La reciente ordenación de Siladhara

Del blog «Bhikkhu Sujato responde«, por Bhikkhu Sujato.

En este artículo, a propósito de la ordenación de las siladharas en el monasterio británico de Amaravati, el Bhikkhu Sujato hace al análisis de la posición de las mujeres dentro del monacato budista Theravada, haciendo fuerte denuncia de su discriminación. El artículo en cuestión es la entrada del blog de Bhikkhu Sujato de 1 de abril de 2010.

El 28 de marzo, en Amaravati hubo la ordinación de siladhara, la primera desde la ordenación de las bhikkhunis en Perth, en octubre de 2009. Dos mujeres anagarikas hicieron el compromiso de renunciante por la fe en la Triple Gema. Desde luego, el gozo con el cual me gustaría recibir esta noticia está oscurecido por las circunstancias, las cuales el círculo del Sangha de Amaravati ha creado para las mujeres monásticas.

Durante la ceremonia, crudamente fue puesto de relieve un hecho: con la sorpresa de todos los presentes, incluidas las candidatas, Ajahn Sumedho leyó los Cinco Puntos al terminar la ceremonia. Y las nuevas monjas fueron preguntadas si estaban de acuerdo a someterse a estas reglas.

Cómo estas monjas se habrán sentido acerca de esto, sólo podemos imaginarnos. ¿Tuvieron alegría? ¿Fueron inspiradas? ¿Les hizo sentir eso, en sus corazones, que deberían sostener esas reglas como un hermoso joven o una hermosa joven a las guirnaldas de flores, con lo que se viste?  ¿O esto les produjo confusión, dudas y miedo?

Los Cinco Puntos son, en varios aspectos, similares a las tradicionales 8 garudhammas [1]. Pero, en los procedimientos pali de la ordenación de las bhikkhunis, las 8 garudhammas no se mencionan durante la ceremonia. Tampoco se los recita en el Patimokkha. De hecho, como lo aclara el análisis histórico, según creo, las garudhammas fueron impuestas a las monjas por los monjes, debido exactamente a las mismas razones que los Cinco Puntos: para controlar a las monjas.

De este modo, dentro del círculo de Amaravati, aquellas reglas o principios del Vinaya o provenientes de cualquier otro lado, que puedan ser usadas para subordinar a las mujeres son enfatizadas, mientras que los principios que conducen a la justicia y la compasión, son esquinados y marginados.

En sus públicas charlas que critican a las monjas, Ajahn Sumedho enfatizó fuertemente que, como renunciantes, nosotros no tenemos derechos. Algunas personas podrían tomarlo como una prédica profunda sobre el abandono, pero para mí, eso fue sólo una espantosa apertura hacia el totalitarismo.

Ajahn Sumedho llamó a estos cinco, como “puntos de clarificación”. Y esto es muy cierto. Su creación y la posterior insistencia en estos Cinco Puntos, hace que se vea suficientemente claro, que cuando él dice que nosotros no tenemos derechos, realmente lo cree.

Ajahn Sumedho está profundamente ligado a su experiencia que tuvo, como monje joven, en el noreste de Tailandia en la década de los 60 y 70. A partir de dicha experiencia, ha creado una forma de práctica que llegó a ser una de las más fuertes y más relevantes fuerzas del budismo moderno.  Esto constituye el testimonio de su propio desarrollo espiritual al igual de la flexibilidad y autenticidad de las formas que él aprendió en el noreste de la Tradición del Bosque.

Y, sin embargo, su actual desarrollo demuestra, que hay aquí una inhabilidad fundamental de moverse, a partir de ahí, hacia adelante. Algunas cosas pueden cambiar o ajustarse de diferentes formas, pero otras son sólidas coma una roca e inamovibles. En este debate sobre el rol de las mujeres, Ajahn Sumedho revela que, para él, sus experiencias del joven monje en Tailandia hacen caso omiso al Dhamma-Vinaya y hacen caso omiso a las expresiones más nobles de la ética humana, extensamente aceptadas en el mundo entero.

Hay muchos quienes, al igual que Ajahn Sumedho, critican el movimiento de las bhikkhunis porque, el mismo parece ser inspirado más por el movimiento occidental o moderno por la igualdad de los derechos, que por la perspectiva budista de la liberación. Pero eso está equivocado desde el punto de vista histórico, siendo que justamente son las bhikkhunis y no siladharas o mae chis que forman parte de la comunidad original del Buda.

Pero aún más importante, eso está equivocado desde el punto de vista moral. El Vinaya en sí mismo y los tradicionales intérpretes del Vinaya claramente reconocen que existen en él dos tipos de reglas éticas. Por un lado, hay aquellas que son intrínsecamente malas, como el matar, pero, por otro lado, existen otras que son simples convenciones mundanas, como la costumbre de inclinarse y hacer reverencia. En el Vinaya se encuentran ambas clases de dichas reglas y el Buda constantemente respondía de manera positiva, cuando se hacían críticas razonables, especialmente por parte de los laicos.

La doctrina de los derechos ha sido formada y se sostiene en esta consideración primordial: prevenir que los desprotegidos sean explotados por los poderosos. Los que ejercen el poder, siempre han sido tentados a abusar del mismo, por lo cual había que fijar límites de su ejercicio. Así es cómo son los derechos humanos. Si queréis ver adónde va la religión, cuando aquellos que ostentan el poder son considerados por encima de las restricciones de la moral convencional, tan sólo mirad lo que pasa hoy en día en la iglesia romana.

Así que, cuando la sociedad moderna, incluyendo a países como Tailandia, decide adoptar el principio, según el cual los hombres y las mujeres deberían ser tratados de forma igualitaria, esto es una respuesta a cada una de las situaciones reales, en las cuales los hombres tienen el poder y las mujeres sufren las consecuencias. Es necesario un balance. Y esta dinámica se puede ver tanto dentro del Sangha, como fuera de ella.

El amplio acuerdo y la adopción por la gente alrededor del mundo de un carácter similar de los derechos humanos, demuestra que, mientras esto se convierte en algo importante, los más nobles valores de la humanidad son bastante parecidos dondequiera estéis.

Esto es lo que la humanidad quiere: un mundo de justicia, balance e igualdad. Este es un sueño, una visión para el futuro, a la cual nos arriesgamos, a pesar de todas nuestras falencias humanas. Y, como humanos que siguen el camino budista, nos gustaría mirar al Sangha monástico y ver en él un ejemplo que debería ser imitado.

Cuando se inició la tormenta al final de 2009 por la ordenación de las bhikkhunis, no tardó mucho para que se escucharan las voces de la gente. Comparad lo que ha pasado cuando se hicieron dos peticiones, bastante diferentes.

La petición a favor de las bhikkhunis y en contra de los Cinco Puntos fue iniciada, desarrollada y llevada a cabo por los laicos. Cerca de 3000 nombres han sido recolectados. Esto se llevó a cabo en una manera respetuosa en una especie de reunión con el señor del Sangha, llamando al diálogo y a actividades orientadas hacia un cambio positivo. Esto, sin embargo, ha sido olímpicamente ignorado. Así cómo lo vemos ahora, Ajahn Sumedho está llevando su Sangha por el camino opuesto a lo que quiere la gente.

Por otro lado, la petición de expulsar a Ajahn Brahm, fue iniciada por los monjes, quienes llamaron desde Tailandia para agitar a la comunidad tailandesa de Perth. Éstas no fueron llamadas para el diálogo o para buscar un cambio positivo, sino para ejercer el poder. Y mientras hacían esto en secreto, públicamente negaban haber tenido influencia sobre la comunidad laica de Perth. Unos pocos seguidores laicos tailandeses trataron de recolectar firmas, pero este intento ha fallado. El resultado fue que la comunidad tailandesa de Perth, por su decisión propia, se propuso recaudar fondos para mostrar su apoyo a Ajahn Brahm, lo que resultó en un gran éxito.

Si todo esto es cierto, entonces ¿por qué en la tierra todavía hay quien quiere tomar la ordinación de silidhara? Para mí, la respuesta es obvia: el carisma. Ajahn Sumedho positivamente rezume el carisma, y la Tradición Tailandesa del Bosque, en general, lo tiene en picadas, especialmente para aquellos que lo experimentan a través de los idealizados lentes de sus intérpretes occidentales. En el Occidente, todavía sentimos la pérdida del sentido y de autenticidad espiritual, y miramos hacia las tradiciones genuinamente budistas, para ver si las mismas podrían llenar este hueco.

El carisma en sí mismo es neutral. Es pre-moral y no racional. Es el poder, la energía y, pienso que, es similar o idéntico a lo que los antropólogos llaman “mana” (parece que éste fue el significado original del brahman indio).  Es como una chispa mágica que hipnotiza por algo especial. Y como la energía, se polariza y mueve las cosas. Cuando se lo usa bien, es de gran beneficio. Pero siempre está expuesto al abuso. Aquellos que se encuentran bajo su poder, están como en un trance: la razón, las dudas y la crítica quedan suspendidas.

Es por eso que, los que tienen el carisma, deben estar contenidos dentro de una estructura social que limite su poder y protege los derechos de aquellos que los siguen. Estos límites incluyen, de manera crucial, el derecho al disenso.

Pero, fijaos lo que ha pasado con este derecho. Cuando una siladhara puso su nombre en la petición por las bhikkhunis, se encontró luego que los monjes colgaron la petición en su puerta con su nombre envuelto en un círculo rojo. Esto es tiranizar e intimidar, y todavía no hubo acción disciplinaria alguna tomada en contra de los que lo perpetraron.

En un clima como éste, no hay que maravillarse que, de acuerdo a mi conocimiento, no haya un solo señor Ajahn de la tradición de WPP que públicamente expresara su oposición a los Cinco Puntos. Aunque yo no creo, ni por un instante, que todos ellos los respaldan: de hecho, conozco a muchos de ellos que se sienten muy incómodos frente a esta situación. Pero todavía, por lo visto, no pueden hablar de esto.

De manera similar, este blog [2] y los otros sitios web del Santi y de BSWA han sido obstruidos dentro del círculo de los monasterios de Amaravati. Además, los libros de Bhikkhu Bodhi, distribuidos gratuitamente, sobre la ordenación de las bhikkhunis, en algunos monasterios, no están disponibles para el público. ¿Esta censura te recuerda algo?

He escuchado que mi blog ha sido criticado por los miembros del Sangha de Amaravati por ser impreciso, lo cual quizá es la justificación de la censura. Pero, como todos lo sabéis, cada post aquí está abierto a los comentarios. Yo leo a cada uno de ellos y respondo a todo lo que pueda. Si, en algunos pocos casos, se han señalado algunas incorrecciones, las corregí inmediatamente. He tenido el contacto con tres Ajahns del WPP que examinaban las cosas que he dicho y declaraban que me he equivocado. En los tres casos, sin embargo, los mencionados Ajahn, realmente no leyeron lo que he dicho con propiedad y me mal interpretaron o citaron fuera del contexto.

No hay dudas: habiendo escrito tanto sobre este tema, hay algunas cosas que deberían ser mejoradas, otras, que han sido dichas en el calor del momento, podrían ser expresadas mejor, con una consideración más cuidadosa. Pero nada de esto justifica la política de censura de Amaravati. Ésta es meramente una expresión de las estructuras de poder, basadas en el miedo y la ignorancia.

La moderna oposición a la ordenación de las bhikkhunis no tiene eco en la antigua tradición budista. La misma puede encontrar su origen, hasta donde llega mi conocimiento, no más temprano que en el año 1928 cuando en Tailandia se proclamaron abominables reglas en contra de las bhikkhunis, hechas por los monjes, quienes consideraban como razonable el hecho de arrestar a las monjas y tirarlas en la prisión, simplemente por haber sido  ordenadas (esto no fue considerado como crimen, antes de las reglas de 1928 con sus subsecuentes episodios).

Así que las reglas de 1928 constituyen la autoridad suprema, sobre cuya base WPP se opone a la ordenación de las bhikkhunis. Nunca hubo un reconocimiento de este hecho, ni tampoco intento alguno por cuestionar, moral o legalmente, estas obviamente injustas reglas.

Además, tampoco hubo reconocimiento sobre otro inconveniente hecho: las reglas del 1928 prohíben al monje recibir el renunciamiento por parte de una mujer. Estas reglas no discriminan entre los diferentes tipos del renunciamiento, así que al recibirlo, Ajahn Sumedho, directa y claramente, atenta en contra de estas reglas. Ajahn Brahm, por otro lado, nunca quebró estas reglas, ya que no actuó como preceptor.

Desde luego, esto tan solo confirma lo que ya sabíamos. La insistencia de WPP, de que lo que ellos hacen es meramente seguir la legislación tailandesa, la cual es su base fundamental de su posición oficial sobre este tema, es una pantalla de humo. El punto real consiste en tratar a las mujeres de manera igual. Ajahn Sumedho y el círculo de Amaravati pueden continuar “dentro del redil”, siempre y cuando traten a las mujeres como pertenecientes a la segunda clase.

Lo trágico de todo esto es que se pone bajo cuestionamiento la idea misma del Sangha Occidental. Es dolorosamente obvio, que ninguna tradición espiritual que no puede lidiar con el tema de las mujeres de manera razonable y equitativa, tenga futuro alguno. Por mucho tiempo, los budistas en el Occidente, se inclinaron hacia el budismo orientado hacia los laicos, y las mujeres han tenido un rol fuerte y positivo. En Santi y en Perth, al igual que en muchos otros lugares, hemos tratado de mostrar que la adherencia a la tradición del Vinaya, no significa perpetuar la moralidad medieval. Yo sigo confiado de que tenemos razón.


NOTAS DEL BT:

[1] Las 8 garudhammas son 8 reglas monásticas, presentes en el Vinaya, que establecen diferencia básica entre los bhikkhus y las bhikkhunis. De acuerdo a los estudiosos, dichas reglas constituyen futuras adicciones al Vinaya por parte de los bhikkhus y no existen argumentos razonables que puedan sostener que su origen históricos de remonte el mismo Buda.

Más detalles sobre este tema están expuestos en la charla que Tathaaloka Bhikkhuni ofreció en el monasterio Santi Forest, dentro del marco del Seminario Internacional de las Bhikkhunis del año 2008, y que se puede escuchar, en inglés, aquí

Esta misma charla ha sido transcripta y precedida por una introducción de la misma autora en este foro de Facebook, también en inglés:

[2] Se refiere al blog que el Bhikkhu Sujato mantiene en inglés.