Los sentidos son como anzuelos del Mara: quien se los traga sufre calamidades y desastres.
[230] {230} «Monjes, imaginad a un pescador que ha arrojado el anzuelo en las profundidades de un lago y a un pez que, buscando la comida se lo tragó. Aquel pez que se tragó el anzuelo arrojado por el pescador sólo sufriría calamidad y desastre, y el pescador podría hacer con él lo que quisiese. De la misma manera, monjes, existen estos seis anzuelos en este mundo para la calamidad de los seres, para la matanza de los seres vivos.
«He aquí, monjes, están las formas cognoscibles a través del ojo, que son deseables, encantadoras, agradables, placenteras, tentadoras y seductoras. Cuando el monje mira el deleite que está en ellas, les da la bienvenida y permanece asido a ellas, es llamado el monje que ha tragado el anzuelo del Mara. Se ha encontrado con la calamidad y el desastre, y el Malvado puede hacer con él lo que quiere.
«Además, monjes, están los sonidos cognoscibles a través del oído… los aromas cognoscibles a través de la nariz… los sabores cognoscibles a través de la lengua… los objetos táctiles cognoscibles a través del cuerpo… los fenómenos cognoscibles a través de la mente, que son deseables, encantadores, agradables, placenteros, tentadores y seductores. Cuando el monje mira el deleite que está en ellos, les da la bienvenida y permanece asido a ellos, es llamado el monje que ha tragado el anzuelo del Mara. Se ha encontrado con la calamidad y el desastre, y el Malvado puede hacer con él lo que quiere.
«He aquí, monjes, están las formas cognoscibles a través del ojo, que son deseables, encantadoras, agradables, placenteras, tentadoras y seductoras. Cuando el monje no mira el deleite que está en ellas, no les da la bienvenida ni permanece asido a ellas, es llamado el monje que no ha tragado el anzuelo del Mara, que ha roto el anzuelo, que destruyó el anzuelo. Él no se ha encontrado con la calamidad ni con el desastre, y el Malvado no puede hacer con él lo que quiere.
«Además, monjes, están los sonidos cognoscibles a través del oído… los aromas cognoscibles a través de la nariz… los sabores cognoscibles a través de la lengua… los objetos táctiles cognoscibles a través del cuerpo… los fenómenos cognoscibles a través de la mente, que son deseables, encantadores, agradables, placenteros, tentadores y seductores. Cuando el monje no mira el deleite que está en ellos, no les da la bienvenida ni permanece asido a ellos, es llamado el monje que no ha tragado el anzuelo del Mara, que ha roto el anzuelo, que destruyó el anzuelo. Él no se ha encontrado con la calamidad ni con el desastre, y el Malvado no puede hacer con él lo que quiere.»
FUENTES:
Bhikkhu Bodhi (2000) «The Fisherman Simile» en The Connected Discourses of the Buda: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Pág. 1228.
«Balisikopamasutta» en World Tipitaka Edition, http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/13S4/1/1.4/1.4.3/1.4.3.3 13 de mayo de 2008
Traducido y editado por Anton P. Baron
Publicación de Bosque Theravada, 2010.