AN 4,160 Sugatavinaya Sutta – El Afortunado

El Buda dice que el buen Dhamma degenera cuando los monjes no preservan las enseñanzas apropiadamente, malinterpretan su significado, y erran en enseñar a otros y se desvían de la práctica. Pero cuando, por el contrario, preservan las enseñanzas apropiadamente, las interpretan correctamente, enseñan a otros y se esfuerzan en la práctica, la enseñanza perdura por largo tiempo.


[Leer en pali]

[160] “Monjes, mientras la disciplina del Afortunado o de los Afortunados permanece en el mundo, esto es para el bienestar de mucha gente, para la felicidad de mucha gente, por la compasión por este mundo, por el bien, el bienestar y la felicidad de los devas y los seres humanos.

“Y, ¿quién es, monjes, el Afortunado? He aquí, el Tathagata surgió en el mundo, un Arahant perfectamente iluminado, consumado en el conocimiento verdadero y la conducta, afortunado, conocedor del mundo, insuperable amansador de las personas que han de ser amansadas, el maestro de los devas y los seres humanos, un Iluminado, un Bendito.

“Y, ¿qué es, monjes, la disciplina del Afortunado? Él enseña el Dhamma que es agradable en el principio, agradable en el medio y agradable al final, con recto espíritu y letra; que revela una vida espiritual perfectamente completa y pura.  Esta es la disciplina del Afortunado. Por eso, monjes, mientras la disciplina del Afortunado o de los Afortunados permanece en el mundo, esto es para el bienestar de mucha gente, para la felicidad de mucha gente, por la compasión por este mundo, por el bien, el bienestar y la felicidad de los devas y los seres humanos.

“He aquí, monjes, estas cuatro cosas que conducen al declive y a la desaparición del buen Dhamma. Y, ¿cuáles son esas cuatro?

“He aquí, monjes, los monjes aprenden discursos mal adquiridos y mal transmitidos tanto en palabras como en frases. Cuando las palabras y las frases están mal transmitidas, el significado está mal interpretado. Esta es la primera cosa que conduce al declive y a la desaparición del buen Dhamma.

“Además, monjes, los monjes son difícilmente corregibles y poseen características que les hacen difícilmente corregibles. Son impacientes y no aceptan las instrucciones respetuosamente. Esta es la segunda cosa que conduce al declive y a la desaparición del buen Dhamma.

“Además, monjes, los monjes que son estudiosos, herederos de la herencia, expertos en el Dhamma, expertos en la Disciplina, expertos en los bosquejos, no enseñan a otros los discursos respetuosamente. Cuando ellos mueren, los discursos son cortados de raíces, sin nadie que los preserve. Esta es la tercera cosa que conduce al declive y a la desaparición del buen Dhamma.

“Además, monjes, los monjes ancianos son lujuriosos y laxos, líderes en reincidencia, que descartan la tarea de la reclusión, que no hacen surgir la energía para alcanzar lo que aún no ha sido alcanzado, para lograr lo que aún no ha sido logrado y para realizar lo que aún no ha sido realizado. Y la siguiente generación sigue su ejemplo: ellos también llegan a ser lujuriosos y laxos, líderes en reincidencia, que descartan la tarea de la reclusión, que no hacen surgir la energía para alcanzar lo que aún no ha sido alcanzado, para lograr lo que aún no ha sido logrado y para realizar lo que aún no ha sido realizado. Esta es la cuarta cosa que conduce al declive y a la desaparición del buen Dhamma.

“Éstas son, monjes, las cuatro cosas que conducen al declive y a la desaparición del buen Dhamma.

“Pero también hay, monjes, estas [otras] cuatro cosas que conducen a la continuación, al no-declive y a la no-desaparición del buen Dhamma. Y, ¿cuáles son esas cuatro?

“He aquí, monjes, los monjes aprenden discursos bien adquiridos y bien transmitidos tanto en palabras como en frases. Cuando las palabras y las frases están bien transmitidas, el significado está bien interpretado. Esta es la primera cosa que conduce a la continuación, al no-declive y a la no-desaparición del buen Dhamma.

“Además, monjes, los monjes son fácilmente corregibles y poseen características que les hacen fácilmente corregibles. Son pacientes y aceptan las instrucciones respetuosamente. Esta es la segunda cosa que conduce a la continuación, al no-declive y a la no-desaparición del buen Dhamma.

“Además, monjes, los monjes que son estudiosos, herederos de la herencia, expertos en el Dhamma, expertos en la Disciplina, expertos en los bosquejos, enseñan a otros los discursos respetuosamente. Cuando ellos mueren, los discursos no son cortados de raíces y hay quienes los preservan. Esta es la tercera cosa que conduce a la continuación, al no-declive y a la no-desaparición del buen Dhamma.

“Además, monjes, los monjes ancianos no son lujuriosos ni laxos, sino que descartan la reincidencia y toman la iniciativa hacia la reclusión; hacen surgir la energía para alcanzar lo que aún no ha sido alcanzado, para lograr lo que aún no ha sido logrado y para realizar lo que aún no ha sido realizado. Y la siguiente generación sigue su ejemplo: ellos tampoco llegan a ser lujuriosos y laxos, sino que descartan la reincidencia y toman la iniciativa hacia la reclusión; hacen surgir la energía para alcanzar lo que aún no ha sido alcanzado, para lograr lo que aún no ha sido logrado y para realizar lo que aún no ha sido realizado. Esta es la cuarta cosa que conduce al a la continuación, al no-declive y a la no-desaparición del buen Dhamma.

“Éstas son, monjes, las cuatro cosas que conducen al a la continuación, al no-declive y a la no-desaparición del buen Dhamma”.

 


FUENTES:

Bhikkhu Bodhi (2012). A Fortunate One en The Numerical Discourses of the Buddha: A Translation of the Anguttara Nikaya. Boston: Wisdom Publications. Pp. 526-528.

“Sugatavinayasutta” [en línea] en World Tipitaka Edition 


Traducido por Anton P. Baron

Editado por Federico Angulo y Anton P. Baron

Publicación de Bosque Theravada, 2012.