DN 18 Janavasabha Sutta – Discurso con Janavasabha

Un yakkha aparece junto al Buda para contarle que se llama Janavasabha y que en su anterior vida fue el rey Bimbisara de Maghada, asesinado por su hijo. También informa al Buda sobre algunas enseñanzas que el Brahma Sanankumara ofreció a los devas, en ocasión del día de Uposatha.

 


[Leer en pali]

[1] Esto he escuchado:

En una ocasión el Bienaventurado estaba en la Casa de Ladrillos, en Nadika. En aquel entonces el Bienaventurado estaba declarando los renacimientos de varios seguidores que fallecieron entre las familias del país, tales como los kasi y los kosala, los vajji y los malla, los ceti y los vamsa, los kuru y los pancala, los maccha y los surasena, diciendo: “Este ha renacido allí y aquel ha renacido allá. Y más de cincuenta devotos nadika, que fallecieron después de haber destruido completamente los cinco grilletes, llegaron a ser los que no-retornan y renacieron espontáneamente, sin retornar más a este mundo. Más de noventa devotos nadika, que fallecieron después de haber destruido completamente los tres grilletes y haber reducido la codicia, el odio y la falsa ilusión, llegaron a ser los que retornan-una-vez y retornarán una sola vez a este mundo, para poner fin a la insatisfacción. Más de quinientos adherentes nadika, que fallecieron después de haber destruido completamente los tres grilletes, llegaron a ser los que entran-en-la-corriente, incapaces de renacer en el mundo bajo, con un destino fijo, con la Iluminación como su destino”.

[2] Cuando los seguidores de Nadika escucharon estas noticias, fueron complacidos, se deleitaron y se llenaron de gozo al conocer semejante respuesta del Bienaventurado.

[3] Y también el Venerable Ananda, al escuchar estas noticias por parte del Bienaventurado, fue complacido y se deleitó por [la suerte de] los seguidores de Nadika.

[4] Entonces, se le ocurrió este pensamiento: “He aquí, hay también [otros] discípulos de larga trayectoria que fallecieron. Alguien podría pensar que Anga y Maghada carecen de discípulos que fallecieron. Pero ellos también tuvieron una gran fe en el Buda, el Dhamma y el Sangha, y fueron realizados en la virtud. Sin embargo, en cuanto a lo concerniente a ellos, nada ha sido declarado por el Bienaventurado. Sería bueno tener una declaración acerca de ellos, pues esto serviría a mucha gente para establecerse en la fe y alcanzar, de esta manera, un buen destino.

“Por otro lado, estaba también el rey Seniya Bimbisara, gobernante justo y recto, amigo de brahmanes y hombres hogareños, de moradores de ciudades y pueblos. La gente expandió su fama, diciendo: ‘¡Falleció nuestro recto rey, de justo gobierno, que nos hizo tan felices! ¡Qué gran bien tuvimos habiendo vivido en el reino de aquel rey justo!’. Él también tuvo una gran fe en el Buda, el Dhamma y el Sangha, y fue realizado en la virtud. Y la gente también decía: ‘El rey Seniya Bimbisara, que durante su vida fue elogiado por el Bienaventurado, ha muerto’. Sin embargo, en cuanto a lo concerniente a él, nada ha sido declarado por el Bienaventurado. Sería bueno tener una declaración acerca de él, pues esto serviría a mucha gente para establecerse en la fe y alcanzar, de esta manera, un buen destino. Además, el Bienaventurado alcanzó la suprema Iluminación en Maghada. ¿Cómo puede ser que los discípulos que fallecieron en este lugar, no tuvieran declaración alguna en este sentido? Si el Bienaventurado no declarase nada sobre ellos, se sentirían heridos, y puesto que se sentirían heridos, ¿cómo es que el Bienaventurado guarda silencio?”.

[5-6] Habiendo pensado esto sobre los discípulos de Maghada en la reclusión, el Venerable Ananda se levantó temprano de mañana y se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y le dijo: “Venerable Señor, he escuchado que el Bienaventurado estaba en la Casa de Ladrillos, en Nadika, y que estaba declarando los renacimientos de varios seguidores que fallecieron entre las familias del país… Entonces se me ocurrió este pensamiento: ‘He aquí, hay también [otros] discípulos de larga trayectoria que fallecieron. Alguien podría pensar que Anga y Maghada carecen de discípulos que fallecieron…  ¿cómo es que el Bienaventurado guarda silencio?’”.

Habiendo dicho esto al Bienaventurado sobre los discípulos de Maghada, se levantó de su asiento, le rindió homenaje y se retiró de allí, cuidando que el Bienaventurado permaneciese siempre a su mano derecha.

[7] Tan pronto como el Venerable Ananda se hubo ido, el Bienaventurado se vistió temprano por la mañana, tomó su cuenco y hábito exterior, y entró a Nadika en busca de la comida de las limosnas. Cuando hizo este su habitual recorrido, después de haber comido y regresado, lavó sus pies y entró en la Casa de Ladrillos, donde se sentó en el asiento que estaba preparado para él. Acto seguido concentró su mente en los discípulos de Maghada considerando esto: “Voy a averiguar su futuro, su suerte después de esta vida, dónde estos buenos hombres están y cuál es su destino”. Entonces, el Bienaventurado vio dónde los discípulos de Maghada estaban y cuál era su destino. Así que por la tarde, cuando el Bienaventurado emergió de la reclusión, salió de la Casa de Ladrillos y se sentó afuera, en la sombra, en el asiento que estaba preparado para él.

[8] Entonces el Venerable Ananda se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado y le dijo: “Venerable Señor, el Bienaventurado parece sereno, su tez luce resplandeciente y sus facultades tranquilas. ¿Ha tenido el Bienaventurado una morada placentera?”.

[9] “Después de haberme hablado, Ananda, sobre los discípulos de Maghada, cuando te fuiste me vestí temprano por la mañana, tomé mi cuenco y hábito exterior, y entré a Nadika en busca de la comida de las limosnas… y vi dónde los discípulos de Maghada estaban y cuál era su destino. Pero entonces escuché la voz de un yakkha que exclamó: ‘¡Soy Janavasabha, Venerable Señor, soy Janavasabha, oh Sublime!’. Ahora bien, Ananda, ¿conoces a alguien que previamente llevara ese nombre de Janavasabha?”.

“Tengo que confesar, Venerable Señor, que nunca escuché de alguien que, previamente, llevara ese nombre de Janavasabha. Además, Venerable Señor, al escuchar ahora este nombre de Janavasabha me siento encantado y emocionado, porque me imagino que ningún yakkha, común y corriente, puede llevar ese nombre de Janavasabha”.

[10] “Pues bien Ananda, después de haber escuchado estas palabras, el yakkha se apareció delante de mí con una espléndida presencia y pronunció la segunda exclamación: ‘¡Soy Bimbisara, Venerable Señor, soy Bimbisara, oh Sublime! Es por séptima vez, Venerable Señor, que renací dentro del séquito del gran rey Vessavana. Después de fallecer como un rey humano, llegué a ser un rey no humano.

            ‘Siete estados aquí y siete estados allá, catorce nacimientos,

            Este es el total de nacimientos que puedo recordar.

“’Por mucho tiempo, Venerable Señor, he sido destinado a no renacer en un estado de aflicción y, ahora, es mi deseo de llegar a ser alguien que una-vez-retorna’.

“’Esto es maravilloso, yakkha Janavasabha ―dije yo―, es asombroso que me digas esto: «Por mucho tiempo, Venerable Señor, he sido destinado a no renacer en un estado de aflicción y, ahora, es mi deseo  llegar a ser alguien que una-vez-retorna». ¿Por cuál motivo crees que has alcanzado estos logros, yakkha Janavasabha?’.

[11] “’Ningún otro, Venerable Señor, ningún otro, oh Sublime, sino mediante la enseñanza del Bienaventurado. Desde que obtuve una completa fe en el Bienaventurado, desde ese momento, Venerable Señor, he sido destinado a no renacer en un estado de aflicción y, ahora, es mi deseo llegar a ser alguien que una-vez-retorna. Una vez, Venerable Señor, se me envió a entregar un mensaje del rey Vessavana al rey Virulhaka —concerniente a un negocio— y vi por el camino al Bienaventurado entrando en la Casa de Ladrillos, sentándose en su asiento y concentrando luego la mente en los discípulos de Maghada y considerando esto: «Voy a averiguar su futuro, su suerte después de esta vida, dónde estos buenos hombres están y cuál es su destino». Y como, Venerable Señor, fue justo un rato antes cuando lo escuché de frente y lo comprendí de la boca del rey Vessavana, mientras contaba a la asamblea la suerte que tuvieron después de esta vida, dónde estos buenos hombres están y cuál es su destino, se me ocurrió visitar al Bienaventurado y anunciarle estas cosas. Estas son las dos razones, Venerable Señor, por las cuales, llegué a visitar al Bienaventurado.

[12] “’Pasó mucho tiempo atrás, Venerable Señor, en la noche de Uposatha de la quincena del mes que marca el inicio del retiro de las Lluvias, cuando los Treinta y Tres Dioses estaban sentados en una gran asamblea en el salón de Sudhamma. Y estaban rodeados por una gran compañía celestial, incluyendo a los Cuatro Grandes Reyes de los cuatro puntos cardinales. Estaba allí Dhatarattha, el rey del este, sentado en dirección al oeste. Vidhaka, el rey del sur, sentado en dirección al norte. Virupakkha, el rey del oeste, sentado en dirección al este. Y Vessavana, el rey del norte, sentado en dirección al sur. Este es el orden en cual estaban sentados estos reyes en aquella ocasión. Y, entonces, llegaron nuestros asientos. Y aquellos devas, Venerable Señor, que nacieron recientemente entre el séquito de los Treinta y Tres Dioses, por haber vivido sus vidas bajo el Bienaventurado, superaban a los otros devas por su apariencia y gloria. Y, por esa razón, los Treinta y Tres Dioses se mostraron complacidos y felices, se llenaron de deleite y gozo, y dijeron: «El séquito de los devas se incrementó, mientras el séquito de los asuras disminuyó».

[13] “’Entonces, Venerable Señor, Sakka, el gobernador de los devas, cuando vio la satisfacción de los Treinta y Tres Dioses por su séquito, expresó esta aprobación mediante una exclamación gozosa:

            “’«Los Treinta y Tres Dioses se regocijan, al igual que su gobernante,

            Alabando al Tathagata y el verdadero Dhamma,

            Viendo a los recién llegados devas, hermosos y brillantes,

            Que, viviendo la vida santa bajo el Bienaventurado,

            Superan al resto en fama y esplendor en su buen renacimiento,

            Los herederos del gran Maestro que han ganado la verdad sublime.

            Viendo esto, los Treinta y Tres Dioses se regocijan, al igual que su gobernante,

            Alabando al Tathagata y el verdadero Dhamma».

“’Al escuchar esto, Venerable Señor, los Treinta y Tres Dioses se regocijaron aún más y dijeron: «Realmente el séquito de los devas se incrementó, mientras el séquito de los asuras disminuyó».

[14] “’Entonces, Venerable Señor, los Treinta y Tres Dioses consultaron y deliberaron acerca del asunto que les reunió ahí, en el salón de Sudhamma, y con respecto a los Cuatro Grandes Reyes, les avisaron y los exhortaron, mientras estos permanecían allí a un lado.

            “’Los Reyes, instruidos, aceptaron las palabras pronunciadas,

            Calmos y serenos, estando al lado de sus asientos.

[15] “’Entonces, Venerable Señor, una portentosa y esplendorosa luz proveniente del norte, fue vista, y fue mayor que el esplendor de los devas. Entonces Sakka, el gobernador de los devas dijo al séquito de los Treinta y Tres Dioses: «Cuando aparecen semejantes signos, amigos, cuando se ve semejante luz portentosa y esplendorosa, es porque va a aparecer el Brahma. Esto es un signo que anuncia su cercana manifestación.

            “’«Cuando se ven estos signos, el Brahma está por aparecer;

            Este es el signo del Brahma: una luz portentosa y esplendorosa».

[16] “’Acto seguido, Venerable Señor, los Treinta y Tres Dioses se sentaron en sus asientos, diciendo: «Averigüemos lo que viene tras este gran esplendor y, cuando lo descubramos, acerquémonos a él». Y los Cuatro Grandes Reyes también se sentaron en sus asientos y dijeron lo mismo. Y cuando escuchamos que los devas de los Treinta y Tres Dioses estaban de acuerdo con esto, nosotros también decidimos averiguar lo que venía tras este gran esplendor y, al descubrirlo, acercarnos a él.

[17] “’Cuando el Brahma Sanankumara aparece frente a los Treinta y Tres Dioses, Venerable Señor, aparece asumiendo una forma sensorial, porque la apariencia natural de los Brahmas no suele ser perceptible a los ojos de los Treinta y Tres Dioses. Y entonces, cuando el Brahma Sanankumara aparece frente a los Treinta y Tres Dioses, eclipsa el resplandor y la gloria de los otros devas. Así como la figura hecha de oro eclipsa la figura humana, así, también, el resplandor y la gloria del Brahma es mayor que la de los otros devas. Además, cuando el Brahma Sanankumara aparece frente a los Treinta y Tres Dioses, ningún otro deva lo saluda, se levanta de su asiento ni le ofrece asiento; en cambio, todos permanecen en silencio con las palmas de sus manos juntas y con las piernas cruzadas, pensando esto: «Si de cualquiera de nosotros el Brahma Sanankumara necesitase algo, ahora, ahí se sentaría». Y aquel deva, en cuyo diván escogiese sentarse, sentiría una sublime satisfacción y felicidad, al igual que un recientemente ungido rey de los khattiya siente satisfacción y felicidad al asumir su real oficio.

[18] “’Entonces, Venerable Señor, el Brahma Sanankumara apareció frente a los Treinta y Tres Dioses, asumiendo una forma sensorial, manifestándose a sí mismo en forma de un dios del séquito de los Treinta y Tres. Apareció en los aires y se sentó en el cielo con las piernas cruzadas. Al igual que un hombre fuerte, con facilidad se sienta con las piernas cruzadas sobre un bien extendido diván, o sobre el suelo, así también apareció en los aires el Brahma Sanankumara y se sentó en el cielo con las piernas cruzadas. Y al observar la calma de los Treinta y Tres Dioses, expresó su deleite en versos:

            “’«Los Treinta y Tres Dioses con su gobernante se regocijan,

            Alabando al Tathagata y el verdadero Dhamma,

Viendo a los recién llegados devas, hermosos y brillantes,

            Que, viviendo la vida santa bajo el Bienaventurado,

            Superan al resto en fama y esplendor en su buen renacimiento,

            Los herederos del gran Maestro que han ganado la verdad sublime.

            Viendo esto, los Treinta y Tres Dioses se regocijan, al igual que su gobernante,

            Alabando al Tathagata y el verdadero Dhamma».

[19] “’Y en cuanto a cómo habla el Brahma Sanankumara, Venerable Señor, su voz tiene ocho características: tiene una voz distinguida, inteligible, placentera, atractiva, compacta, concisa, profunda y resonante. Y cuando habla con esta voz, en medio de la asamblea, su voz no penetra más allá de la asamblea. Cuando alguien tiene una voz así, se dice que tiene la voz de Brahma.

[20] “’Entonces, Venerable Señor, habiendo multiplicado sus formas a los Treinta y Tres, se sentó con las piernas cruzadas en el diván de cada uno de los Treinta y Tres Dioses, y se dirigió a ellos de esta manera: «¿Qué opináis señores? En la medida que el Bienaventurado, por la compasión por el mundo, por el bienestar y la felicidad de muchos, actuó a favor de los devas y los seres humanos, aquellos que tomaron el refugio en el Buda, el Dhamma y el Sangha, y han observado los preceptos morales, con la disolución del cuerpo después de la muerte, han renacido, algunos en compañía de los devas Vasavatthi-Paranimmita, otros en compañía de los devas Nimmkaratti, otros en compañía de los devas de Tusita, otros entre el séquito de Yama, otros entre el séquito de los Treinta y Tres Dioses, y otros entre el séquito de los Cuatro Grandes Reyes. O, por lo menos, llenaron el número de las huestes de los gandhabba».

[21] “’Esto es lo que dijo el Brahma Sanankumara. Y al decir esto, cada uno de los dioses pensó esto: «Él está sentado sobre mi diván y está hablando solamente a mí».

            “’Todas las formas asumieron una sola voz,

            Y habiendo hablado, todas permanecieron en silencio.

            Y así los Treinta y Tres con su gobernante,

            Asumieron: «Él sólo me habló a mí».

[22] “’Acto seguido, Venerable Señor, el Brahma Sanankumara asumió una forma singular, se sentó en el diván de Sakka, el gobernador de los devas y se dirigió a los Treinta y Tres Dioses así: «¿Qué opináis señores Treinta y Tres Dioses? El Bienaventurado, el Arahant Perfectamente Iluminado, ha conocido y revelado las cuatro bases del poder espiritual. Y, ¿cuáles son esas cuatro? Este es el caso del monje que desarrolla la base para el poder espiritual que posee la concentración a través del deseo y las formaciones volitivas del esfuerzo. Además, desarrolla la base para el poder espiritual que posee la concentración a través de la energía y las formaciones volitivas del esfuerzo. Además, desarrolla la base para el poder espiritual que posee la concentración a través de la mente y las formaciones volitivas del esfuerzo. Además, desarrolla la base para el poder espiritual que posee la concentración a través de la investigación y las formaciones volitivas del esfuerzo. Estas son las cuatro bases del poder espiritual que el Bienaventurado, el Arahant Perfectamente Iluminado, ha conocido y revelado.

“’«Aquellos ascetas y brahmanes que en el tiempo pasado realizaron estos poderes de diferentes maneras, todos ellos los desarrollaron y practicaron duramente de estas cuatro formas. Y aquellos ascetas y brahmanes que en el tiempo futuro vayan a realizar estos poderes de diferentes maneras, todos ellos los van a desarrollar y practicar duramente de estas cuatro formas. Y aquellos ascetas y brahmanes que en el tiempo presente realizan estos poderes de diferentes maneras, todos ellos los desarrollan y practican duramente de estas cuatro formas.

“’«¿Observáis vosotros, también, estos mismos poderes en mí?».

“’«Sí, oh Brahma».

“’«Bien, porque yo también desarrollé y practiqué duramente estas cuatro bases del poder espiritual de estas cuatro formas».

[23] “’Esto es lo que dijo el Brahma Sanankumara. Y habiendo dicho esto, continuó así: «¿Qué opináis señores Treinta y Tres Dioses? Hay estas tres entradas para alcanzar la dicha que fueron proclamadas por el Bienaventurado, quien sabe y ve, el Arahant Perfectamente Iluminado. Y, ¿cuáles son esas tres? Este es el caso de alguien que mora indulgente con los placeres sensoriales, con los estados perjudiciales. Y cuando en un momento dado escucha el noble Dhamma, le presta atención y practica conforme a él. Haciendo eso, se aparta de los deseos sensoriales y de los perjudiciales estados. Consecuentemente, surgen en él las sensaciones placenteras y hasta la felicidad. Al igual que a partir de una sensación placentera puede desarrollarse la felicidad, así, también, de las sensaciones placenteras, bajo estas circunstancias, puede nacer la  felicidad. Esta es, señores, la primera entrada para alcanzar la dicha que fue proclamada por el Bienaventurado, quien sabe y ve, el Arahant Perfectamente Iluminado.

[24] “’«¿Además, señores, es el caso de alguien, cuyas tendencias subyacentes de cuerpo, habla y mente no se han disipado. Y cuando en un momento dado escucha el noble Dhamma, le presta atención y practica conforme a él. Haciendo eso, las tendencias subyacentes de cuerpo, habla y mente se disipan. Consecuentemente, surgen en él las sensaciones placenteras y hasta la felicidad. Al igual que a partir de una sensación placentera puede desarrollarse la felicidad, así también de las sensaciones placenteras, bajo estas circunstancias, puede nacer la  felicidad. Esta es, señores, la segunda entrada para alcanzar la dicha que fue proclamada por el Bienaventurado, quien sabe y ve, el Arahant Perfectamente Iluminado.

[25] “’«¿Además, señores, es el caso de alguien que no sabe tal cómo realmente es: ‘esto es bueno’, ‘esto es malo’, ‘esto es reprochable’, ‘esto es irreprochable’, ‘esto ha de ser practicado’, ‘esto ha de ser evitado’, ‘esto es ordinario’, ‘esto es noble’, ‘esto tiene cualidades perjudiciales, esto beneficiosas y esto mixtas’. Y cuando en un momento dado escucha el noble Dhamma, le presta atención y practica conforme a él. Haciendo eso, llega a saber tal cómo realmente es: ‘esto es bueno’, ‘esto es malo’, ‘esto es reprochable’, ‘esto es irreprochable’, ‘esto ha de ser practicado’, ‘esto ha de ser evitado’, ‘esto es ordinario’, ‘esto es noble’, ‘esto tiene cualidades perjudiciales, esto beneficiosas y esto mixtas’. Consecuentemente, surgen en él las sensaciones placenteras y hasta la felicidad. Al igual que a partir de una sensación placentera puede desarrollarse la felicidad, así, también, de las sensaciones placenteras, bajo estas circunstancias, puede nacer la  felicidad. Esta es, señores, la tercera entrada para alcanzar la dicha que fue proclamada por el Bienaventurado, quien sabe y ve, el Arahant Perfectamente Iluminado.

“’«Y estas son, señores, las tres entradas para alcanzar la dicha que fueron proclamadas por el Bienaventurado, quien sabe y ve, el Arahant Perfectamente Iluminado».

[26] “’Esto es lo que dijo el Brahma Sanankumara. Y habiendo dicho esto, continuó así: «¿Qué opináis señores Treinta y Tres Dioses? ¡Qué bien explicó el Bienaventurado, el que conoce y ve, el Arahant Perfectamente Iluminado, los cuatro establecimientos de la atención consciente! Y, ¿cuáles son esos cuatro? He aquí, señores, el monje permanece contemplando el cuerpo en el cuerpo ―fervoroso, comprendiendo claramente y atentamente consciente―, habiendo abandonado la codicia y el desagrado por el mundo. Además, permanece contemplando las sensaciones en las sensaciones ― fervoroso, comprendiendo claramente y atentamente consciente―, habiendo abandonado la codicia y el desagrado por el mundo. Además, permanece contemplando la mente en la mente ― fervoroso, comprendiendo claramente y atentamente consciente―, habiendo abandonado la codicia y el desagrado por el mundo. Y permanece contemplando los fenómenos en los fenómenos ― fervoroso, comprendiendo claramente y atentamente consciente―, habiendo abandonado la codicia y el desagrado por el mundo. Y cuando mora contemplando de esta manera, llega a estar perfectamente concentrado y sereno. Estando así concentrado, calmado y sereno, gana el conocimiento y la visión externa de los fenómenos mentales de otros. Estos son, señores, los cuatro establecimientos de la atención consciente que explicó el Bienaventurado, que conoce y ve, el Arahant Perfectamente Iluminado».

[27] “’Esto es lo que dijo el Brahma Sanankumara. Y habiendo dicho esto, continuó así: «¿Qué opináis señores Treinta y Tres Dioses? ¡Qué bien explicó el Bienaventurado, el que conoce y ve, el Arahant Perfectamente Iluminado, los siete requisitos de la concentración, el desarrollo perfecto de la concentración y una concentración perfecta! Y, ¿cuáles son esos siete? El recto punto de vista, la recta intención, la recta forma de hablar, la recta acción, la recta forma de vida, el recto esfuerzo y la recta atención consciente. Esta unidireccionalidad de la mente, señores, que se produce mediante estos siete factores, se llama la noble recta concentración, con ellas como su base y requisitos. A partir del recto punto de vista surge la recta intención, de la recta intención surge la recta forma de hablar, de la recta forma de hablar surge la recta acción, de la recta acción surge la recta forma de vida, de la recta forma de vida surge el recto esfuerzo, del recto esfuerzo surge la recta atención consciente, de la recta atención consciente surge la recta concentración, de la recta concentración surge el recto conocimiento y del recto conocimiento surge la recta liberación.

“«Cualquiera que, proclamando verdaderamente ―‘este Dhamma está bien expuesto por el Bienaventurado, visible aquí y ahora, independiente del tiempo, que invita al sabio a venir y ver, y ser experimentado por uno mismo’―, dijese: ‘¡Abrid las puertas a lo Inmortal!’; estaría hablando la pura verdad. Porque realmente, señores, este Dhamma está bien expuesto por el Bienaventurado, visible aquí y ahora, independiente del tiempo, que invita al sabio a venir y ver, y ser experimentado por uno mismo, y también es una puerta hacia lo Inmortal.

“’«Aquellos que tienen una inconmovible fe en el Buda, el Dhamma y el Sangha, y están dotados de las virtudes que agradan a los Nobles, y que han surgido aquí en medio de nosotros mediante la práctica del Dhamma —más de doscientos cuarenta seguidores de Maghada—, todos ellos destruyeron los tres grilletes y se convirtieron en los que entraron-en-la-corriente, incapaces de caer en el mundo bajo, con un destino fijo: con la Iluminación como su destino. Y, además, hay aquí también los que retornan-una-vez.

            “’«Pero en cuanto a esa otra variación [de los seres Iluminados]

            Con el mérito aún mayor,

            A ellos no los puedo contar,

            Por temor de no decir la verdad».

[28] “’Esto es lo que dijo el Brahma Sanankumara y, concerniente a lo que se dijo, en la mente del gran rey Vessavana surgió esta reflexión: «¡Esto es maravilloso, es realmente asombroso que haya surgido semejante glorioso Maestro, que haya sido proclamado semejante glorioso Dhamma y que haya sido conocido tan glorioso y sublime sendero!». Acto seguido, el Brahma Sanankumara, habiendo discernido la reflexión en la mente del gran rey Vessavana, le dijo:

“’«¿Qué opinas, gran rey Vessavana? No ha habido en el pasado semejante glorioso Maestro, que haya proclamado semejante glorioso Dhamma ni haya dado a conocer tan glorioso y sublime sendero, tampoco lo habrá de nuevo en el futuro»’”.

[29] Esto es lo que el Brahma Sanankumara dijo a los Treinta y Tres Dioses. Y el gran rey Vessavana, habiéndolo escuchado por sí mismo, lo relató a sus seguidores. Y el yakkha Janavasabha, habiéndolo escuchado por sí mismo, lo relató al Bienaventurado. Y el Bienaventurado, habiéndolo escuchado por sí mismo y habiéndolo conocido también mediante su verdadero conocimiento, lo relató al Venerable Ananda. Y el Venerable Ananda, habiéndolo escuchado de parte del Bienaventurado, lo relató a los monjes y las monjas, a los seguidores y seguidoras laicos. De esta manera, la vida santa prosperó y se expandió ampliamente, y ha sido proclamada entre los seres humanos. 

 


FUENTES:

Rhys Davids (1899). With Janavasabha en Dialogues of the Buddha, vol. II. Recuperado de https://suttacentral.net/en/dn18

Walshe, M. (1995). Janavasabha Sutta: About Janavasabha. Brahma Adresses the Gods en The Long Discourses of the Buddha: A Translation of the Digha Nikaya, pp. 291-300.

Janavasabhasuttam en World Tipitaka Edition


Traducción: Anton P. Baron

Edición: Federico Angulo y Anton P. Baron

Publicación de Bosque Theravada, 2015.