son, monjes, los cuatro jhanas que ofrecen al discípulo de un noble una confortable morada aquí y ahora, y que deben ser obtenidos fácilmente y a voluntad.
“Monjes, cuando el discípulo de un noble está bien provisto de estas siete cosas y puede obtener fácilmente y a voluntad estos cuatro jhanas que le ofrecen una confortable morada aquí y ahora, se dice que el discípulo de un noble no puede ser desecho por el Mara, no puede ser desecho por el Malvado.”
{74} [El Buda:] “Dime, Saruputta, ¿es posible que el discípulo de un noble que esté completamente dedicado al Tathagata y posea plena confianza en él, albergue alguna perplejidad o duda con respecto al Tathagata o su enseñanza?”
[Sariputta:] “No, venerable señor: es imposible que el discípulo de un noble que esté completamente dedicado al Tathagata y posea plena confianza en él, albergue alguna perplejidad o duda con respecto al Tathagata o su enseñanza. Por el contrario, es de esperar, venerable señor, que el discípulo de un noble que posea la fe, permanezca esforzándose para abandonar los perjudiciales estados mentales y adquirir los estados mentales saludables. Que sea fuerte en esto, sólido en su esfuerzo, no eludiendo su tarea concerniente al cultivo de los saludables estados mentales. De esta manera, venerable señor, su energía se convierte para él, en la facultad de la energía.
“Es de esperar también, venerable señor, que el discípulo de un noble que posea la fe y permanezca esforzándose, sea conscientemente atento, posea la suprema circunspección y sea capaz de recordar lo que ha sido dicho o hecho en tiempo muy remoto. De esta manera, venerable señor, su atención consciente se convierte para él, en la facultad de la atención consciente.
“Es de esperar también, venerable señor, que el discípulo de un noble que posea la fe, permanezca esforzándose y esté conscientemente atento, esté bien concentrado y alcance la unificación mental. De esta manera, venerable señor, su concentración se convierte para él, en la facultad de la concentración.
“Es de esperar también, venerable señor, que el discípulo de un noble que posea la fe, permanezca esforzándose, esté conscientemente atento y bien concentrado, tenga este discernimiento: ‘Éste samsara carece de algún comienzo cognoscible. No es evidenciable el punto de partida, en el cual los seres, obstruidos por la ignorancia y encadenados por la avidez, empezaron a recorrer este camino de interminables nacimientos. Pero con la total desaparición y el cese de la ignorancia, [el cese] de toda esta masa de oscuridad, surge un estado de la paz exquisita, un estado sublime que calma todas las formaciones, que libera de todas las adquisiciones y destruye la avidez; un estado desapasionado del cese, el Nibbana’. De esta manera, venerable señor, su sabiduría se convierte para él, en la facultad de la sabiduría.
“Finalmente, venerable señor, cuando el discípulo de un noble continuamente se esfuerza de esta manera, cuando continuamente se recuerda de esta manera, continuamente concentra su mente de esta manera y continuamente discierne con sabiduría de esta manera, entonces, venerable señor, este discípulo de un noble alcanza una fe inquebrantable de la siguiente manera: ‘Mientras que anteriormente yo solo conocía estas cosas de oídas, ahora yo puedo permanecer conectado con ellas a través de mi cuerpo, puedo penetrarlos con mi entendimiento, puedo ver’. De esta manera, venerable señor, su fe se convierte para él, en la facultad de la fe”.
{75 } “Esto es igual que con una casa [en construcción], monjes: mientras que las viseras del techo aún no están puestas en su lugar, las vigas no pueden ser estables ni firmes. Pero una vez que las viseras del techo sean colocadas en su lugar, las vigas se vuelven estables y firmes. De la misma manera, monjes, mientras que el noble conocimiento no surja en el discípulo de un noble, las otras cuatro facultades no pueden ser estables ni firmes. Pero, cuando el noble conocimiento surge en el discípulo de un noble, las otras cuatro facultades se vuelven estables y firmes.»
{76} “Monjes, al desarrollar y cultivar dos facultades, el monje que ha destruido las impurezas mentales declara su conocimiento final. ¿Cuáles dos? La noble sabiduría y la noble liberación. Para él, la noble sabiduría es la facultad de sabiduría y la noble liberación es la facultad de concentración.»
{77} “Monjes, al igual que entre los durámenes, el sándalo rojo es declarado como el principal, así también, entre los estados que conducen a la Iluminación, la facultad de la sabiduría es declarada como la principal; es así, cuando se refiere al alcance de la Iluminación.
“¿Y cuáles son, monjes, las otras facultades que conducen a la Iluminación? La facultad de la fe es la facultad que conduce a la Iluminación, la facultad de la energía… facultad de la atención consciente y la facultad de la concentración es la facultad que conduce a la Iluminación”.
{78} “Monjes, cuando el monje está firmemente establecido en una sola cosa, las cinco facultades están desarrolladas y bien desarrolladas en él. ¿Y qué es esta cosa, monjes? Es la diligencia.
“¿Y en qué consiste monjes, la diligencia? He aquí, monjes, el monje resguarda su mente de las contaminaciones y de los estados mentales contaminados. Mientras él resguarda su mente de esta manera, la facultad de la fe llega a desarrollarse plenamente en él; mientras él resguarda su mente de esta manera, la facultad de la energía… la facultad de la atención consciente… la facultad de la concentración llega a desarrollarse plenamente en él.
“De esta manera, monjes, cuando el monje está firmemente establecido en una sola cosa, las cinco facultades están desarrolladas y bien desarrolladas en él.
{79} “Monjes, al igual que las huellas de toda clase de animales con patas pueden ser abarcadas por la huella de un elefante y la huella del elefante es reconocida como la principal entre ellas, así también todos los saludables estados mentales están enraizados en la vigilancia, unidos a la vigilancia y la vigilancia es reconocida como el principal [estado mental] entre ellos…
“Monjes, al igual que la luz de las constelaciones no se iguala ni a la decimosexta parte de la luz de la Luna, y la luz de la Luna es reconocida como la principal entre ellas, así también todos los saludables estados mentales están enraizados en la vigilancia, unidos a la vigilancia y la vigilancia es reconocida como el principal [estado mental] entre ellos.»
{80} «La atención es el camino hacia la inmortalidad; la inatención es el sendero hacia la muerte. Los que están atentos no mueren; los inatentos son como si ya hubieran muerto.»
Ni vivas espectando el futuro;
Deja atrás el pasado
El futuro, aún no ha llegado.
Pero mira claramente
A cada uno de los estados que surgen en el presente.
Que te sean conocidos tal cual son y que estés seguro de ellos;
Pero que seas, [en relación a ellos], invencible e inamovible.
Hoy el esfuerzo debe ser hecho:
Mañana llegará la muerte, ¿quién sabe?
No regateando con lo que es mortal,
Mandando fuera sus hordas,
Alguien que mora ardientemente
No aflojando de día ni de noche,
Es llamado por el Pacífico Sabio
‘Uno que ha tenido un día auspicioso’
{82} “Monjes, la atención consciente puesta en la muerte, cuando se la desarrolla y perfecciona, es muy fructífera y beneficiosa. Se fusiona con la inmortalidad y la inmortalidad es su consumación. De modo que, debéis practicar la atención consciente puesta en la muerte”.
Cuando esto fue dicho, cierto monje se dirigió al Bienaventurado y dijo: “Venerable señor, yo practico ya la atención consciente puesta en la muerte”.
“Y de qué manera practicas tú la atención consciente puesta en la muerte?”
“Yo pienso: ‘Oh, si yo viviese un día y una noche, atendiendo las palabras del Bienaventurado, podría conseguir la realización de la gran meta.’ Así yo practico la atención consciente puesta en la muerte”.
Entonces, otro monje se dirigió al Bienaventurado y dijo: “Venerable señor, yo también practico ya la atención consciente puesta en la muerte”.
“Y de qué manera practicas tú la atención consciente puesta en la muerte?”
“Yo pienso: ‘Oh, si yo viviese un día, atendiendo las palabras del Bienaventurado, podría conseguir la realización de la gran meta.’ Así yo practico la atención consciente puesta en la muerte”.
Luego, otro monje se dirigió al Bienaventurado y dijo: “Venerable señor, yo también practico ya la atención consciente puesta en la muerte”.
“Y de qué manera practicas tú la atención consciente puesta en la muerte?”
“Yo pienso: ‘Oh, si yo viviese por el intervalo que dura consumir una comida, atendiendo las palabras del Bienaventurado, podría conseguir la realización de la gran meta.’ Así yo practico la atención consciente puesta en la muerte”.
Después, otro monje se dirigió al Bienaventurado y dijo: “Venerable señor, yo también practico ya la atención consciente puesta en la muerte”.
“Y de qué manera practicas tú la atención consciente puesta en la muerte?”
“Yo pienso: ‘Oh, si yo viviese por el intervalo que dura tragar y masticar cuatro bocados de comida, atendiendo las palabras del Bienaventurado, podría conseguir la realización de la gran meta.’ Así yo practico la atención consciente puesta en la muerte”.
Entonces, otro monje se dirigió al Bienaventurado y dijo: “Venerable señor, yo también practico ya la atención consciente puesta en la muerte”.
“Y de qué manera practicas tú la atención consciente puesta en la muerte?”
“Yo pienso: ‘Oh, si yo viviese por el intervalo que dura tragar y masticar un sólo bocado de comida, atendiendo las palabras del Bienaventurado, podría conseguir la realización de la gran meta.’ Así yo practico la atención consciente puesta en la muerte”.
Luego, otro monje se dirigió al Bienaventurado y dijo: “Venerable señor, yo también practico ya la atención consciente puesta en la muerte”.
“Y de qué manera practicas tú la atención consciente puesta en la muerte?”
“Yo pienso: ‘Oh, si yo viviese por el intervalo que dura una inhalación del aire después de la exhalación o una exhalación después de la inhalación, atendiendo las palabras del Bienaventurado, podría conseguir la realización de la gran meta.’ Así yo practico la atención consciente puesta en la muerte”.
Cuando esto fue dicho, el Bienaventurado se dirigió a los monjes con estas palabras: “Cualquiera de practica la atención consciente puesta en la muerte pensando: ‘Oh, si yo viviese un día y una noche… Oh, si yo viviese un día… Oh, si yo viviese por el intervalo que dura consumir una comida… Oh, si yo viviese por el intervalo que dura tragar y masticar cuatro bocados de comida, podría conseguir la realización de la gran meta’ –practica descuidadamente y el desarrollo de la atención consciente puesta en la muerte, sólo muy lentamente le servirá para poner fin a las impurezas.
“Pero aquel que practica la atención consciente puesta en la muerte pensando: ‘Oh, si yo viviese por el intervalo que dura tragar y masticar un sólo bocado de comida… Oh, si yo viviese por el intervalo que dura una inhalación del aire después de la exhalación o una exhalación después de la inhalación, podría conseguir la realización de la gran meta’ –practica atentamente y el desarrollo de la atención consciente puesta en la muerte, plenamente le servirá para poner fin a las impurezas.
Así que, monjes, debéis practicar de esta manera: ‘Vamos a morar en la atención. Vamos a desarrollar la atención consciente plenamente, para poner fin a las impurezas.’ De esta forma debéis practicar”
{83} Y el Bienaventurado se dirigió a los monjes, diciendo: “Ahora, monjes, os declaro esto: todas las cosas condicionadas, están destinadas a desparecer. ¡Esforzaos fervientemente!” Y estas fueron las últimas palabras del Tathagata.
{84} “Monjes, existen estas cuatro maneras de progresar. ¿Cuáles cuatro? La manera penosa de progresar con la intuición lenta. La manera penosa de progresar con la intuición rápida. La manera placentera de progresar con la intuición lenta y la manera placentera de progresar con la intuición rápida.
“¿Y cómo es, monjes, la manera penosa de progresar con la intuición lenta? Este es el caso de alguien, cuya naturaleza es intensamente apasionada. Entonces, él experimenta continuamente la pena y el desaliento a causa de la pasión. Igualmente, es el caso de alguien, cuya naturaleza es intensamente aborrecedora. Entonces, él experimenta continuamente la pena y el desaliento a causa del aborrecimiento. Igualmente, es el caso de alguien, cuya naturaleza es intensamente enceguecida. Entonces, él experimenta continuamente la pena y el desaliento a causa de la falsa ilusión. En tal individuo, las cinco facultades –la facultad de la fe, la facultad de la energía, la facultad de la atención consciente, la facultad de la concentración y la facultad de la sabiduría- son débiles e inactivas. Debido a la debilidad de las cinco facultades, sus logros, que llevan a poner fin de las impurezas mentales, son lentos. Ésta es, monjes, la manera penosa de progresar con la intuición lenta.
“¿Y cómo es, monjes, la manera penosa de progresar con la intuición rápida? Este es el caso de alguien, cuya naturaleza es intensamente apasionada. Entonces, él experimenta continuamente la pena y el desaliento a causa de la pasión. Igualmente, es el caso de alguien, cuya naturaleza es intensamente aborrecedora. Entonces, él experimenta continuamente la pena y el desaliento a causa del aborrecimiento. Igualmente, es el caso de alguien, cuya naturaleza es intensamente enceguecida. Entonces, él experimenta continuamente la pena y el desaliento a causa de la falsa ilusión. Pero, en este individuo, las cinco facultades –la facultad de la fe, la facultad de la energía, la facultad de la atención consciente, la facultad de la concentración y la facultad de la sabiduría- son agudas. Debido a la agudeza de las cinco facultades, sus logros, que llevan a poner fin de las impurezas mentales, son rápidos. Ésta es, monjes, la manera penosa de progresar con la intuición rápida.
“¿Y cómo es, monjes, la manera placentera de progresar con la intuición lenta? Este es el caso de alguien, cuya naturaleza no es intensamente apasionada. Entonces, él no experimenta continuamente ni pena ni el desaliento a causa de la falta de pasión. Igualmente, es el caso de alguien, cuya naturaleza no es intensamente aborrecedora. Entonces, él no experimenta continuamente ni pena ni el desaliento a causa de la falta del aborrecimiento. Igualmente, es el caso de alguien, cuya naturaleza no es intensamente enceguecida. Entonces, él no experimenta continuamente ni pena ni el desaliento a causa de la ausencia de falsa ilusión. En tal individuo, las cinco facultades –la facultad de la fe, la facultad de la energía, la facultad de la atención consciente, la facultad de la concentración y la facultad de la sabiduría- son débiles e inactivas. Debido a la debilidad de las cinco facultades, sus logros, que llevan a poner fin de las impurezas mentales, son lentos. Ésta es, monjes, la manera placentera de progresar con la intuición lenta.
“¿Y cómo es, monjes, la manera placentera de progresar con la intuición rápida? Este es el caso de alguien, cuya naturaleza no es intensamente apasionada. Entonces, él no experimenta continuamente ni pena ni el desaliento a causa de la falta de pasión. Igualmente, es el caso de alguien, cuya naturaleza no es intensamente aborrecedora. Entonces, él no experimenta continuamente ni pena ni el desaliento a causa de la falta del aborrecimiento. Igualmente, es el caso de alguien, cuya naturaleza no es intensamente enceguecida. Entonces, él no experimenta continuamente ni pena ni el desaliento a causa de la ausencia de la falsa ilusión. Además, en este individuo, las cinco facultades –la facultad de la fe, la facultad de la energía, la facultad de la atención consciente, la facultad de la concentración y la facultad de la sabiduría- son agudas. Debido a la agudeza de las cinco facultades, sus logros, que llevan a poner fin a las impurezas mentales, son rápidos. Ésta es, monjes, la manera placentera de progresar con la intuición rápida.
“Éstas son, monjes, las cuatro maneras de progresar.”
{85} “Monjes, existen estas cuatro maneras de progresar. ¿Cuáles cuatro? La manera penosa de progresar con la intuición lenta. La manera penosa de progresar con la intuición rápida. La manera placentera de progresar con la intuición lenta y la manera placentera de progresar con la intuición rápida.
“¿Y cómo es, monjes, la manera penosa de progresar con la intuición lenta? Este es caso del monje que permanece contemplando lo repulsivo en relación al cuerpo. Él permanece atento a lo repulsivo en relación a la comida, atento al desencanto producido por todas las cosas mundanas, atento a la impermanencia de todos los fenómenos surgidos. La contemplación de la muerte está firmemente establecida en él. Su vida depende de estas cinco fortalezas: fortaleza de la confianza, fortaleza de la modestia, fortaleza de la auto-restricción, fortaleza de la persistencia y fortaleza de la sabiduría. Además, las cinco facultades –la facultad de la fe, la facultad de la energía, la facultad de la atención consciente, la facultad de la concentración y la facultad de la sabiduría- son débiles e inactivas. Debido a la debilidad de las cinco facultades, sus logros, que llevan a poner fin de las impurezas mentales, son lentos. Ésta es, monjes, la manera penosa de progresar con la intuición lenta.
“¿Y cómo es, monjes, la manera penosa de progresar con la intuición rápida? Este es caso del monje que permanece contemplando lo repulsivo en relación al cuerpo. Él permanece atento a lo repulsivo en relación a la comida, atento al desencanto producido por todas las cosas mundanas, atento a la impermanencia de todos los fenómenos surgidos. La contemplación de la muerte está firmemente establecida en él. Su vida depende de estas cinco fortalezas: fortaleza de la confianza, fortaleza de la modestia, fortaleza de la auto-restricción, fortaleza de la persistencia y fortaleza de la sabiduría. Sin embargo, las cinco facultades –la facultad de la fe, la facultad de la energía, la facultad de la atención consciente, la facultad de la concentración y la facultad de la sabiduría- son agudas. Debido a la agudeza de las cinco facultades, sus logros, que llevan a poner fin de las impurezas mentales, son rápidos. Ésta es, monjes, la manera penosa de progresar con la intuición rápida.
“¿Y cómo es, monjes, la manera placentera de progresar con la intuición lenta? Este es el caso del monje que, aislado de los placeres sensuales, aislado de los perjudiciales estados mentales, entra y permanece en el primer jhana… entra y permanece en el segundo jhana… entra y permanece en el tercer jhana… entra y permanece en el cuarto jhana… Además, s u vida depende de estas cinco fortalezas: fortaleza de la confianza, fortaleza de la modestia, fortaleza de la auto-restricción, fortaleza de la persistencia y fortaleza de la sabiduría. Sin embargo, las cinco facultades –la facultad de la fe, la facultad de la energía, la facultad de la atención consciente, la facultad de la concentración y la facultad de la sabiduría- son débiles e inactivas. Debido a la debilidad de las cinco facultades, sus logros, que llevan a poner fin de las impurezas mentales, son lentos. Ésta es, monjes, la manera placentera de progresar con la intuición lenta.
“¿Y cómo es, monjes, la manera placentera de progresar con la intuición rápida? Este es el caso del monje que, aislado de los placeres sensuales, aislado de los perjudiciales estados mentales, entra y permanece en el primer jhana… entra y permanece en el segundo jhana… entra y permanece en el tercer jhana… entra y permanece en el cuarto jhana… Además, s u vida depende de estas cinco fortalezas: fortaleza de la confianza… fortaleza de la sabiduría. Además, las cinco facultades –la facultad de la fe, la facultad de la energía, la facultad de la atención consciente, la facultad de la concentración y la facultad de la sabiduría- son agudas. Debido a la agudeza de las cinco facultades, sus logros, que llevan a poner fin de las impurezas mentales, son rápidos. Ésta es, monjes, la manera placentera de progresar con la intuición rápida.
“Éstas son, monjes, las cuatro maneras de progresar.”
{86} He escuchado que en una ocasión el Bienaventurado estaba morando cerca de Rajagaha en la montaña Pico de Buitre. Al mismo tiempo, el Venerable Sona también estaba morando cerca de Rajagaha en un bosque fresco. Entonces, el Venerable Sona, mientras estaba meditando en la reclusión, tuvo este pensamiento que surgió en su mente: “Entre los discípulos del Bienaventurado que han activado la energía, ciertamente soy uno de ellos; pero, sin embargo, mi mente no ha sido liberada de las impurezas ni está libre del apego. Ahora bien, mi familia tiene muchas riquezas y yo podría disfrutar de ellas haciendo el bien al mismo tiempo. ¿Qué tal si renuncio a mis votos y retorno a la vida más baja para disfrutar de las riquezas y, al mismo tiempo, hacer el bien?”
“Entonces, el Bienaventurado, tan pronto como hubo percibido este pensamiento del Venerable Sona a través de su propia mente –al igual que un hombre fuerte dobla su mano extendida o extiende su mano doblada- despareció de la montaña Pico de Buitre y apareció en el bosque fresco justo frente del Venerable Sona. Estando ahí, tomó el asiento que estaba preparado para él, mientras que el Venerable Sona homenajeó al Bienaventurado y se sentó a un lado. Estando sentado ahí, el Bienaventurado dijo:
“Sona, al estar meditando hace un rato en la reclusión, ¿has tenido este pensamiento que surgió en tu mente: ‘Entre los discípulos del Bienaventurado que han activado la energía, ciertamente soy uno de ellos; pero, sin embargo, mi mente no ha sido liberada de las impurezas ni está libre del apego. Ahora bien, mi familia tiene muchas riquezas y yo podría disfrutar de ellas haciendo el bien al mismo tiempo. ¿Qué tal si renuncio a mis votos y retorno a la vida más baja para disfrutar de las riquezas y, al mismo tiempo, hacer el bien?’”
“Sí, señor”.
“Ahora, ¿es cierto, Sona, que antes, cuando eras todavía un hombre hogareño, tuviste la habilidad de tocar el laúd?”
“Sí, señor”
“Entonces dime, Sona: ¿cuando las cuerdas de tu laúd estaban demasiado estiradas, estaba tu laúd afinado y sonaba bien?”
“No, señor”.
“Y dime otra cosa, Sona: ¿cuando las cuerdas de tu laúd estaban demasiado flojas, estaba tu laúd afinado y sonaba bien?”
“No, señor”.
“Entonces, ¿es cierto, Sona, que cuando las cuerdas de tu laúd no estaban demasiado estiradas ni tampoco estaban demasiado flojas, sino que estaban bien establecidas en el tono medio, estaba tu laúd afinado y sonaba bien?”
“Sí, señor”.
“De la misma manera, Sona, cuando se suscita la energía en exceso, se termina con la intranquilidad, mientras que la energía excesivamente floja lleva a la pereza. Por eso, Sona, debes establecer un término medio de la energía, procurar afinarla con [el resto de las cinco] facultades y entender su valor real.
“Sí, señor”, respondió el Venerable Sona al Bienaventurado.
Entonces, al haber ofrecido esta exhortación al Venerable Sona, el Bienaventurado –al que un hombre fuerte dobla su mano extendida o extiende su mano doblada- despareció del bosque freso y apareció en la montaña Pico de Buitre.
Después de esto, el Venerable Sona estableció el término medio para su energía, afinó su energía con [el resto de las cinco] facultades y entendió su valor real. Y morando solo, recluido, atento, ardiente y resuelto, en poco tiempo, alcanzó la meta suprema de la vida santa y permaneció en ella; la meta, por la cual los hombres de sociedad, correctamente, abandonan la vida hogareña para vivir el estilo de vida sin hogar, conociendo y descubriéndola por sí mismo aquí y ahora. Él supo: “El nacimiento ha terminado, la vida santa ha sido vivida, la tarea ha sido hecha y he aquí que no hay nada más qué hacer en este mundo”. De esta manera, el Venerable Sona llegó a ser uno de los arahants.
{87} “Monjes, pues sí existe el método a través del cual el monje que es un aprendiz, que está en el plano del aprendizaje, pueda discernir: ‘Soy un aprendiz’, mientras que el monje que trascendió el aprendizaje, que es uno que está más allá del aprendizaje, pueda discernir: ‘soy uno que está más allá del aprendizaje’.
“¿Y cuál es, monjes, el método a través del cual el monje que es un aprendiz, que está en el plano del aprendizaje, pueda discernir: ‘Soy un aprendiz’?
“He aquí, monjes, el caso del monje que es un aprendiz y discierne tal cual es lo siguiente: ‘Esto es el sufrimiento’; él discierne tal cual es lo siguiente: ‘Este es el origen sufrimiento’; él discierne tal cual es lo siguiente: ‘Este es el cese del sufrimiento’ y él discierne tal cual es lo siguiente: ‘Este es el camino que conduce al cese del sufrimiento’. Este es el método, monjes, a través del cual el monje que es un aprendiz, que está en el plano del aprendizaje, pueda discernir: ‘Soy un aprendiz’.
“Además, monjes, el monje que es un aprendiz, considera esto: ‘¿Existe fuera de esto [2] otro asceta o brahmín que enseñe el Dhamma de una manera tan real, verdadera y efectiva como lo hace el Bienaventurado?’ Entonces, él discierne esto: ‘Realmente, fuera de esto, no hay otro asceta o brahmín que enseñe el Dhamma de manera tan real, verdadera y efectiva como lo hace el Bienaventurado’. Este también, monjes, es un otro método a través del cual el monje que es un aprendiz, que está en el plano del aprendizaje, pueda discernir: ‘Soy un aprendiz’.
“Además, monjes, el monje que es un aprendiz, discierne las cinco facultades espirituales: facultad de la fe, facultad de la energía, facultad de la atención consciente, facultad de la concentración y facultad de la sabiduría. Él divisó ya y vio claramente su destino, su culminación, su fruto, su meta última, pero todavía no ha tocado esto con el cuerpo. Este también, monjes, es un otro método a través del cual el monje que es un aprendiz, que está en el plano del aprendizaje, pueda discernir: ‘Soy un aprendiz’.
“¿Y cuál es, monjes, el método a través del cual el monje que trascendió el aprendizaje, que es uno que está más allá del aprendizaje, pueda discernir: ‘soy uno que está más allá del aprendizaje’?
“He aquí, monjes, el caso del monje que es uno que está más allá del aprendizaje, discierne las cinco facultades espirituales: facultad de la fe… facultad de la sabiduría. Él divisó ya y vio claramente su destino, su culminación, su fruto, su meta última. Pero también, monjes, él permanece tocando esto con el cuerpo. Este es, monjes, el método a través del cual el monje que trascendió el aprendizaje, que es uno que está más allá del aprendizaje, pueda discernir: ‘Soy uno que está más allá del aprendizaje’.
“Además, monjes, el monje que es uno que está más allá del aprendizaje, discierne las seis facultades: facultad del ojo, facultad del oído, facultad de la nariz, facultad de la lengua, facultad del cuerpo y facultad de la mente. Él discierne de esta manera: ‘Estas seis facultades van a cesar por completo, totalmente y sin residuos; y ningunas otras seis facultades van a surgir en ninguna parte y de ninguna manera’. Este también, monjes, es otro método a través del cual el monje que trascendió el aprendizaje, que es uno que está más allá del aprendizaje, pueda discernir: ‘Soy uno que está más allá del aprendizaje’”.
{88} Monjes, cuando el discípulo de un noble discierne tal cual son estas cinco facultades espirituales –su origen y su desaparición, su atracción y su peligro, como también la liberación de ellas- él es llamado el discípulo de un noble que ha ganado la entrada en la corriente, uno que no está más sujeto a la perdición, seguro de su destino que es la Iluminación […] Monjes, habiendo discernido tal cual son estas cinco facultades –su origen y su desaparición, su atracción y su peligro, como también la liberación de ellas- el monje es liberado a través del no-apego, entonces él es llamado el monje que es un arahant… «
SN 48, 3.5
{89} “Sariputta, ¿tienes fe en que, cuando la facultad de la fe es cultivada y desarrollada, tiene lo Inmortal como fundamento, lo Inmortal como destino y lo Inmortal como meta final? ¿Tienes fe en que, cuando la facultad de la energía… la facultad de la atención consciente… la facultad de la concentración… la facultad de la sabiduría es cultivada y desarrollada, tiene lo Inmortal como fundamento, lo Inmortal como destino y lo Inmortal como meta final?
“Venerable señor, no es por fe en el Bienaventurado que, cuando la facultad de la fe es cultivada y desarrollada, tiene lo Inmortal como fundamento, lo Inmortal como destino y lo Inmortal como meta final. No es por fe en el Bienaventurado que, cuando la facultad de la energía… la facultad de la atención consciente… la facultad de la concentración… la facultad de la sabiduría es cultivada y desarrollada, tiene lo Inmortal como fundamento, lo Inmortal como destino y lo Inmortal como meta final. Aquellos, para los cuales esto no ha sido conocido, no ha sido visto, no ha sido discernido, no ha sido realizado ni ha sido penetrado con sabiduría, pueden tomarlo por fe en otros, que cuando la facultad de la fe es cultivada y desarrollada, tiene lo Inmortal como fundamento, lo Inmortal como destino y lo Inmortal como meta final. Que, cuando la facultad de la energía… la facultad de la atención consciente… la facultad de la concentración… la facultad de la sabiduría es cultivada y desarrollada, tiene lo Inmortal como fundamento, lo Inmortal como destino y lo Inmortal como meta final. Sin embargo, aquellos para los cuales esto ha sido conocido, ha sido visto, ha sido discernido, ha sido realizado y ha sido penetrado con sabiduría, no tienen incertidumbre ni dudas sobre que, cuando la facultad de la fe es cultivada y desarrollada, tiene lo Inmortal como fundamento, lo Inmortal como destino y lo Inmortal como meta final. Que, cuando la facultad de la energía… la facultad de la atención consciente… la facultad de la concentración… la facultad de la sabiduría es cultivada y desarrollada, tiene lo Inmortal como fundamento, lo Inmortal como destino y lo Inmortal como meta final.