Del DN 14 {7D.1,1-91} Mahapadana Sutta – Gran discurso sobre el linaje
[3.14.] {78} «Entonces, monjes, una gran multitud de gente de la capital real, la ciudad de Bandhumati, unos ochenta y cuatro mil personas, había escuchado que el Bienaventurado Buda Vipassi estaba morando en el Parque de los Venados del Khema y que Khanda y Tissa han afeitado sus cabezas y barbas, vistieron los hábitos amarillos y hubieron renunciado a la vida hogareña, asumiendo el estilo de vida sin hogar. Entonces, ellos pensaron lo siguiente: ‘Ciertamente, este Dhamma-y-Disciplina no ha de ser común, no es normal que el príncipe Khanda y su capellán Tissa afeiten su cabeza y la barba, se pongan el hábito amarillo y renuncien a la vida hogareña para vivir el estilo de vida sin hogar. Si ellos han hecho esto, ¿por qué no deberíamos hacerlo nosotros?’ De esta manera, monjes, esta gran multitud, los ochenta y cuatro mil personas dejaron la ciudad Bandhumati y se dirigieron al Parque de los Venados de Khema donde estaba morando el Bienaventurado Buda Vipassi. Cuando llegaron ahí, le rindieron homenaje y se sentaron a un lado.
[3.15.] {79} «Entonces, monjes, el Bienaventurado Buda Vipassi se dirigió a ellos con un discurso gradual sobre la generosidad, la moralidad y el cielo, mostrando el peligro, la degradación y la corrupción de los deseos sensoriales, y el provecho del renunciamiento. Y cuando el Bienaventurado Buda Vipassi conoció que sus mentes estaban dispuestas, maleables, libres de los obstáculos, gozosas y calmas, entonces les predicó el sermón de los Budas en breve: sobre el sufrimiento, su origen, el cese y el camino que conduce al cese del sufrimiento. Entonces, monjes, al igual que una tela limpia, de la cual se han quitado todas las manchas recibe muy bien el tinte, de la misma manera, en esas ochenta y cuatro mil personas, mientras estaban sentadas ahí, surgió una pura e inmaculada visión del Dhamma, que les permitió conocer esto: ‘cualquier cosa que surge, tiene que llegar al cese’.
[3.16.] {80} «Entonces, monjes, habiendo visto, alcanzado, experimentado y penetrado del Dhamma, habiendo pasado más allá de las dudas, habiendo alcanzado una confidencia perfecta en la doctrina del Maestro y sin apoyarse en nadie más, dijeron: ‘¡Excelente, señor, realmente maravilloso! Fue como si hubiera levantado lo que estaba caído, o revelado lo que estaba escondido, o mostrado el camino a un extraviado, o cargado una lámpara en la oscuridad para que aquellos que tienen ojos puedan ver las formas, de la misma manera el Bienaventurado -a través de muchas líneas de razonamiento- ha mostrado el Dhamma de forma clara. Vamos por refugio al Buddha, al Dhamma y a la comunidad de monjes. Nosotros vamos por refugio al Bienaventurado y al Dhamma. Que nos recibamos de las manos del Bienaventurado como renunciantes, que recibamos la ordenación.’
[3.17.] {81} «Entonces, monjes, estas ochenta y cuatro mil personas se recibieron de renunciantes de mano del Bienaventurado Buda Vipassi y recibieron la ordenación. Entonces, el Bienaventurado Buda Vipassi los instruyó con el discurso del Dhamma, los inspiró y regocijó, los deleitó, demostrando el peligro, la degradación y la corrupción de las cosas condicionadas y el beneficio del Nibbana. Y entonces, siendo inspirados, gozosos y satisfechos con ese discurso, un poco después, sus mentes fueron completamente liberadas de las contaminaciones.