Desarrollando la unidireccionalidad de la mente (Samadhi)

«Sobre la meditación» es una compilación de extractos de las pláticas de Ajahn Chah, cuya temática se centra en las instrucciones sobre la práctica de la meditación.

Por Ahajn Chah

Cuando estén desarrollando samadhi [1], fijen su atención en la respiración e imaginen que están sentados solos, sin nadie a su alrededor para molestarlos. Desarrollen esta percepción en la mente, manteniéndola hasta que la mente deje ir completamente el mundo exterior y todo lo que quede sea simplemente la consciencia de la respiración entrando y saliendo. La mente debe dejar el mundo exterior a un lado. No se permitan empezar a pensar en esta persona que está sentada por aquí, o en aquella persona que está sentada por allá. No den espacio a ningún pensamiento que dé origen a confusión o agitación en la mente: es mejor tirarlos y terminar con ellos. No hay nadie más aquí, están sentados solos. Desarrollen esta percepción hasta que todos los demás recuerdos, percepciones y pensamientos referentes a otra gente y otras cosas decaigan, y no duden ni se pregunten más por las otras personas o cosas alrededor de ustedes. Entonces pueden fijar su atención solamente en las inspiraciones y espiraciones. Respiren normalmente. Permitan que las inspiraciones y las espiraciones continúen naturalmente, sin forzarlas a ser más cortas o más largas, más fuertes o más débiles de lo normal. Permitan a la respiración continuar en un estado de normalidad y equilibrio, observándola entrando y saliendo del cuerpo.

Cuando la mente ha dejado ir los objetos mentales externos, ya no molestará el ruido del tráfico u otros sonidos. No se sentirán irritados por nada exterior, sean formas, sonidos o lo que sean, no serán una fuente de molestia, porque la mente no les estará prestando atención: estará centrada en la respiración.

Si la mente se agita por distintas cosas y no pueden concentrarse, prueben a realizar una inspiración especialmente profunda hasta que los pulmones estén llenos y luego liberen todo el aire hasta que no quede nada dentro. Hacer esto varias veces y, luego, restablecer la consciencia y seguir desarrollando la concentración. Habiendo restablecido la atención, es normal que la mente permanezca en calma durante un tiempo y, luego, cambie y se vuelva agitada de nuevo. Cuando esto ocurra, afianzar la mente, tomando otra inspiración profunda y luego expulsando todo el aire de vuestros pulmones. Llenar los pulmones al máximo de nuevo, por un momento, y luego restablecer la atención en la respiración. Fijar la atención en las inspiraciones y en las espiraciones, y seguir manteniendo la consciencia de esta manera.

La práctica tiende a ser de esta manera, así que llevará muchas sentadas y mucho esfuerzo hasta que se vuelvan hábiles. Una vez que lo sean, la mente dejará ir el mundo exterior y permanecerá tranquila. Los objetos mentales del exterior serán incapaces de penetrar en el interior y perturbar a la mente. Cuando sean incapaces de penetrar, verán la mente. Verán la mente como un objeto de consciencia, la respiración como otro y los objetos mentales como otro. Estarán presentes dentro del campo de la consciencia, centrada en la punta de la nariz. Una vez que la atención esté firmemente establecida en las inspiraciones y espiraciones, pueden seguir practicando con tranquilidad. A medida que la mente se calma, la respiración —que era originalmente burda— se volverá más ligera y refinada. El objeto de la mente también se volverá más sutil y refinado. El cuerpo se sentirá más ligero y la mente misma estará, progresivamente, más ligera y descargada. La mente dejará ir los objetos mentales externos y ustedes seguirán observando internamente.

De aquí en adelante su consciencia se apartará del mundo externo y se dirigirá hacia dentro, para centrarse en la mente. Cuando la mente se haya reunido y concentrado, hay que mantener la consciencia en el punto donde la mente se enfoque. Al respirar, verán la respiración claramente mientras entra y sale, la atención será aguda y la consciencia de los objetos mentales y la actividad mental será más clara.

En este punto verán las características de la conducta virtuosa, la meditación y la sabiduría y la manera en que se fusionan. Esto se conoce como la unificación de los factores del Camino [2]. Cuando ocurra esta unificación, la mente será libre de todas las formas de agitación y confusión. Se volverá unidireccional, esto es lo que se conoce como samadhi. Cuando ponen la atención en un solo lugar, en este caso la respiración, ganan claridad y consciencia debido a la ininterrumpida presencia de la atención. A medida que siguen viendo la respiración claramente, la atención se hará más fuerte y la mente será más sensible de muchas maneras distintas. Verán la mente en el centro de ese lugar (la respiración), unidireccional, con la consciencia enfocada hacia dentro en vez de hacia fuera. El mundo externo gradualmente desaparecerá de su consciencia y la mente dejará de ir al exterior a hacer cualquier cosa. Es como si hubiesen entrado en su casa, donde todas sus facultades sensoriales se han juntado para formar una unidad compacta. Están a gusto y la mente es libre de todos los objetos externos. La consciencia permanece con la respiración y, con el tiempo, penetrará más y más adentro, volviéndose progresivamente más refinada. Al final la consciencia de la respiración se volverá tan refinada que la sensación de respirar parecerá desaparecer. Podrán decir que la sensación de la respiración ha desaparecido o bien la misma respiración ha desaparecido. Entonces aparecerá un nuevo tipo de consciencia: la consciencia de que la respiración ha desaparecido. En otras palabras, la consciencia de la respiración se refina tanto que es difícil definirla.

Así que podría ser que estén sentados ahí y que no haya respiración. En realidad la respiración sigue ahí, pero se ha vuelto tan refinada que parece haber desaparecido. ¿Por qué? Porque la mente está en su estado más refinado, con un tipo especial de consciencia. Todo lo que queda es la consciencia. Incluso cuando la respiración ha desaparecido, la mente sigue concentrada con el conocimiento de que la respiración no está ahí. Para seguir, ¿qué deberían tomar como objeto de meditación? Tomen esta misma consciencia como objeto de meditación. En otras palabras, tomen la consciencia de que no hay respiración y manténganla. Podrán decir que un tipo especial de conocimiento se ha establecido en la mente.

En este punto a algunas personas podrían surgirles dudas, porque es aquí donde una visión o imagen mental (nimitta) puede aparecer. Éstas pueden ser de muchos tipos, incluyendo tanto formas como sonidos. Es aquí donde todo tipo de cosas inesperadas pueden aparecer en el transcurso de la práctica. Si aparecen imágenes mentales (algunas personas las ven, otras no), se las debe comprender de acuerdo a la verdad. No duden ni se permitan alarmarse.

En esta etapa deberían hacer a la mente inquebrantable en su concentración y estar especialmente atentos. Algunas personas se asustan cuando se dan cuenta de que la respiración ha desaparecido, porque están acostumbrados a tener la respiración ahí. Cuando parece que la respiración se ha ido, podrían entrar pánico o miedo de morir. Aquí deben establecer la comprensión de que es simplemente la naturaleza de la práctica progresar de esta manera. ¿Qué observan como objeto de meditación ahora? Observen la sensación de que no hay respiración y manténganla como el objeto de consciencia mientras siguen meditando. El Buda describió esto como la más firme e inquebrantable forma de samadhi. Solo hay un objeto de meditación, firme y fijo. Cuando su práctica de samadhi alcance este punto, habrá muchos cambios y transformaciones inusuales y refinadas produciéndose en la mente, de las cuales podrán ser conscientes. La sensación del cuerpo se sentirá extremadamente suave o podría, incluso, desaparecer del todo. Podrían sentir como si estuvieran en medio del aire, completamente ingrávidos. Podría ser como si estuvieran en mitad del espacio y dondequiera que dirigiesen sus facultades sensoriales no registraran nada en absoluto. Aunque sepan que el cuerpo sigue sentado aquí, experimentarían una completa vacuidad. Esta sensación de vacuidad puede ser muy extraña.

A medida que siguen practicando comprendan que no hay nada de qué preocuparse. Establezcan esta sensación de estar relajado y despreocupado, seguramente en la mente. Una vez que la mente está concentrada y en una dirección, ningún objeto mental será capaz de penetrarla o alterarla, y serán capaces de sentarse así tanto como quieran. Serán capaces de mantener la concentración sin ninguna sensación de dolor o incomodidad.

Habiendo desarrollado samadhi hasta este nivel, serán capaces de entrar y salir de él a voluntad. Cuando salgan, será a vuestro ritmo y conveniencia. Se retirarán a vuestro tiempo, en vez de porque se sientan perezosos, poco enérgicos o cansados. Se retirarán del samadhi porque es el tiempo apropiado para retirarse y salir de él a voluntad.

Esto es samadhi. Están relajados y cómodos. Entran y salen sin problemas. La mente y el corazón están cómodos. Si genuinamente tienen un samadhi como este, significa que la meditación sentada y entrar en samadhi durante sólo treinta minutos o una hora les permitirá permanecer tranquilos y pacíficos durante muchos días. Experimentar los efectos de un samadhi como este durante varios días tiene un efecto purificador en la mente: todo lo que experimenten se convertirá en objeto de meditación. Aquí es donde la práctica empieza de verdad. Es el fruto que surge cuando samadhi madura.

El samadhi realiza una función, la de calmar la mente, mientras la moralidad y la sabiduría realizan otras. Estas características en las que se están centrando y que quieren desarrollar con la práctica, están relacionadas formando un círculo. Esta es la forma en la que se manifiestan en la mente. La moralidad, el samadhi y la sabiduría surgen y maduran del mismo lugar. Cuando la mente está en calma, se volverá progresivamente más comedida y serena debido a la presencia de la sabiduría y al poder del samadhi. A medida que la mente se vuelve más serena y refinada, esto da pie a una energía que actúa para purificar nuestra moralidad. La mayor pureza de nuestra moralidad facilita el desarrollo de un samadhi más fuerte y refinado, que a su vez favorece la madurez de la sabiduría. Se ayudan la una a la otra de esta manera. Cada aspecto de la práctica actúa como un factor de soporte para los otros. Al final los tres términos se vuelven sinónimos. A medida que estos tres factores siguen madurando juntos, forman un círculo completo, dando finalmente raíz al camino (magga). Magga es una síntesis de estas tres funciones de la práctica trabajando suave y consistentemente juntas. Al practicar tienen que mantener esta energía. Es la energía que dará pie a vipassana (visión clara) o sabiduría. Habiendo alcanzado esta etapa (donde la sabiduría está funcionando en la mente, independientemente de si la mente está en paz o no), la sabiduría proporcionará una energía consistente e independiente en la práctica. Verán que cuando la mente no está en paz, no deberían aferrarse a eso y que incluso, cuando está en paz, no deberían aferrarse a eso tampoco. Habiendo dejado ir la carga de estas preocupaciones, el corazón se sentirá mucho más ligero en consecuencia. Ya experimenten objetos mentales placenteros o no placenteros, permanecerán tranquilos. La mente permanecerá en paz de esta manera.

Otra cosa importante es ver que, cuando paran de practicar la meditación formal, si no hay sabiduría funcionando en la mente dejarán la práctica totalmente sin mayor contemplación, desarrollo de consciencia o pensamiento sobre el trabajo que todavía queda por hacer. De hecho, cuando se retiran de samadhi, deben saber claramente en sus mentes que se han retirado. Habiéndose retirado, deben continuar comportándose de manera normal. Manteniendo la atención y la consciencia todo el tiempo. No se trata sólo de practicar meditación sentada. Samadhi significa una mente que es firme e inquebrantable. Mientras siguen con sus vidas diarias, afiancen la mente y mantengan la sensación de firmeza como el objeto de la mente todo el tiempo. Deben practicar la  atención y la clara comprensión continuamente. Después de levantarse de la práctica formal sentada e ir a hacer otras cosas (caminar, montar el coche y así), cuando quiera que sus ojos vean una forma o sus oídos escuchen un sonido, mantengan la consciencia. Al experimentar objetos mentales que dan lugar a gustos o rechazos, intenten mantener consistentemente la consciencia del hecho de que esos estados mentales son impermanentes e inciertos. De esta manera la mente permanecerá en calma y en un estado de «normalidad».

Siempre que la mente esté en calma, úsenla para contemplar los objetos mentales. Contemplen la totalidad de su forma física, el cuerpo. Pueden hacer esto en cualquier momento y en cualquier postura, ya sea practicando meditación formal, relajándose en casa, en el trabajo o en cualquier situación que se encuentren. Mantengan la meditación y la reflexión todo el rato. Simplemente dar un paseo y ver hojas muertas en el suelo bajo un árbol puede proporcionar una oportunidad para contemplar la impermanencia. Nosotros y las hojas somos lo mismo: cuando envejecemos, nos marchitamos y morimos. El resto de las personas son iguales. Esto es levantar la mente al nivel de vipassana, contemplando la verdad de cómo son las cosas, todo el tiempo. Ya sea caminando, de pie, sentados o tumbados, la atención se mantiene uniforme y consistentemente. Esto es practicar meditación correctamente. Tienen que seguir la mente de cerca, controlándola todo el tiempo.

Ahora son las siete de la tarde y hemos estado practicando meditación sentada juntos durante una hora, estableciendo la mente en el aquí y el ahora, y ahora hemos parado. Podría ser que sus mentes hayan dejado de practicar completamente y no siga contemplando. Esa no es la manera correcta de hacerlo. Cuando paramos, todo lo que debería parar es el aspecto formal de la meditación sentada en grupo. Deberían seguir practicando y desarrollando la consciencia consistentemente, sin aflojar.

A menudo he enseñado que si no practicas consistentemente, es como gotas de agua. Es como gotas individuales de agua, porque la práctica no es un flujo continuo e ininterrumpido. La atención no se mantiene uniformemente. El punto importante es que la mente haga la práctica y nada más. El cuerpo no la hace. La mente hace el trabajo, la mente hace la práctica. Si comprenden esto claramente, verán que no tienen que estar necesariamente practicando meditación sentada para que su mente conozca samadhi. La mente es la que hace la práctica. Tienen que experimentar y comprender esto por ustedes mismos, en sus mentes.

Una vez que vean esto por ustedes mismos, estarán desarrollando consciencia en la mente todo el tiempo, en todas las posturas. Si están manteniendo la atención como un flujo uniforme e ininterrumpido, es como si las gotas de agua se uniesen para formar un flujo suave y continuo de agua corriente. La atención está presente de momento a momento y, en consecuencia, habrá consciencia de los objetos mentales todo el tiempo. Si la mente está contenida y serena con atención ininterrumpida, cada vez que estados mentales saludables y no saludables aparezcan, lo sabrán. Conocerán la mente que está en calma y la mente que está confusa y agitada. Dondequiera que vayan, estarán practicando de esta manera. Si entrenan la mente de esta manera, su meditación madurará rápida y exitosamente.

Por favor, no me malinterpreten. En estos días es frecuente que la gente vaya a cursos de vipassana durante tres o siete días, donde no tienen que hablar ni hacer nada excepto meditar. Quizás han ido a un retiro de meditación en silencio, durante una semana o dos, y han vuelto a sus vidas después. Podrían haber pensado que han «hecho vipassana» y —sintiendo que saben de qué trata todo— haber seguido yendo a fiestas, discotecas y satisfaciendo distintas formas de placer sensual. Cuando lo hacen así, ¿qué pasa? Al final no queda ninguno de los frutos del vipassana. Si van y hacen todo tipo de cosas poco hábiles, que alteran y afectan la mente, desperdiciándolo todo y, después, al año siguiente vuelven de nuevo y hacen otro retiro de siete días, o unas semanas, y salen y siguen con las fiestas, discotecas y bebidas, eso no es verdadera práctica. No es la práctica del Dhamma ni el camino del progreso.

Tienen que hacer esfuerzos para renunciar. Deben contemplar hasta que vean los efectos nocivos que provoca este comportamiento. Ver el daño en beber y salir de fiesta. Reflexionar y ver el daño inherente en todos los tipos de comportamiento poco saludable que se permiten, hasta que se vuelva totalmente patente. Eso les proporcionará el ímpetu para dar un paso atrás y cambiar sus costumbres. Entonces encontrarán algo de paz real. Para experimentar la paz mental tienen que ver claramente las desventajas y el peligro de esas formas de comportamiento. Esto es practicar de forma correcta. Si hacen un retiro en silencio durante siete días, donde no tienen que hablar ni involucrarse con nadie, y luego se ponen a charlar, a cotillear y a dejarse llevar por otros siete meses, ¿cómo van a ganar algún beneficio real o duradero de esos siete días de práctica?

Recomiendo a todos los laicos que están aquí, que están practicando para desarrollar consciencia y sabiduría, que comprendan este punto. Intenten practicar consistentemente. Vean las desventajas de practicar insinceramente e inconsistentemente, e intenten mantener un esfuerzo más dedicado y continuo en la práctica. Llévenlo realmente hasta este extremo. Entonces podría ser que tuviesen una posibilidad realista para conseguir acabar con las impurezas de la mente. Pero ese estilo de no hablar y no divertirse durante siete días, seguidos de seis meses de completa indulgencia sensual, sin ninguna atención o moderación, solo los llevará a despilfarrar cualquier beneficio conseguido con la meditación: no quedará nada. Es como si fuesen a trabajar un día y ganaran doscientos baht, pero después salieran y gastaran trescientos baht en comida y otras cosas el mismo día: ¿cómo van a ahorrar dinero? Se habría acabado todo. Lo mismo pasa con la meditación.

 


NOTAS:

[1] Una de las maneras de practicar meditación utilizando una fuerte concentración en un objeto de atención, focalizando en la tranquilidad y la unidireccionalidad de la mente, llevando a los jhanas, estados meditativos de profunda paz interior, a menudo llamadas absorciones. «Unidireccionalidad» es un término que hace referencia a un estado meditativo en el que la mente atiende a una sola cosa, normalmente el objeto de meditación. Este objeto abarca entonces toda la consciencia. En pali es ekaggata y suele traducirse al inglés como one-pointedness.

[2] Se refiere al Óctuple Noble Sendero, o Camino Medio, que el Buda enseñó como medio para la liberación. Sus ocho factores son: entendimiento correcto, intención correcta, habla correcta, acción correcta, modo de vida correcto, esfuerzo correcto, atención correcta y concentración correcta.

 


FUENTE:

AJAHN CHAH (2010) On Meditation: Instructions from talks by Ajahn Chah. Ubon Rachatani, The Sangha of Wat Pah Nanachat.


Traducción: Pablo Catalán Fernández

Edición: Anton P. Baron y Federico Angulo

Publicación de Bosque Theravada, 2011, 2020.