SN 4,25 Maradhitu Sutta – Las hijas del Mara

El Buda, recientemente iluminado, es tentado por las hijas de Mara (el Malvado).

 


[Leer en pali]

[25] Entonces las hijas de Mara —Tanha, Arati y Raga— se acercaron al Malvado y se dirigieron a él en verso:

 

“¿Por qué estás desanimado, padre?

¿Quién es el hombre que te aflige?

Nosotras vamos a capturarlo con el lazo de la codicia,

Como ellos capturan a los elefantes salvajes.

Vamos a atarlo fuertemente y lo traeremos de vuelta.

Y él estará bajo tu control”.

[Mara:] “El Arahant, el Sublime en el mundo,

No es fácil capturarlo por medio de la codicia.

Se ha ido más allá del reino del Mara:

Por eso estoy triste y amargo”.

 

Entonces las hijas de Mara —Tanha, Arati y Raga— se acercaron al Bienaventurado y le dijeron:

“Servimos a tus pies, asceta”. Pero el Bienaventurado no les prestó atención, ya que había sido liberado en la insuperable extinción de las adquisiciones.

Entonces las hijas de Mara se fueron a un lado para tomar consejo:

“Los gustos de los hombres son diversos. ¿Qué tal si cada una de nosotras se manifiesta en forma de cien doncellas?”.

Entonces cada una de las tres hijas de Mara se manifestó en forma de cien doncellas y, acerándose al Bienaventurado, le dijeron: “Servimos a tus pies, asceta”. Pero el Bienaventurado no les prestó atención, ya que había sido liberado en la insuperable extinción de las adquisiciones.

Entonces las hijas de Mara, otra vez, se fueron a un lado para tomar consejo:

“Los gustos de los hombres son diversos. ¿Qué tal si cada una de nosotras se manifiesta en forma de cien mujeres que nunca dieron a luz?… ¿Qué tal si cada una de nosotras se manifiesta en forma de cien mujeres que dieron a luz una sola vez?… ¿Qué tal si cada una de nosotras se manifiesta en forma de cien mujeres que dieron a luz dos veces?… ¿Qué tal si cada una de nosotras se manifiesta en forma de cien mujeres de mediana edad?… ¿Qué tal si cada una de nosotras se manifiesta en forma de cien mujeres de avanzada edad?”.

Entonces, cada una de las tres hijas de Mara se manifestó en forma de cien mujeres de avanzada edad y, acerándose al Bienaventurado, le dijeron: “Servimos a tus pies, asceta”. Pero el Bienaventurado no les prestó atención ya que había sido liberado en la insuperable extinción de las adquisiciones. Entonces las hijas de Mara se fueron a un lado y dijeron:

“Lo que dijo nuestro padre es cierto:

‘El Arahant, el Sublime en el mundo,

No es fácil capturarlo por medio de la codicia.

Se ha ido más allá del reino del Mara:

Por eso estoy triste y amargo’.

«Si asaltásemos a cualquier asceta o brahmán que no está libre de la codicia con semejantes tácticas, se quemaría su corazón, vomitaría sangre por su boca, se volvería loco, sería desquiciado mentalmente o se secaría y marchitaría arrugado, al igual que una caña verde que ha sido segada, se secaría y se marchitaría arrugada”.

Entonces las hijas de Mara —Tanha, Arati y Raga— se acercaron al Bienaventurado y se pararon a un lado. Estando ahí, a un lado, la hija de Mara, Tanha, se dirigió al Bienaventurado en verso:

 

“¿Es porque estás hundido en la tristeza

Que meditas en el bosque?

¿Es debido a que perdiste las riquezas que languideces,

O has cometido algún crimen en el pueblo?

¿Por qué no haces amigos con la gente?

¿Por qué no formas lazo íntimo alguno?”.

[El Bienaventurado:] “Habiendo conquistado el ejército de lo placentero y agradable,

Meditando solo, descubrí la dicha,

El logro de la meta, la paz en el corazón.

Por eso es que no hago amigos con la gente

Ni formo lazo íntimo algúno”.

 

Entonces la hija de Mara, Arati, se dirigió al Bienaventurado en verso:

 

“¿Cómo puede el monje que mora aquí con frecuencia,

Habiendo cruzado las cinco inundaciones, cruzar aquí la sexta?

¿Cómo es que medita así y las percepciones sensuales

Se mantienen a raya y no lo asen?”.

[El Bienaventurado:] “Tranquilo en el cuerpo, en la mente bien liberado,

Nada construyendo, consciente, sin hogar,

Conociendo el Dhamma, meditando libre de pensamiento,

No estalla, no va a la deriva ni se tensiona.

Cuando el monje mora aquí frecuentemente, así,

Con las cinco inundaciones cruzadas, cruza la sexta.

Cuando medita así, las percepciones sensuales

Se mantienen a raya y no lo asen”.

 

Entonces la hija de Mara, Raga, se dirigió al Bienaventurado en verso:

 

“Ha cortado la codicia, lejos con su grupo y la Orden;

Ciertamente muchos otros seres han cruzado.

¡Ay! ¡Este reunciante arrebatará a mucha gente

Y la conducirá más allá del Rey de la Muerte!”.

[El Bienaventurado:] “Ciertamente los Tathagatas, los grandes héroes,

Conducen a muchos en el verdadero Dhamma.

Cuando son conducidos por el significado del Dhamma,

¿Qué envidia puede haber en aquellos que entienden?”.

 

Entonces las hijas de Mara —Tanha, Arati y Raga— se acercaron a su padre, el Malvado. Y el Mara, visualizándolas viniendo desde cierta distancia, se dirigió a ellas en verso:

 

“¡Necias! Habéis tratado de apabullar una montaña

Con pétalos de la flor de loto;

Quisisteis excavar una montaña con las uñas,

Masticar hierro con los dientes.

Como si, habiendo levantado una roca con la cabeza,

Buscaseis apoyo en el abismo;

Como un tocón golpeado con vuestros pechos,

Partisteis del Gotama decepcionadas.

Habían llegado a mi brillando con su belleza,

Tanha, Arati y Raga,

Pero el Maestro las arrastró de allí

Como el viento arrastra un mechón de algodón caído”.

 


FUENTE:

Bodhi, B. (2000). Mara’s Daughters En The Connected Discourses of the Buddha: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston: Wisdom Publications. Pp. 217-220.

Maradhitusuttam en Digital Pali Reader


Traducción: Anton P. Baron

Edición: Federico Angulo y Anton P. Baron

Publicación del Bosque Theravada 2014.