SN 35,28 Adittapariyaya Sutta [Aditta Sutta] – Discurso del fuego

El Buda ofrece el tercer discurso, después de su Iluminación, a un gran grupo de monjes que anteriormente eran adoradores del fuego. En su característico estilo de enseñanza, el Buda usa una metáfora capaz de penetrar rápidamente en las mentes de aquellos monjes, en este caso, la metáfora del fuego. Al escuchar el discurso el grupo entero alcanza la plena Iluminación.

 


[Leer en pali]

[28] Esto he escuchado.

En cierta ocasión el Bienaventurado estaba en Gaya, en la Cabeza de Gaya, junto a un grupo de mil monjes. Estando ahí, se dirigió a ellos con estas palabras:

“Monjes, todo está ardiendo. ¿Y qué es este ‘todo’ que está ardiendo?

“El ojo está ardiendo, las formas están ardiendo, la conciencia del ojo está ardiendo, el contacto del ojo está ardiendo, también toda sensación placentera o penosa, o aquella que no es ni placentera ni penosa dependiente del ojo como su condición indispensable, está ardiendo. ¿Ardiendo con qué? Ardiendo con el fuego de la codicia, con el fuego de la animadversión, con el fuego de la falsa ilusión. Ardiendo con el nacimiento, la vejez y la muerte; con las penas, lamentaciones y dolores; con la angustia y la desesperación. Esto declaro yo.

“El oído está ardiendo… La nariz está ardiendo… La lengua está ardiendo… El cuerpo está ardiendo… La mente está ardiendo, las ideas están ardiendo, la conciencia de la mente está ardiendo, el contacto de la mente está ardiendo, también toda sensación placentera o penosa, o aquella que no es ni placentera ni penosa dependiente de la mente como su condición indispensable, está ardiendo. ¿Ardiendo con qué? Ardiendo con el fuego de la codicia, con el fuego de la animadversión, con el fuego de la falsa ilusión. Está ardiendo con el nacimiento,  la vejez y la muerte; con las penas, lamentaciones y dolores; con angustia y desesperación. Esto declaro yo.

“Monjes, viendo esto, el bien instruido noble discípulo experimenta repugnancia hacia el ojo,  hacia las formas, hacia la conciencia del ojo, hacia el contacto del ojo y hacia toda sensación placentera o penosa, o aquella que no es ni placentera ni penosa dependiente del ojo como su condición indispensable. Experimenta repugnancia hacia el oído… Experimenta repugnancia hacia la nariz… Experimenta repugnancia hacia la lengua… Experimenta repugnancia hacia el cuerpo… Experimenta repugnancia hacia la mente, hacia las ideas, hacia la conciencia de la mente, hacia el contacto de la mente y hacia toda sensación placentera o penosa, o aquella que no es ni placentera ni penosa dependiente de la mente como su condición indispensable.

“Y experimentando repugnancia, se vuelve desapasionado. Mediante el desapasionamiento, [su mente] es liberada. Cuando es liberado, aparece en él este conocimiento: ‘Ésta es la liberación’. Entonces entiende que el nacimiento está destruido, la vida santa ha sido realizada, la tarea ha culminado y ya no queda más nada por delante”.

Esto dijo el Bienaventurado y aquellos monjes fueron elevados y deleitados con las palabras del Bienaventurado.

Y durante este discurso las mentes de estos mil monjes fueron plenamente liberadas de las contaminaciones a través del no-apego.

 


 FUENTES:

«Adittasutta» en World Tipitaka Edition http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/13S4/1/1.1/1.1.3/1.1.3.6 (13 de mayo de 2008)

“Adittasuttasm” en Chattha Sangayana. CD-Rom, Versión 3.

Bhikkhu Bodhi (2000) “Burning” en The Connected Discourses of the Buddha: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Pág. 1143.

Ñanamoli Thera [en línea] Adittapariyaya Sutta: The Fire Sermón. (18/06/2006)

Thanissaro Bhikkhu [en línea] Adittapariyaya Sutta: The Fire Sermón. (18/06/2006)


Traducción: Anton P. Baron

Edición: Anton P. Baron y Federico Angulo

Publicación de Bosque Theravada, 2008, 2011, 2020.