Restringiendo los sentidos se logra la comprensión del origen y desaparición de los estados mentales que causan la insatisfacción.
[244] «Monjes, cuando el monje comprende cómo realmente es el origen y la desaparición de todos aquellos estados que ocasionan la insatisfacción, entonces los placeres sensuales son vistos por él de manera tal que, viendo en ellos el deseo sensual, la afección sensual, el amor ciego y la pasión sensual, los mismos no se encuentran más latentes dentro de él en consideración a los placeres sensuales. Entonces, él ha comprendido el modo de conducta y la manera de morar de manera tal que, cuando se conduce de este modo a sí mismo y mora así, los malos e insalubres estados no fluyen en él [1].
«Y, ¿cómo, monjes, el monje comprende cómo realmente es el origen y la desaparición de todos aquellos estados que ocasionan la insatisfacción? ‘Así es la forma, así es su origen, así es su desaparición. Así es la sensación… Así es la percepción… Así son las formaciones mentales… Así es la conciencia, así es su origen, así es su desaparición’. De esta manera, monjes, el monje comprende cómo realmente es el origen y la desaparición de todos aquellos estados que ocasionan la insatisfacción.
«Y, ¿cómo, monjes, son vistos por el monje los placeres sensuales de manera tal que, viendo en ellos el deseo sensual, la afección sensual, el amor ciego y la pasión sensual, los mismos no se encuentran más latentes dentro de él en consideración a los placeres sensuales? Imaginad, monjes, un pozo de carbón, profundo como la estatura de un hombre, lleno de brasas ardientes sin llamas ni humo. E imaginad a un hombre deseoso de la vida que no quiere morir, deseoso de la felicidad que no quiere sufrir, y que a este hombre lo sujetan otros dos hombres muy fuertes, lo agarran de ambos brazos y lo arrastran hacia el pozo de carbón. Entonces, este hombre procuraría zafar su cuerpo de una u otra forma. ¿Por qué así? Porque él sabría: ‘Voy a caer dentro del pozo de carbón, con lo cual puedo contar solamente con la muerte o con el sufrimiento mortal’. De la misma manera, monjes, cuando el monje ha mirado a los deseos sensuales como un pozo de carbones ardientes, el deseo sensual, la afección sensual, el amor ciego y la pasión sensual no se encuentran más latentes dentro de él en consideración a los placeres sensuales.
«Y, ¿cómo, monjes, el monje ha comprendido el modo de conducta y la manera de morar de manera tal que, cuando se conduce de este modo a sí mismo y mora así, los malos e insalubres estados no fluyen en él? Imaginad, monjes, a un hombre que quiere entrar en un espinoso bosque, y allí hay espinas enfrente de él, espinas detrás de él, espinas a su mano izquierda, espinas a su mano derecha, espinas encima de él y espinas debajo de él. Así que si él se dirigiese hacia adelante, lo haría atentamente consciente, si volviese atrás, lo haría atentamente consciente, pensando: ‘Que ninguna espina me perfore’. De la misma manera, monjes, cualquiera cosa que en este mundo tiene naturaleza placentera y agradable, es llamada ‘espina’ en la Disciplina del Noble. Habiendo comprendido esto como ‘una espina’, uno debería comprender la restricción y la no-restricción.
«Y, cómo es, monjes, la no-restricción? He aquí, monjes, habiendo visto la forma con el ojo, el monje es atraído por la forma placentera y repelido por la forma desagradable. Él mora sin establecer la atención consciente del cuerpo, con una mente limitada, y no comprende cómo realmente es la liberación de la mente, la liberación a través de la sabiduría, donde los malos e insalubres estados cesan por completo. Habiendo escuchado el sonido con el oído… Habiendo olfateado el olor con la nariz… Habiendo degustado el sabor con la lengua… Habiendo sentido una sensación táctil con el cuerpo… Habiendo conocido un fenómeno [mental] con la mente, el monje es atraído por el fenómeno placentero y repelido por el fenómeno desagradable. Él mora sin establecer la atención consciente del cuerpo, con una mente limitada, y no comprende cómo realmente es la liberación de la mente, la liberación a través de la sabiduría, donde los malos e insalubres estados cesan por completo. Esta es, monjes, la no-restricción.
«Y, cómo es, monjes, la restricción? He aquí, monjes, habiendo visto la forma con el ojo, el monje no es atraído por la forma placentera ni es repelido por la forma desagradable. Él mora habiendo establecido la atención consciente del cuerpo, con una mente ilimitada, y comprende cómo realmente es la liberación de la mente, la liberación a través de la sabiduría, donde los malos e insalubres estados cesan por completo. Habiendo escuchado el sonido con el oído… Habiendo olfateado el olor con la nariz… Habiendo degustado el sabor con la lengua… Habiendo sentido una sensación táctil con el cuerpo… Habiendo conocido un fenómeno [mental] con la mente, el monje no es atraído por el fenómeno placentero ni está repelido por el fenómeno desagradable. Él mora habiendo establecido la atención consciente del cuerpo, con una mente ilimitada, y comprende cómo realmente es la liberación de la mente, la liberación a través de la sabiduría, donde los malos e insalubres estados cesan por completo. Esta es, monjes, la restricción.
«Monjes, cuando el monje se conduce a sí mismo de esta manera y mora de este modo, si ocasionalmente, por causa de ausencia de la atención consciente, los malos e insalubres recuerdos e intenciones conectados con las cadenas surgen en él —y puede que sea lento el surgir de su atención consciente—, pero luego, rápidamente los abandona, los disipa, pone fin a ellos y los elimina. Imaginad a un hombre que hace caer dos o tres gotas de agua sobre un plato de hierro caliente durante todo el día. Puede ser lenta la caída de las gotas de agua, pero luego, rápidamente las mismas se evaporan y se desvanecen. De la misma manera, cuando el monje se conduce a sí mismo de esta manera y mora de este modo… —y puede que sea lento el surgir de su atención consciente—, pero luego, rápidamente los abandona, los disipa, pone fin a ellos y los elimina.
«Es de esta manera, monjes, cómo el monje ha comprendido el modo de conducta y la manera de morar de manera tal que, cuando se conduce de este modo a sí mismo y mora así, los malos e insalubres estados no fluyen en él.
«Cuando el monje se conduce a sí mismo de esta manera y mora de este modo, los reyes o los ministros reales, los amigos o los colegas, los parientes o los miembros de su clan, pudiesen invitarlo a que aceptara riquezas, diciendo: ‘Ven, buen hombre, ¿por qué no abandonas ese hábito amarillo? ¿Por qué deambulas con la cabeza rapada y con el cuenco de las limosnas? Ven, regresa al estilo de vida más bajo, disfruta de las riquezas y de las acciones meritorias’. Verdaderamente, monjes, cuando el monje se conduce a sí mismo de esta manera y mora de este modo, es imposible que deje el entrenamiento y retorne al estilo de vida inferior.
«Imaginad, monjes, al río Ganges que se inclina, ladea y se dirige hacia el este, y una gran multitud de gente que llega trayendo palas y canastas, pensando: ‘Vamos a hacer que el río Ganges ahora se incline, ladee y se dirija hacia el oeste’. ¿Qué opináis, monjes, podría esta gran multitud de gente hacer que el río Ganges se inclinara, ladeara y se dirigiera hacia el oeste?».
«No, Venerable Señor. ¿Y por qué no? Porque el río Ganges que se inclina, ladea y se dirige hacia el este, y no es fácil hacer que el río Ganges se incline, ladee y se dirija hacia el oeste. Esta gran multitud de gente sólo acumularía fatiga y vejación».
«De la misma manera, monjes, cuando el monje se conduce a sí mismo de esta manera y mora de este modo, los reyes o los ministros reales, los amigos o los colegas, los parientes o los miembros de su clan, podrían invitarlo a que aceptara riquezas, diciendo: ‘Ven, buen hombre, ¿por qué no abandonas ese hábito amarillo? ¿Por qué deambulas con la cabeza rapada y con el cuenco de las limosnas? Ven, regresa al estilo de vida más bajo, disfruta de las riquezas y de las acciones meritorias’. Verdaderamente, monjes, cuando el monje se conduce a sí mismo de esta manera y mora de este modo, es imposible que deje el entrenamiento y retorne al estilo de vida inferior».
[1] Esta frase es así mismo de irregular sintácticamente en pali como en esta traducción.
FUENTES:
Bhikkhu Bodhi (2000) «States That Entail Suffering» en The Connected Discourses of the Buda: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Págs. 1248-1251.
«Dhukkadhammasutta» en World Tipitaka Edition, http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/13S4/1/1.4/1.4.4/1.4.4.7 13 de mayo de 2008
Traducción: Anton P. Baron
Edición: Anton P. Baron y Federico Angulo
Publicación de Bosque Theravada, 2010, 2020.