12. Brahmayacanakatha – Porción con la súplica del Brama

Del DN 14 Mahapadana Sutta – Gran discurso sobre el linaje

[Leer en pali] [1]

[3.1.] «Después de esto, monjes, el Bienaventurado, el Arahant, el Buda plenamente despierto Vipassi pensó lo siguiente: ‘Este Dhamma ganado por mí es profundo, difícil de ver, difícil de entender, apacible, excelso, que trasciende la dialéctica, sutil, inteligible para aprender. Sin embargo, esta generación se deleita en los placeres sensuales, se habitúa deleitarse en los placeres sensuales y se regocija en los placeres sensuales. Y para una generación que se deleita en los placeres sensuales, se habitúa deleitarse en los placeres sensuales y se regocija en los placeres sensuales, habría asunto muy difícil de ver, como el surgimiento dependiente a modo de causas. También sería un asunto muy difícil de ver, el de calmar las construcciones mentales [2], renunciar a todos los apegos, destruir la avidez, alcanzar el desapasionamiento, el cese, el Nibbana. De modo que, si yo enseñara este Dhamma a otros y ellos no me entendieran, esto podría llegar a ser una fatiga para mí, podría llegar a ser una vejación para mí’.

[3.2.] «Y más adelante, monjes, estos versos, nunca antes escuchados en el pasado, surgieron espontáneamente en el Bienaventurado Buda Vipassi:

Esto lo he ganado mediante una gran fatiga-

¡Suficiente! ¿Por qué debería darlo a conocer?

Para la gente consumida por la lascivia y el odio,

Este Dhamma es incomprensible.

Conduciéndose en contra de la corriente,

Sutil, profunda, difícil de ver y delicada,

Oculta detrás de la esclavitud de sus pasiones,

Están encapotados por las tinieblas de la ignorancia.

En semejante sabio, ponderado como el Bienaventurado, la mente se inclina hacia la inactividad [3] y no hacia la enseñanza del Dhamma.

«Entonces, al Gran Brahma, al haber conocido en su mente esta forma de razonar del Bienaventurado, se le ocurrió este pensamiento: ‘¡Ay de mí! El mundo está perdido. ¡Ay de mí! El mundo está destruido, en la medida que la mente del Tathagata, el Arahant plenamente iluminado, se inclina más hacia la inactividad que hacia la enseñanza del Dhamma.’

[3.3.] «Acto seguido, tan rápido como un fuerte hombre estira su brazo o tan rápido como lo recoge, el Gran Brahma, despareciendo del mundo del Brahma, se manifestó enfrente del Bienaventurado Budha Vipassi.

«Entonces, el Gran Brahma, habiendo puesto su vestimenta exterior sobre su hombro, habiendo apoyado su rodilla derecha en el suelo y habiendo saludado al Bienaventurado Buda Vipassi con las manos juntadas, dijo: ‘Bienaventurado señor, que el Bienaventurado Budha Vipassi enseñe el Dhamma, que Bienaventurado Buda Vipassi enseñe el Dhamma. He aquí, hay seres con poco polvo en sus ojos, quienes, al no escuchar el Dhamma, están decayendo, pero si a ellos se les enseñara el Dhamma, acrecentarían su imperfecto conocimiento.’

[3.4.] «Cuando esto fue dicho, monjes, el Bienaventurado Buda Vipassi dijo lo siguiente al Gran Brahma: ‘Brahma, el siguiente pensamiento surgió en mi mente: «Este Dhamma ganado por mí es profundo, difícil de ver, difícil de entender, apacible, excelso, que trasciende la dialéctica, sutil, inteligible para aprender. Sin embargo, esta generación se deleita en los placeres sensuales…De modo que, si yo enseñara este Dhamma a otros y ellos no me entendieran, esto podría llegar a ser una fatiga para mí, podría llegar a ser una vejación para mí». Y más adelante, Brahma, estos versos, nunca antes escuchados en el pasado, surgieron espontáneamente en mí: «Esto lo he ganado mediante una gran fatiga… Están encapotados por las tinieblas de la ignorancia.» En semejante sabio, Brahma, ponderado como yo, la mente se inclina hacia la inactividad y no hacia la enseñanza del Dhamma.’

[3.5.] «Entonces, por segunda vez… y por tercera vez, el Gran Brahma habló así al Bienaventurado: ‘Bienaventurado señor, que el Bienaventurado Buda Vipassi enseñe el Dhamma, que el Bienaventurado Buda Vipassi enseñe el Dhamma. He aquí, hay seres con poco polvo en sus ojos, quienes, al no escuchar el Dhamma, están decayendo, pero si a ellos se les enseñara el Dhamma, acrecentarían su imperfecto conocimiento.’

[3.6.] «Entonces, el Bienaventurado Buda Vipassi, habiendo entendido la súplica del Gran Brahma, a causa de la compasión hacia los seres, inspeccionó el mundo con la vista de un Despierto. Y cuando el Bienaventurado Buda Vipassi, inspeccionó el mundo con la vista de un Despierto, vio a los seres con poco polvo en sus ojos, vio a seres con mucho polvo en sus ojos, seres con sus facultades perspicaces y seres con facultades adormecidas, seres con buena predisposición y seres con mala predisposición, seres dóciles y seres indómitos, pocos, que vieran el temor en las faltas y en los mundos más allá.

«Al igual que en un estanque de agua de lotos azules, o en un estanque de agua de lotos rojos, o en un estanque de agua de lotos blancos, pocos son los lotos azules, rojos o blancos que al nacer en el agua y al crecer en el agua, no emergen del agua y, sin embargo florecen mientras estén completamente sumergidos; y pocos son también los lotos azules, rojos o blancos que al nacer en el agua y al crecer en el agua alcanzan la superficie del agua; y pocos son también los lotos azules, rojos o blancos que al nacer en el agua y al crecer en el agua, se levantan emergiendo del agua, purificados por el agua. De la misma manera, cuando el Bienaventurado Buda Vipassi inspeccionó el mundo con la vista de un Despierto, vio a los seres con poco polvo en sus ojos, vio a seres con mucho polvo en sus ojos, seres con sus facultades perspicaces y seres con facultades adormecidas, seres con buena predisposición y seres con mala predisposición, seres dóciles y seres indómitos, pocos, que vieran el temor en las faltas y en los mundos más allá.

[3.7.] «Y entonces, monjes, conociendo este pensamiento el Gran Brahma se dirigió al Bienaventurado Buda Vipassi con estos versos:

Como un hombre que estuviera parado en la cima de una montaña,

Pudiendo observar la gente abajo aunque estuviera muy lejos,

Asimismo haz tú, ¡oh, poseedor de la preciosa sabiduría!,

¡Oh, tú que ves todo en la terraza más alta de la verdad!

Mira hacia abajo, desde la liberación del dolor, hacia la gente

Hundida en el dolor, oprimida por el nacimiento y la decadencia.

¡Levántate, héroe! ¡Conquistador de la batalla!

Tú, que eres liberado sin resto alguno, el Hombre de la caravana,

Que camina delante del mundo;

Que el Bienaventurado Enseñe el Dhamma.

Se acrecentará el imperfecto conocimiento de ellos.

«Y entonces, monjes, el Bienaventurado Buda Vipassi replicó al Gran Brahma con este verso:

Abiertas están, para aquellos que escuchen, las puertas de lo inmortal;

Hagámosles renunciar a su fe [4].

Pensando en la inútil fatiga, no he predicado, Brahma, este sublime y excelso Dhamma a los hombres.

«Entonces, el Gran Brahma pensó: ‘La oportunidad ha sido dada por mí para que el Bienaventurado enseñe el Dhamma’. Y, saludando al Bienaventurado Buda Vipassi, despareció de ahí, manteniendo al Bienaventurado Buda Vipassi a su lado derecho.

 


NOTA:

[1] Esta historia, con ligeros cambios, se encuentra también en el Vinaya Pitaka (Khn 1,7-9), con la única diferencia de que se refiere al mismo Buda Gotama y el Gran Brahma tiene ahi el nombre de Sahampati.

[2] Sankhara

[3] Appossukka , lit. «inactividad». Leída como apposukka, también puede significar «evitar molestias o fastidios» o «menos angustia o ansiedad». Horner (2000:7) trae a colación otros posibles significados, como «la indiferencia», «descansar quieto», «permanecer quieto» y «ser adverso al excesivo esfuerzo».

[4] Pamuñcanta , lit., «hacer perder», «arrojar o despedirse de», «liberar».