DN 14 {7D.1,1-91} Mahapadana Sutta – Gran discurso sobre el linaje – Parte III

Fragmento de DN 14 (7D.1,1-91) Mahapadana Sutta – Gran discurso sobre el linaje.

La numeración entre corchetes corresponde al sistema de Pali Text Society elaborado por Rhys Davids, mientras que la de las llaves al sistema de World Tipitaka Edition

TABLA DE CONTENIDOS

DE LA PARTE FINAL DE MAHAPADANA SUTTA

(mahapadanasuttam nitthitam pathamam)

12.   Brahmayacanakatha – Porción con la súplica del Brama

13.   Aggasavakayuga – El par de discípulos más altos

14.   Mahajanakayapabbajja – El renunciamiento de la gran multitud de la gente

15.   Purimapabbajitanam dhammabhisamaya – El entendimiento del Dhamma por parte de los anteriores renunciantes

16.   Carikaanujanana – El permiso para deambular

17.   Devatarocana – La inclinación de los devas

 

12. Brahmayacanakatha – Porción con la súplica del Brama [1]

[3.1.] {64} «Después de esto, monjes, el Bienaventurado, el Arahant, el Buda plenamente despierto Vipassi pensó lo siguiente: ‘Este Dhamma ganado por mí es profundo, difícil de ver, difícil de entender, apacible, excelso, que trasciende la dialéctica, sutil, inteligible para aprender. Sin embargo, esta generación se deleita en los placeres sensuales, se habitúa deleitarse en los placeres sensuales y se regocija en los placeres sensuales. Y para una generación que se deleita en los placeres sensuales, se habitúa deleitarse en los placeres sensuales y se regocija en los placeres sensuales, habría asunto muy difícil de ver, como el surgimiento dependiente a modo de causas. También sería un asunto muy difícil de ver, el de calmar las construcciones mentales (sankhara), renunciar a todos los apegos, destruir la avidez, alcanzar el desapasionamiento, el cese, el Nibbana. De modo que, si yo enseñara este Dhamma a otros y ellos no me entendieran, esto podría llegar a ser una fatiga para mí, podría llegar a ser una vejación para mí’.

[3.2.] {65} «Y más adelante, monjes, estos versos, nunca antes escuchados en el pasado, surgieron espontáneamente en el Bienaventurado Buda Vipassi:

Esto lo he ganado mediante una gran fatiga-

¡Suficiente! ¿Por qué debería darlo a conocer?

Para la gente consumida por la lascivia y el odio,

Este Dhamma es incomprensible.

Conduciéndose en contra de la corriente,

Sutil, profunda, difícil de ver y delicada,

Oculta detrás de la esclavitud de sus pasiones,

Están encapotados por las tinieblas de la ignorancia.

En semejante sabio, ponderado como el Bienaventurado, la mente se inclina hacia la inactividad [2] y no hacia la enseñanza del Dhamma.

{66} «Entonces, al Gran Brama, al haber conocido en su mente esta forma de razonar del Bienaventurado, se le ocurrió este pensamiento: ‘¡Ay de mí! El mundo está perdido. ¡Ay de mí! El mundo está destruido, en la medida que la mente del Tathagata, el Arahant plenamente iluminado, se inclina más hacia la inactividad que hacia la enseñanza del Dhamma.’

[3.3.] «Acto seguido, tan rápido como un fuerte hombre estira su brazo o tan rápido como lo recoge, el Gran Brama, despareciendo del mundo del Brama, se manifestó enfrente del Bienaventurado Budha Vipassi.

«Entonces, el Gran Brama, habiendo puesto su vestimenta exterior sobre su hombro, habiendo apoyado su rodilla derecha en el suelo y habiendo saludado al Bienaventurado Buda Vipassi con las manos juntadas, dijo: ‘Bienaventurado señor, que el Bienaventurado Budha Vipassi enseñe el Dhamma, que Bienaventurado Buda Vipassi enseñe el Dhamma. He aquí, hay seres con poco polvo en sus ojos, quienes, al no escuchar el Dhamma, están decayendo, pero si a ellos se les enseñara el Dhamma, acrecentarían su imperfecto conocimiento.’

[3.4.] {67} «Cuando esto fue dicho, monjes, el Bienaventurado Buda Vipassi dijo lo siguiente al Gran Brama: ‘Brama, el siguiente pensamiento surgió en mi mente: «Este Dhamma ganado por mí es profundo, difícil de ver, difícil de entender, apacible, excelso, que trasciende la dialéctica, sutil, inteligible para aprender. Sin embargo, esta generación se deleita en los placeres sensuales…De modo que, si yo enseñara este Dhamma a otros y ellos no me entendieran, esto podría llegar a ser una fatiga para mí, podría llegar a ser una vejación para mí». Y más adelante, Brama, estos versos, nunca antes escuchados en el pasado, surgieron espontáneamente en mí: «Esto lo he ganado mediante una gran fatiga… Están encapotados por las tinieblas de la ignorancia.» En semejante sabio, Brama, ponderado como yo, la mente se inclina hacia la inactividad y no hacia la enseñanza del Dhamma.’

[3.5.] {68} «Entonces, por segunda vez… y por tercera vez, el Gran Brama habló así al Bienaventurado: ‘Bienaventurado señor, que el Bienaventurado Buda Vipassi enseñe el Dhamma, que el Bienaventurado Buda Vipassi enseñe el Dhamma. He aquí, hay seres con poco polvo en sus ojos, quienes, al no escuchar el Dhamma, están decayendo, pero si a ellos se les enseñara el Dhamma, acrecentarían su imperfecto conocimiento.’

[3.6.] {69} «Entonces, el Bienaventurado Buda Vipassi, habiendo entendido la súplica del Gran Brama, a causa de la compasión hacia los seres, inspeccionó el mundo con la vista de un Despierto. Y cuando el Bienaventurado Buda Vipassi, inspeccionó el mundo con la vista de un Despierto, vio a los seres con poco polvo en sus ojos, vio a seres con mucho polvo en sus ojos, seres con sus facultades perspicaces y seres con facultades adormecidas, seres con buena predisposición y seres con mala predisposición, seres dóciles y seres indómitos, pocos, que vieran el temor en las faltas y en los mundos más allá.

«Al igual que en un estanque de agua de lotos azules, o en un estanque de agua de lotos rojos, o en un estanque de agua de lotos blancos, pocos son los lotos azules, rojos o blancos que al nacer en el agua y al crecer en el agua, no emergen del agua y, sin embargo florecen mientras estén completamente sumergidos; y pocos son también los lotos azules, rojos o blancos que al nacer en el agua y al crecer en el agua alcanzan la superficie del agua; y pocos son también los lotos azules, rojos o blancos que al nacer en el agua y al crecer en el agua, se levantan emergiendo del agua, purificados por el agua. De la misma manera, cuando el Bienaventurado Buda Vipassi inspeccionó el mundo con la vista de un Despierto, vio a los seres con poco polvo en sus ojos, vio a seres con mucho polvo en sus ojos, seres con sus facultades perspicaces y seres con facultades adormecidas, seres con buena predisposición y seres con mala predisposición, seres dóciles y seres indómitos, pocos, que vieran el temor en las faltas y en los mundos más allá.

[3.7.] {70} «Y entonces, monjes, conociendo este pensamiento el Gran Brama se dirigió al Bienaventurado Buda Vipassi con estos versos:

Como un hombre que estuviera parado en la cima de una montaña,

Pudiendo observar la gente abajo aunque estuviera muy lejos,

Asimismo haz tú, ¡oh, poseedor de la preciosa sabiduría!,

¡Oh, tú que ves todo en la terraza más alta de la verdad!

Mira hacia abajo, desde la liberación del dolor, hacia la gente

Hundida en el dolor, oprimida por el nacimiento y la decadencia.

¡Levántate, héroe! ¡Conquistador de la batalla!

Tú, que eres liberado sin resto alguno, el Hombre de la caravana,

Que camina delante del mundo;

Qué el Bienaventurado Enseñe el Dhamma.

Se acrecentará el imperfecto conocimiento de ellos.

{71} «Y entonces, monjes, el Bienaventurado Buda Vipassi replicó al Gran Brama con este verso:

Abiertas están, para aquellos que escuchen, las puertas de lo inmortal;

Hagámosles renunciar a su fe [3].

Pensando en la inútil fatiga, no he predicado, Brama, este sublime y excelso Dhamma a los hombres.

«Entonces, el Gran Brama pensó: ‘La oportunidad ha sido dada por mí para que el Bienaventurado enseñe el Dhamma’. Y, saludando al Bienaventurado Buda Vipassi, despareció de ahí, manteniendo al Bienaventurado Buda Vipassi a su lado derecho.

 

13. Aggasavakayuga – El par de discípulos más altos

[3.8.] {72} «En esta ocasión, monjes, surgió el siguiente pensamiento en el Bienaventurado Buda Vipassa: ‘Ahora bien, ¿a quién podría enseñar el Dhamma primero? ¿Quién podrá entender este Dhamma rápidamente?’ Entonces, se le ocurrió al Bienaventurado Buda Vipassi: ‘Ciertamente, este Khanda el hijo del rey y Tissa, su capellán. Ellos son muy instruidos, experimentados, sabios y, por mucho tiempo, han tenido poco polvo en sus ojos. ¿Qué tal, si les enseño este Dhamma primero a Khanda y Tissa para que lo entiendan rápidamente?’

{73} «Entonces, monjes, el Bienaventurado Buda Vipassi, tan rápido como un hombre fuerte estira su brazo recogido o lo recoge cuando lo tiene estirado, desapareció de ahí, del pie de aquel árbol de la iluminación y apareció en la capital real de Banghumati, en el Parque de los Venados de Khema.

[3.9.] «Estando ahí, monjes, el Bienaventurado Buda Vipassi se dirigió al cuidador del parque con estas palabras: ‘Cuidador, ve a Bandhumati y di al príncipe Khanda y a su capellán Tissa: «mis señores, el Bienaventurado Señor Vipassi, el Arahant, el Buda plenamente despierto ha llegado a Bandhumati y está morando en el Parque de los Venados de Khema y desea veros.»’

«‘Muy bien, señor», respondió el cuidador del parque y entregó el mensaje.

[3.10.] {74} «Entonces, monjes, Khanda y Tissa, habiendo enjaezado algunos carruajes finos, se condujeron hacia Bandhumati, al Parque de los Venados de Khema. Usaron los carruajes hasta dónde se lo permitió el camino y luego, caminaron hasta llegar adonde estaba el Bienaventurado Buda Vipassi. Cuando llegaron junto a él, le rindieron el homenaje y se sentaron a un lado.

[3.11.] {75} «Entonces, monjes, el Bienaventurado Buda Vipassi se dirigió a ellos con un discurso gradual sobre la generosidad, la moralidad y el cielo, mostrando el peligro, la degradación y la corrupción de los deseos sensoriales, y el provecho del renunciamiento. Y cuando el Bienaventurado Buda Vipassi conoció que las mentes de Khanda y Tissa estaban dispuestas, maleables, libres de los obstáculos, gozosas y calmas, entonces les predicó el sermón de los budas en breve: sobre el sufrimiento, su origen, el cese y el camino que conduce al cese del sufrimiento. Entonces, monjes, al igual que una tela limpia, de la cual se han quitado todas las manchas recibe muy bien el tinte, de la misma manera, en el príncipe Khanda y en su capellán Tissa, mientras estaban sentados ahí, surgió una pura e inmaculada visión del Dhamma, que les permitió conocer esto: ‘cualquier cosa que surge, tiene que llegar al cese’.

[3.12.] {76} «Entonces, monjes, habiendo visto, alcanzado, experimentado y penetrado el Dhamma, habiendo pasado más allá de las dudas, habiendo alcanzado una confidencia perfecta en la doctrina del Maestro y sin apoyarse en nadie más, dijeron: ‘¡Excelente, señor, realmente maravilloso! Fue como si hubiera levantado lo que estaba caído, o revelado lo que estaba escondido, o mostrado el camino a un extraviado, o cargado una lámpara en la oscuridad para que aquellos que tienen ojos puedan ver las formas, de la misma manera el Bienaventurado -a través de muchas líneas de razonamiento- ha mostrado el Dhamma de forma clara. Yo voy por refugio al Buddha, al Dhamma y a la comunidad de monjes. Nosotros vamos por refugio al Bienaventurado y al Dhamma. Que nos recibamos de las manos del Bienaventurado como renunciantes, que recibamos la ordenación.’

[3.13.] {77} «Y de esta manera, monjes, el príncipe Khanda y su capellán Tissa se recibieron de las manos del Bienaventurado como renunciantes, y recibieron la ordenación. Entonces, el Bienaventurado Buda Vipassi los instruyó con el discurso del Dhamma, los inspiró y regocijó, los deleitó, demostrando el peligro, la degradación y la corrupción de las cosas condicionadas y el beneficio del Nibbana. Y entonces, siendo inspirados, gozosos y deleitados con ese discurso, un poco después, sus mentes fueron completamente liberadas de las contaminaciones.

 

14. Mahajanakayapabbajja – El renunciamiento de la gran multitud de gente

[3.14.] {78} «Entonces, monjes, una gran multitud de gente de la capital real, la ciudad de Bandhumati, unos ochenta y cuatro mil personas, habían escuchado que el Bienaventurado Buda Vipassi estaba morando en el Parque de los Venados del Khema y que Khanda y Tissa han afeitado sus cabezas y barbas, vistieron los hábitos amarillos y hubieron renunciado a la vida hogareña, asumiendo el estilo de vida sin hogar. Entonces, pensaron lo siguiente: ‘Ciertamente, este Dhamma y Disciplina no ha de ser común, no es normal que el príncipe Khanda y su capellán Tissa afeiten su cabeza y la barba, se pongan el hábito amarillo y renuncien a la vida hogareña para vivir el estilo de vida sin hogar. Si ellos han hecho esto, ¿por qué no deberíamos hacerlo nosotros?’ De esta manera, monjes, esta gran multitud de ochenta y cuatro mil personas, dejaron la ciudad Bandhumati y se dirigieron al Parque de los Venados de Khema donde estaba morando el Bienaventurado Buda Vipassi. Cuando llegaron ahí, le rindieron homenaje y se sentaron a un lado.

[3.15.] {79} «Entonces, monjes, el Bienaventurado Buda Vipassi se dirigió a ellos con un discurso gradual sobre la generosidad, la moralidad y el cielo, mostrando el peligro, la degradación y la corrupción de los deseos sensoriales, y el provecho del renunciamiento. Y cuando el Bienaventurado Buda Vipassi conoció que sus mentes estaban dispuestas, maleables, libres de los obstáculos, gozosas y calmas, entonces les predicó el sermón de los budas en breve: sobre el sufrimiento, su origen, el cese y el camino que conduce al cese del sufrimiento. Entonces, monjes, al igual que una tela limpia, de la cual se han quitado todas las manchas recibe muy bien el tinte, de la misma manera, en esas ochenta y cuatro mil personas, mientras estaban sentadas ahí, surgió una pura e inmaculada visión del Dhamma, que les permitió conocer esto: ‘cualquier cosa que surge, tiene que llegar al cese’.

[3.16.] {80} «Entonces, monjes, habiendo visto, alcanzado, experimentado y penetrado del Dhamma, habiendo pasado más allá de las dudas, habiendo alcanzado una confidencia perfecta en la doctrina del Maestro y sin apoyarse en nadie más, dijeron: ‘¡Excelente, señor, realmente maravilloso! Fue como si hubiera levantado lo que estaba caído, o revelado lo que estaba escondido, o mostrado el camino a un extraviado, o cargado una lámpara en la oscuridad para que aquellos que tienen ojos puedan ver las formas, de la misma manera el Bienaventurado -a través de muchas líneas de razonamiento- ha mostrado el Dhamma de forma clara. Yo voy por refugio al Buddha, al Dhamma y a la comunidad de monjes. Nosotros vamos por refugio al Bienaventurado y al Dhamma. Que nos recibamos de las manos del Bienaventurado como renunciantes, que recibamos la ordenación.’

[3.17.] {81} «Entonces, monjes, estas ochenta y cuatro mil personas se recibieron de renunciantes de mano del Bienaventurado Buda Vipassi y recibieron la ordenación. Entonces, el Bienaventurado Buda Vipassi los instruyó con el discurso del Dhamma, los inspiró y regocijó, los deleitó, demostrando el peligro, la degradación y la corrupción de las cosas condicionadas y el beneficio del Nibbana. Y entonces, siendo inspirados, gozosos y deleitados con ese discurso, un poco después, sus mentes fueron completamente liberadas de las contaminaciones.

 

15. Purimapabbajitanam dhammabhisamaya – El entendimiento del Dhamma por parte de los anteriores renunciantes

[3.18.] {82} «Entonces, monjes, las primeros ochenta y cuatro mil personas que se recibieron de renunciantes habían escuchado que el Bienaventurado Buda Vipassi estaba morando en el Parque de los Venados del Khema enseñando el Dhamma. Así que aquellas ochenta y cuatro mil personas fueron donde estaba morando el Bienaventurado Buda Vipassi y, al llegar ahí, le rindieron homenaje y se sentaron a un lado.

[3.19-21.] {83-85} «Entonces, monjes, el Bienaventurado Buda Vipassi se dirigió a ellos con un discurso gradual sobre la generosidad… [igual que los versos 3.15-3.17] Y entonces, siendo inspirados, gozosos y deleitados con ese discurso, un poco después, sus mentes fueron completamente liberadas de las contaminaciones.

 

16. Carikaanujanana – El permiso para deambular

[3.22.] {86} «En este tiempo, monjes, en la capital real de Bandhumati hubo una gran reunión de seis millones, ochocientos mil  monjes. Y cuando el Bienaventurado Buda Vipassi entró en la reclusión pensó esto: ‘He aquí esta gran reunión de seis millones, ochocientos mil  monjes en la capital real de Bandhumati. ¿Qué tal si les otorgo este permiso: «deambulad hacia afuera, monjes, para el bien de muchos, para la felicidad de muchos, por la compasión hacia el mundo, para el bienestar de los devas y los seres humanos. Andad entre dos y enseñad el Dhamma que es agradable en el inicio, agradable en la mitad y agradable al final, tanto en cuanto a la letra como al espíritu, que exhibe la vida santa completa y perfectamente. He aquí que hay seres con poco polvo en sus ojos quienes perecerían por no haber escuchado este Dhamma, pero de esta manera, llegarán a ser conocedores del Dhamma. Pero al finalizar el sexto año os reuniréis otra vez juntos en la capital real de Bandhumati para recitar el Patimokkha»?’

[3.23.] {87} «Entonces, monjes, el Gran Brama, al haber conocido en su mente esta forma de razonar del Bienaventurado Buda Vipassi, tan rápido como un fuerte hombre estira su brazo recogido o tan rápido como lo recoge cuando está estirado, el Gran Brama, despareciendo del mundo del Brama, se manifestó enfrente del Bienaventurado Budha Vipassi. Acto seguido, el Gran Brama, habiendo puesto su vestimenta exterior sobre su hombro, habiendo apoyado su rodilla derecha en el suelo y habiendo saludado al Bienaventurado Buda Vipassi con las manos juntadas, dijo: ‘Bienaventurado señor, que el Bienaventurado Budha Vipassi otorgue este permiso: «deambulad hacia afuera, monjes… Pero al finalizar el sexto año os reuniréis otra vez juntos en la capital real de Bandhumati para recitar el Patimokkha»’

«Habiendo dicho esto, saludó al Bienaventurado Buda Vipassi y despareció de ahí, manteniendo al Bienaventurado Buda Vipassi a su lado derecho.

[3.24.-3.25.] {88} «Así que cuando en Bienaventurado Buda Vipassi emergió de su reclusión, relató a los monjes todo lo ocurrido. Y terminó diciendo:

[3.26.] «‘Monjes, os otorgo el permiso de deambular hacia afuera para el bien de muchos, para la felicidad de muchos, por la compasión hacia el mundo, para el bienestar de los devas y los seres humanos. Andad entre dos y enseñad el Dhamma que es agradable en el inicio, agradable en la mitad y agradable al final, tanto en cuanto a la letra como al espíritu, que exhibe la vida santa completa y perfectamente. He aquí que hay seres con poco polvo en sus ojos quienes perecerían por no haber escuchado este Dhamma, pero de esta manera, ellos llegarán a ser conocedores del Dhamma. Pero al finalizar el sexto año os reuniréis otra vez juntos en la capital real de Bandhumati para recitar el Patimokkha.’ Entonces, la mayoría de aquellos monjes este mismo día empezó a deambular alrededor del país.

[3.27.] {89} «En este tiempo, unos ochenta y cuatro mil religiosos establecieron su residencia en Jambupida. Y al finalizar el primer año, los devas estuvieron proclamando esto: ‘Señores, un año ha pasado y quedan cinco. Al finalizar el quinto, vosotros estaréis como para volver a Bandhumati a recitar el Patimokkha’. Y al finalizar el segundo año… el tercer año… el cuarto año… el quinto año… el sexto año, los devas estuvieron proclamando esto: ‘Señores, los seis años han pasado y llegó el tiempo para volver a Bandhumati a recitar el Patimokkha’. Entonces, aquellos monjes, algunos a través de sus poderes psíquicos y otros a través de los poderes de los devas, todos al mismo día llegaron a Bandhumati a recitar el Patimokha.

[3.28.] {90} «Entonces, el Bienaventurado Buda Vipassi ofreció a la asamblea de los monjes el siguiente precepto:

La paciencia en el autodominio es el sacrificio superior,

El Nibbana es supremo, así lo dicen los budas.

El que daña a otros, no puede ser un renunciante,

Ni es un asceta, quien lastima a otros.

No hacer ningún mal y cultivar el bien,

Purificar su mente, ésta es la enseñanza del Buda.

No insultar, no dañar, restringirse de acuerdo a las reglas,

Moderarse en la comida, la reclusión tener por morada,

Y la devoción al pensamiento elevado, ésta es la enseñanza de los budas.


17. Devatarocana – La inclinación de los devas

[3.29.] {91} «En una ocasión, monjes, estaba morando en Ukkattha, en la Arboleda de Subhaga al pie del árbol sala. Y mientras estaba morando ahí en reclusión, se me ocurrió este pensamiento: ‘He aquí no hay morada alguna de los seres que no fuera fácilmente accesible para mí, como por ejemplo aquella de los devas de la Morada Pura. ¿Qué tal si voy a visitarla ahora?’ Y entonces, tan rápido como un fuerte hombre estira su brazo recogido o tan rápido como lo recoge cuando está estirado, he desaparecido de Ukkattha y he aparecido entre los devas de la Morada Pura. Y varios miles de ellos vinieron a mi encuentro, me saludaron cordialmente y se sentaron a un lado. Una vez sentados, se dirigieron a mí con estas palabras: ‘Señor, ya hace noventa y un eones desde que el Bienaventurado Buda Vipassi vino al mundo.

«‘El Bienaventurado Buda Vipassi ha pertenecido a la casta de los guerreros y surgió en la familia de los guerreros. Ha nacido dentro del clan de los Kondannas. En tiempos del Bienaventurado Vipassi, el Arahant, un buda plenamente despierto, el tiempo de vida era de ochenta mil años. El Bienaventurado Vipassi, el Arahant, un buda plenamente despierto, ha alcanzado su pleno despertar al pie del árbol de lapacho floreado. Él ha tenido un par de nobles discípulos: Khanda y Tissa. También ha tenido tres asambleas de discípulos: una de seis millones ochocientos mil, otra de cien mil y otra de ochenta mil monjes, y de esas tres asambleas todos eran Arahants. El Bienaventurado Vipassi, el Arahant, un buda plenamente despierto ha tenido un asistente personal que fue el monje Asoka. El padre del Bienaventurado Vipassi, el Arahant, un buda plenamente despierto, fue el rey Bandhuma, su madre fue la princesa Bandhumati y la capital real del rey Bandhuma fue Bandhumati. El renunciamiento del Bienaventurado Buda Vipassi fue como este, su elección del estilo de vida sin hogar como este, su esfuerzo como este, su pleno despertar como este y su puesta en movimiento de la rueda del Dhamma como este. Y nosotros, señor, hemos vivido la vida santa bajo el Bienaventurado Buda Vipassi y, habiéndonos liberado de los deseos sensoriales, hemos arribado aquí. [4]

[3.30.] «De la misma manera, monjes, varios miles de los devas de la Morada Pura vinieron a mi encuentro, me saludaron cordialmente y se sentaron a un lado. Una vez sentados, se dirigieron a mí con estas palabras: ‘Señor, en este eón afortunado -en el que cinco budas han surgido- el Bienaventurado Buda vino al mundo. El Bienaventurado, que es un Arahant, un buda plenamente despierto he pertenecido a la casta de los Khattiya y surgió en la familia de los Khattiya. Ha nacido dentro del clan de los Gotama; en su tiempo, el lapso de vida es corto, limitado y pasa rápido: el promedio de vida de cualquiera puede ser de cien años. El Bienaventurado, que es un Arahant, un buda plenamente despierto, ha alcanzado su pleno despertar al pie del árbol de figo santo. Él tiene un par de nobles discípulos: Sariputta y Moggallana y una asamblea de discípulos de mil doscientos cincuenta monjes, todos de los cuales son Arahants. Su asistente personal es el monje Ananda, su padre el rey Suddhodana, su madre fue la princesa Maya y la capital real del rey Suddhodana es Kapilavatthu. El renunciamiento del Bienaventurado Buda fue como este, su elección del estilo de vida sin hogar como este, su esfuerzo como este, su pleno despertar como este y su puesta en movimiento de la rueda del Dhamma como este. Y nosotros, señor, hemos vivido la vida santa bajo el Bienaventurado Buda y, habiéndonos liberado de los deseos sensoriales, hemos arribado aquí.’

[3.31.] {92} «Entonces, monjes, me fui, junto con los devas Aviha, a ver a los devas Atappa y, junto con ellos, a ver a los devas Sudassa, y con éstos, a ver a los devas Sudassi, y con ellos, a ver a los devas Akanittha. Y estando ahí, varios miles de ellos vinieron a mi encuentro… [sigue igual que en el verso 3.29] Y nosotros, señor, hemos vivido la vida santa bajo el Bienaventurado Buda Vipassi y, habiéndonos liberado de los deseos sensoriales, hemos arribado aquí.’

[3.32.] {93} «De la misma manera, monjes, varios miles de los devas vinieron a mi encuentro, me saludaron cordialmente y se sentaron a un lado. Una vez sentados, se dirigieron a mí con estas palabras: ‘Señor, en este eón afortunado -en el que cinco budas han surgido- el Bienaventurado Buda vino al mundo. El Bienaventurado, que es un Arahant, un buda plenamente despierto he pertenecido a la casta de los Khattiya y surgió en la familia de los Khattiya. Ha nacido dentro del clan de los Gotama; en su tiempo, el lapso de vida es corto, limitado y pasa rápido: el promedio de vida de cualquiera puede ser de cien años. El Bienaventurado, que es un Arahant, un buda plenamente despierto, ha alcanzado su pleno despertar al pie del árbol del figo santo. Él tiene un par de nobles discípulos: Sariputta y Moggallana y una asamblea de discípulos de mil doscientos cincuenta monjes, todos de los cuales son Arahants. Su asistente personal es el monje Ananda, su padre el rey Suddhodana, su madre fue la princesa Maya y la capital real del rey Suddhodana es Kapilavatthu. El renunciamiento del Bienaventurado Buda fue como este, su elección del estilo de vida sin hogar como este, su esfuerzo como este, su pleno despertar como este y su puesta en movimiento de la rueda del Dhamma como este. Y nosotros, señor, hemos vivido la vida santa bajo el Bienaventurado Buda y, habiéndonos liberado de los deseos sensoriales, hemos arribado aquí.’

[3.33.] {94} «Entonces, monjes, es de esta manera cómo, a través de la penetración de los fundamentos del Dhamma, el Tathagata se recuerda de los budas pasados que han alcanzado el Nibbana final, han penetrado a través del entendimiento, abrieron camino para poner fin a la ronda [de los renacimientos] y destruir todo el sufrimiento. El Tathagata recuerda sus nacimientos, sus nombres, sus tiempos de vida, sus pares de discípulos, sus asambleas de discípulos: ‘Estos Bienaventurados Señores han nacido así, se llamaron así, sus clanes fueron éstos, su moralidad fue ésta, su Dhamma así, su sabiduría ésta, su morada así y ésta fue su liberación'».

Esto es lo que dijo el Bienaventurado y los monjes fueron satisfechos y se deleitaron en las palabras del Bienaventurado.

 


El fin de Mahapadana Sutta


NOTAS:

[1] Esta historia, con ligeros cambios, se encuentra también en el Vinaya Pitaka (Khn 1,7-9), con la única diferencia de que se refiere al mismo Buda Gotama y el Gran Braman tiene ahi el nombre de Sahampati.

[2] appossukka , lit. «inactividad». Leída como apposukka, también puede significar «evitar molestias o fastidios» o «menos angustia o ansiedad». Horner (2000:7) trae a colación otros posibles significados, como «la indiferencia», «descansar quieto», «permanecer quieto» y «ser adverso al excesivo esfuerzo».

[3] pamuñcanta , lit., «hacer perder», «arrojar o despedirse de», «liberar».

[4] Lo hicieron gracias a alcanzar el tercer nivel del despertar que es del que no -retorna.


FUENTES:

HORNER, I.B. (2000) «Told is the on Brahma’s Entreaty» en The Book of the Discipline: Vinaya-Pitaka. Vol. IV: Mahavagga. Oxford, Pali Text Society. Págs. 6-10.

WALSHE, Maurice (1995) «Mahapadana Sutta: The Great Discourse on the Lineage» en The Long Discourses of the Buda: A Translation of the Digha Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Págs. 199-221.

«Mahapadanasutta» en World Tipitaka Edition, http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/7D/1/1.1 13 de mayo de 2008


Traducido y publicado por Isidatta para el Bosque Theravada © 2010

Edición de Bosque Theravada © 2010

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