Ud 6,4 (18Ud.6.4,54) Pathamananatitthiya Sutta – Primer discurso sobre las diversas religiones

El Buda usa el famoso símil sobre los ciegos de nacimiento y el elefante para ilustrar la futilidad de las discusiones acerca de los puntos de vista y opiniones.

He aquí lo que yo he oído decir. Cierta vez el bhagavant [1] se encontraba en la ciudad de Savatthi, en el Bosque del Príncipe Jeta, en el parque de Anathapindika. En aquella ocasión se encontraban en Savatthi numerosos samanes, brahmanes y mendicantes, de variadas sectas, que sostenían diversas teorías, que aceptaban distintas creencias, que manifestaban diferentes inclinaciones, que se adherían a diversas doctrinas.

Habían algunos samanes y brahmanes que opinaban y se expresaban así: «El mundo es eterno; ésta es la verdad, lo demás es falso». Habían algunos samanes y brahmanes que opinaban y se expresaban así: «El mundo no es eterno; esta es la verdad, lo demás es falso». Habían algunos samanes y brahmanes que opinaban y se expresaban así: «El mundo es limitado; esta es la verdad, lo demás es falso». Habían algunos samanes y brahmanes que opinaban y se expresaban así: «El mundo es ilimitado; ésta es la verdad, lo demás es falso». Habían algunos samanes y brahmanes que opinaban y se expresaban así: «El alma es lo mismo que el cuerpo; ésta es la verdad; lo demás es falso». Habían algunos samanes y brahmanes que opinaban y se expresaban así: «El alma es una cosa y el cuerpo otra; esta es la verdad, lo demás es falso». Habían algunos samanes y brahmanes que opinaban y se expresaban así: «El tathagata está más allá de la muerte; ésta es la verdad, lo demás es falso». Habían algunos samanes y brahmanes que opinaban y se expresaban así: «El tathâgata no está más allá de la muerte; ésta es la verdad lo demás es falso». Habían algunos samanes y brahmanes que opinaban y se expresaban así: «El tathagata está y no está más allá de la muerte; ésta es la verdad, lo demás es falso». Habían algunos samanes y brahmanes que opinaban y se expresaban así: «El tathagata no está y no está más allá de la muerte; ésta es la verdad, lo demás es falso».

Y así ellos se peleaban, reñían, disputaban, vivían agrediéndose unos a otros con palabras hirientes: «La verdad es así, la verdad no es así; la verdad no es así, la verdad es así».

Entonces, numerosos bhikkhus, por la mañana, después de vestirse, tomando sus mantos y sus escudillas entraron en Savatthi en busca de limosna. Habiendo recorrido Savatthi en busca de limosna, retornando por la tarde de la recolección de limosnas, se acercaron a donde estaba el bhagavant y, habiéndosele acercado, saludando al bhagavant, se sentaron a un lado. Entonces, sentados a un lado, aquellos bhikkhus le dijeron al bhagavant: «Aquí, señor, en Savatthi, se encuentran numerosos samanes, brahmanes y mendicantes, de variadas sectas, que sostienen diversas teorías, que aceptan distintas creencias, que manifiestan diferentes inclinaciones, que se adhieren a diversas doctrinas. Hay algunos samanes y brahmanes que opinan y se expresan así: ‘El mundo es eterno; ésta es la verdad, lo demás es falso’. Hay algunos samanes y brahmanes que opinan y se expresan así: “El mundo no es eterno; ésta es la verdad, lo demás es falso”. Hay algunos samanes y brahmanes que opinan y se expresan así: “El mundo es limitado; ésta es la verdad, lo demás es falso’. Hay algunos samanes y brahmanes que opinan y se expresan así: “El mundo es ilimitado; ésta es la verdad, lo demás es falso”. Hay algunos samanes y brahmanes que opinan y se expresan así: “El alma es lo mismo que el cuerpo; ésta es la verdad, lo demás es falso’. Hay algunos samanes y brahmanes que opinan y se expresan así: “El alma es una cosa y el cuerpo es otra; ésta es la verdad, lo demás es falso’. Hay algunos samanes y brahmanes que opinan y se expresan así: “El tathagata está más allá de la muerte; ésta es la verdad, lo demás es falso’. Hay algunos samanes y brahmanes que opinan y se expresan así: ‘El tathagata no está más allá de la muerte; ésta es la verdad, lo demás es falso’. Hay algunos samanes y brahmanes que opinan y se expresan así: “El tathagata está y no está más allá de la muerte; ésta es la verdad, lo demás es falso’. Hay algunos samanes y brahmanes que opinan y se expresan así: ‘El tathagata no está y no no está más allá de la muerte; ésta es la verdad, lo demás es falso’. Y así ellos se pelean, riñen, disputan y viven agrediéndose unos a otros con palabras hirientes: ‘La verdad es así, la verdad no es así; la verdad no es así, la verdad es así’».

«Oh bhikkus, los mendicantes de otras sectas son ciegos, carecen de ojos, no conocen el bien, no conocen el mal, no conocen la doctrina, no conocen lo que no es la doctrina. Y al no conocer el bien, al no conocer el mal, al no conocer la doctrina, al no conocer lo que no es la doctrina, se pelean, riñen, disputan y viven agrediéndose unos a otros con palabras hirientes:

“La verdad es así, la verdad no es así; la verdad no es así, la verdad es así’.

Oh bhikkhus, en otro tiempo existió un rey en Savatthi. Ese rey llamó un día a uno de sus servidores y le dijo: “Ve tú, buen servidor, y reúne en un mismo lugar a todos los ciegos de nacimiento que se encuentran en Savatthi’. Diciendo: “Sí, señor’, aquel servidor, oh bhikkhus, obedeciendo al rey, reunió a todos los ciegos de nacimiento que había en Savatthi, y retornó a donde se encontraba el rey y una vez ahí le dijo al rey:

‘Ya están reunidos, señor, todos los ciegos que se encuentran en Savatthi’.

‘Muéstrales ahora, buen servidor, a esos ciegos un elefante’.

Y aquel servidor, oh bhikkhus, diciendo: “Si, señor’, obedeciendo al rey, les mostró a los ciegos un elefante. A algunos ciegos les mostró la cabeza del elefante y les dijo: “Así es, ciegos, el elefante’. A algunos ciegos les mostró la oreja del elefante y les dijo: ‘Así es, oh ciegos, el elefante’. A algunos ciegos les mostró el colmillo del elefante y les dijo: ‘Así es, oh ciegos, el elefante’. A algunos ciegos les mostró la trompa del elefante y les dijo: ‘Así es, oh ciegos, el elefante’. A algunos ciegos les mostró el cuerpo del elefante y les dijo: “Así es, oh ciegos, el elefante’. A algunos ciegos les mostró el pie del elefante y les dijo: “Así es, oh ciegos, el elefante’. A algunos ciegos les mostró la pata del elefante y les dijo: “Así es, oh ciegos, el elefante’. A algunos ciegos les mostró la cola del elefante y les dijo: ‘Así es, oh ciegos, el elefante’. A algunos ciegos les mostró el extremo de la cola del elefante y les dijo: ‘Así es, oh ciegos, el elefante’.

Aquel servidor, oh bhikkhus, después de haber mostrado a los ciegos el elefante, se acercó a donde estaba el rey y, habiéndosele acercado, le dijo: “Señor, los ciegos ya han visto el elefante, haced ahora lo que os parezca conveniente

Y entonces aquel rey, oh bhikkhus, se acercó al lugar a donde se encontraban los ciegos y una vez ahí, les dijo: ‘Ciegos, habéis visto al elefante?’

‘Lo hemos visto, señor’.

‘Entonces decidme, oh ciegos, ¿cómo es un elefante?’

Oh bhikkhus, los ciegos que habían visto la cabeza del elefante dijeron: ‘Señor, el elefante es como un cántaro’. Los ciegos que habían visto la oreja del elefante dijeron: ‘Señor, el elefante es como un cestón para aventar el trigo’. Los ciegos que habían visto el colmillo del elefante dijeron: ‘Señor, el elefante es como un diente de arado’. Los ciegos que habían visto la trompa del elefante dijeron: “Señor, el elefante es como un timón de arado’. Los ciegos que habían visto el cuerpo del elefante dijeron: ‘Señor, el elefante es como un granero’. Los ciegos que habían visto el pie del elefante dijeron: “Señor, el elefante es como la base de un pilar’. Los ciegos que habían visto la pata del elefante dijeron: ‘Señor, el elefante es corno un mortero’ – Los ciegos que habían visto la cola del elefante dijeron: ‘Señor, el elefante es como una mano de mortero’. Los ciegos que habían visto el extremo de la cola del elefante dijeron: ‘Señor, el elefante es como una escoba’.

Y diciendo: ‘El elefante es así, el elefante no es así, el elefante no es así, el elefante es así’, aquellos hombres empezaron a golpearse con los puños. Y el rey estaba encantado.

Del mismo modo, oh bhikkhus, los mendicantes de otras sectas son ciegos, carecen de ojos, no conocen el bien, no conocen el mal, no conocen la doctrina, no conocen lo que no es la doctrina. Y al no conocer el bien, al no conocer el mal, al no conocer la doctrina, al no conocer lo que no es la doctrina, se pelean, riñen, disputan y viven agrediéndose unos a otros con palabras hirientes: ‘La verdad es así, la verdad no es así; la verdad no es así, la verdad es así’».

El bhagavant, comprendiendo el sentido, dijo en aquella ocasión este udana [2] :

Algunos samanes y brahmanes ,

e stán entregados a esta clase de disputas

-hombres que ven sólo una parte de la verdad,

se disputan aferrándose a ella.


NOTAS:

[1] Se refiere al Bienaventurado, el Buda (BT).

[2] Una exclamación gozosa o emotiva (BT).


FUENTE:

“Udana: La palabra de Buda”, traducción del pali de F. Tola y C. Dragonetti. http://www.oshogulaab.com/BUDA/TEXTOS/LISTADOLIBBUDA.htm

Publicado por el Bosque Theravada © 2009

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