El Venerable Sariputta, amonesta a un brahmán que trata de excusarse por su negligencia. Más tarde, cuando está cercano a su muerte, el Venerable Sariputta lo guía para que renazca en el reino de Brahma, acción que, sin embargo, merece una reprimenda por parte del Buda.
[1] Esto he escuchado:
En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de los bambúes, en el Santuario de las Ardillas, cerca de Rajagaha.
[2] En aquella ocasión, el Venerable Sariputta estaba haciendo un recorrido en las colinas sureñas, con un gran grupo del Sangha de los monjes. Entonces, cierto monje que pasó el retiro de las lluvias en Rajagaha, se acercó al Venerable Sariputta en las colinas sureñas e intercambió con él cordiales saludos. Cuando terminaron estas amables palabras de bienvenida y cordiales saludos, se sentó a un lado y el Venerable Sariputta le preguntó: “¿El Bienaventurado se encuentra bien y fuerte, amigo?”.
“El Bienaventurado se encuentra bien y fuerte, amigo”.
“Y, ¿el Sangha de los monjes se encuentra bien y fuerte, amigo?”.
“El Sangha de los monjes también se encuentra bien y fuerte, amigo”.
“En la puerta Tandulapala de Rajagaha, amigo, vive un brahmán de nombre Dhananjani, ¿se encuentra él también bien y fuerte?”.
“Este brahmán, Dhananjani, también se encuentra bien y fuerte, amigo”.
“Y, ¿es diligente, amigo?”.
“¿Cómo podrá ser diligente, amigo? Él saquea a los hombres hogareños brahmanes en nombre del rey y, saquea al rey, en nombre de los hombres hogareños brahmanes. Su esposa, la que tuvo fe y salió de un clan con fe, murió, y ahora él tomó a otra esposa que es una mujer sin fe y que salió de un clan sin fe”.
“Estas noticias que nos toca a escuchar son malas, amigo. Es realmente muy mala noticia, según la cual el brahmán Dhananjani llegó a ser negligente. Quizá, alguna vez podamos encontrarnos con el brahmán Dhananjani y tener una conversación con él”.
[3] Entonces, habiendo permanecido en las colinas sureñas por el tiempo que tenía previsto, el Venerable Sariputta se fue caminando hacia Rajagaha. Haciendo un recorrido por los diferentes pueblos, finalmente arribó a Rajagaha y, estando allí, estableció su morada en la arboleda de los bambúes, en el Santuario de las Ardillas.
[4] Entonces, de mañana temprano, el Venerable Sariputta se vistió, tomó su cuenco y hábito exterior, y entró a Rajagaha en busca de la comida de las limosnas. Justo en ese momento, el brahmán Dhananjani estaba ordeñando sus vacas fuera de la ciudad. Cuando el Venerable Sariputta estaba recorriendo en busca de la comida de las limosnas en Rajagaha, retornó de esta su habitual ronda y se alimentó, se acercó al brahmán Dhananjani. Entonces, el brahmán Dhananjani vio al Venerable Sariputta viniendo desde cierta distancia y le dijo: “Toma un poco de leche fresca, maestro Sariputta, hasta la hora de la comida”.
“Es suficiente, brahmán, he terminado mi comida por hoy. Voy a ir al pie de un árbol para mi morada diurna; puedes ir allí también”. — “Sí, señor”, respondió.
[5] Acto seguido, después de haberse alimentado, el brahmán Dhananjani se acercó al Venerable Sariputta e intercambió con él cordiales saludos. Cuando terminaron estas amables palabras de bienvenida y cordiales saludos, se sentó a un lado y el Venerable Sariputta le preguntó: “¿Eres diligente, Dhananjani?”.
“¿Cómo podemos ser diligentes, maestro Sariputta, si tenemos que sostener a nuestros padres, nuestra esposa e hijos, nuestros esclavos, sirvientes y trabajadores; si tenemos también obligaciones hacia nuestros amigos y compañeros, hacia los familiares y parientes, hacia nuestros huéspedes, hacia nuestros ancestros que han partido, hacia las deidades y hacia el rey; y si finalmente este cuerpo también necesita nutrirse y refrescarse?”.
[6] “¿Qué opinas, Dhananjani? Imagina que alguien aquí se comportara de forma contraria al Dhamma, que se condujera incorrectamente en aras de ayudar a sus padres y, como consecuencia de esta conducta, los guardianes del infierno lo arrastrasen al infierno. ¿Será capaz [de liberarse a sí mismo, alegando]: ‘Fue en aras de ayudar a mis padres que me comportaba de forma contraria al Dhamma, que me conducía incorrectamente, y entonces los guardianes del infierno me arrastraron al infierno’? O ¿serán capaces [de liberarle] sus padres [alegando]: ‘Fue en aras de ayudar a sus padres que se comportaba de forma contraria al Dhamma, que se conducía incorrectamente, y entonces los guardianes del infierno le arrastraron al infierno’?”.
“No, maestro Sariputta. Incluso si llorara y gritara, los guardianes del infierno lo arrojarían al infierno”.
[7-15] “¿Qué opinas, Dhananjani? Imagina que alguien aquí se comportara de forma contraria al Dhamma, que se condujera incorrectamente en aras de ayudar a su esposa e hijos… a sus esclavos, sirvientes y trabajadores… en aras de cumplir con las obligaciones con sus amigos y compañeros… sus familiares y parientes… sus huéspedes… sus ancestros que han partido… las deidades… el rey… en aras de nutrir y refrescar su cuerpo. ¿Será capaz [de liberarse a sí mismo, alegando]: ‘Fue en aras de nutrir y refrescar mi cuerpo que me comportaba de forma contraria al Dhamma, que me conducía incorrectamente, y entonces los guardianes del infierno me arrastraron al infierno’? O ¿serán los otros capaces [de liberarlo alegando]: ‘Fue en aras de nutrir y refrescar su cuerpo que se comportaba de forma contraria al Dhamma, que se conducía incorrectamente, y entonces los guardianes del infierno lo arrastraron al infierno’?”.
“No, maestro Sariputta. Incluso si llorara y gritara, los guardianes del infiero lo arrojarían al infierno”.
[16] “¿Qué opinas, Dhananjani? ¿Quién es mejor, alguien que, en aras de ayudar a sus padres se comporta en forma contraria al Dhamma y se conduce incorrectamente, o alguien que, en aras de ayudar a sus padres, se comporta conforme al Dhamma y se conduce rectamente?”.
“Maestro Sariputta, alguien que, en aras de ayudar a sus padres se comporta en forma contraria al Dhamma y se conduce incorrectamente no es el mejor; es mejor aquel que, en aras de ayudar a sus padres, se comporta conforme al Dhamma y se conduce rectamente”.
“Dhananjani, he aquí que existen otras clases de acciones, provechosas y conformes al Dhamma, a través de las cuales uno puede sostener a sus padres y, al mismo tiempo, evitar las malas acciones y practicar el mérito.
[17-25] “¿Qué opinas, Dhananjani? ¿Quién es mejor, alguien que, en aras de ayudar a su esposa e hijos… a sus esclavos, sirvientes y trabajadores… en aras de cumplir con las obligaciones con sus amigos y compañeros… los familiares y parientes… sus huéspedes… sus ancestros que han partido… las deidades… el rey… en aras de nutrir y refrescar su cuerpo, se comporta en forma contraria al Dhamma y se conduce incorrectamente, o alguien que, en aras de nutrir y refrescar su cuerpo, se comporta conforme al Dhamma y se conduce rectamente?”.
“Maestro Sariputta, alguien que, en aras de nutrir y refrescar su cuerpo, se comporta en forma contraria al Dhamma y se conduce incorrectamente no es el mejor; es mejor aquel que, en aras de nutrir y refrescar su cuerpo, se comporta conforme al Dhamma y se conduce rectamente”.
“Dhananjani, he aquí que existen otras clases de acciones, provechosas y conformes al Dhamma, a través de las cuales uno puede nutrir y refrescar su cuerpo y, al mismo tiempo, evitar las malas acciones y practicar el mérito”.
[26] Entonces, el brahmán Dhananjani, habiéndose deleitado y regocijado en las palabras del Venerable Sariputta, se levantó de su asiento y partió de allí.
[27] En una ocasión posterior, el brahmán Dhananjani llegó a enfermarse, fue dolorido y gravemente aquejado. Entonces dijo a cierto hombre: “Ven, buen hombre, acércate al Bienaventurado, ríndele homenaje en mi nombre con tu cabeza a sus pies y dile: ‘Venerable Señor, el brahmán Dhananjani llegó a enfermarse, está dolorido y gravemente aquejado. Él rinde homenaje al Bienaventurado con su cabeza a sus pies’. Luego acércate al Venerable Sariputta, ríndele homenaje en mi nombre con tu cabeza a sus pies y dile: ‘Venerable Señor, el brahmán Dhananjani llegó a enfermarse, está dolorido y gravemente aquejado. Él rinde homenaje al Venerable Sariputta con su cabeza a sus pies’. Finalmente dile: ‘Sería bueno, Venerable Señor, que el Venerable Sariputta visitara la casa del brahmán Dhananjani, por compasión’”.
“Sí, Venerable Señor”, respondió aquel hombre y cumplió con su cometido. Y el Venerable Sariputta consintió en silencio.
[28] Acto seguido el Venerable Sariputta se vistió, tomó su cuenco y hábito exterior, y fue a la residencia del brahmán Dhananjani, donde se sentó en el asiento que estaba preparado para él y dijo al brahmán Dhananjani: “Espero que te encuentres bien, brahmán, espero que estés reconfortado. Espero que las sensaciones dolorosas disminuyan y no se acrecienten, y que esta disminución sea real y no su propagación”.
[29] “Venerable Sariputta, no me encuentro bien ni estoy reconfortado. Las sensaciones dolorosas se acrecientan y no disminuyen, y es esta propagación la que es real y no su disminución. Es como si un hombre fuerte partiera mi cabeza con una espada aguda y unos violentos vientos entraran en ella. No me encuentro bien… Es como si un hombre fuerte apretara con una dura correa de cuero mi cabeza y la colocara ahí en forma de cinto, lo cual produce unos violentos dolores de cabeza. No me encuentro bien… Es como si un carnicero experto o su aprendiz partieran el vientre de un buey con su cuchillo de carnicero, así de violentos tengo los dolores del vientre. No me encuentro bien… Es como si dos hombres fuertes se apoderasen de un hombre débil, lo agarrasen por ambos brazos y lo asasen sobre las brasas, así de forma violenta se quema mi cuerpo. Las sensaciones dolorosas se acrecientan y no disminuyen, y es esta propagación la que es real y no su disminución”.
[30] “¿Qué opinas, Dhananjani? ¿Qué es mejor: el infierno o el reino animal?”. — “El reino animal, maestro Sariputta”. — “Y, ¿qué es mejor: el reino animal o la esfera de los espíritus hambrientos?”. — “La esfera de los espíritus hambrientos, maestro Sariputta”. — “Y, ¿qué es mejor: la esfera de los espíritus hambrientos o el reino humano?”. — “El reino humano, maestro Sariputta”. — “Y, ¿qué es mejor: el reino humano o el cielo de los Cuatro Grandes Reyes?”. — “El cielo de los Cuatro Grandes Reyes, maestro Sariputta”. — “Y, ¿qué es mejor: el cielo de los Cuatro Grandes Reyes o el cielo de los Treinta y Tres Dioses?”. — “El cielo de los Treinta y Tres Dioses, maestro Sariputta”. — “Y, ¿qué es mejor: el cielo de los Treinta y Tres Dioses o el cielo de los devas Yama?”. — “El cielo de los devas Yama, maestro Sariputta”. — “Y, ¿qué es mejor: el cielo de los devas Yama o el cielo de los devas Tusita?”. — “El cielo de los devas Tusita, maestro Sariputta”. — “Y, ¿qué es mejor: el cielo de los devas Tusita o el cielo de los devas que se deleitan en la creación?”. — “El cielo de los devas que se deleitan en la creación, maestro Sariputta”. — “Y, ¿qué es mejor: el cielo de los devas que se deleitan en la creación o el cielo de los devas que ejercen el poder sobre la creación de otros?”. — “El cielo de los devas que ejercen el poder sobre la creación de otros, maestro Sariputta”.
[31] “¿Qué opinas, Dhananjani? ¿Qué es mejor: el cielo de los devas que ejercen el poder sobre la creación de otros o el mundo del Brahma?”. — “El maestro Sariputta dijo ‘el mundo del Brahma’. El maestro Sariputta dijo ‘el mundo del Brahma’”.
Entonces, el Venerable Sariputta dijo: “Este brahmán es devoto al mundo del Brahma. ¿Qué tal si le muestro al brahmán Dhananjani el sendero que conduce a la compañía del Brahma?”.
[Acto seguido dijo:] “Dhananjani, voy a mostrarte el sendero que conduce a la compañía del Brahma. Escucha y presta atención que voy a hablar”. — “Sí, señor”, respondió el brahmán Dhananjani y el Venerable Sariputta continuó:
[32] “Y, ¿cuál es, Dhananjani, el sendero que conduce a la compañía del Brahma? He aquí, un monje permanece impregnando un cuadrante con la mente imbuida de amor benevolente. De la misma forma, el segundo, tercero y cuarto cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes, para todos como para sí mismo, permanece impregnando el mundo entero con la mente imbuida de amor benevolente; [mente] abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión. Este es el sendero que conduce a la compañía del Brahma.
[33-35] “Además, permanece impregnando un cuadrante con la mente imbuida de compasión… con la mente imbuida del gozo altruista… con la mente imbuida de ecuanimidad. De la misma forma, el segundo, tercero y cuarto cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes, para todos como para sí mismo, permanece impregnando el mundo entero con la mente imbuida de ecuanimidad; [mente] abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión. Este también es el sendero que conduce a la compañía del Brahma”.
[36] “Maestro Sariputta, ríndale homenaje al Bienaventurado en mi nombre con su cabeza a sus pies y dígale: ‘Venerable Señor, el brahmán Dhananjani llegó a enfermarse, está dolorido y gravemente aquejado. Él rinde homenaje al Bienaventurado con su cabeza a sus pies’”.
Entonces el Venerable Sariputta, habiendo establecido al brahmán Dhananjani en el inferior mundo del Brahma, se levantó de su asiento y partió de allí, mientras todavía quedaba algo más por hacer. Y no mucho tiempo después de que el Venerable Sariputta hubiese salido de allí, el brahmán Dhananjani murió y reapareció en el mundo del Brahma.
[37] Entonces el Bienaventurado se dirigió a los monjes de esta manera: “Monjes, Sariputta, habiendo establecido al brahmán Dhananjani en el inferior mundo del Brahma, se levantó de su asiento y partió de allí, mientras todavía quedaba algo más por hacer”.
[38] Acto seguido, el Venerable Sariputta se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado y le dijo: “Venerable Señor, el brahmán Dhananjani llegó a enfermarse, está dolorido y gravemente aquejado. Él rinde homenaje al Bienaventurado con su cabeza a sus pies”.
“Sariputta, habiendo establecido al brahmán Dhananjani en el inferior mundo del Brahma, ¿por qué te levantaste de tu asiento y partiste de allí, mientras todavía quedaba algo más por hacer?”.
“Venerable Señor, yo pensé así: ‘Este brahmán es devoto al mundo del Brahma. ¿Qué tal si le muestro al brahmán Dhananjani el sendero que conduce a la compañía del Brahma?’”.
“Sariputta, el brahmán Dhananjani murió y reapareció en el mundo del Brahma”.
FUENTES:
Bhikkhu Ñanamoli y Bhikkhu Bodhi (1995).Dhananjani Sutta – To Dhananjani The Middle-Length Discourses of the Buda: A Translation of the Majjhima Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Pp. 538-542.
Dhannajanisuttam en Digital Pali Reader 4.1.
Traducido por Anton P. Baron
Editado por Federico Angulo y Anton P. Baron
Publicación de Bosque Theravada, 2015.