El Buda explica a cinco reyes, cuáles son los placeres sensuales más grandes.
[12] En Savatthi.
En cierta ocasión, cinco reyes presididos por el rey Pasenadi, estaban disfrutando por sí mismos, dotados de las cinco cuerdas de los placeres sensuales y suministrándoselos, mientras se desarrollaba entre ellos esta conversación: “¿Cuál es el principal de los placeres sensuales?”.
Algunos entre ellos dijeron: “Las formas son los principales placeres sensuales”. Otros dijeron: “Los sonidos son los principales”. Otros dijeron: “Los olores son los principales”. Otros dijeron: “Los sabores son los principales”. Otros dijeron: “Los objetos táctiles son los principales”.
Y como aquellos reyes no fueron capaces de convencer uno al otro, el rey Pasenadi de Kosala les dijo: “Venid, queridos señores, acerquémonos al Bienaventurado y preguntémosle sobre este tema. Así como el Bienaventurado nos responda, lo vamos a recordar”.
“Está bien, querido señor”, respondieron aquellos reyes. Acto seguido, estos cinco reyes, presidido por el rey Pasenadi, se acercaron al Bienaventurado, le rindieron homenaje y se sentaron a un lado. Entonces, el rey Pasenadi relató al Bienaventurado su conversación y preguntó: “¿Cuál es el principal de los placeres sensuales?”.
“Yo digo, gran rey, que el principal de los placeres sensuales está determinado por lo que es más agradable. Aquellas mismas formas que son agradables a una persona, gran rey, pueden ser desagradables a otra. Cuando uno está complacido y completamente satisfecho con ciertas formas, entonces uno no anhela ningunas otras formas más elevadas o más sublimes que estas. Para él, aquellas formas son las supremas; para él, aquellas formas son insuperables.
“Aquellos mismos sonidos… olores… sabores… objetos táctiles que son agradables a una persona, gran rey, pueden ser desagradables a otra. Cuando uno está complacido y completamente satisfecho con ciertos objetos táctiles, entonces uno no anhela ningunos otros objetos táctiles más elevados o más sublimes que estos. Para él, aquellos objetos táctiles son los supremos; para él, aquellos objetos táctiles son insuperables”.
En esta ocasión el seguidor laico Candanarigalika también estaba sentado en aquella asamblea. Entonces Candanarigalika se levantó de su asiento, arregló su vestimenta exterior sobre uno de sus hombros y, elevando sus manos juntas en un reverencial saludo hacia el Bienaventurado, le dijo: “¡Una inspiración me ha llegado, Bienaventurado Señor, una inspiración me ha llegado, oh Afortunado!”.
“Entonces, expresa tu inspiración, Candanarigalika”, dijo el Bienaventurado.
Acto seguido, el seguidor laico Candanarigalika, en la presencia del Bienaventurado, lo ensalzó con un apropiado verso:
“Como un loto rojo fragrante Kokanada
Florece por la mañana, con su fragancia no gastada,
Advertido por Angirasa, el Radiante,
Como el sol radiante en el cielo”.
Entonces aquellos cinco reyes confirieron sus cinco vestimentas exteriores al seguidor laico Candanarigalika. Pero, el seguidor laico Candanarigalika, confirió estas cinco vestimentas exteriores al Bienaventurado”.
FUENTE:
Bodhi, B. (2000). Five Kings en The Connected Discourses of the Buddha: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston, EE.UU.: Wisdom Publications (versión digital), pp. 248-249.
Pancarajasuttam en Digital Pali Reader
Traducción: Anton P. Baron
Edición: Federico Angulo y Anton P. Baron
Publicación de Bosque Theravada, 2015.