SN 36,19-20 Pancakanga y Bhikkhu Sutta – Pancakanga y Los monjes

Estos suttas describen la calibración de los tipos de felicidad, que los seres humanos pueden experimentar, y que oscilan desde la felicidad sensual hasta la dicha del cese de la sensación y percepción.

 


SN 36,19 Pancakanga Sutta – Pancakanga

[Leer en pali]

[19] En cierta ocasión el carpintero Pancakanga se acercó al Venerable Udayi, le rindió homenaje, se sentó a un lado y le preguntó:

«Venerable Udayi, ¿de cuántas clases de sensaciones ha hablado el Bienaventurado?».

«De tres clases de sensaciones, carpintero, ha hablado el Bienaventurado: de la sensación placentera, de la sensación dolorosa y de la sensación ni-dolorosa-ni-placentera. Éstas son las tres clases de sensaciones de las que ha hablado el Bienaventurado».

Cuando esto fue dicho, el carpintero Pancakanga dijo al Venerable Udayi:

«El Bienaventurado no habló de tres clases de sensaciones, Venerable Udayi. Él habló de dos clases de sensaciones: de la sensación placentera y de la sensación dolorosa. Ya que de esta sensación que es ni-dolorosa-ni-placentera, venerable señor, el Bienaventurado dijo que estaba incluida en el placer pacífico y sublime».

Y por segunda vez… Y por tercera vez el Venerable Udayi dijo:

«De tres clases de sensaciones ha hablado el Bienaventurado: de la sensación placentera, de la sensación dolorosa y de la sensación ni-dolorosa-ni-placentera. Éstas son las tres clases de sensaciones de las que ha hablado el Bienaventurado».

Pero por segunda vez… por tercera vez el carpintero Pancakanga dijo al Venerable Udayi:

«El Bienaventurado no habló de tres clases de sensaciones, Venerable Udayi. Él habló de dos clases de sensaciones: de la sensación placentera y de la sensación dolorosa. Ya que de esta sensación que es ni-placentera-ni-dolorosa, venerable señor, el Bienaventurado dijo que estaba incluida en el placer pacífico y sublime».

Y el Venerable Ananda escuchó la conversación entre el Venerable Udayi y el carpintero Pancakanga. Así que se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado y le repitió el contenido de la conversación entre el Venerable Udayi y el carpintero Pancakanga.

[Entonces el Bienaventurado dijo:]

«Ananda, fue correcto que el carpintero Pancakanga no aprobara el método expuesto por el monje Udayi, y fue correcto también que el monje Udayi no aprobara el método expuesto por el carpintero Pancakanga. Yo he hablado de dos clases de sensaciones, a través de un método de exposición, y también he hablado de tres clases de sensaciones, a través de otro método de exposición. Además he hablado de cinco clases de sensaciones, a través de otro método de exposición; y he hablado de seis clases de sensaciones, a través de otro método de exposición; y he hablado de dieciocho clases de sensaciones, a través de otro método de exposición; y he hablado de treinta y seis clases de sensaciones, a través de otro método de exposición; y he hablado de ciento ocho clases de sensaciones, a través de otro método de exposición. Es así, Ananda, cómo el Dhamma ha sido enseñado por mí a través de diferentes métodos de exposición [1].

«Cuando el Dhamma ha sido enseñado por mí de semejante manera —a través de diferentes métodos de exposición—, de aquellos que no admiten, no permiten ni aprueban lo que ha sido bien dicho y bien expuesto por otros, se puede esperar que vayan a entrar en contenciones, riñas y disputas, y que vayan a vivir apuñalándose unos a otros con dagas verbales. Y, cuando el Dhamma ha sido enseñado por mí de semejante manera —a través de diferentes métodos de exposición—, de aquellos que admiten, permiten y aprueban lo que ha sido bien dicho y bien expuesto por otros, se puede esperar que vayan a vivir en concordia, con mutuo aprecio y sin disputas, como una mezcla de agua y leche, viéndose unos a otros con una mirada gentil.

«Ananda, he aquí estas cinco cuerdas de los placeres sensuales. Y, ¿cuáles son esas cinco? Las formas cognoscibles con el ojo, que son deseables, encantadoras, placenteras, sensuales y tentadoras. Los sonidos cognoscibles con el oído… los olores cognoscibles con la nariz… los sabores cognoscibles con la lengua… Los objetos táctiles cognoscibles con el cuerpo, que son deseables, encantadores, placenteros, sensuales y tentadores. Estas son las cinco cuerdas de los placeres sensuales. El placer y el gozo que surgen en dependencia de estas cinco cuerdas de los placeres sensuales: esto es lo que se llama el placer sensual.

«Aunque algunos dijeran: ‘Este es el placer supremo y supremo gozo que los seres pueden experimentar’, yo no estaría de acuerdo con ellos en esto. Y ¿por qué así? Porque existe otra clase de felicidad que es más excelsa y sublime. Y ¿cuál es esa otra clase de felicidad? He aquí, Ananda, completamente aislado de los placeres sensuales, aislado de los perjudiciales estados mentales, el monje entra y permanece en el primer jhana, el cual está acompañado por el pensamiento aplicado y sostenido, por el arrobamiento y la felicidad nacidos del aislamiento. Ésta es la otra clase de felicidad que es más excelsa y sublime que aquella primera clase de felicidad.

«Además, aunque algunos dijeran: ‘Este es el placer supremo y supremo gozo que los seres pueden experimentar’, yo no estaría de acuerdo con ellos en esto. Y ¿por qué así? Porque existe otra clase de felicidad que es más excelsa y sublime. Y ¿cuál es esa otra clase de felicidad? He aquí, Ananda, al calmar el pensamiento aplicado y sostenido, el monje entra y permanece en el segundo jhana, que posee la tranquilidad interior y la unificación de la mente; libre del pensamiento aplicado y sostenido, lleno de arrobamiento y felicidad nacidos de la concentración. Ésta es la otra clase de felicidad que es más excelsa y sublime que aquella primera clase de felicidad.

«Además, aunque algunos dijeran: ‘Este es el placer supremo y supremo gozo que los seres pueden experimentar’, yo no estaría de acuerdo con ellos en esto. Y ¿por qué así? Porque existe otra clase de felicidad que es más excelsa y sublime. Y ¿cuál es esa otra clase de felicidad? He aquí, Ananda, con la desaparición del arrobamiento, el monje permanece ecuánime, atentamente consciente y con clara comprensión, experimentando la felicidad a través de su cuerpo, entra y permanece en el tercer jhana, del cual los nobles declararon: ‘Es ecuánime, atentamente consciente, es alguien que encontró una morada placentera’. Ésta es la otra clase de felicidad que es más excelsa y sublime que aquella primera clase de felicidad.

«Además, aunque algunos dijeran: ‘Este es el placer supremo y supremo gozo que los seres pueden experimentar’, yo no estaría de acuerdo con ellos en esto. Y ¿por qué así? Porque existe otra clase de felicidad que es más excelsa y sublime. Y ¿cuál es esa otra clase de felicidad? He aquí, Ananda, con el abandono del placer y de la pena, con la previa desaparición del gozo y el desagrado, el monje entra y permanece en el cuarto jhana, que es ni doloroso ni placentero y que comprende la purificación de la atención consciente a través de la ecuanimidad. Ésta es la otra clase de felicidad que es más excelsa y sublime que aquella primera clase de felicidad.

«Además, aunque algunos dijeran: ‘Este es el placer supremo y supremo gozo que los seres pueden experimentar’, yo no estaría de acuerdo con ellos en esto. Y ¿por qué así? Porque existe otra clase de felicidad que es más excelsa y sublime. Y ¿cuál es esa otra clase de felicidad? He aquí, Ananda, trascendiendo completamente las percepciones de las formas, con la desaparición de las percepciones de la afectación sensorial, no atendiendo las percepciones de la diversidad, estando atento a que ‘el espacio es infinito’, el monje entra y permanece en la base de la infinitud del espacio. Ésta es la otra clase de felicidad que es más excelsa y sublime que aquella primera clase de felicidad.

«Además, aunque algunos dijeran: ‘Este es el placer supremo y supremo gozo que los seres pueden experimentar’, yo no estaría de acuerdo con ellos en esto. Y ¿por qué así? Porque existe otra clase de felicidad que es más excelsa y sublime. Y ¿cuál es esa otra clase de felicidad? He aquí, Ananda, trascendiendo completamente la base de la infinitud del espacio, estando atento a que ‘la conciencia es infinita’, el monje entra y permanece en la base de la infinitud de la conciencia. Ésta es la otra clase de felicidad que es más excelsa y sublime que aquella primera clase de felicidad.

«Además, aunque algunos dijeran: ‘Este es el placer supremo y supremo gozo que los seres pueden experimentar’, yo no estaría de acuerdo con ellos en esto. Y ¿por qué así? Porque existe otra clase de felicidad que es más excelsa y sublime. Y ¿cuál es esa otra clase de felicidad? He aquí, Ananda, trascendiendo completamente la base de la infinitud de la conciencia, estando atento a que ‘he aquí no hay nada’, el monje entra y permanece en la base de la nada. Ésta es la otra clase de felicidad que es más excelsa y sublime que aquella primera clase de felicidad.

«Además, aunque algunos dijeran: ‘Este es el placer supremo y supremo gozo que los seres pueden experimentar’, yo no estaría de acuerdo con ellos en esto. Y ¿por qué así? Porque existe otra clase de felicidad que es más excelsa y sublime. Y ¿cuál es esa otra clase de felicidad? He aquí, Ananda, trascendiendo completamente la base de la nada, el monje entra y permanece en la base de la ni-percepción-ni-no-percepción. Ésta es la otra clase de felicidad que es más excelsa y sublime que aquella primera clase de felicidad.

«Además, aunque algunos dijeran: ‘Este es el placer supremo y supremo gozo que los seres pueden experimentar’, yo no estaría de acuerdo con ellos en esto. Y ¿por qué así? Porque existe otra clase de felicidad que es más excelsa y sublime. Y ¿cuál es esa otra clase de felicidad? He aquí, Ananda, trascendiendo completamente la base de la ni-percepción-ni-no-percepción, el monje entra y permanece en el cese de la percepción y la sensación. Ésta es la otra clase de felicidad que es más excelsa y sublime que aquella primera clase de felicidad.

«Ahora bien, Ananda, es posible que los ascetas mendicantes de otros credos hablen de esta forma: ‘El asceta Gotama habla del cese de la percepción y de la sensación, y sostiene que esto está incluido en la felicidad. ¿Qué es esto? ¿Cómo puede ser?’. Cuando los ascetas mendicantes de los otros credos hablen de esta forma, se les debe responder de la siguiente manera: ‘Amigos, el Bienaventurado no describe un estado como incluido en la felicidad, solamente en referencia a la sensación placentera. Sino que más bien, amigos, cada vez que se encuentra la felicidad, de cualquier manera, el Tathagata describe aquello como incluido en la felicidad” [2].

 

SN 36,20 Bhikkhu Sutta – Los monjes

[Leer en pali]

[20] “Monjes, yo he hablado de dos clases de sensaciones, a través de un método de exposición; y también he hablado de tres clases de sensaciones, a través de otro método de exposición… Es así, monjes, cómo el Dhamma ha sido enseñado por mí a través de los diferentes métodos de exposición…” [Sigue igual que el sutta anterior].

 


 

NOTAS:

[1] Todos ellos están explicados en el SN 36,22.

[2] Según los Comentarios, sea que se sienta la felicidad o no, tratándose de un estado sin insatisfacción (dukkha), el Tathagata lo describe como felicidad (cf. Boddhi, p. 1654).

 


FUENTE:

Bodhi, B. (2000). Pancakaga y Bhikkhus en The Connected Discourses of the Buddha: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston: Wisdom Publications, (versión digital), pp. 1439-1442.

Pancanga y Bhikkhusuttam en Digital Pali Reader 


Traducción: Anton P. Baron

Edición: Federico Angulo y Anton P. Baron

Publicación de Bosque Theravada, 2015, 2020.