Parte III: Los factores básicos

Del libro «37 cualidades mentales que llevan a Iluminación«, por Thanissaro Bhikkhu.

H. El discernimiento: la Recta Visión

ii. La Primera Verdad {196-207}

 


Pasajes del Canon Pali

{196} «¿Y cuál es, monjes, la noble verdad del sufrimiento? Esto debería decirse: las seis base internas de los sentidos. ¿Cuáles seis? La base del ojo, la base del oído, la base de la lengua, la base del olfato, la base del tacto y la base de la lengua. Ésta es, monjes, la noble verdad del sufrimiento.

SN 56,14

{197} “Monjes, todo está ardiendo. ¿Y qué es este “todo” que está ardiendo?

“El ojo está ardiendo, las formas están ardiendo, la conciencia del ojo está ardiendo, el contacto del ojo está ardiendo, también toda la sensación placentera o penosa o la que no es ni placentera ni penosa dependiente del ojo como su condición indispensable, está ardiendo. ¿Ardiendo con qué? Ardiendo con el fuego de la avidez, con el fuego del aborrecimiento, con el fuego de la falsa ilusión. Os digo, está ardiendo con el nacimiento, con la vejez y la muerte, con las penas, lamentaciones y dolores, con angustia y desesperación.

“El oído está ardiendo…

“La nariz está ardiendo…

“La lengua está ardiendo…

“El cuerpo está ardiendo…

“La mente está ardiendo, las ideas están ardiendo, la conciencia de la mente está ardiendo, el contacto de la mente está ardiendo, también toda la sensación placentera o penosa o la que no es ni placentera ni penosa dependiente de la mente como su condición indispensable, está ardiendo. ¿Ardiendo con qué? Ardiendo con el fuego de la avidez, con el fuego del aborrecimiento, con el fuego de la falsa ilusión. Os digo, está ardiendo con el nacimiento, con la vejez y la muerte, con las penas, lamentaciones y dolores, con angustia y desesperación.

SN  35,28

{198} «¿Y qué es, monjes, la noble verdad del sufrimiento? El nacimiento es sufrimiento, la vejez es sufrimiento, la muerte es sufrimiento; la pena, la lamentación, el dolor, la aflicción y la desesperanza es el sufrimiento. La asociación con algo que a uno no le gusta, es sufrimiento, la disociación con algo que a uno le gusta, es sufrimiento, no obtener lo que uno quiere es sufrimiento. En breve, los cinco cúmulos del apego son sufrimiento.

«¿Y qué es el nacimiento, monjes? El nacimiento de los seres dentro de las varias clases de seres, su llegada al nacimiento, la precipitación [hacia el útero], el engendramiento, la manifestación de los cinco cúmulos y la obtención de las bases para el contacto -esto es llamado nacimiento.

«¿Y qué es la vejez, monjes? La vejez de los seres dentro de las varias clases de seres, su edad senil, la caída de los dientes, la aparición de la canicie, las arrugas de la piel, el declive de la vida y el debilitamiento de las facultades -esto es llamado vejez.

«¿Y qué es la muerte, monjes? El paso de los seres fuera de las varias clases de seres, su fallecimiento, la disolución, la desaparición, la agonía, la terminación del tiempo, la disolución de los cinco cúmulos y la deposición del cuerpo -esto es llamado muerte.

«¿Y qué es, monjes, el pesar? El pesar, la congoja, el tormento, el pesar interno, pesadumbre interior de alguien que se encontró con algún infortunio o ha sido afectado por algún estado penoso -esto se llama pesar.

«¿Y qué es, amigos, la lamentación? La queja y el lamento, quejarse y lamentarse, el clamor y la lamentación  de alguien que se encontró con algún infortunio o ha sido afectado por algún estado lamentable -esto se llama lamentación.

«¿Y qué es, amigos, el dolor? El dolor corporal, el malestar corporal desagradable, una sensación dolorosa producida por el contacto del cuerpo -esto se llama dolor.

«¿Y qué es, amigos, la aflicción? Aflicción mental,  el malestar mental desagradable, una sensación de aflicción producida por el contacto de la mente -esto se llama aflicción.

«¿Y qué es, monjes, la desesperanza? La angustia y el desespero, la tribulación y la desesperación, de alguien que se encontró con algún infortunio o ha sido afectado por algún estado penoso -esto se llama desesperanza.

«¿Y qué es, monjes, ‘la asociación con algo que a uno no le gusta’? Dondequiera y siempre que uno encuentre desplacientes, desagradables e indeseables objetos de la vista, el sonido, el olfato, el sabor, el tacto y objetos mentales, o dondequiera y siempre que uno encuentre quienes le desean mala fortuna a uno, el daño, las dificultades o la inseguridad; si uno se asocia, encuentra, entra en contacto o se une a ellos, esto se llama, monjes, ‘la asociación con algo que a uno no le gusta’.

«¿Y qué es, monjes, ‘la disociación con algo que a uno le gusta’? Dondequiera y siempre que uno encuentre placenteros, agradables y deseables objetos de la vista, el sonido, el olfato, el sabor, el tacto y objetos mentales, o dondequiera y siempre que uno encuentre quienes le desean buena fortuna a uno, la prosperidad, el confort o la seguridad como si fuera la propia madre o el padre, como hermano o hermana, como el amigo, colega o pariente; si uno se asocia, encuentra, entra en contacto o se une a ellos, esto se llama, monjes, ‘la disociación con algo que a uno le gusta’.

«¿Y qué es, monjes, ‘no obtener lo deseado es sufrimiento’? A los seres sujetos al nacimiento llega este deseo: ‘Ojalá no estuviéramos sujetos al nacimiento. Sería bueno que aquel nacimiento no nos llegara’. Pero esto no es algo que se obtiene deseando y el no obtener algo que uno quiere, es sufrimiento.  A los seres sujetos a la vejez… sujetos a la enfermedad… sujetos a la muerte… sujetos al pesar, la lamentación, el dolor, la aflicción y la desesperanza llega este deseo: ‘Ojalá no estuviéramos sujetos al pesar, la lamentación, el dolor, la aflicción y la desesperanza. Sería bueno que aquel pesar, la lamentación, el dolor, la aflicción y la desesperanza no nos llegaran’. Pero esto no es algo que se obtiene deseando y el no obtener algo que uno quiere, es sufrimiento.

«¿Y qué es, monjes, ‘los cinco cúmulos del apego, en breve, son sufrimiento’? He aquí hay el cúmulo de las formas materiales afectado por el apego,  el cúmulo de las sensaciones afectado por el apego, el cúmulo de las percepciones afectado por el apego, el cúmulo de las formaciones mentales afectado por el apego, el cúmulo de los estados de consciencia afectado por el apego. Esto es, monjes, ‘los cinco cúmulos del apego, en breve, son sufrimiento’. Esta es, monjes, la noble verdad del sufrimiento.

DN 22

{199} «Es así, monje, estos cinco conjuntos están sujetos al apego, monje, es decir, el conjunto de las formas sujeto al apego, el conjunto de las sensaciones sujeto al apego, el conjunto de las percepciones sujeto al apego, el conjunto de las formaciones mentales sujeto al apego y el conjunto de los estados de consciencia sujeto al apego.»

Diciendo «Muy bien, venerable señor», aquel monje se deleitó y se regocijó en las palabras del Bienaventurado, después de lo cual se dirigió al Bienaventurado con otra pregunta:

«Pero, venerable señor, ¿en qué se arraigan estos cinco conjuntos sujetos al apego?»

«Estos cinco conjuntos sujetos al apego se arraigan en el deseo, monje».

«Venerable señor, ¿es aquel apego lo mismo que los cinco conjuntos sujetos al apego o, el apego es algo diferente de los cinco conjuntos sujetos al apego?»

«Monje, aquel apego no es lo mismo que los cinco conjuntos sujetos al apego pero tampoco el apego es algo diferente de los cinco conjuntos sujetos al apego. Más bien, el deseo excitante por ellos, es el apego aquí.»

Diciendo «Muy bien, venerable señor», aquel monje se deleitó y se regocijó en las palabras del Bienaventurado, después de lo cual se dirigió al Bienaventurado con otra pregunta:

«Pero, venerable señor, ¿puede haber una diversidad de estos deseos excitantes por los cinco conjuntos sujetos al apego?»

«Puede haberlos, monje», respondió el Bienaventurado. «He aquí, monje, esto puede ocurrírsele a alguien: ‘Que tenga ésta forma en el futuro. Que tenga ésta sensación en el futuro. Que tenga ésta percepción en el futuro. Que tenga éstas formaciones mentales en el futuro. Que tenga éstos estados de conciencia en el futuro.’ De esta manera, monje, puede haber una diversidad de los deseos excitantes por los cinco conjuntos sujetos al apego.»

MN 109

{200} «Y ¿por qué, monjes, lo llamáis forma? ‘Esto es deformado’, monjes, por lo tanto se llama forma. Y deformado ¿por qué? Deformado por el frío, deformado por el calor, deformado por el hambre, deformado por la sed, deformado por el contacto con las moscas, los mosquitos, el viento, el sol y las serpientes. ‘Esto es deformado’, monjes, por lo tanto se llama forma.

«Y ¿por qué, monjes, lo llamáis sensación? ‘Se siente’, monjes, por lo tanto se llama sensación. Y ¿qué es lo que se siente? Se siente placer, se siente pena y se siente ni-pena-ni-placer. ‘Se siente’, monjes, por lo tanto se llama sensación.

«Y ¿por qué, monjes, lo llamáis percepción? ‘Se percibe’, monjes, por lo tanto se llama sensación. Y ¿qué es lo que se percibe? Se percibe el azul, se percibe el amarillo, se percibe el rojo, se percibe el blanco. ‘Se percibe’, monjes, por lo tanto se llama percepción.

«Y ¿por qué, monjes, les llamáis formaciones mentales? ‘Ellas construyen lo condicionado’, monjes, por lo tanto se llaman formaciones mentales. Y ¿qué es lo condicionado que construyen? Construyen la forma condicionada como forma; construyen la sensación condicionada como sensación; construyen la percepción condicionada como percepción; construyen las formaciones mentales condicionadas como formaciones mentales; construyen el estado de conciencia como estado de conciencia. ‘Ellas construyen lo condicionado’, monjes, por lo tanto se llaman formaciones mentales.

«Y ¿por qué, monjes, lo llamáis conciencia? ‘Se llega a conocer’, monjes, por lo tanto se llama conciencia. Y ¿qué es lo que se llega a conocer? Se llega a conocer lo agrio; se llega a conocer lo amargo; se llega a conocer lo picante; se llega a conocer lo dulce, se llega a conocer lo blando; se llega a conocer salado; se llega a conocer lo templado. ‘Se llega a conocer’, monjes, por lo tanto se llama conciencia.

SN 22,7

{201} (En breve)

MN 43

{202} Forma. [Sariputta:] «Y, ¿qué es, amigos, el cúmulo del apego de la forma? Son los cuatro grandes elementos y las formas derivadas de estos cuatro elementos.

«Y, ¿cuáles son estos cuatro grandes elementos? Estos son: el elemento de la tierra, el elemento del agua, el elemento del fuego y el elemento del aire.

«Y, ¿qué es, amigos, el elemento de la tierra? El elemento de la tierra puede ser tanto interno como externo. Y, ¿qué es el elemento interno de la tierra? Todo lo que internamente, perteneciendo a uno mismo, es sólido, solidificado o adherido, es decir, cabellos, vellos, uñas, dientes, piel, carne, tendones, huesos, riñones, corazón, hígado, membrana, bazo, pulmones, intestinos, mesenterio, comida sin digerir, excremento o cualquier otra cosa que internamente, perteneciendo a uno mismo, es sólida, solidificada o adherida: todo esto se llama el elemento interno de la tierra. Ahora bien, ambos -el elemento interno de la tierra y el elemento externo de la tierra- se constituyen simplemente en el elemento de la tierra. Y éste debería ser visto tal como realmente es con la correcta sabiduría así: ‘esto no es mío, esto no soy yo, esto no es mi yo’. Cuando uno ve esto tal como realmente es con la correcta sabiduría, uno llega a estar desencantado con el elemento de la tierra y hace que su mente sea desapasionada hacia el elemento de la tierra…

«Y, ¿qué es, amigos, el elemento del agua? El elemento del agua puede ser tanto interno como externo. Y, ¿qué es el elemento interno del agua? Todo lo que internamente, perteneciendo a uno mismo, es líquido, aguado o adherido, es decir, bilis, flema, pus, sangre, sudor, grasa, lágrimas, linfa, saliva, moco, sinovia, orín o cualquier otra cosa que internamente, perteneciendo a uno mismo, es líquida, aguada o adherida: todo esto se llama el elemento interno del agua. Ahora bien, ambos -el elemento interno del agua y el elemento externo del agua- se constituyen simplemente en el elemento del agua. Y éste debería ser visto tal como realmente es con la correcta sabiduría así: ‘esto no es mío, esto no soy yo, esto no es mi yo’. Cuando uno ve esto tal como realmente es con la correcta sabiduría, uno llega a estar desencantado con el elemento del agua y hace que su mente sea desapasionada hacia el elemento del agua…

«Y, ¿qué es, amigos, el elemento del fuego? El elemento del fuego puede ser tanto interno como externo. Y, ¿qué es el elemento interno del fuego? Todo lo que internamente, perteneciendo a uno mismo, es fuego, flameante o adherido, es decir, aquello por lo cual uno está caliente, envejecido y consumado, y aquello por lo cual, aquello que se come bebe y consume, aquello que se saborea, llega a estar completamente digerido, o cualquier otra cosa que internamente, perteneciendo a uno mismo, es fuego, flameante o adherida: todo esto se llama el elemento interno del fuego. Ahora bien, ambos -el elemento interno del fuego y el elemento externo del fuego- se constituyen simplemente en el elemento del fuego. Y éste debería ser visto tal como realmente es con la correcta sabiduría así: ‘esto no es mío, esto no soy yo, esto no es mi yo’. Cuando uno ve esto tal como realmente es con la correcta sabiduría, uno llega a estar desencantado con el elemento del fuego y hace que su mente sea desapasionada hacia el elemento del fuego…

«Y, ¿qué es, amigos, el elemento del aire? El elemento del aire puede ser tanto interno como externo. Y, ¿qué es el elemento interno del aire? Todo lo que internamente, perteneciendo a uno mismo, es aire, aireado o adherido, es decir, los vientos que se elevan, los vientos que bajan, los vientos en el vientre, los vientos en los intestinos, los vientos que atraviesan a los miembros, la inhalación, la exhalación, o cualquier otra cosa que internamente, perteneciendo a uno mismo, es aire, aireado o adherida: todo esto se llama el elemento interno del aire. Ahora bien, ambos -el elemento interno del aire y el elemento externo del aire- se constituyen simplemente en el elemento del aire. Y éste debería ser visto tal como realmente es con la correcta sabiduría así: ‘esto no es mío, esto no soy yo, esto no es mi yo’. Cuando uno ve esto tal como realmente es con la correcta sabiduría, uno llega a estar desencantado con el elemento del aire y hace que su mente sea desapasionada hacia el elemento del aire.

MN 28

{203} [Sariputta:]  «Ahora bien, llega el tiempo, en el cual el elemento del agua se ve perturbado. Entonces, arrastra consigo pueblos, aldeas, ciudades, distritos y países. Llega el tiempo, en el cual el elemento del agua del gran océano se hunde a cien leguas, a doscientas leguas, a trescientas leguas, a cuatrocientas leguas, a quinientas leguas a seiscientas leguas y a setecientas leguas. Llega el tiempo, en el cual el elemento del agua del gran océano se eleva a siete palmas de profundidad, a seis… a dos palmas de profundidad, a una sola palma de profundidad. Llega el tiempo, en el cual el elemento del agua del gran océano se eleva a siete brazas de profundidad, a seis… a dos brazas de profundidad, a una sola braza de profundidad. Llega el tiempo, en el cual el elemento del agua del gran océano se eleva a media braza de profundidad, a seis… a dos tallas de profundidad, sólo a una talla de profundidad, sólo a una rodilla de profundidad, sólo a un tobillo de profundidad. Llega el tiempo, en el cual el elemento del agua del gran océano no es suficiente ni siquiera para mojar un dedo. Siendo que hasta este elemento externo del agua -así de grande como es- se manifiesta como impermanente, sujeto a la destrucción, desaparición y el cambio, ¿cuánto más este cuerpo, que está sujeto por la codicia y dura sólo un momento? Esto no puede ser considerado como ‘yo’, ‘mío’ o ‘yo soy’…

«Ahora bien, llega el tiempo, en el cual el elemento del fuego se ve perturbado. Entonces, quema a los pueblos, las aldeas, las ciudades, los distritos y los países. Se extingue por falta de combustible solamente cuando llega a los pastos verdes, al camino, a las rocas, al agua o al espacio libre. Llega el tiempo, en el cual se esfuerzan para hacer fuego incluso para los asuntos de cocina o de una mondadura cubierta. Siendo que hasta este elemento externo del fuego -así de grande como es- se manifiesta como impermanente, sujeto a la destrucción, desaparición y el cambio, ¿cuánto más este cuerpo, que está sujeto por la codicia y dura sólo un momento? Esto no puede ser considerado como ‘yo’, ‘mío’ o ‘yo soy’.

MN 28

{204} Sensación. [Hermana Dhammadinna:] «Hay tres clases de sensación: sensación placentera, sensación dolorosa y sensación ni-placentera-ni-dolorosa… todo lo que es sentido, corporal o mentalmente, como placentero y confortable, es sensación placentera. Todo lo que es sentido, corporal o mentalmente, como penoso y doloroso, es sensación dolorosa. Todo lo que es sentido, corporal o mentalmente, ni como placentero y ni como doloroso, es sensación ni-placentera-ni-dolorosa… la sensación placentera es placentera cuando la misma persiste y dolorosa cuando cambia. La sensación dolorosa es dolorosa cuando la misma persiste y placentera cuando cambia. La sensación ni-placentera-ni-dolorosa es placentera cuando hay conocimiento y dolorosa, cuando se carece del conocimiento.»

MN 44

{205} «Y ¿qué son, monjes, las formaciones mentales? He aquí, monjes, existen estas seis clases de volición: la volición en relación a las formas, la volición en relación a los sonidos, la volición en relación a los olores, la volición en relación a los sabores, la volición en relación a los objetos táctiles y la volición en relación a los objetos mentales. Esto se llama las formaciones mentales.

SN 22,56

{206} (En breve)

DN 33

{207} (En breve)

MN 38