Un asceta errante presume poseer el poder suficiente como para “hacer trizas al asceta Gotama” con una sola y simple pregunta. Sin embargo, finalmente, él mismo resulta derrotado y el Buda aprovecha la ocasión para ofrecer una enseñanza sobre el camino que va más allá de la auto-mortificación.
[1] Esto he escuchado:
En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en el monte Pico de Buitre, cerca de Rajagaha. En ese tiempo, el asceta errante Nigrodha estaba en el parque de los ascetas errantes, Udimbarika, en compañía de un gran número de ascetas errantes, unos tres mil ascetas errantes en total. Entonces, una mañana temprano el hombre hogareño Sandhana llegó a Rajagaha con el fin de ver al Bienaventurado. Pero surgió en él este pensamiento: “Es todavía muy temprano como para ver al Bienaventurado, que todavía estará en su reclusión. No es apropiado ver a los monjes cuando practican la meditación en la reclusión. ¿Qué tal si voy primero al parque de Udimbarika para ver al asceta errante Nigrodha?”. E hizo así.
[2] En ese momento, el asceta errante Nigrodha estaba sentado en medio de una gran y ruidosa compañía de ascetas errantes, todos ellos charlando en voz alta, gritando y vociferando, haciendo un gran barullo, ocupados en diferentes clases de charlas frívolas, tales como los cuentos sobre los reyes, los ladrones, el estado y los ministros, los ejércitos, los peligros, la guerra, la comida y la bebida, los vestidos, las camas, las guirnaldas, los perfumes, los parientes, los carros, los pueblos, las ciudades y los poblados, los países, las mujeres, los héroes, chismes de las esquinas de las calles, charlas sobre los que ya se han ido, conversaciones sin hilo alguno, especulaciones sobre el mundo y el océano, sobre la existencia y la no-existencia.
[3]Entonces, Nigrodha visualizó al hombre hogareño Sandhana viniendo desde cierta distancia y dijo a sus seguidores: “Estad quietos, señores; no hagáis tanto ruido, señores. El hombre hogareño Sandhana, un discípulo del asceta Gotama se acerca aquí. Es uno de sus seguidores vestidos de blanco que vive en Rajagaha. Y esta buena gente aprecia la quietud, procuran estar quietos y hablan elogios sobre la quietud. Si ve que esta nuestra asamblea está quieta, a lo mejor nos visita”. Entonces los ascetas errantes guardaron silencio.
[4] Acto seguido, el hombre hogareño Sandhana se acercó al asceta errante Nigrodha e intercambió con él cordiales saludos. Cuando terminaron estas amables palabras de bienvenida y los cordiales saludos, se sentó a un lado y dijo: “Venerables señores, es diferente la manera de conducirse de los ascetas de los diferentes credos ―mientras están reunidos en asamblea― de lo que práctica el Bienaventurado: mientras ellos charlan en voz alta, gritan y vociferan, haciendo un gran barullo, ocupados en diferentes clases de charlas frívolas… el Bienaventurado busca moradas solitarias y remotas en el bosque, libres de ruido, con pocos sonidos, lugares ocultos de los ojos humanos, apropiados para la reclusión, donde sólo se escucha la brisa de los campos”.
[5] Cuando el hombre hogareño Sandhana dijo esto, le respondió el asceta errante Nigrodha: “¿Sabes tú, hombre hogareño, con quién charla el asceta Gotama? ¿Con quién conversa? ¿Mediante la conversación con quién, alcanza la lucidez de la sabiduría? La sabiduría del asceta Gotama está arruinada por culpa de esta vida solitaria. Él no conduce una asamblea, no puede sostener una conversación, está fuera del contacto. Al igual que un bisonte con un solo ojo se está yendo en círculos y siempre a la periferia, así también es el asceta Gotama. De hecho, hombre hogareño, si el asceta Gotama se acercase a esta asamblea, con una sola pregunta que pudiésemos hacerle, le haríamos trizas y él rodaría como una olla vacía”.
[6] Entonces, el Bienaventurado ―con su oído divino, que es purificado y sobrepasa el oído humano―, escuchó esta conversación entre el hombre hogareño Sandhana y el asceta errante Nigrodha, y descendiendo desde el monte Pico de Buitre al lugar donde se alimentan los pavos reales, a la orilla de Sumagadha, siguió caminando al aire libre. Y cuando Nigrodha visualizó al Bienaventurado viniendo desde cierta distancia, dijo a sus seguidores: “Estad quietos, señores; no hagáis tanto ruido, señores. El asceta Gotama se acerca aquí viniendo desde la orilla de Sumagadha. Él aprecia la quietud, procura estar quieto y habla elogios sobre la quietud. Si ve que esta nuestra asamblea está quieta, a lo mejor, nos visita. Así que cuando nos visite, le haremos esta pregunta: ‘Señor, ¿cuál es el Dhamma en el cual el Bienaventurado entrena a sus discípulos, los cuales, entrenados así, ganan el confort y lo reconocen como su principal soporte para la perfección en la vida santa?’”. Entonces los ascetas errantes guardaron silencio.
[7] Acto seguido el Bienaventurado se acercó a Nigrodha y este le dijo: “¡Que venga el Bienaventurado y sea bienvenido! Hace mucho tiempo que el Bienaventurado no viene por aquí. Tome el Bienaventurado el asiento que está preparado para él, por favor”.
Entonces, el Bienaventurado se sentó en el asiento que estaba preparado para él y Nigrodha, tomando un asiento más bajo, se sentó a un lado. Estando sentado allí, el Bienaventurado le dijo: “¿Cuál es el tema, Nigrodha, sobre el cual estabais charlando sentados aquí y qué conversación tuvisteis que he interrumpido?”.
“He aquí, Venerable Señor, visualizamos al Bienaventurado aproximándose desde cierta distancia cuando estuvo viniendo desde la orilla de Sumagadha y dijimos: ‘Si el Bienaventurado nos visita, le haremos esta pregunta: «Señor, ¿cuál es el Dhamma en el cual el Bienaventurado entrena a sus discípulos, los cuales, entrenados así, ganan el confort y lo reconocen como su principal soporte para la perfección en la vida santa?»’”.
“Es difícil para ti, Nigrodha, sosteniendo diferentes puntos de vista, teniendo diferentes inclinaciones, sujeto a diferentes influencias y siguiendo a otro maestro, entender este Dhamma en el cual entreno a mis discípulos, los cuales, entrenados así, ganan el confort y lo reconocen como su principal soporte para la perfección en la vida santa. Mejor hablemos sobre tu propio Dhamma, Nigrodha, acerca de tu extrema austeridad. ¿En qué consiste el cumplimiento y en qué, el no cumplimiento de esta auto-mortificación?”.
Entonces, los ascetas errantes hicieron una gran conmoción y un gran ruido, exclamando: “¡Maravilloso, señor! ¡Es asombroso cómo el asceta Gotama retrocede de su propio Dhamma e invita a discutir sobre el de los demás!”.
[8] Luego, silenciando a los ascetas errantes, Nigrodha dijo al Bienaventurado: “Nosotros, Venerable Señor, enseñamos la auto-mortificación y las austeridades porque las consideramos esenciales, nos adherimos a ellas. Siendo este el caso, ¿en qué puede consistir el cumplimiento y en qué el no cumplimiento de la auto-mortificación?”.
“Imagina, Nigrodha, a un asceta que va por ahí desnudo, rechazando las convenciones sociales, chupándose los dedos, sin acudir cuando se le llama ni deteniéndose cuando se le saluda. No acepta ofrendas de comida, ni la preparada especialmente para él ni las invitaciones para comer. No toma alimento que provenga directamente de una olla o sartén, ni en un umbral, ni entre leña y almireces, ni de dos que estén comiendo juntos, ni de una embarazada, ni de mujer que esté dando de mamar, ni de mujer que se amancebe con un hombre, ni de distribuciones públicas, ni de donde haya perros esperando o pululen moscas. No toma pescado ni carne, ni bebidas alcohólicas o fermentadas. Es hombre de una sola casa y un solo bocado, o de dos, o de tres… o de siete casas y siete bocados. Se sustenta con una ración, con dos… con siete raciones.Come una vez al día, o cada dos días, o una vez a la semana, o sigue la práctica de comer a intervalos de quince días. Se alimenta de verduras, mijo, arroz silvestre, pellejos, musgo, cáscaras de arroz, restos de arroz, harina de semillas, hierba, boñigas de vaca. Vive de raíces y frutos silvestres, come frutas caídas. Se viste de arpillera, tela de estopa, mortajas, harapos, corteza de árbol, con piel de ciervo, con retazos de piel de ciervo, con tela hecha de la hierba kusa, de cortezas, de virutas, de pelo humano, de pelo animal o de plumas de lechuza. Se arranca el pelo de la cabeza y de la barba, dedicándose a esta práctica. Permanece siempre de pie y se niega a sentarse. Permanece siempre en cuclillas y se dedica a estar continuamente en cuclillas. Se hace una cama de pinchos y duerme en ella. Vive dedicado a bañarse tres veces al día, una de ellas por la noche. ¿Qué opinas, Nigrodha? ¿Está realizada así la auto-mortificación o no?”.
“Ciertamente, está realizada, Venerable Señor”.
“Sin embargo, yo sostengo, Nigrodha, que esta auto-mortificación es aún defectuosa en varias maneras”.
[9] “¿De qué manera, Venerable Señor, sostiene usted que esta auto-mortificación es aún defectuosa en varias maneras?”.
“Imagina el caso, Nigrodha, de un asceta que practica la auto-mortificación y como resultado llega a estar satisfecho, alcanzando su meta. Este es el defecto, Nigrodha, del que practica la auto-mortificación.
“Además, Nigrodha, un asceta que practica la auto-mortificación se exalta a sí mismo y desprecia a otros. Este es, Nigrodha, el [otro] defecto del que practica la auto-mortificación.
“Además, Nigrodha, un asceta que practica la auto-mortificación, llega a embriagarse con la presunción e infatuarse, y se descuida de esta manera. Este es, Nigrodha, el [otro] defecto del que practica la auto-mortificación.
[10] “Además, Nigrodha, un asceta que practica la auto-mortificación gana con esto las dádivas, la honra y la fama, y como resultado llega a estar satisfecho, alcanzando su meta. Este es, Nigrodha, el [otro] defecto del que practica la auto-mortificación.
“Además, Nigrodha, un asceta que practica la auto-mortificación gana con esto las dádivas, la honra y la fama, y entonces se eleva a sí mismo y desprecia a otros. Este es, Nigrodha, el [otro] defecto del que practica la auto-mortificación.
“Además, Nigrodha, un asceta que practica la auto-mortificación gana con esto las dádivas, la honra y la fama, y llega a embriagarse con la presunción e infatuarse, y se descuida de esta manera. Este es, Nigrodha, el [otro] defecto del que practica la auto-mortificación.
“Además, Nigrodha, un asceta que practica la auto-mortificación llega a hacer distinción entre dos clases de comida: ‘Esto es adecuado para mí, esto no es adecuado para mí’. Entonces rechaza, deliberadamente, lo que no es adecuado para él, mientras lo que es adecuado lo come con avidez, con imprudencia, apasionada y temerariamente, sin discernir el peligro en ello ni pensar sobre las consecuencias. Este es, Nigrodha, el [otro] defecto del que practica la auto-mortificación.
“Además, Nigrodha, un asceta que practica la auto-mortificación en aras de obtener ganancias, honra y fama, pensando: ‘Hasta los reyes y sus ministros nos honran, los khattiya, los brahmanes, los hombres hogareños y los maestros de diferentes credos’. Este es, Nigrodha, el [otro] defecto del que practica la auto-mortificación.
[11] “Además, Nigrodha, un asceta que practica la auto-mortificación desacredita a ciertos ascetas y brahmanes, diciendo: ‘Mirad cómo vive él en abundancia, comiendo toda clase de comida. Sea que provenga de las raíces, de los tallos, de otras partes, lo que sea cortado o masticado, todo eso termina en su mandíbula; y aun así, ¡lo llaman un asceta!’. Este es, Nigrodha, el [otro] defecto del que practica la auto-mortificación.
“Además, Nigrodha, un asceta que practica la auto-mortificación ve a ciertos ascetas y brahmanes que reciben honra, atención, reverencia y presentes de parte de los hombres hogareños. Y viendo eso, los desacredita, pensando: ‘Estos hombres hogareños honran, atienden, reverencian y ofrecen presentes a aquellos ascetas y brahmanes que viven en lujos, y no nos honran, atienden, reverencian ni nos ofrecen presentes a nosotros, que somos los ascetas de una vida realmente austera’. Y así, surge en ellos la envidia con respecto a esos hombres hogareños. Este es, Nigrodha, el [otro] defecto del que practica la auto-mortificación.
“Además, Nigrodha, un asceta que practica la auto-mortificación ocupa lugares prominentes [en la sociedad]. Este es, Nigrodha, el [otro] defecto del que practica la auto-mortificación.
“Además, Nigrodha, un asceta que practica la auto-mortificación, cuando hace su ronda en búsqueda de la comida de las limosnas, se escabulle ostentosamente entre las familias, como diciendo: ‘Mirad, esta es mi forma de renunciamiento’. Este es, Nigrodha, el [otro] defecto del que practica la auto-mortificación.
“Además, Nigrodha, un asceta que practica la auto-mortificación se comporta de manera solapada. Cuando se le pregunta: ‘¿Apruebas esto?’, él, aunque no lo apruebe, responde “sí’; o, aprobándolo, responde ‘no’. De esta manera, conscientemente falta a la verdad. Este es, Nigrodha, el [otro] defecto del que practica la auto-mortificación.
[12] “Además, Nigrodha, un asceta que practica la auto-mortificación, cuando el Tathagata o el discípulo del Tathagata presenta el Dhamma, de manera tal que el mismo requiere de asentimiento, no lo asiente. Este es, Nigrodha, el [otro] defecto del que practica la auto-mortificación.
“Además, Nigrodha, un asceta que practica la auto-mortificación está sujeto a perder su temple y llenarse de ira… a ser rencoroso… a ser engañoso… a ser envidioso y reticente… a ser astuto y mañoso… a ser obstinado y vano… a entretenerse con malos deseos y ser cautivado por ellos… a entretenerse con incorrectos puntos de vista… a sostener opiniones extremas… a malinterpretar sus experiencias… a ser avaro y adverso al renunciamiento. Este es, Nigrodha, el [otro] defecto del que practica la auto-mortificación. ¿Qué opinas, Nigrodha? ¿Son todas esas cosas defectos de la auto-mortificación o no?”.
“Ciertamente sí, Venerable Señor, todas esas cosas son defectos de la auto-mortificación. Hasta es posible, que un asceta que practica la auto-mortificación, esté afectado incluso por todos estos defectos, y sin hablar que esté afectado por uno u otro”.
[13-15] “Ahora bien, Nigrodha, imagina a un asceta que practica la auto-mortificación pero, como resultado, no llega a estar satisfecho, alcanzando su meta. En este caso, Nigrodha, él está purificado respecto a eso.
“Además, Nigrodha, un asceta que practica la auto-mortificación, no se exalta a sí mismo ni desprecia a otros [sigue en forma paralela como los ejemplos del 9 al 12]. En este caso, Nigrodha, él está purificado respecto a eso.
“¿Qué opinas, Nigrodha? ¿Es la austeridad purificada en este caso o no?”.
“Ciertamente sí, Venerable Señor, la austeridad llega ser genuinamente pura en este caso y no impura; alcanza el tope, gana la esencia”.
“Pues no, Nigrodha, la austeridad en este caso no alcanza el tope, no gana [aún] la esencia. Solamente llega a alcanzar algunas astillas de afuera”.
[16] “Pero entonces, ¿de qué manera, Venerable Señor, la austeridad alcanza el tope y gana la esencia? Sería bueno, Venerable Señor, que el Bienaventurado hiciera que mi austeridad alcanzara el tope y ganara la esencia”.
“Toma el caso, Nigrodha, de un asceta que observa la cuádruple restricción. Y, ¿cuál es esta cuádruple restricción? He aquí, Nigrodha, un asceta no daña a los seres vivos, no causa nada que permita que un ser vivo pueda ser dañado, ni aprueba semejante daño. Además, no toma lo que no le ha sido dado, no causa nada que permita que se tome lo que a alguien no le ha sido dado ni aprueba que se tome lo que a alguien no le ha sido dado. No dice mentiras, no causa nada que permita que se digan mentiras ni aprueba que se digan mentiras. No ansía los placeres sensuales, no causa nada que permita que se ansíen los placeres sensuales ni aprueba que se ansíen los placeres sensuales. De esta manera, Nigrodha, un asceta observa la cuádruple restricción. Y a través de esta restricción, mediante esta austeridad que hace, avanza hacia adelante y no da vuelta atrás a las cosas inferiores.
“Entonces, Nigrodha, busca una morada solitaria —en el bosque, al pie de un árbol, en la cañada o cueva de una montaña, en el cementerio, en el montículo de paja o al aire libre—. Entonces, habiendo retornado de su ronda en búsqueda de la comida de las limosnas, después de haberse alimentado, se sienta con las piernas cruzadas, con su espalda recta, establece su atención consciente enfrente.
“Abandonado el anhelo por el mundo, mora libre de este anhelo y purifica su mente del anhelo por el mundo. Abandonando la animadversión, mora libre del odio, benevolente y compasivo hacia todos los seres vivos, buscando su bienestar, purifica su mente de la animadversión. Abandonando la pereza y la somnolencia, mora libre de ellas; mediante la percepción del signo de la luz, consciente y con clara comprensión, purifica su mente de la pereza y la somnolencia. Abandonando la preocupación y el remordimiento, mora libre de ellos; con su mente calmada interiormente, la purifica de la preocupación y el remordimiento. Abandonando la duda, mora como alguien que está más allá de la perplejidad, sin la incertidumbre con respecto a lo que es beneficioso, y purifica su mente de la duda.
[17] “Habiendo abandonado así estos cinco impedimentos que debilitan la visión y contaminan la mente, permanece impregnando un cuadrante con la mente imbuida de amor benevolente. De la misma forma, el segundo, tercero y cuarto cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes, para todos como para sí mismo, permanece impregnando el mundo entero con la mente imbuida de amor benevolente; [mente] abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión. Además, permanece impregnando un cuadrante con la mente imbuida de compasión… con la mente imbuida del gozo altruista… con la mente imbuida de ecuanimidad. De la misma forma, el segundo, tercero y cuarto cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes, para todos como para sí mismo, permanece impregnando el mundo entero con la mente imbuida de ecuanimidad; [mente] abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión.
¿Qué opinas, Nigrodha? ¿Es la austeridad purificada en este caso o no?”.
“Ciertamente sí, Venerable Señor, la austeridad llega ser genuinamente pura en este caso y no impura; alcanza el tope, gana la esencia”.
“Pues no, Nigrodha, la austeridad en este caso no alcanza el tope, no gana [aún] la esencia. Solamente llega a alcanzar algunas astillas de afuera”.
[18] “Pero entonces, ¿de qué manera, Venerable Señor, la austeridad alcanza el tope y gana la esencia? Sería bueno, Venerable Señor, que el Bienaventurado hiciera que mi austeridad alcanzara el tope y ganara la esencia”.
“Toma el caso, Nigrodha, de un asceta que observa la cuádruple restricción. Un asceta no daña a los seres vivos… [sigue igual que en los versos 16 y 17]… [mente] abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión. Y entonces recuerda sus múltiples moradas pasadas, esto es, un nacimiento, dos nacimientos, cinco nacimientos, diez nacimientos, cincuenta nacimientos, cien nacimientos, mil nacimientos, cien mil nacimientos, muchos eones de contracción cósmica, muchos eones de expansión cósmica, muchos eones de contracción y expansión cósmica así: ‘Allí tuve tal nombre, pertenecí a tal clan, tuve tal apariencia. Tal fue mi alimento, tal mi experiencia de placer y dolor, tal el final de mi vida. Muriendo en este estado, renací allá. Ahí también tuve tal nombre, pertenecí a tal clan, tuve tal apariencia. Tal fue mi alimento, tal mi experiencia de placer y dolor, tal el final de mi vida. Muriendo en ese estado, renací aquí’. Así conoce sus múltiples moradas pasadas en con sus aspectos y detalles.
“¿Qué opinas, Nigrodha? ¿Es la austeridad purificada en este caso o no?”.
“Ciertamente sí, Venerable Señor, la austeridad llega ser genuinamente pura en este caso y no impura; alcanza el tope, gana la esencia”.
“Pues no, Nigrodha, la austeridad en este caso no alcanza el tope, no gana [aún] la esencia. Solamente llega a alcanzar algunas astillas de afuera”.
[19] “Pero entonces, ¿de qué manera, Venerable Señor, la austeridad alcanza el tope y gana la esencia? Sería bueno, Venerable Señor, que el Bienaventurado hiciera que mi austeridad alcanzara el tope y ganara la esencia”.
“Toma el caso, Nigrodha, de un asceta que observa la cuádruple restricción. Un asceta no daña a los seres vivos… [sigue igual que en los versos 16 y 17]… Entonces ve —por medio del ojo divino, purificado y que supera al humano— a los seres falleciendo y renaciendo, inferiores y superiores, hermosos y feos, afortunados y desafortunados según su kamma así: ‘Estos seres —involucrados con la mala conducta de cuerpo, palabra y mente, que injuriaron a los Nobles, que mantuvieron opiniones erróneas y realizaron acciones bajo la influencia de las opiniones erróneas— con la descomposición del cuerpo, tras la muerte, han renacido en el plano de la privación, en el destino malo, en los reinos inferiores, en el infierno. Pero estos seres —dotados de buena conducta de cuerpo, palabra y mente, que no injuriaron a los Nobles, que mantuvieron opiniones correctas y realizaron acciones bajo la influencia de las opiniones correctas— con la descomposición del cuerpo, tras la muerte, han reaparecido en los destinos buenos, en mundo celestial’. Así —por medio del ojo divino, purificado y que supera al humano—, ve seres falleciendo y reapareciendo, inferiores y superiores, hermosos y feos, afortunados y desafortunados según su kamma.
“¿Qué opinas, Nigrodha? ¿Es la austeridad purificada en este caso o no?”.
“Ciertamente sí, Venerable Señor, la austeridad llega ser genuinamente pura en este caso y no impura; alcanza el tope, gana la esencia”.
“Ciertamente sí, Nigrodha, aquella austeridad llega ser genuinamente pura y alcanza el tope, gana la esencia. Y cuando tú me preguntaste, Nigrodha, ‘señor, ¿cuál es el Dhamma, en el cual el Bienaventurado entrena a sus discípulos, los cuales, entrenados así, ganan el confort y lo reconocen como su principal soporte para la perfección en la vida santa?’, yo respondo que el Dhamma en el cual entreno a mis discípulos es algo de un alcance aún mayor y es algo más excelso”.
Entonces, los ascetas errantes hicieron una gran conmoción y un gran ruido, exclamando: “¡Nosotros y nuestros maestros estamos arruinados! ¡No conocemos nada más que vaya más allá de nuestras enseñanzas!”.
[20] Y cuando el hombre hogareño Sandhana se dio cuenta de esto: “Ciertamente estos ascetas errantes, por más que sostienen otros puntos de vista, escucharon y atendieron las palabras del Bienaventurado, e inclinaron su mente a la sabiduría superior”, dijo al asceta errante Nigrodha esto: “Venerable señor, usted me dijo: ‘¿Sabes tú, hombre hogareño, con quién charla el asceta Gotama? ¿Con quién conversa? ¿Mediante la conversación con quién, alcanza la lucidez de la sabiduría? La sabiduría del asceta Gotama está arruinada por culpa de esta vida solitaria. Él no conduce una asamblea, no puede sostener una conversación, está fuera del contacto. Al igual que un bisonte con un solo ojo se está yendo en círculos y siempre a la periferia, así también es el asceta Gotama. De hecho, hombre hogareño, si el asceta Gotama se acercase a esta asamblea, con una sola pregunta que pudiésemos hacerle, le haríamos trizas y él rodaría como una olla vacía’. Ahora pues, el Bienaventurado, el Arahant Plenamente Iluminado ha llegado junto a nosotros: muéstrale de qué manera él es un bisonte con un solo ojo que se está yendo en círculos y siempre a la periferia; muéstrale cómo, con una sola pregunta, le haces trizas de tal manera que ruede como una olla vacía”.
Cuando se dijo esto, el asceta errante Nigrodha se quedo callado y anonadado; bajó la cabeza, sintiéndose abatido y desconcertado.
[21] Viendo el estado en que se encontraba, el Bienaventurado le dijo: “¿Es eso cierto, Nigrodha, que dijiste semejantes cosas?”.
“Es cierto, Venerable Señor, yo dije aquello tonta, errónea y estúpidamente”.
“¿Qué opinas de esto, Nigrodha? ¿Escuchaste alguna vez que los ascetas errantes, aquellos que son venerables, ancianos, maestros de los maestros dijeran: ‘Aquellos que en el pasado fueron los Arahants, Budas plenamente Iluminados, cuando estaban sentados en medio de la asamblea, charlaban en voz alta, gritaban y vociferaban, haciendo un gran barullo, ocupados en diferentes clases de charlas frívolas, tales como los cuentos sobre los reyes, los ladrones, el estado y los ministros, los ejércitos, los peligros, la guerra, la comida y la bebida, los vestidos, las camas, las guirnaldas, los perfumes, los parientes, los carros, los pueblos, las ciudades y los poblados, los países, las mujeres, los héroes, chismes de las esquinas de las calles, charlas sobre los que ya se han ido, conversaciones sin hilo alguno, especulaciones sobre el mundo y el océano, sobre la existencia y la no-existencia’? ¿Lo dices tú y lo dicen tus maestros? O más bien, ¿escuchaste que dicen esto: ‘Aquellos Bienaventurados Señores buscaban moradas solitarias y remotas en el bosque, libres de ruido, con pocos sonidos, lugares ocultos de los ojos humanos, apropiados para la reclusión, donde sólo se escucha la brisa de los campos’, al igual que lo hago yo ahora?”.
“Yo escuché, Venerable Señor, que los ascetas errantes, aquellos que son venerables, ancianos, maestros de los maestros dijeron: ‘Aquellos que en el pasado fueron Arahants, Budas plenamente Iluminados, cuando estaban sentados en medio de la asamblea, no charlaban en voz alta, no gritaban ni vociferaban…, más bien, buscaban moradas solitarias y remotas en el bosque, libres de ruido, con pocos sonidos, lugares ocultos de los ojos humanos, apropiados para la reclusión, donde sólo se escucha la brisa de los campos’, al igual que el Bienaventurado lo hace ahora”.
“Siendo inteligente y avanzado en la edad, ¿no se te ocurrió, Nigrodha, esto: ‘El Bienaventurado es un Iluminado y enseña el Dhamma de la Iluminación; el Bienaventurado es auto-restringido y enseña el Dhamma de la auto-restricción; el Bienaventurado está en calma y enseña el Dhamma de la calma; el Bienaventurado ha ido más allá y enseña el Dhamma del más allá; el Bienaventurado alcanzó el Nibbana y enseña el Dhamma del Nibbana’?”.
[22] Cuando se dijo esto, el asceta errante Nigrodha dijo al Bienaventurado: “Una transgresión ha venido sobre mí, Venerable Señor. Tonto, ciego y malvado como fui, dije estas cosas sobre el Bienaventurado. Que el Bienaventurado acepte mi confesión de esta ofensa y mi promesa de restringirme en esto en el futuro”.
“Ciertamente, Nigrodha, la transgresión ha venido sobre ti. Tonto, ciego y malvado como fuiste, dijiste estas cosas sobre mí. Sin embargo, puesto que has reconocido esto como una ofensa, la confesaste como tal, nosotros aceptamos tu confesión. Por cuanto, Nigrodha, es una costumbre en esta Disciplina de los Nobles, reconocer la ofensa, confesarla y restringirse de ella en el futuro.
“Sin embargo, Nigrodha, te diré esto: que el hombre inteligente, que es sincero, honesto y recto, venga a mí y yo le enseñaré el Dhamma. Y luego, si practica conforme, dentro de siete años, aquí y ahora, va a descubrir por sí mismo y a permanecer en ella, en la insuperable meta de la vida santa, en aras de la cual un hombre de clan rectamente abandona la vida hogareña para asumir el estilo de vida sin hogar.
“Por no hablar de siete años, Nigrodha: que el hombre inteligente, que es sincero, honesto y recto, venga a mí y yo le enseñaré el Dhamma. Y luego, si practica conforme, dentro de seis años… cinco años… cuatro años… tres años… un año… siete meses… seis meses… cinco meses… cuatro meses… tres meses… dos meses… un mes… medio mes… dentro de siete días, aquí y ahora, va a descubrir por sí mismo y a permanecer en ella, en la insuperable meta de la vida santa, en aras de la cual un hombre de clan rectamente abandona la vida hogareña para asumir el estilo de vida sin hogar.
[23] “Tal vez, Nigrodha, tu pienses: ‘El asceta Gotama dijo esto con el deseo de ganarse esta orden de discípulos’, pero no deberías considerarlo de este modo; deja que quien es tu maestro lo siga siendo. O tal vez pienses: ‘El asceta Gotama dijo esto con el deseo de que dejemos nuestras reglas’, pero no deberías considerarlo de este modo; deja que lo que son tus reglas lo sigan siendo. O tal vez pienses: ‘El asceta Gotama dijo esto con el deseo de que dejemos nuestro modo de vida’, pero no deberías considerarlo de este modo; deja que lo que es tu modo de vida lo siga siendo. O tal vez pienses: ‘El asceta Gotama dijo esto con el deseo de convencernos de que estamos equivocados cuando consideramos algunas cosas como incorrectas’, pero no deberías considerarlo de este modo; deja que lo que consideras incorrecto, siga siendo incorrecto para ti. O tal vez pienses: ‘El asceta Gotama dijo esto con el deseo de convencernos de que estamos equivocados cuando consideramos algunas cosas como rectas’, pero no deberías considerarlo de este modo; deja que lo que consideras recto siga siendo recto para ti. Por eso, Nigrodha, nada de lo que dije, lo hice para ganarme esta orden de discípulos, ni para que dejes tus reglas ni tu modo de vida, para que dejes de considerar lo que crees incorrecto o recto.
“He aquí, Nigrodha, hay estados perjudiciales que no han sido abandonados aún, las contaminaciones que conducen a nuevos nacimientos que traen insatisfacción, producen resultados dolorosos y conducen al renacimiento, la vejez y la muerte. Es en aras de abandonar estas cosas que yo enseño el Dhamma. Si practicas conforme, estas contaminaciones serán abandonadas, y los estados beneficiosos se van a desarrollar y florecer, y tú, Nigrodha, descubrirás y morarás, ya en esta presente vida, en la inmaculada y perfecta sabiduría”.
[24] Cuando se dijo esto, los ascetas errantes quedaron callados y anonadados; con los hombros caídos y las cabezas agachadas, estaban sentados allí abatidos y desconcertados, porque sus mentes estaban poseídas por el Mara.
Entonces el Bienaventurado dijo: “A ninguno de esos hombres tontos, poseídos por el Malvado, se les ocurre pensar: ‘Vengan y sigamos ahora la vida santa proclamada por el asceta Gotama: ¡tal vez lo alcancemos en siete días!’”.
Acto seguido, el Bienaventurado, habiendo rugido el rugido del león en el parque de los ascetas errantes Udimbarika, se levantó de su asiento y se fue por el aire de retorno al monte Pico de Buitre, mientras que el hombre hogareño Sandhana retornó a Rajagaha.
FUENTES:
Rhys Davids (1899). To Payasi: Rebirth and Karma en Dialogues of the Buddha, vol. II. Recuperado de https://suttacentral.net/en/dn23
Walshe, M. (1995). Udumbarika-Sihanada-Sutta: The Great Lion’s Roar to the Udumbarikas. Debate with Sceptic en The Long Discourses of the Buddha: A Translation of the Digha Nikaya, pp. 385-320.
Udumbarikasuttam en World Tipitaka Edition
Traducción: Anton P. Baron
Edición: Federico Angulo y Anton P. Baron
Publicación de Bosque Theravada, 2015-2017.