AN 5,34 Sihasenapati Sutta – El general Siha

El Buda explica a un general, los frutos directamente visibles del dar.


[Leer en pali]

[34] En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en el pabellón con el techo de dos aguas, en el Gran Bosque, cerca de Vesali. Estando allí, se le acercó el general Siha, le rindió homenaje, se sentó a un lado y le dijo:

“¿Es posible, Venerable Señor, señalar algún fruto directamente visible del dar?”.

“Sí, lo es, Siha”, respondió el Bienaventurado.

“El dador, Siha, un dador generoso, es querido y agradable para mucha gente. Este es un fruto directamente visible del dar.

“Además, Siha, las buenas personas recurren a un dador, un dador generoso. Este también es un fruto directamente visible del dar.

“Además, Siha, un dador, un dador generoso, adquiere una buena reputación. Este también es un fruto directamente visible del dar.

“Además, Siha, cuando un dador, un dador generoso se acerca a cualquier asamblea —sea de los khattiyas, los brahmanes, hombres hogareños o ascetas―, se acerca allí con confianza e integridad. Este también es un fruto directamente visible del dar.

“Además, Siha, con el quiebre de su cuerpo, después de la muerte, un dador, un dador generoso renace en un buen destino, en el mundo celestial. Este también es un fruto directamente visible del dar”.

Cuando se dijo esto, el general Siha dijo al Bienaventurado:

“Venerable Señor, yo no voy por la fe en el Bienaventurado en referencia a aquellos cuatro frutos del dar declarados por el Bienaventurado. Yo también los conozco. Por cuanto soy un dador, un dador generoso, soy querido y agradable para mucha gente. Soy un dador, un dador generoso y las buenas personas recurren a mí. Soy un dador, un dador generoso y he adquirido una buena reputación como el dador, defensor y sostén del Sangha. Soy un dador, un dador generoso y cuando me acerco a cualquier asamblea —sea de los khattiyas, los brahmanes, hombres hogareños o ascetas―, me acerco allí con confianza e integridad. Por eso, yo no voy por la fe en el Bienaventurado en referencia a aquellos cuatro frutos de dar declarados por el Bienaventurado. Yo también los conozco. Pero cuando el Bienaventurado me dijo: ‘Siha, con el quiebre del cuerpo, después de la muerte, un dador, un dador generoso renace en un buen destino, en el mundo celestial. Este también es un fruto directamente visible del dar’, esto yo no lo conozco, y es ahí donde voy por la fe en el Bienaventurado”.

“¡Así es, Siha, así mismo es! Con el quiebre de su cuerpo, después de la muerte, un dador, un dador generoso renace en buen destino, en el mundo celestial. Este también es un fruto directamente visible del dar”.

Dando, llega a ser querido y muchos recurren a él.

Alcanza buena reputación y su fama crece.

El hombre generoso es íntegro

Y confiado cuando entra en la asamblea.

Por eso el hombre sabio,

Cuando busca felicidad, ofrece dádivas,

Habiendo desechado la mancha de la avaricia.

Cuando se establecen en el triple cielo,

Se deleitan por mucho tiempo

En compañía de los devas.

Habiendo aprovechado la oportunidad de hacer obras beneficiosas,

Pasan de aquí luminosos, rodando por Nandana [1],

Donde se deleitan, regocijan y disfrutan de sí mismos,

Decorados con los cinco objetos del placer sensual.

Habiendo completado el mundo del Estable desapegado,

Los discípulos del Sublime se regocijan en el cielo.


NOTA:

[1] Es el Jardín del Deleite en el cielo Tavatimsa.


FUENTES:

Bhikkhu Bodhi (2012). Siha en The Numerical Discourses of the Buddha: A Translation of the Anguttara Nikaya. Boston: Wisdom Publications. Pp. 395-396.

“Sihasenapatisuttam” en Digital Pali Reader


Traducido por Anton P. Baron

Editado por Federico Angulo y Anton P. Baron

Publicación del Bosque Theravada, 2014.