MN 139 {11M.4.9,323-341} Aranavibhanga Sutta – Discurso con el análisis de la paz interior

El Buda ofrece un detallado discurso sobre los factores que llevan al conflicto y los que ayudan a evitarlo.

[Leer en pali]

[1] {323} Así lo he oído. En cierta ocasión, el Bienaventurado residía en Savatthi, en la arboleda de Jeta, en el parque de Anathapindika. Allí, el Bienaventurado se dirigió a los monjes:

«Monjes.»

«Sí, venerable señor» -respondieron los monjes.

Y el Bienaventurado les dijo así:

[2] «Monjes, os expondré lo que da la paz interior, escuchad con cuidadosa atención y hablaré.»

«Sí, venerable señor» -respondieron los monjes.

Y el Bienaventurado les dijo así:

[3] «No tenéis que entregaros al placer de los sentidos porque es inferior, vulgar, común, innoble e inútil. Tampoco tenéis que entregaros a la práctica de la mortificación personal porque es dolorosa, innoble e inútil. Evitando ambos extremos, el Camino Medio perfectamente realizado por el Tathagata hace ver y conocer, conduce al apaciguamiento, al conocimiento superior, al despertar perfecto, al Nibbana.

«Tenéis que conocer las alabanzas y los desprecios, y, habiéndolos conocido, no tenéis que alabar ni despreciar a nadie, sino limitaros a predicar la Enseñanza. Tenéis que saber discernir las clases de felicidad y, habiéndolas conocido, tenéis que dedicaros a la felicidad interior. No tengáis secretos y no digáis cosas que molestan a quien las oye. Tenéis que hablar sin premura, no apresuradamente. No os aferréis al dialecto de una región y no os desviéis del lenguaje al uso. Esto es en esquema la exposición de lo que da la paz interior.

[4] {324} «Al decir: ‘No tenéis que entregaros al placer de los sentidos porque es inferior, vulgar, común, innoble e inútil’, o al decir: ‘No tenéis que entregaros a la práctica de la mortificación personal porque es dolorosa, innoble e inútil’, ¿a qué nos referimos? Pues a que entregarse al deleite y complacencia con el deseo de los sentidos, (placer que es inferior, vulgar, común, innoble e inútil), conlleva estados de sufrimiento, frustración, tribulación, excitación y es un camino equivocado. En cambio, libertarse de la entrega al deleite y complacencia con el deseo de los sentidos (placer que es inferior, vulgar, común, innoble e inútil), no conlleva estados de sufrimiento ni de frustración, tribulación, excitación y es el buen camino.

«Entregarse a la mortificación personal, siendo doloroso, innoble e inútil, conlleva estados de sufrimiento, frustración, tribulación, excitación y es un camino equivocado. En cambio, libertarse de la entrega a la mortificación personal que es dolorosa, innoble e inútil, no conlleva estados de sufrimiento ni de frustración, tribulación, excitación y es el buen camino.

«A esto nos referimos al decir: ‘No tenéis que entregaros al placer de los sentidos porque es inferior, vulgar, común, innoble e inútil’, o al decir: ‘No tenéis que entregaros a la práctica de la mortificación personal porque es dolorosa, innoble e inútil’.

[5] {325} «AI decir: ‘Evitando ambos extremos, el Camino Medio perfectamente realizado por el Tathagata hace ver y conocer, conduce al apaciguamiento, al conocimiento superior, al despertar perfecto, al Nibbana’, ¿a qué nos referimos? Pues al Noble Óctuple Sendero, es decir: recta opinión, recto propósito, recta palabra, recta conducta, recto sustentamiento, recto esfuerzo, recta atención y recta concentración.

«A esto nos referimos al decir: ‘Evitando ambos extremos, el Camino Medio perfectamente realizado por el Tathagata hace ver y conocer, conduce al apaciguamiento, al conocimiento superior, al despertar perfecto, al Nibbana’.

[6] {326} «AI decir: ‘Tenéis que conocer las alabanzas y los desprecios y, habiéndolos conocido, no tenéis que alabar ni despreciar a nadie, sino limitaros a predicar la Enseñanza’, ¿a qué nos referimos?

[7] «Monjes, ¿qué es alabar y despreciar en vez de limitarse a predicar la Enseñanza? Pues es que al decir: ‘Todos aquellos que se entregan al deleite y complacencia con el deseo de los sentidos, (placer que es inferior, vulgar, común, innoble e inútil), soportan estados de sufrimiento, frustración, tribulación y excitación, y siguen un camino equivocado’, estamos despreciando a alguien.

«Al decir: ‘Todos aquellos que se liberan de la entrega al deleite y complacencia con el deseo de los sentidos, (placer que es inferior, vulgar, común, innoble e inútil), no soportan estados de sufrimiento ni de frustración, tribulación ni excitación, y siguen el buen camino’, estamos alabando a alguien.

«Al decir: ‘Todos aquellos que se entregan a la mortificación personal, siendo ello doloroso, innoble e inútil, soportan estados de sufrimiento, frustración, tribulación y excitación y siguen un camino equivocado’, estamos despreciando a alguien.

«Al decir: ‘Todos aquellos que se liberan de la entrega a la mortificación personal que es dolorosa, innoble e inútil, no soportan estados de sufrimiento ni de frustración, tribulación ni excitación, y siguen el buen camino’, estamos alabando a alguien.

«Al decir: ‘Todos aquellos que no han renunciado a la traba del devenir, soportan estados de sufrimiento, frustración, tribulación y excitación, y siguen un camino equivocado’, estamos despreciando a alguien.

«Al decir: ‘Todos aquellos que han renunciado a la traba del devenir, no soportan estados de sufrimiento, frustración, tribulación ni excitación y siguen el buen camino’, estamos alabando a alguien.

«Esto es, monjes, alabar y despreciar en vez de limitarse a predicar la Enseñanza.

[8] {327} «Y, monjes, ¿qué es no alabar ni despreciar y limitarse a predicar la Enseñanza? Pues en lugar de decir las cosas de la manera anterior, hay que decirlas así: ‘La entrega al deleite y complacencia con el deseo de los sentidos o la entrega a la mortificación personal, conlleva estados de sufrimiento, frustración, tribulación, excitación y es un camino equivocado’. ‘Liberarse de la entrega al deleite y complacencia con el deseo de los sentidos o liberarse de la entrega a la mortificación personal, no conlleva estados de sufrimiento, ni de frustración, tribu1ación, excitación y es el buen camino’. ‘Mientras no se renuncie a la traba del devenir, no se renuncia al devenir’. ‘Si se renuncia a la traba del devenir, se renuncia al devenir’. Esto es limitarse a predicar la Enseñanza. Esto, monjes, es no alabar ni despreciar y limitarse a predicar la Enseñanza.

«A esto nos referimos al decir: ‘Tenéis que conocer las alabanzas y los desprecios, y, habiéndolos conocido, no tenéis que alabar ni despreciar a nadie, sino limitaros a predicar la Enseñanza’.

[9] {328} «Al decir: ‘Tenéis que saber discernir las clases de felicidad y, habiéndolas conocido, tenéis que entregaros a la felicidad interior’, ¿a qué nos referimos? Pues, monjes, a que hay cinco sogas de los placeres de los sentidos. ¿Cuáles son?: formas materiales cognoscibles por la vista que son deseables, apetecibles, encantadoras, seductoras, acompañadas de deseo de los sentidos y conducentes a la pasión, sonidos cognoscibles por el oído… olores cognoscibles por el olfato… sabores cognoscibles por el gusto… objetos tangibles cognoscibles por el tacto que son deseables, apetecibles, encantadores, seductores, acompañados de deseo de los sentidos y conducentes a la pasión. Éstas son, monjes, las cinco sogas del placer de los sentidos.

«Cualquier felicidad y deleite que surja a partir de estas cinco sogas del placer de los sentidos se denomina felicidad del placer de los sentidos, un placer que es inmundo, común e innoble. De este placer afirmo que no debe ser frecuentado ni cultivado, ni fomentado, sino que hay que temerlo.

«He aquí, monjes, que un monje apartado de los deseos de los sentidos, apartado de lo que es perjudicial, alcanza y permanece en la primera abstracción meditativa… en la segunda… en la tercera… en la cuarta abstracción meditativa. Esto se denomina la felicidad de la renunciación, del apartamiento, del apaciguamiento, del despertar perfecto. De esta felicidad afirmo que debe ser frecuentada, cultivada y fomentada sin temor.

«A esto nos referimos al decir: ‘Tenéis que saber discernir las clases de felicidad y, habiéndolas conocido, tenéis que dedicaros a la felicidad interior’.

[10] {329} «Al decir: ‘No tengáis secretos y no digáis cosas que molesten a quien las oye’, ¿a qué nos referimos? Pues, monjes, a que si se sabe de un secreto que no es cierto, verídico ni útil, es mejor no decirlo. Si se sabe de un secreto que es cierto y verídico pero inútil, es aconsejable no decirlo. Si se sabe de un secreto que es cierto, verídico y útil, entonces se puede decir pero cuando sea oportuno. Si se sabe de algo que puede molestar a quien lo oye, que no es cierto, verídico ni útil, es mejor no decirlo. Si se sabe de algo que puede molestar a quien lo oye, que es cierto, verídico pero inútil, es aconsejable no decido. Si se sabe de algo que puede molestar a quien lo oye, que es cierto, verídico y útil, entonces se puede decir pero cuando sea oportuno.

«A esto nos referimos al decir: ‘No tengáis secretos y no digáis cosas que molesten a quien las oye’.

[11] {330} «Al decir: ‘Tenéis que hablar sin premura, no apresuradamente’, ¿a qué nos referimos? Pues, monjes, a que el que habla apresuradamente, además de agotar el cuerpo, cansar la mente, estropear las cuerdas vocales e irritar la garganta, no es claro ni se le entiende. Sin embargo, monjes, el que habla sin premura, además de no agotar el cuerpo ni cansar la mente, no estropea las cuerdas vocales ni irrita la garganta, es claro y se le entiende.

«A esto nos referimos al decir: ‘Tenéis que hablar sin premura, no apresuradamente’.

[12] {331} «Al decir: ‘No os aferréis al dialecto de una región y no os desviéis del lenguaje al uso’, ¿a qué nos referimos? Monjes, ¿en qué consiste el aferrarse al dialecto de una región y desviarse del lenguaje al uso? He aquí, monjes, que en una región llaman a algo plato, en otra cuenco, en otra recipiente, en otra cacerola, en otra cazuela, en otra puchero, en otra olla, en otra perol. Pero he aquí que alguien se aferra y se adhiere vigorosamente a la terminología de una región y sea donde sea afirma: ‘Esto es la verdad y lo demás es falso’. En esto, monjes, consiste el aferrarse al dialecto de una región y desviarse del lenguaje al uso.

{332} «Y, monjes, ¿en qué consiste el no aferrarse al dialecto de una región y no desviarse del lenguaje al uso?

«He aquí, monjes, que en una región llaman a algo plato, en otra cuenco, en otra recipiente, en otra cacerola, en otra cazuela, en otra puchero, en otra olla, en otra perol. Pero he aquí que alguien no se aferra ni se adhiere vigorosamente a la terminología de una región y sea donde sea la modifica: ‘Estos señores, se conoce que se refieren a esto llamándolo de tal modo’. En esto, monjes, consiste el no aferrarse al dialecto de una región y no desviarse del lenguaje al uso.

[13] {333} «He aquí, monjes, que entregarse al deleite y complacencia con el deseo de los sentidos, (placer que es inferior, vulgar, común, innoble e inútil), conlleva estados de sufrimiento, frustración, tribulación, excitación y es un camino equivocado. Por lo tanto, es algo que no da la paz interior. En cambio, monjes, he aquí que libertarse de la entrega al deleite y complacencia con el deseo de los sentidos, (placer que es inferior, vulgar, común, innoble e inútil), no conlleva estados de sufrimiento ni de frustración, tribulación, excitación y es el buen camino. Por lo tanto es algo que da la paz interior.

{334} «He aquí, monjes, que entregarse a la mortificación personal, siendo doloroso, innoble e inútil, conlleva estados de sufrimiento, frustración, tribulación, excitación y es un camino equivocado. Por lo tanto es algo que no da la paz interior. En cambio, monjes, he aquí que libertarse de la entrega a la mortificación personal que es dolorosa, innoble e inútil, no conlleva estados de sufrimiento ni de frustración, tribulación, excitación y es el buen camino. Por lo tanto es algo que da la paz interior.

{335} «He aquí, monjes, que, evitando esos dos extremos, el Camino Medio perfectamente realizado por el Tathagata hace ver y conocer, conduce al apaciguamiento, al conocimiento superior, al despertar perfecto, al Nibbana, no conlleva estados de sufrimiento ni de frustración, tribulación, excitación y es el buen camino. Por lo tanto es algo que da la paz interior.

{336} «He aquí, monjes, que alabar o despreciar a alguien, en vez de limitarse a predicar la Enseñanza, conlleva estados de sufrimiento… y es un camino equivocado. Por lo tanto es algo que no da la paz interior. En cambio, he aquí, monjes, que no alabar ni despreciar a nadie, limitándose a predicar la Enseñanza, no conlleva estados de sufrimiento… y es el buen camino. Por lo tanto es algo que da la paz interior.

{337} «He aquí, monjes, que la felicidad del placer de los sentidos es inmunda, común e innoble, conlleva estados de sufrimiento… y es un camino equivocado. Por lo tanto es algo que no da la paz interior. En cambio, he aquí, monjes, que la felicidad de la renunciación, del apartamiento, del apaciguamiento, del despertar perfecto, no conlleva estados de sufrimiento… y es el buen camino. Por lo tanto es algo que da la paz interior.

{338} «He aquí, monjes, que si se sabe de un secreto que no es cierto, verídico ni útil, o si se sabe de un secreto que es cierto y verídico pero inútil, y se dice, ello conlleva estados de sufrimiento… y es un camino equivocado. Por lo tanto es algo que no da la paz interior. En cambio, he aquí, monjes, que si se sabe de un secreto que es cierto, verídico y útil, y se dice en tiempo oportuno, ello no conlleva estados de sufrimiento… y es el buen camino. Por lo tanto es algo que da la paz interior.

{339} «He aquí, monjes, que si se sabe de algo que puede molestar a quien lo oye, que no es cierto, verídico ni útil, o si se sabe de algo que puede molestar a quien lo oye, que es cierto y verídico pero inútil, si se dice, ello conlleva estados de sufrimiento… y es un camino equivocado. Por lo tanto es algo que no da la paz interior. En cambio, he aquí, monjes, si se sabe de algo que puede molestar a quien lo oye, que es cierto, verídico y útil, y se dice en tiempo oportuno, ello no conlleva estados de sufrimiento… y es el buen camino. Por lo tanto es algo que da la paz interior.

{340} «He aquí, monjes, que hablar apresuradamente conlleva estados de sufrimiento… y es un camino equivocado. Por lo tanto es algo que no da la paz interior. En cambio, he aquí, monjes, que hablar sin premura no conlleva estados de sufrimiento… y es el buen camino. Por lo tanto es algo que da la paz interior.

«He aquí, monjes, que aferrarse al dialecto de una región y desviarse del lenguaje al uso conlleva estados de sufrimiento… y es un camino equivocado. Por lo tanto, es algo que no da la paz interior. En cambio, he aquí, monjes, que no aferrarse al dialecto de una región y no desviarse del lenguaje al uso, no conlleva estados de sufrimiento… y es el buen camino. Por lo tanto es algo que da la paz interior.

[14] {341} «Por lo tanto, monjes, tenéis que disciplinaros de este modo: «Conoceré lo que da y no da la paz interior y, habiéndolo conocido, seguiré el camino que da la paz interior». Ahora bien, monjes, Subhuti es un hijo de familia que ya sigue el camino que da la paz interior.

Así habló el Bienaventurado, y los monjes gozaron y se complacieron con sus palabras.


FUENTE:

SOLÉ-LERIS, Amadeo y Abraham Vélez de Cea (2004) Mjjhima Nikaya: Los sermones medios del Buddha. Versión digital


Revisión y edición: Isidatta

Publicación del Bosque Theravada, 2011