Este episodio, con el Venerable Anuradha, enseña que si uno no puede localizar espacialmente al Tathagata ni siquiera cuando está sentado enfrente, ¿cómo va a pretender dar respuesta sobre su destino después de la muerte?
En cierta ocasión el Bienaventurado moraba en el Gran Bosque, cerca de Vesali, en la casa con techo de dos aguas. Al mismo tiempo, el Venerable Anuradha estaba morando en una choza del bosque, no muy lejos del Bienaventurado. Entonces un grupo de ascetas mendicantes —de otros credos— se acercó al Venerable Anuradha e intercambió con él cordiales saludos. Cuando concluyeron las amables palabras de bienvenida, los ascetas mendicantes se sentaron a un lado y dijeron:
«Amigo Anuradha, cuando el Tathagata describe al Tathagata —como la persona más alta, la persona suprema que alcanza el supremo logro—, lo describe en estos cuatro términos: ‘el Tathagata existe después de la muerte’, ‘el Tathagata no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata existe tanto como no existe después de la muerte’, o ‘el Tathagata ni existe ni no existe después de la muerte'».
Cuando esto fue dicho, el Venerable Anuradha dijo a los ascetas mendicantes:
«Amigos, cuando el Tathagata describe al Tathagata —como la persona más alta, la persona suprema que alcanza el supremo logro—, lo describe fuera de estos cuatro términos: ‘el Tathagata existe después de la muerte’, ‘el Tathagata no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata existe tanto como no existe después de la muerte’, o ‘el Tathagata ni existe ni no existe después de la muerte'».
Cuando esto fue dicho, aquellos ascetas mendicantes dijeron:
«Este monje tiene que haber sido recientemente ordenado, un renunciante de no mucho tiempo. O, si es un anciano, tiene que ser un tonto incompetente».
Acto seguido, habiendo denigrado así al Venerable Anuradha, con términos como «recientemente ordenado» y «tonto», se levantaron de sus asientos y se fueron.
No mucho después de que aquellos ascetas mendicantes se hubieron ido, al Venerable Anuradha se le ocurrió lo siguiente:
«Si aquellos ascetas mendicantes de otros credos llegasen a cuestionarme otra vez en el futuro, ¿cómo debería responderles para que mi sentencia estuviera conforme con lo declarado por el Bienaventurado y no fuera una mala interpretación contraria a los hechos? Y, ¿cómo debería explicarlo de acuerdo al Dhamma, de manera tal que ninguna consecuencia razonable de mis aseveraciones diera base para una crítica?».
Entonces, el Venerable Anuradha se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado y reportó al Bienaventurado todo lo ocurrido, preguntándole:
«Si aquellos ascetas mendicantes de otros credos llegasen a cuestionarme otra vez en el futuro, ¿cómo debería responderles… de manera tal que ninguna consecuencia razonable de mis aseveraciones diera base para una crítica?».
«¿Qué opinas, Anuradha, es la forma permanente o impermanente?».
«Impermanente, Venerable Señor».
«Y aquello que es impermanente, ¿es placentero o doloroso?».
«Es doloroso, Venerable Señor».
«Y aquello que es impermanente, doloroso y sujeto a cambios, ¿se puede considerar como: ‘Esto es mío, este soy yo, este es mi ser’?».
«No, Venerable Señor».
«Y ¿qué opinas, Anuradha, es la sensación permanente o impermanente?… ¿es la percepción permanente o impermanente?… ¿son las formaciones mentales permanentes o impermanentes?… ¿es la conciencia permanente o impermanente?».
«Impermanente, Venerable Señor».
«Y aquello que es impermanente, ¿es placentero o doloroso?».
«Es doloroso, Venerable Señor».
«Y aquello que es impermanente, doloroso y sujeto a cambios, ¿se puede considerar como: ‘Esto es mío, este soy yo, este es mi ser’?».
«No, Venerable Señor».
«Viendo las cosas de esta manera, Anuradha, el instruido noble discípulo experimenta repugnancia hacia la forma, repugnancia hacia la sensación, repugnancia hacia la percepción, repugnancia hacia las formaciones mentales y repugnancia hacia la conciencia. Experimentando repugnancia, llega a ser desapasionado. A través del desapasionamiento, su mente llega a liberarse. Estando liberado le llega el siguiente conocimiento: ‘Esta es la liberación’. Y entiende así: ‘El nacimiento está destruido, la vida santa ha sido vivida, lo que debía hacerse ha sido realizado y, he aquí, no habrá más futuras existencias’.
«¿Qué opinas, Anuradha, consideras la forma como el Tathagata?».
«No, Venerable Señor».
¿Consideras la sensación… la percepción… las formaciones mentales… la conciencia como el Tathagata?».
«No, Venerable Señor».
«¿Qué opinas, Anuradha, consideras al Tathagata en la forma?»,
«No, Venerable Señor».
¿Consideras al Tathagata aparte de la forma?».
«No, Venerable Señor».
«¿Consideras al Tathagata en la sensación? ¿Aparte de la sensación? ¿En la percepción? ¿Aparte de la percepción? ¿En las formaciones mentales? ¿Aparte de las formaciones mentales? ¿En la conciencia? ¿Aparte de la conciencia?».
«No, Venerable Señor».
«¿Qué opinas, Anuradha, consideras a la forma, la sensación, la percepción, las formaciones mentales y la conciencia [en su conjunto] como el Tathagata?».
«No, Venerable Señor».
«¿Qué opinas, Anuradha, consideras al Tathagata como a alguien sin la forma, sin la sensación, sin la percepción, sin las formaciones mentales y sin la conciencia?».
«No, Venerable Señor».
«Entonces, Anuradha, siendo que no eres capaz de aprehender al Tathagata real y verdaderamente en esta vida presente, ¿es oportuno para ti declarar: ‘Amigos, cuando el Tathagata describe al Tathagata —como la persona más alta, la persona suprema que alcanza el supremo logro— lo describe fuera de estos cuatro términos: «el Tathagata existe después de la muerte», «el Tathagata no existe después de la muerte», «el Tathagata existe tanto como no existe después de la muerte», o «el Tathagata ni existe ni no existe después de la muerte»’?».
«No, Venerable Señor».
«¡Bien, muy bien, Anuradha! Antes y ahora también, Anuradha, simplemente doy a conocer la insatisfacción y el cese de la insatisfacción».
FUENTES:
Traducción: Anton P. Baron
Edición: Anton P. Baron y Federico Angulo F.
Publicación de Bosque Theravada, 2010, 2020.