MN 124 Bakkula Sutta – Discurso con Bakkula

Un anciano discípulo, de nombre Bakkula, describe las prácticas de austeridad que ha realizado a lo largo de sus ochenta años de vida monástica.

[Leer en pali]

 

[1] Esto he escuchado. En cierta ocasión, el Venerable Bakkula [1] moraba en Rajagaha, en la arboleda de bambúes donde las ardillas van en busca de la comida.

[2] En aquella ocasión, Acela Kassapa —antiguo compañero del Venerable Bakkula en la vida laica—, fue junto al Venerable Bakkula e intercambió con él cordiales saludos. Cuando terminaron las corteses y amables palabras de bienvenida, se sentó a un lado y preguntó al Venerable Bakkula: 

[3] «Amigo, Bakkula, ¿cuánto tiempo hace desde que te hiciste renunciante?». 

«Hace ya ochenta años, amigo, que me hice renunciante». 

«Y, amigo Bakkula, durante esos ochenta años, ¿cuántas veces te has involucrado en relaciones sexuales?». 

«Amigo Kassapa, no deberías formularme semejante pregunta. Más bien, en este caso, deberías preguntarme así: ‘Amigo Bakkula, durante esos ochenta años, ¿cuántas veces has percibido que surgieron en ti deseos sensuales?'». 

«Entonces, amigo Bakkula, durante esos ochenta años, ¿cuántas veces has percibido que surgieron en ti deseos sensuales?». 

«Amigo Kassapa, no recuerdo, durante estos ochenta años desde que me hice renunciante, haber tenido una sola percepción del surgimiento de un deseo sensual».  

[Que en ochenta años que pasaron, desde que el Venerable Bakkula se hizo renunciante, no recuerde un solo surgimiento de deseo sensorial, esto lo recordamos maravillados y estupefactos por las cualidades del Venerable Bakkula] [2].

[4-5] «Amigo, no recuerdo, durante estos ochenta años desde que me hice renunciante, haber tenido una sola percepción del surgimiento de la animadversión… del surgimiento de la crueldad.

[Que en ochenta años que pasaron, desde que el Venerable Bakkula se hizo renunciante, no recuerde un solo surgimiento de la animadversión… de la crueldad, esto lo recordamos maravillados y estupefactos por las cualidades del Venerable Bakkula].

[6] «Amigo, no recuerdo, durante estos ochenta años desde que me hice renunciante, haber tenido un solo pensamiento de deseo sensorial.

[… esto lo recordamos maravillados y estupefactos por las cualidades del Venerable Bakkula].

[7-8] «Amigo, no recuerdo, durante estos ochenta años desde que me hice renunciante, haber tenido un solo pensamiento de animadversión… un solo pensamiento de crueldad.

[… esto lo recordamos maravillados y estupefactos por las cualidades del Venerable Bakkula].

[9-15] «Amigo, no recuerdo, durante estos ochenta años desde que me hice renunciante, haber aceptado ni siquiera un solo hábito por parte de hombre hogareño alguno… haber usado hábito deteriorado ofrecido por un hombre hogareño… haber cortado el hábito con el cortador… haber cosido el hábito con una aguja… haber coloreado el hábito con el tinte… haber cosido el hábito en tiempo de kathina… haber trabajado, ni siquiera una vez, para hacer un hábito para mis compañeros de la vida santa.

[… esto lo recordamos maravillados y estupefactos por las cualidades del Venerable Bakkula].

[16-19] «Amigo, no recuerdo, durante estos ochenta años desde que me hice renunciante, haber aceptado ni siquiera una sola invitación a comer… haber dejado surgir el pensamiento: ‘Oh, que alguien me invite a comer’… haberme sentado dentro de una casa… haber comido dentro de una casa.

[… esto lo recordamos maravillados y estupefactos por las cualidades del Venerable Bakkula].

[20-25] «Amigo, no recuerdo, durante estos ochenta años desde que me hice renunciante, haberme fijado en la imagen o rasgos de una mujer… haber enseñado el Dhamma a una mujer, ni siquiera un verso de cuatro líneas… haber entrado al cuarto de una monja… haber enseñado el Dhamma a una monja… haber enseñando el Dhamma a una practicante a prueba… haber enseñado el Dhamma a una novicia.

[… esto lo recordamos maravillados y estupefactos por las cualidades del Venerable Bakkula].

[26-29] «Amigo, no recuerdo, durante estos ochenta años desde que me hice renunciante, haber tomado ni siquiera una sola vez aquello que no me ha sido dado… haber dado la plena admisión… haber dado la dependencia… haber tenido un novicio que me espere.

[… esto lo recordamos maravillados y estupefactos por las cualidades del Venerable Bakkula].

[30-37] «Amigo, no recuerdo, durante estos ochenta años desde que me hice renunciante, haberme bañando en un baño dentro de una casa… haberme bañado usando polvo de baño… haber aceptado masaje en los miembros por parte de los compañeros de la vida santa… haber tomado leche de vaca, incluso cuando surgió en mí una prolongada dolencia… haber tomado medicinas más grandes que el tamaño de una nuez… haber usado cabezal… haber hecho una cama… haber entrado en una residencia para la época de lluvias como lugar de descanso dentro de un pueblo.

[… esto lo recordamos maravillados y estupefactos por las cualidades del Venerable Bakkula].

[38] «Amigo, después de haberme hecho renunciante, he comido durante siete días la comida de las limosnas del pueblo como un deudor; y en el octavo día ha surgido en mí el conocimiento final.

[Que durante siete días el Venerable Bakkula haya comido de las limosnas del pueblo y, al octavo día, surgiera en él el conocimiento final, esto también lo recordamos maravillados y estupefactos por las cualidades del Venerable Bakkula].

[39] [Entonces Acela Kassapa dijo:] «Quisiera recibir el renunciamiento en este Dhamma y Disciplina, quisiera recibir la plena admisión». Y Acela Kassapa recibió el renunciamiento en el Dhamma y Disciplina, y recibió la plena admisión. Y pronto, no mucho después de haber recibido la plena admisión,  morando en soledad, recluido, diligente, vehemente y resuelto, el Venerable Kassapa —mediante su propia realización con el conocimiento directo—, entró y permaneció aquí y ahora en la meta suprema de la vida santa, por la cual los hombres hogareños, actuando correctamente, renuncian a la vida hogareña para asumir el estilo de vida sin hogar. Y conociendo directamente esto: ‘El nacimiento está destruido, la vida santa ha sido vivida, lo que había por hacer se hizo y, he aquí, no hay nada más por delante’. Y el Venerable Kassapa llegó a ser uno de los arahants. 

[40] Entonces, en otra ocasión, el Venerable Bakkula, habiendo tomado las llaves, fue de celda en celda diciendo: «Salid, venerables señores, salid fuera. Hoy voy a alcanzar el Nibbana final».

[Que el Venerable Bakkula tomara las llaves y fuera de celda en celda diciendo: «Salid, venerables señores, salid fuera. Hoy voy a alcanzar el Nibbana final»; esto también lo recordamos maravillados y estupefactos por las cualidades del Venerable Bakkula].

[41] Entonces, sentado en medio del Sangha de los monjes, el Venerable Bakkula alcanzó el Nibbana final.

[Que sentado en medio del Sangha de los monjes, el Venerable Bakula alcanzara el Nibbana final, esto también lo recordamos maravillados y estupefactos por las cualidades del Venerable Bakula].


 

NOTAS:

 

[1] De acuerdo a los Comentarios, el Venerable Bakkula llegó a ser monje recién a los ochenta años de edad y, en el momento de los sucesos narrados en este sutta, tendría unos 160 años. El pie para esta creencia probablemente haya sido la declaración del Buda, según la cual, el Venerable Bakkula fue el primero entre los que gozaban de buena salud.

[2] Según los Comentarios las palabras entre corchetes fueron agregados por los ancianos que compilaron el Dhamma.


 

FUENTES:

 

BHIKKHU NANAMOLI  y BHIKKHU BODHI (1995) «Bakkula Sutta: Bakkula» en The Middle Length Discourses of the Buda: A Translation of the Majjhima Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Págs. 985-988.

«Bakulasutta» en World Tipitaka Edition, http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/11M/3/3.4, 13 de mayo de 2008


Traducción: Anton P. Baron

Edición: Anton P. Baron y Federico Angulo

Publicado por Bosque Theravada, 2010, 2019.