MN 26 {9M.3.6} Pasarasi Sutta – Montón de trampas (Ariyapariyesana Suttas – La noble búsqueda)

El Buda ofrece a los monjes un extenso recuento sobre sus propios esfuerzos orientados al logro de la iluminación: desde que vivió en el palacio hasta la transmisión del Dhamma a sus primeros cinco discípulos.

Los subtítulos provienen de la edición Nanamoli-Boddhi.

 

TABLA DE CONTENIDOS:

 

[Dos clases de búsqueda]

 

[La búsqueda del Despertar]

 

[El Despertar]

 

[Enseñanza del Dhamma]

 

[Los placeres sensuales]


 

[Leer en pali]

 

[1] {272} Esto he escuchado. En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en la Arboleda Jeta del Parque de Anathapindika cerca de Savatthi.

 

[2] Entonces, de mañana temprano, el Bienaventurado se vistió y, tomando se hábito exterior y el cuenco, entró a Savatthi en busca de la comida de las limosnas. Al mismo tiempo, un grupo de monjes se fue junto al Venerable Ananda y, llegando allí, le dijeron: «Amigo Ananda, hace mucho tiempo que no hemos escuchado una plática del Dhamma de labios del Bienaventurado. Sería bueno que pudiésemos escuchar una plática del Dhamma de labios del Bienaventurado, amigo Ananda». – «Entonces, que los venerables señores vayan a la ermita del brahmán Rammaka. Quizá estando allí, podréis escuchar una plática del Dhamma de labios del Bienaventurado.» – «Sí, amigo», respondieron.

 

[3] Después, una vez que el Bienaventurado haya recorrido el Savatthi en busca de las comidas de las limosnas, haya retornado de su habitual ronda y haya comido, se dirigió al Venerable Ananda con estas palabras: «Vayamos al Parque del Este, al palacio de la madre de Migara, para la morada diurna».

 

{273} Entonces, cuando pasó la tarde, el Bienaventurado emergió de la meditación y se dirigió al Venerable Ananda: «Vayamos al lugar de los Baños del Este para bañarnos». – «Sí, venerable señor», respondió el Venerable Ananda. Acto seguido, el Bienaventurado, junto con el Venerable Ananda, fue al lugar de los Baños del Este para bañarse. Cuando hubo terminado, salió del agua y se paró sobre una manta para secarse. Entonces, el Venerable Ananda dijo al Bienaventurado: «Venerable señor, la ermita del brahmán Rammaka está cerca. Aquella ermita es agradable y encantadora. Venerable señor, sería bueno que el Bienaventurado fuera ahí por su gran compasión». Y el Bienaventurado consintió en silencio.

 

[4] Entonces, el Bienaventurado fue a la ermita del brahmán Rammaka. En esta ocasión, un grupo de monjes estaba sentado allí, discutiendo sobre el Dhamma. Y el Bienaventurado se paró afuera frente a la puerta principal esperando hasta que terminase su discusión. Cuando supo que la misma se había terminado, tosió y golpeó la puerta, y los monjes se la abrieron. Cuando entró, el Bienaventurado tomó el asiento que estaba preparado para él y se dirigió a los monjes con estas palabras: «Monjes, sobre qué era la discusión del Dhamma que tuvisteis mientras estabais sentados aquí, qué discusión os ha sido interrumpida?»

 

«Venerable señor, nuestra discusión del Dhamma que nos ha sido interrumpida fue acerca del Bienaventurado mismo. Entonces, el Bienaventurado ha llegado».

 

«Bien, monjes. Es apropiado para vosotros, miembros de los clanes que habéis renunciado por fe a la vida hogareña para asumir el estilo de vida son hogar, estar sentados juntos y hablar sobre el Dhamma. Cuando estéis sentados juntos, monjes, deberías hacer una de estas dos cosas: mantener una discusión sobre el Dhamma o mantener el noble silencio [1].

 

[Dos clases de búsqueda]

 

[5] {274} «Monjes: existen dos clases de búsqueda: la búsqueda noble y la búsqueda innoble. Y, ¿qué es la búsqueda innoble? He aquí, alguien, siendo él mismo sujeto al nacimiento, busca aquello que también está sujeto al nacimiento; siendo él mismo sujeto a la vejez, busca aquello que también está sujeto a la vejez; siendo él mismo sujeto a la enfermedad, busca aquello que también está sujeto a la enfermedad; siendo él mismo sujeto a la muerte, busca aquello que también está sujeto a la muerte; siendo él mismo sujeto a la pena, busca aquello que también está sujeto a la pena; siendo él mismo sujeto a las impurezas, busca aquello que también está sujeto a las impurezas.

 

[6] «Y, ¿qué se puede decir, monjes, acerca de lo que está sujeto al nacimiento? La mujer y los hijos están sujetos al nacimiento, esclavos y esclavas, las cabras y las ovejas, las aves y los cerdos, los elefantes, el ganado, los caballos, las yeguas, el oro y la plata están sujetos al nacimiento. Estas adquisiciones están sujetas al nacimiento, y alguien que está atado a estas cosas, encaprichado con ellas y totalmente entregado a ellas, es alguien que, siendo él mismo sujeto al nacimiento, busca aquello que también está sujeto al nacimiento.

 

[7] «Y, ¿qué se puede decir, monjes, acerca de lo que está sujeto a la vejez? La mujer y los hijos están sujetos a la vejez, esclavos y esclavas, las cabras y las ovejas, las aves y los cerdos, los elefantes, el ganado, los caballos, las yeguas, el oro y la plata están sujetos a la vejez. Estas adquisiciones están sujetas a la vejez, y alguien que está atado a estas cosas, encaprichado con ellas y totalmente entregado a ellas, es alguien que, siendo él mismo sujeto a la vejez, busca aquello que también está sujeto a la vejez.

 

[8] «Y, ¿qué se puede decir, monjes, acerca de lo que está sujeto a la enfermedad? La mujer y los hijos están sujetos a la enfermedad, esclavos y esclavas, las cabras y las ovejas, las aves y los cerdos, los elefantes, el ganado, los caballos, las yeguas están sujetas a la enfermedad. Estas adquisiciones están sujetas a la enfermedad, y alguien que está atado a estas cosas, encaprichado con ellas y totalmente entregado a ellas, es alguien que, siendo él mismo sujeto a la enfermedad, busca aquello que también está sujeto a la enfermedad.

 

[9] «Y, ¿qué se puede decir, monjes, acerca de lo que está sujeto a la muerte? La mujer y los hijos están sujetos a la muerte, esclavos y esclavas, las cabras y las ovejas, las aves y los cerdos, los elefantes, el ganado, los caballos, las yeguas están sujetas a la muerte. Estas adquisiciones están sujetas a la muerte, y alguien que está atado a estas cosas, encaprichado con ellas y totalmente entregado a ellas, es alguien que, siendo él mismo sujeto a la muerte, busca aquello que también está sujeto a la muerte.

 

[10] «Y, ¿qué se puede decir, monjes, acerca de lo que está sujeto a la pena? La mujer y los hijos están sujetos a la pena, esclavos y esclavas, las cabras y las ovejas, las aves y los cerdos, los elefantes, el ganado, los caballos, las yeguas están sujetas a la pena. Estas adquisiciones están sujetas a la pena, y alguien que está atado a estas cosas, encaprichado con ellas y totalmente entregado a ellas, es alguien que, siendo él mismo sujeto a la pena, busca aquello que también está sujeto a la pena.

 

[11] «Y, ¿qué se puede decir, monjes, acerca de lo que está sujeto a las impurezas? La mujer y los hijos están sujetos a las impurezas, esclavos y esclavas, las cabras y las ovejas, las aves y los cerdos, los elefantes, el ganado, los caballos, las yeguas, el oro y la plata están sujetos a las impurezas. Estas adquisiciones están sujetas a las impurezas, y alguien que está atado a estas cosas, encaprichado con ellas y totalmente entregado a ellas, es alguien que, siendo él mismo sujeto a las impurezas, busca aquello que también está sujeto a las impurezas. Ésta es, monjes, la búsqueda innoble.

 

[12] {275} Y, ¿qué es la noble búsqueda? He aquí, alguien, siendo él mismo sujeto al nacimiento, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto al nacimiento, busca lo no nacido, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana; siendo él mismo sujeto a la vejez, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto a la vejez, busca la no vejez, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana; siendo él mismo sujeto a la enfermedad, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto a la enfermedad, busca lo no enfermo, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana;  siendo él mismo sujeto a la muerte, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto a la muerte, busca lo inmortal, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana; siendo él mismo sujeto a la pena, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto a la pena, busca el sosiego, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana;  siendo él mismo sujeto a las impurezas, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto a las impurezas, busca lo puro, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana. Ésta es, monjes, la noble búsqueda.

 

[La búsqueda del Despertar]

 

[13] {276} «Monjes, antes de mi Despertar, cuando todavía era un Bodhisatta no iluminado, yo también, siendo yo mismo sujeto al nacimiento, estaba buscando aquello que también estaba sujeto al nacimiento; siendo yo mismo sujeto a la vejez, a la enfermedad, a la muerte, a la pena y a las impurezas, estaba buscando aquello que también estaba sujeto a la vejez, a la muerte, a la pena y a las impurezas. Entonces, consideré esto: ‘¿Por qué, siendo yo mismo sujeto al nacimiento, estoy buscando aquello que también estaba sujeto al nacimiento? ¿Por qué, siendo yo mismo sujeto a la vejez, a la enfermedad, a la muerte, a la pena y a las impurezas, estoy buscando aquello que también estaba sujeto a la vejez, a la muerte, a la pena y a las impurezas? ¿Qué tal, si, siendo yo mismo sujeto al nacimiento, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto al nacimiento, buscaré lo no nacido, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana? ¿Qué tal si, siendo yo mismo sujeto a la vejez, a la enfermedad, a la muerte, a la pena y a las impurezas, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto a la vejez, a la enfermedad, a la muerte, a la pena y las impurezas, buscaré lo no nacido, la no vejez, lo no enfermo, lo inmortal, el sosiego,  lo puro, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana.’

 

[14] {277} «Más tarde, cuando era joven, un hombre de cabello negro dotado de la bendición de la juventud, en la primicia de la vida, aunque mi madre y padre desearon otra cosa y derramaron lágrimas, afeité mi cabeza y la barba, me puse el hábito amarillo y salí de la casa para una vida sin hogar.

 

[15] «Habiendo renunciado, monjes, en busca de lo que es saludable, buscando el estado supremo de la de paz sublime, fui junto a Alara Kalama y le dije: ‘Amigo Kalama, quiero llevar la vida santa en este Dhamma-y-Disciplina’. Alara Kalama contestó: ‘El venerable señor se puede quedar aquí. Este Dhamma es tal que un hombre sabio puede entrar pronto y morar en él, alcanzando por sí mismo a través del conocimiento directo la doctrina de su maestro’. Y así, pronto aprendí aquel Dhamma. En cuanto a la mera recitación y enumeración [de los puntos] de su enseñanza, podía hablar con conocimiento y seguridad; entonces, afirmé: ‘conozco y veo’ -y hubieron otros que hicieron lo mismo.

 

«Entonces, consideré esto: ‘No es solamente a través de la mera fe Alara Kalama declara: «Alcanzándolo por mí mismo con conocimiento directo, entro y permanezco en este Dhamma». Ciertamente Alara Kalama permanece conociendo y viendo este Dhamma’. Entonces fui junto a Alara Kalama y le pregunté: ‘Amigo Kalama, ¿de qué forma declaras que, alcanzándolo por ti mismo con el conocimiento directo entras y permaneces en este Dhamma?’ Y contestando, declaró la base de la nada.

 

«Entonces, consideré esto: ‘No solamente Alara Kalama tiene la fe, la energía, la atención consciente, la concentración y la sabiduría. Yo también tengo la fe, la energía, la atención consciente, la concentración y la sabiduría. ¿Qué tal si me esfuerzo por alcanzar el Dhamma en el que Alara Kalama declara que entra y permanece, alcanzándolo por sí mismo con el conocimiento directo?’

 

«Y así, pronto entré y moré en ese Dhamma, alcanzándolo por mí mismo con el conocimiento directo. Entonces fui junto a Alara Kalama y le pregunté: ‘Amigo Kalama, ¿es de esta manera que declaras que entras y moras en este Dhamma habiéndolo alcanzado por ti mismo con el conocimiento directo?’ – ‘Esa es la manera, amigo’ – ‘Es de esta manera, amigo, que yo también entro y resido en este Dhamma, habiéndolo alcanzado por mí mismo con el conocimiento directo’ – ‘Es una ganancia para nosotros, amigo, una gran ganancia para nosotros, que tengamos al semejante venerable señor como compañero en la vida santa. Así que el Dhamma en el que yo declaro que entro y permanezco, habiéndolo alcanzado por mí mismo, con el conocimiento directo, es el Dhamma en el que también tú entras y permaneces, habiéndolo alcanzado por ti mismo con el conocimiento directo. Y el Dhamma en el que tú entras y permaneces, habiéndolo alcanzado por ti mismo con el conocimiento directo, es el mismo Dhamma en el que yo declaro que también entro y permanezco, habiéndolo alcanzado por mí mismo, con el conocimiento directo. Así pues, conoces el Dhamma que yo conozco y yo conozco el Dhamma que tú conoces. Así como soy yo, eres tú; y como eres tú, soy yo. Ven, amigo, dirijamos esta comunidad juntos.’

 

«De esta manera, Alara Kalama, mi maestro, me puso a mí, su alumno, en el mismo nivel que él y me otorgó el honor más elevado. Pero se me ocurrió esto: ‘Este Dhamma no conduce al desencanto, al desapasionamiento, al ces, a la paz, al conocimiento directo, al Despertar, al Nibbana, sino solo a la reaparición en la base de la nada’. No estando satisfecho con ese Dhamma, decepcionado, me marché.

 

[16] {278} «Siguiendo con la búsqueda de lo que es saludable, buscando el estado supremo de la de paz sublime, fui junto a Uddaka Ramaputta y le dije: ‘Amigo, quiero llevar la vida santa en este Dhamma-y-Disciplina’. Uddaka Ramaputta contestó: ‘El venerable señor se puede quedar aquí. Este Dhamma es tal que un hombre sabio puede entrar pronto y permanecer en él, alcanzando por sí mismo a través del conocimiento directo la doctrina de su maestro’. Así que pronto aprendí ese Dhamma. En cuanto a la mera recitación y enumeración [de los puntos] de su enseñanza, podía hablar con conocimiento y seguridad; entonces, afirmé esto: ‘conozco y veo’ -y hubieron otros que hicieron lo mismo.

 

«Entonces, consideré esto: ‘No fue solamente a través de la mera fe que Rama declaró: «Alcanzado por mí mismo con conocimiento directo, entro y permanezco en este Dhamma». Ciertamente Rama permanece conociendo y viendo este Dhamma’. Entonces fui junto a Uddaka Ramaputta y le pregunté: ‘Amigo, ¿de qué forma declaró Rama que, alcanzado por él mismo con el conocimiento directo entró y permaneció en este Dhamma?’ Y contestando, Uddaka Ramaputta declaró la base de ni-percepción-ni-no-percepción.

 

«Entonces, consideré esto: ‘No solamente Rama tenía la fe, la energía, la atención consciente, la concentración y la sabiduría. Yo también tengo la fe, la energía, la atención consciente, la concentración y la sabiduría. ¿Qué tal si me esfuerzo por alcanzar el Dhamma en el que Rama declaró que entró y permaneció, alcanzándolo por sí mismo con el conocimiento directo?’

 

«Y así, pronto entré y permanecí en ese Dhamma, alcanzándolo por mí mismo con el conocimiento directo. Entonces fui junto a Uddaka Ramaputta y le pregunté: ‘Amigo, ¿es de esta manera que Rama declaró que entró y permaneció en este Dhamma alcanzándolo por sí mismo con el conocimiento directo?’ – ‘Esa es la manera, amigo’ – ‘Es de esta manera, amigo, que yo también entro y permanezco en este Dhamma, alcanzándolo por mí mismo con el conocimiento directo’ – ‘Es una ganancia para nosotros, amigo, una gran ganancia para nosotros, que tengamos al semejante venerable señor como compañero en la vida santa. Así que el Dhamma en el que Rama declaró que entró y permaneció, alcanzándolo por sí mismo con el conocimiento directo, es el mismo Dhamma en el que tú entras y permaneces, habiéndolo alcanzado por ti mismo con el conocimiento directo. Y el Dhamma en el que tú entras y permaneces, alcanzándolo por ti mismo con el conocimiento directo, es el Dhamma en el que Rama declaró que entró y permaneció alcanzándolo por mí mismo con el conocimiento directo. Así pues, conoces el Dhamma que conoció Rama, y Rama conoció el Dhamma que conoces tú. Como fue Rama, eres tú; como eres tú, fue Rama. Ven, amigo, dirige ahora tú esta comunidad’.

 

«De esta manera, Uddaka Ramaputta, mi compañero en la vida santa, me puso en la posición de un maestro y me concedió el honor más elevado. Pero se me ocurrió esto: ‘Este Dhamma no lleva al desencanto, al desapasionamiento, al cese, a la paz, al conocimiento directo, al Despertar, al Nibbana, sino solo a la reaparición en la base de ni-percepción-ni-no percepción’. No estando satisfecho con ese Dhamma, decepcionado, me marché.

 

[17] {279} «Siguiendo con la búsqueda, monjes, de lo que es saludable, buscando el estado supremo de la de paz sublime, recorrí por partes el país de Magadha, hasta que finalmente llegué a Uruvela en Senanigama. Allí vi un terreno agradable, un bosque encantador con un río de aguas claras con agradables y suaves riberas, que estaba cerca de un pueblo donde obtener la comida de las limosnas. Entonces, consideré esto: ‘Este es un terreno agradable, este es un bosque encantador con un río de aguas claras con agradables y suaves riberas, que está cerca del pueblo donde obtener la comida de la limosnas. Esto será apropiado para que el hijo del clan haga el esfuerzo, que intente esforzarse’. Y me senté allí pensando: ‘Esto será apropiado para hacer el esfuerzo’

 

[El Despertar]

 

[18] {280} «Entonces, monjes, siendo yo mismo sujeto al nacimiento, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto al nacimiento, buscando lo no nacido, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana, alcancé lo no nacido, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana; siendo yo mismo sujeto a la vejez, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto a la vejez, buscando la no vejez, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana, alcancé la no vejez, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana; siendo yo mismo sujeto a la enfermedad, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto a la enfermedad, buscando lo no enfermo, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana, alcancé lo no enfermo, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana;  siendo yo mismo sujeto a la muerte, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto a la muerte, buscando lo inmortal, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana, alcancé lo inmortal, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana; siendo yo mismo sujeto a la pena, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto a la pena, buscando el sosiego, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana, alcancé el sosiego, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana;  siendo yo mismo sujeto a las impurezas, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto a las impurezas, buscando lo puro, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana, alcancé lo puro, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana. Y surgió en mí este conocimiento y visión: ‘Mi liberación es inamovible; este es mi último nacimiento; he aquí, no hay futura renovación de la existencia’.

 

[19] {281} «Entonces, consideré esto: ‘Este Dhamma alcanzado por mí es profundo, difícil de ver, difícil de entender, apacible, excelso, que trasciende la dialéctica, sutil, inteligible para aprender. Sin embargo, esta generación se deleita en los placeres sensuales, se habitúa deleitarse en los placeres sensuales y se regocija en los placeres sensuales. Y para una generación que se deleita en los placeres sensuales, se habitúa deleitarse en los placeres sensuales y se regocija en los placeres sensuales, sería un asunto muy difícil el de ver la verdad, o sea, la condicionalidad y el surgimiento dependiente. También sería un asunto muy difícil de ver, el de calmar las formaciones mentales, renunciar a todos los apegos, destruir la avidez, alcanzar el desapasionamiento, el cese, el Nibbana. De modo que, si yo enseñara este Dhamma a otros y ellos no me entendieran, esto podría llegar a ser una fatiga para mí, podría llegar a ser una vejación para mí’. Y más adelante, surgieron de mí estos versos, nunca antes escuchados en el pasado:

 

Esto lo he ganado mediante una gran fatiga.

 

¡Suficiente! ¿Por qué debería darlo a conocer?

 

Para la gente consumida por la codicia y el odio,

 

este Dhamma es incomprensible.

 

Yendo en contra de la corriente,

 

sutil, profundo, difícil de ver y delicado,

 

oculto detrás de la esclavitud de las pasiones:

 

[invisible para los que] están encapotados por las tinieblas de la ignorancia. [2]

 

{282} «Considerando esto, mi mente se inclinó más bien hacia la inactividad y no hacia la enseñanza del Dhamma.

 

[20] «Entonces, al Brahma Sahampati, al haber conocido en su mente esta forma mía de razonar, se le ocurrió este pensamiento: ‘¡Ay, el mundo está perdido! ¡Ay, el mundo está destruido, en la medida que la mente del Tathagata, el Arahant plenamente despierto, se inclina más hacia la inactividad antes que hacia la enseñanza del Dhamma.’ Acto seguido, tan rápido como un fuerte hombre estira su brazo recogido o tan rápido como lo recoge estirado, el Brahma Sahampati, despareciendo del mundo del Brahma, se manifestó enfrente de mí. Entonces, habiendo arreglado su vestimenta exterior sobre uno de sus hombros, extendió sus manos en un reverencial saludo hacia mí, dijo: ‘Venerable señor, que el Bienaventurado enseñe el Dhamma, que Tathagata enseñe el Dhamma. He aquí, hay seres con poco polvo en sus ojos, quienes, al no escuchar el Dhamma, están decayendo, pero si a ellos se les enseñara el Dhamma, acrecentarían su imperfecto conocimiento. Así habló el Brahma Sahampati, y, habiendo dicho esto, agregó luego estos versos:

 

He aquí, ha aparecido en Magadha antes de ti,

 

un Dhamma no claro, divisado por las mentes impuras.

 

Abre esta puerta a lo inmortal y hazles escuchar

 

el Dhamma que es sin mancha y conduce al Despertar.

 

Como un hombre que estuviera parado en la cima de una montaña,

 

Pudiendo observar la gente abajo aunque estuviera muy lejos,

 

asimismo hazlo tú, ¡oh, poseedor de la preciosa sabiduría!,

 

¡Oh, tú que ves todo desde la terraza más alta de la verdad!

 

Mira hacia abajo, desde la liberación del dolor, hacia la gente

 

Hundida en el dolor, oprimida por el nacimiento y la vejez.

 

¡Levántate, héroe! ¡Conquistador de la batalla!

 

Tú, que eres liberado sin resto alguno, el Hombre de la Caravana,

 

que camina delante del mundo;

 

Qué el Bienaventurado Enseñe el Dhamma.

 

[21] {283} «Entonces, habiendo entendido la súplica del Brahma, a causa de la compasión hacia los seres, inspeccioné el mundo con la vista de un Despierto. Y cuando inspeccioné el mundo con la vista de un Despierto, he visto a los seres con poco polvo en sus ojos, he visto a los seres con mucho polvo en sus ojos, seres con sus facultades perspicaces y seres con facultades adormecidas, seres con buena predisposición y seres con mala predisposición, seres dóciles y seres indómitos, pocos, que vieran el temor en las faltas y en los mundos venideros. Al igual que en un estanque de agua de lotos azules, o en un estanque de agua de lotos rojos, o en un estanque de agua de lotos blancos, pocos son los lotos azules, rojos o blancos que, al nacer en el agua y al crecer en el agua, no emergen del agua y, sin embargo florecen mientras estén completamente sumergidos; y pocos son también los lotos azules, rojos o blancos que, al nacer en el agua y al crecer en el agua, alcanzan la superficie del agua; y pocos son también los lotos azules, rojos o blancos que, al nacer en el agua y al crecer en el agua, se levantan emergiendo del agua, purificados por el agua. De la misma manera, cuando inspeccioné el mundo con la vista de un Despierto, he visto a los seres con poco polvo en sus ojos, he visto a los seres con mucho polvo en sus ojos, seres con sus facultades perspicaces y seres con facultades adormecidas, seres con buena predisposición y seres con mala predisposición, seres dóciles y seres indómitos, pocos, que vieran el temor en las faltas y en los mundos venideros. Y viendo al Brahma Sahampati, me dirigí a él con este verso:

 

Abiertas están, para aquellos que escuchen, las puertas de lo inmortal;

 

hagámosles renunciar a su fe.

 

Pensando en la inútil fatiga, no he predicado, Brahma,

 

Este sublime y excelso Dhamma a los hombres.

 

«Entonces, el Brahma Sahampati pensó: ‘La oportunidad ha sido dada por mí para que el Bienaventurado enseñe el Dhamma.’ Y, saludándome, desapareció de ahí, manteniéndome a mí siempre a su lado derecho.

 

[22] {284} «Entonces, consideré esto: ‘¿A quién podría enseñar el Dhamma primero? ¿Quién podrá entender este Dhamma rápidamente?’ Entonces, se me ocurrió lo siguiente: «Ciertamente, este Alara Kalama es instruido, experimentado, sabio y, por mucho tiempo, ha tenido poco polvo en sus ojos. ¿Qué tal, si le enseño este Dhamma primero a Alara Kalama? Él lo entenderá rápidamente’. Pero entonces, unos devas me anunciaron esto: ‘Venerable señor, Alara Kalama ha muerto hace siete días’. Y así, surgió el conocimiento en mí de que Alara Kalama había muerto hace siete días. Y pené esto: ‘Alara Kalama era muy inteligente. Si él escuchara este Dhamma, lo comprendería rápidamente.’

 

[23] «Entonces, consideré esto: ‘¿A quién podría enseñar el Dhamma primero? ¿Quién podrá entender este Dhamma rápidamente?» Entonces, se me ocurrió lo siguiente: ‘Ciertamente, este Uddaka Ramaputta es instruido, experimentado, sabio y, por mucho tiempo, ha tenido poco polvo en sus ojos. ¿Qué tal, si le enseño este Dhamma primero a Uddaka Ramaputta? Él lo entenderá rápidamente’. Pero entonces, unos devas me anunciaron esto: «Venerable señor, Uddaka Ramaputta ha muerto anoche’. Y así, surgió el conocimiento en mí de que Uddaka Ramaputta había muerto anoche. Y pensé esto: ‘Uddaka Ramaputta era muy inteligente. Si él escuchara este Dhamma, lo comprendería rápidamente.’

 

[24] «Entonces, consideré esto: ‘¿A quién podría enseñar el Dhamma primero? ¿Quién podrá entender este Dhamma rápidamente?’ Entonces, se me ocurrió lo siguiente: ‘Para aquel grupo de los cinco monjes que me han esperado cuando resolví a esforzarme, esto sería muy útil. ¿Qué tal, si les enseño este Dhamma primero al grupo de los cinco monjes?’ Acto seguido, se me ocurrió esto: ‘Pero, ¿dónde estará morando este grupo de los cinco monjes ahora?’ Entonces, con el ojo divino, purificado y que sobrepasa el humano, visualicé el grupo de los cinco monjes morando cerca de Benares en Isipatana en el Parque de los Venados.

 

[Enseñanza del Dhamma]

 

[25] {285} «Entonces, monjes, cuando consideré que mi estadía en Uruvela era suficiente, partí de ahí y me dirigí hacia Benares. En esta ocasión, mientras caminaba a lo largo de la ruta que va desde Gaya al Árbol de la Iluminación, me vio el Ajivaka Upaka en el camino y viéndome, me habló de esta manera: ‘Amigo, tus órganos sensoriales son realmente puros, tu tez, brillante y muy clara. ¿Quién es tu maestro? ¿De quién es el Dhamma que profesas?’ Entonces, respondí a Ajivaka Upaka en verso:

 

Victorioso sobre todo, conocedor de todo, soy yo,

 

entre todas las cosas incorruptibles,

 

dejando todo, libre de la muerte y la avidez,

 

conociendo por mí mismo, ¿a quién podría yo seguir?

 

Para mí, no hay maestro,

 

uno como yo, no existe,

 

en este mundo con sus devas,

 

no hay nadie igual a mí.

 

Desde que soy perfecto en el mundo,

 

el maestro supremo soy yo.

 

Yo sólo soy el Despierto a todo,

 

llegué a estar sereno, a alcanzar el Nibbana.

 

Para poner en movimiento la rueda del Dhamma,

 

voy a la ciudad de Kasi,

 

tocando el tambor de la inmortalidad,

 

en el mundo que llegó a enceguecer.

 

[Upaka dijo:] «De acuerdo a lo que reclamas, amigo, deberías ser el victorioso de lo interminable.»

 

Como yo, son los victoriosos, realmente,

 

quien ha conseguido destruir las impurezas;

 

desvanecidas fueron por mí, todas las cosas perjudiciales,

 

así que, soy yo, Upaka, el victorioso.

 

«Cuando esto fue dicho, Upaka, el asceta desnudo, habiendo dicho: ‘Esto puede ser, amigo’, sacudió la cabeza y se fue por otro camino.

 

[26] {286} «Entonces, monjes, recorriendo a los estados, finalmente llegué Benares, al Parque de los Venados en Isipatana, donde estaba el grupo de los cinco monjes y me acerqué a ellos. En este momento, el grupo de los cinco monjes me vio venir desde cierta distancia. Y viéndome, se pusieron de acuerdo entre sí de esta manera: ‘Amigos, este asceta Gotama está viniendo; él vive ahora en abundancia, está vacilando en su esfuerzo y ha vuelto a la vida abundante. Él no debería ser saludado, ni deberíamos ponernos de pie, ni debería ser recibido su cuenco ni su hábito amarillo; sin embargo, el asiento pude ser puesto y él puede sentarse, si lo desea. Sin embargo, mientras me acercaba, aquellos monjes se encontraron con que no fueron capaces de adherirse a su propio acuerdo previo; pues uno salió a recibirme, otro tomó mi cuenco y el hábito exterior, otro me preparó el asiento y otro trajo el agua para lavar mis pies. Sin embargo, se dirigían a mí por mi nombre, usando el epíteto ‘amigo’.

 

[27] «Por eso les dije: ‘No os dirijáis, monjes, al Tathagata por su nombre, usando el epíteto «amigo». El Tathagata, monjes, es un Arahant, perfectamente despierto. Prestad atención, monjes, lo inmortal ha de ser hallado. Voy a instruiros y voy a enseñaros el Dhamma. Haciendo recorrido acorde a lo que debe ser disfrutado, realizado pronto aquí y ahora por vuestro propio conocimiento: la meta suprema de la vida santa por la cual, el joven hombre hogareño correctamente renuncia a la vida hogareña, para vivir el estilo de vida sin hogar’.

 

«Cuando esto fue dicho, el grupo de los cinco monjes se dirigió a mí con estas palabras: ‘Pero tú, amigo Gotama, no alcanzaste el estado del hombre superior, la eminencia de la visión del verdadero noble conocimiento, la perfección de la conducta mediante su curso de la práctica de austeridades. ¿Cómo puedes tú llegar al estado del hombre superior, a la eminencia de la visión del verdadero noble conocimiento, mientras vivas en abundancia, estés vacilando en tu esfuerzo y hayas vuelto a la vida abundante?’ Cuando esto fue dicho, me dirigí al grupo de los cinco monjes con estas palabras: ‘El Tathagata, monjes, no vive en abundancia, no está vacilando en su esfuerzo ni ha vuelto a la vida abundante. El Tathagata, monjes, es un Arahant perfectamente iluminado. Prestad atención, monjes, lo inmortal ha de ser hallado. Voy a instruiros y voy a enseñaros el Dhamma. Haciendo recorrido acorde a lo que debe ser disfrutado, realizado pronto aquí y ahora por vuestro propio conocimiento: la meta suprema de la vida santa por la cual, el joven hombre hogareño correctamente abandona la forma de vida hogareña, para vivir el estilo de vida sin hogar’.

 

«Y por segunda vez, el grupo de los cinco monjes se dirigió a mí con estas palabras: ‘Pero tú, amigo Gotama, no alcanzaste el estado del hombre superior…’ y por segunda vez me dirigí al grupo de los cinco monjes con estas palabras: ‘El Tathagata, monjes, no vive en abundancia…’ Y por tercera vez, el grupo de los cinco monjes se dirigió a mí con estas palabras: ‘Pero tú, amigo Gotama, no alcanzaste el estado del hombre superior… ¿Cómo puedes tú llegar al estado del hombre superior, a la eminencia de la visión del verdadero noble conocimiento, mientras vivas en abundancia, estés vacilando en tu esfuerzo y hayas vuelto a la vida abundante?’

 

[28] «Cuando esto fue dicho, les pregunté a los cinco monjes: ‘¿Aceptáis, monjes, que nunca antes he hablado a vosotros de esta manera?’ – ‘No lo hiciste, venerable señor’. – ‘El Tathagata, monjes, es un Arahant plenamente iluminado. Prestad atención, monjes, lo inmortal ha de ser hallado. Voy a instruiros y voy a enseñaros el Dhamma. Haciendo recorrido acorde a lo que debe ser disfrutado, realizado pronto aquí y ahora por vuestro propio conocimiento: la meta suprema de la vida santa por la cual, el joven hombre hogareño correctamente abandona la forma de vida hogareña, para vivir el estilo de vida sin hogar.

 

[29] «Entonces, supe convencer al grupo de los cinco monjes. Después de esto sucedió que, algunas veces instruía a dos monjes, mientras los otros tres salían en busca de la comida de las limosnas y el sexto de nosotros se alimentaba de lo que aquellos tres monjes traían de las limosnas. Otras veces instruía a tres monjes, mientras los otros dos salían en busca de la comida de las limosnas y el sexto de nosotros se alimentaba de lo que aquellos dos monjes traían de las limosnas.

 

[30] «Entonces, aquellos monjes del grupo de los cinco, enseñados así por mí e instruidos, siendo ellos mismos sujetos al nacimiento, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto al nacimiento, buscando lo no nacido, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana, alcanzaron lo no nacido, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana; siendo ellos mismos sujetos a la vejez, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto a la vejez, buscando la no vejez, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana, alcanzaron la no vejez, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana; siendo ellos mismos sujetos a la enfermedad, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto a la enfermedad, buscando lo no enfermo, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana, alcanzaron lo no enfermo, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana;  siendo ellos mismos sujetos a la muerte, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto a la muerte, buscando lo inmortal, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana, alcanzaron lo inmortal, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana; siendo ellos mismos sujetos a la pena, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto a la pena, buscando el sosiego, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana, alcanzaron el sosiego, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana;  siendo ellos mismos sujetos a las impurezas, habiendo comprendido el peligro de lo que está sujeto a las impurezas, buscando lo puro, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana, alcanzaron lo puro, la suprema seguridad de la esclavitud, el Nibbana. Y surgió en ellos este conocimiento y visión: ‘Nuestra liberación es inamovible; este es nuestro último nacimiento; he aquí, no hay futura renovación de la existencia’.

 

[Los placeres sensuales]

 

[31] {287} «Monjes, he aquí estas cinco cuerdas de los placeres sensuales [3]. ¿Cuáles son estas cinco? Las formas cognoscibles a través del ojo: codiciables, deseables, agradables y atractivas. Conectadas con los deseos sensuales y tentadoras. Los sonidos cognoscibles a través del oído… Los olores cognoscibles a través de la nariz… Los sabores cognoscibles a través de la lengua… Las sensaciones tangibles cognoscibles a través del cuerpo: codiciables, deseables , agradables y atractivas. Conectadas con los deseos sensuales y tentadoras. Éstas son, monjes, las cinco cuerdas de los placeres sensuales.

 

[32] «De los ascetas y brahmanes que están atados a esas cinco cuerdas de los placeres sensuales, encaprichados con ellas y totalmente entregados a ellas, que no ven el peligro de ellas ni comprenden el escape de ellas, puede comprenderse esto: ‘ellos van a encontrar la calamidad, van a encontrar el desastre, el Malvado puede hacer con ellos lo que quiera’. Imaginad a un venado en el bosque atrapado por un montón de trampas, de tal manera que se pueda comprender de él: ‘él va a encontrar la calamidad, va a encontrar el desastre, el cazador puede hacer con él lo que quiera y cuando llegue el cazador, ya no podrá ir adonde desea’. De la misma manera, de los ascetas y brahmanes que están atados a esas cinco cuerdas de los placeres sensuales, encaprichados con ellas y totalmente entregados a ellas, que no ven el peligro de ellas ni comprenden el escape de ellas, puede comprenderse esto: ‘ellos van a encontrar la calamidad, van a encontrar el desastre, el Malvado puede hacer con ellos lo que quiera’.

 

[33] «Pero de los otros ascetas y brahmanes que no están atados a esas cinco cuerdas de los placeres sensuales, tampoco están encaprichados con ellas ni entregados totalmente a ellas, que ven el peligro de ellas y comprenden el escape de ellas, puede comprenderse esto: ‘ellos no van a encontrar la calamidad, no van a encontrar el desastre y el Malvado no puede hacer con ellos lo que quiera’. Imaginad a un venado en el bosque que no está atrapado por un montón de trampas, de tal manera que se pueda comprender de él: ‘él no va a encontrar la calamidad, no va a encontrar el desastre, el cazador no podrá hacer con él lo que quiera y cuando llegue el cazador, él podrá ir adonde desea’. De la misma manera, de los ascetas y brahmanes que no están atados a esas cinco cuerdas de los placeres sensuales, tampoco están encaprichados con ellas ni entregados totalmente a ellas, que ven el peligro de ellas y comprenden el escape de ellas, puede comprenderse esto: ‘ellos no van a encontrar la calamidad, no van a encontrar el desastre y el Malvado no puede hacer con ellos lo que quiera’.

 

[34] «Monjes, imaginad a un venado del bosque que recorre el bosque: camina confiadamente, se para confiadamente, se sienta confiadamente y se recuesta confiadamente. Y, ¿por qué así? Porque está fuera del alcance del cazador. Así también, totalmente apartado de los placeres sensuales, apartado de los perjudiciales estados mentales, el monje entra y permanece en el primer jhana, el cual está acompañado por el pensamiento aplicado y sostenido, el arrobamiento y felicidad, nacidos de la reclusión. De este monje se dice que ha enceguecido al Mara, que se ha hecho invisible para el Malvado y que ha privado los ojos del Mara de su oportunidad.

 

[35] «Además, al calmar el pensamiento aplicado y sostenido, entra y permanece en el segundo jhana, que se caracteriza por la tranquilidad interior y unificación de la mente; libre del pensamiento aplicado y sostenido, lleno de arrobamiento y felicidad nacidos de la concentración. De este monje se dice que ha enceguecido al Mara, que se ha hecho invisible para el Malvado y que ha privado los ojos del Mara de su oportunidad.

 

[36] «Además, con la desaparición del arrobamiento, permanece ecuánime, con la atención consciente y clara comprensión, experimentando la felicidad en su cuerpo; entra y permanece en el tercer jhana, del cual los nobles declararon: ‘es ecuánime, atentamente consciente; es alguien que encontró una morada placentera.’ De este monje se dice que ha enceguecido al Mara, que se ha hecho invisible para el Malvado y que ha privado los ojos del Mara de su oportunidad.

 

[37] «Además, con el abandono del placer y la pena, con la previa desaparición de la alegría y el displacer, entra y permanece en el cuarto jhana, que no es doloroso ni placentero y se caracteriza por la purificación de la atención consciente a través de la ecuanimidad. De este monje se dice que ha enceguecido al Mara, que se ha hecho invisible para el Malvado y que ha privado los ojos del Mara de su oportunidad.

 

[38] «Además, trascendiendo completamente las percepciones de las formas sensoriales, con la desaparición de la percepción de la resistencia, no atendiendo a las percepciones de la diversidad, pensando ‘el espacio infinito’, entra y permanece en la esfera del espacio infinito. De este monje se dice que ha enceguecido al Mara, que se ha hecho invisible para el Malvado y que ha privado los ojos del Mara de su oportunidad.

 

[39] «Además, trascendiendo completamente la esfera del espacio infinito, pensando ‘la conciencia infinita’, entra y permanece en la esfera de la conciencia infinita. De este monje se dice que ha enceguecido al Mara, que se ha hecho invisible para el Malvado y que ha privado los ojos del Mara de su oportunidad.

 

[40] «Además, trascendiendo completamente la esfera de la conciencia infinita, pensando ‘no hay nada’, entra y permanece en la esfera de la nada. De este monje se dice que ha enceguecido al Mara, que se ha hecho invisible para el Malvado y que ha privado los ojos del Mara de su oportunidad.

 

[41] «Además, trascendiendo completamente la esfera de la nada, entra y permanece en la esfera de la ni-percepción-ni-la-no-percepción. De este monje se dice que ha enceguecido al Mara, que se ha hecho invisible para el Malvado y que ha privado los ojos del Mara de su oportunidad.

 

[42] «Además, trascendiendo completamente la esfera de la ni-percepción-ni-la-no-percepción el monje entra y permanece en el cese de la percepción y la sensación. Y sus contaminaciones están destruidas gracias a su forma de ver con sabiduría. De este monje se dice que ha enceguecido al Mara, que se ha hecho invisible para el Malvado, que ha privado los ojos del Mara de su oportunidad y que ha trascendido las ataduras del mundo. Él camina confiadamente, se para confiadamente, se sienta confiadamente y se recuesta confiadamente. Y, ¿por qué así? Porque está fuera del alcance del Malvado.

 

Esto es lo que dijo el Bienaventurado y los monjes fueron satisfechos y se deleitaron en las palabras del Bienaventurado.


 

NOTAS:

 

[1] Los Comentarios señalan tanto (1) el segundo jhana como (2) el objeto básico de la meditación, se considera como «ariyo tunhibbhavo». Agregan que cuando uno no puede alcanzar el segundo jhana puede mantener el noble silencio atendiendo a su objeto básico de meditación.

 

[2] El material con el Brahma y otros componentes sobrenaturales, comprendido entre los versos [19] a [21], no está en la versión china de este sutta del Canon Sarvastivadin.

 

[3] Esta sección revierte el tema de la búsqueda noble e innoble, con la cual el Buda abre el presente Discurso. Con esto, intenta a demostrar que la mera adopción de la vida monástica no garantiza que uno se embarcó con la noble búsqueda: alguien de la búsqueda innoble, igualmente puede recorrer la vida monástica (Cf. Bodhi,2001:1219).


 
 

FUENTES:

 

Bhukkhu Nanamoli y Bhikkhu Bodhi (2001) «Ariyapariyesana Sutta: The Noble Search» en The Middle Discourses of the Buda: A Translation of the Majjhima Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Págs. 253-268.

 

«Pasarasisutta» en World Tipitaka Edition, http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/9M/3/3.6 13 de mayo de 2008


 

Traducido y editado por Isidatta para el Bosque Theravada, 2011

Publicación del Bosque Theravada, 2011