Para alguien que restringe sus sentidos, se modera en la comida y se desvela meditando, es posible alcanzar la totalidad de la vida santa.
[120] {120} En una ocasión, el Venerable Sariputta estaba morando cerca de Savatthi, en la Arboleda Jeta del Parque Anathapindika. Entonces, cierto monje se acercó al Venerable Sariputta e intercambió con él cordiales saludos. Cuando concluyeron sus amables y corteses palabras de bienvenida, se sentó a un lado y dijo al Venerable Sariputta:
«Amigo Sariputta, el monje que fue mi co-residente había abandonado el entrenamiento y retornó al estilo de vida más bajo».
«Lo que es, amigo, cuando uno no vigila las puertas de las facultades sensoriales, no se modera en la comida y no es devoto al desvelo. Para aquel monje que no vigila las puertas de las facultades sensoriales, no se modera en la comida y no es devoto al desvelo, es imposible mantener toda su vida en la completa pureza y santidad. Pero, amigo, para el monje que vigila las puertas de las facultades sensoriales, se modera en la comida y es devoto al desvelo, el hecho de mantener toda su vida en la completa pureza y santidad, es posible.
«Y, ¿cómo, amigo, uno vigila las puertas de las facultades sensoriales? He aquí, amigo, habiendo visto la forma con el ojo, el monje no se aferra ni a su signo ni a sus rasgos. Ya que, si él dejara la facultad del ojo desguarnecida, los malos e insalubres estados de codicia y desagrado, podrían invadirlo, practica la manera de restringirla, vigila la facultad del ojo y se compromete restringir la facultad del ojo. Además, habiendo escuchado el sonido con el oído… habiendo olfateado el olor con la nariz… habiendo degustado el sabor con la lengua… habiendo sentido el objeto táctil con el cuerpo… habiendo conocido el objeto mental con la mente, el monje no se aferra ni a su signo ni a sus rasgos. Ya que, si él dejara la facultad de a mente desguarnecida, los malos e insalubres estados de codicia y desagrado, podrían invadirlo, practica la manera de restringirla, vigila la facultad de a mente y se compromete restringir la facultad de la mente. De esta manera, amigo, uno vigila las puertas de las facultades sensoriales.
«Y, cómo, amigo, uno se modera en la comida? He aquí, amigo, el monje considerando esto cuidadosamente, no toma la comida con el fin de esparcimiento, tampoco para embriagarse ni para hacerse físicamente más bello o atractivo, sino solamente para sostener y mantener su cuerpo, para poner fin a la disconformidad y asistir la vida santa, pensando esto: ‘así, pondré fin a la vieja sensación [de hambre] y no dejaré surgir una nueva, y voy a ser saludable e intachable, y viviré confortablemente’. De esta manera, amigo, uno se modera en la comida.
«Y, ¿cómo, amigo, uno es devoto al desvelo? He aquí, amigo, mientras camina hacia adelante y vuelve atrás, o está sentado, el monje purifica su mente de los estados capaces de obstruir. Durante la primera vigilia de la noche, mientras camina hacia adelante y vuelve atrás, o está sentado, purifica su mente de los estados capaces de obstruir. Durante la vigilia del medio de la noche, se recuesta sobre su lado derecho, en la posición del león, con una pierna apoyada en la otra, con la atención consciente y clara comprensión, al haber notado en su mente la idea de levantar. Después de haberse levantado, durante la última vigilia de la noche, mientras camina hacia adelante y vuelve atrás, o está sentado, purifica su mente de los estados capaces de obstruir. De esta manera, amigo, uno es devoto al desvelo.
«Por eso, amigo, deberías entrenarte de esta manera: ‘vamos a vigilar las puertas de las facultades sensoriales, vamos a moderarnos en la comida y vamos a ser devotos al desvelo’. De esta manera, amigo, deberías entrenarte a ti mismo».
FUENTES:
Bhikkhu Bodhi (2000) «Sariputta» en The Connected Discourses of the Buda: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Págs. 1193-1194.
«Sariputtasaddhiviharikasutta» en World Tipitaka Edition, http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/13S4/1/1.3/1.3.2/1.3.2.7 13 de mayo de 2008
Traducido y editado por Anton P. Baron
Publicación de Bosque Theravada, 2010.