El Buda le pide a Kassapa que exhorte a los monjes, pero éste se rehúsa hacerlo porque los monjes no están más abiertos a ser enseñados.
[6] En la arboleda de los bambúes, cerca de Rajagaha.
Entonces el Venerable Mahakassapa se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y se sentó a un lado. Entonces el Bienaventurado le dijo:
“Exhorta a los monjes, Kassapa, ofrézcales una plática del Dhamma. Yo debo exhortar a los monjes, Kassapa, o lo debes hacer tú. Yo debo ofrecerles una plática del Dhamma, Kassapa, o lo debes hacer tú”.
“Venerable Señor, los monjes ahora son difíciles de ser amonestados y tienen ahora características que les hacen difíciles de ser amonestados. Ellos son ahora impacientes y no aceptan las instrucciones respetuosamente. Yo veo aquí, Venerable Señor, a un monje de nombre Bhanda —pupilo de Ananda— y a otro monje de nombre Abhinjika —pupilo de Anuruddha—, que compiten uno con el otro en cuanto a su aprendizaje, diciendo: ‘Ven, monje, a ver ¿quién habla mejor? ¿Quién puede hablar mejor? ¿Quién puede hablar más largo?’”.
Entonces el Bienaventurado se dirigió a cierto monje así:
“Ven, monje, di a los monjes Bhanda y Abhinjika, en mi nombre, que les llama el Maestro”.
“Sí, Venerable Señor”, respondió aquel monje y se fue junto a aquellos monjes y les dijo:
“El Maestro les llama, venerables señores”.
“Sí, amigo”, respondieron aquellos monjes y se acercaron al Bienaventurado, le rindieron homenaje y se sentaron a un lado. Acto seguido el Bienaventurado les dijo:
“¿Es cierto, monjes, que vosotros competís uno con el otro en cuanto a vuestro aprendizaje, diciendo: ‘Ven, monje, a ver ¿quién habla mejor? ¿Quién puede hablar mejor? ¿Quién puede hablar más largo?’”.
“Sí, Venerable Señor”.
“¿Habéis escuchado que alguna vez enseñé el Dhamma así: ‘Ven, monje, a ver ¿quién habla mejor? ¿Quién puede hablar mejor? ¿Quién puede hablar más largo?’”.
“No, Venerable Señor”.
“Entonces, si nunca habéis escuchado que enseñé el Dhamma de esta manera, ¿qué pretendéis y qué buscáis, hombres insensatos, habiendo renunciado al Dhamma-y-Disciplina bien expuesto, compitiendo ahora uno con el otro en cuanto a vuestro aprendizaje, diciendo: ‘Ven, monje, a ver ¿quién habla mejor? ¿Quién puede hablar mejor? ¿Quién puede hablar más largo?’”.
Entonces, aquellos monjes se postraron con sus cabezas a los pies del Bienaventurado y dijeron: “Venerable Señor, hemos cometido una transgresión —fuimos así de tontos, confundidos e ineptos— en esto de haber renunciado a semejante Dhamma-y-Disciplina bien expuesto, y competir ahora uno con el otro en cuanto a nuestro aprendizaje, diciendo: ‘Ven, monje, a ver ¿quién habla mejor? ¿Quién puede hablar mejor? ¿Quién puede hablar más largo?’. Venerable Señor, que el Bienaventurado nos perdone, porque hemos visto nuestra transgresión como tal y nos hemos comprometido a restringirla en el futuro”.
“Ciertamente, monjes, habéis cometido una transgresión —fuisteis así de tontos, confundidos e ineptos— en esto de haber renunciado a semejante Dhamma-y-Disciplina bien expuesto, y competir ahora uno con el otro en cuanto a vuestro aprendizaje, diciendo: ‘Ven, monje, a ver ¿quién habla mejor? ¿Quién puede hablar mejor? ¿Quién puede hablar más largo?’. Pero, puesto que habéis visto vuestra transgresión como tal y os habéis comprometido a restringirla en el futuro de acuerdo con el Dhamma, os perdonamos. Porque crece en esta Disciplina del Noble aquel que ve su transgresión como tal y se compromete a restringirla en el futuro de acuerdo con el Dhamma”.
FUENTE:
Bodhi, B. (2000). Ovada (1) en The Connected Discourses of the Buddha: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston: Wisdom Publications, (versión digital), pp. 856-857.
Ovadasuttam en Digital Pali Reader
Traducción: Anton P. Baron
Edición: Federico Angulo y Anton P. Baron
Publicación de Bosque Theravada, 2015.