Del DN 14 {7D.1,1-91} Mahapadana Sutta – Gran discurso sobre el linaje
[3.22.] {86} «En este tiempo, monjes, en la capital real de Bandhumati hubo una gran reunión de seis millones, ochocientos mil monjes. Y cuando el Bienaventurado Buda Vipassi entró en la reclusión pensó esto: ‘He aquí esta gran reunión de seis millones, ochocientos mil monjes en la capital real de Bandhumati. ¿Qué tal si les otorgo este permiso: «deambulad hacia afuera, monjes, para el bien de muchos, para la felicidad de muchos, por la compasión hacia el mundo, para el bienestar de los devas y los seres humanos. Andad entre dos y enseñad el Dhamma que es agradable en el inicio, agradable en la mitad y agradable al final, tanto en cuanto a la letra como al espíritu, que exhibe la vida santa completa y perfectamente. He aquí que hay seres con poco polvo en sus ojos quienes perecerían por no haber escuchado este Dhamma, pero que de esta manera, llegarán a ser conocedores del Dhamma. Sin embargo, al finalizar el sexto año os reuniréis otra vez juntos en la capital real de Bandhumati para recitar el Patimokkha»?’
[3.23.] {87} «Entonces, monjes, el Gran Brahma, al haber conocido en su mente esta forma de razonar del Bienaventurado Buda Vipassi, tan rápido como un fuerte hombre estira su brazo recogido o tan rápido como lo recoge cuando está estirado, el Gran Brahma, despareciendo del mundo del Brahma, se manifestó enfrente del Bienaventurado Budha Vipassi. Acto seguido, el Gran Brahma, habiendo puesto su vestimenta exterior sobre su hombro, habiendo apoyado su rodilla derecha en el suelo y saludado al Bienaventurado Buda Vipassi con las manos juntadas, dijo: ‘Bienaventurado señor, que el Bienaventurado Budha Vipassi otorgue este permiso: «deambulad hacia afuera, monjes… Sin embargo, al finalizar el sexto año os reuniréis otra vez juntos en la capital real de Bandhumati para recitar el Patimokkha»’
«Habiendo dicho esto, saludó al Bienaventurado Buda Vipassi y despareció de ahí, manteniendo al Bienaventurado Buda Vipassi a su lado derecho.
[3.24.-3.25.] {88} «Así que cuando en Bienaventurado Buda Vipassi emergió de su reclusión, relató a los monjes todo lo ocurrido. Y terminó diciendo:
[3.26.] «‘Monjes, os otorgo el permiso de deambular hacia afuera para el bien de muchos, para la felicidad de muchos, por la compasión hacia el mundo, para el bienestar de los devas y los seres humanos. Andad entre dos y enseñad el Dhamma que es agradable en el inicio, agradable en la mitad y agradable al final, tanto en cuanto a la letra como al espíritu, que exhibe la vida santa completa y perfectamente. He aquí que hay seres con poco polvo en sus ojos quienes perecerían por no haber escuchado este Dhamma, pero que de esta manera, llegarán a ser conocedores del Dhamma. Sin embargo, al finalizar el sexto año os reuniréis otra vez juntos en la capital real de Bandhumati para recitar el Patimokkha.’ Entonces, la mayoría de aquellos monjes este mismo día empezó a deambular alrededor del país.
[3.27.] {89} «En este tiempo, unos ochenta y cuatro mil religiosos establecieron su residencia en Jambupida. Y al finalizar el primer año, los devas estuvieron proclamando esto: ‘Señores, un año ha pasado y quedan cinco. Al finalizar el quinto, vosotros estaréis listos para volver a Bandhumati a recitar el Patimokkha’. Y al finalizar el segundo año… el tercer año… el cuarto año… el quinto año… el sexto año, los devas estuvieron proclamando esto: ‘Señores, los seis años han pasado y llegó el tiempo para volver a Bandhumati a recitar el Patimokkha’. Entonces, aquellos monjes, algunos a través de sus poderes psíquicos y otros a través de los poderes de los devas, todos al mismo día llegaron a Bandhumati a recitar el Patimokha.
[3.28.] {90} «Entonces, el Bienaventurado Buda Vipassi ofreció a la asamblea de los monjes el siguiente precepto:
La paciencia en el autodominio es el sacrificio superior,
El Nibbana es supremo, así lo dicen los Budas.
El que daña a otros, no puede ser un renunciante,
Ni es un asceta, quien lastima a otros.
No hacer ningún mal y cultivar el bien,
Purificar su mente, ésta es la enseñanza del Buda.
No insultar, no dañar, restringirse de acuerdo a las reglas,
Moderarse en la comida, la reclusión tener por morada,
Y la devoción al pensamiento elevado, ésta es la enseñanza de los Budas.