Los honores concedidos a las otras sectas terminan cuando aparecen los tathagatas. Debido a sus erróneas opiniones los miembros de otras sectas no se liberan del sufrimiento (Trad.).
He aquí lo que yo he oído decir. Cierta vez el bhagavant [1] se encontraba en la ciudad de Savatthi, en el Bosque del Príncipe Jeta, en el parque de Anathapindika. En aquella ocasión el venerable Ananda se acercó a donde se encontraba el bhagavant y, habiéndosele acercado, saludando al bhagavant, se sentó a un lado. Y, sentado a un lado, el venerable Ananda le dijo al bhagavant:
«Señor, mientras no surgen en el mundo los tathagatas, arhants, perfectamente iluminados, los mendicantes de otras sectas son honrados, respetados, reverenciados, venerados, estimados por todos y reciben como regalo túnicas, alimentos, lechos, asientos, medios de auxilio para el enfermo y medicinas, y variados utensilios. Pero cuando surgen en el mundo los tathagatas, arhants, perfectamente iluminados, entonces los mendicantes de otras sectas no son honrados ni respetados ni reverenciados ni venerados ni estimados por nadie ni reciben como regalo túnicas, alimentos, lechos, asientos, ni medios de auxilios para el enfermo y medicinas, ni utensilios. Ahora el bhagavant es honrado, respetado, reverenciado, venerado, estimado por todos, y recibe como regalo túnicas, alimentos, lechos, asientos, medios de auxilio para el enfermo y medicinas, y variados utensilios -e igualmente la congregación de bhikkhus».
«Ananda, así es. Mientras no surgen en el mundo los tathagatas, arhants, perfectamente iluminados, los mendicantes de otras sectas son honrados, respetados, reverenciados, venerados, estimados por todos y reciben como regalo túnicas, alimentos, lechos, asientos, medios de auxilio para el enfermo y medicinas, y variados utensilios. Pero cuando surgen en el mundo los tathagatas, arhants, perfectamente iluminados, entonces los mendicantes de otras sectas no son honrados ni respetados ni reverenciados ni venerados ni estimados por nadie ni reciben como regalo túnicas, alimentos, lechos, asientos, ni medios de auxilio para el enfermo y medicinas, ni variados utensilios. Ahora el bhagavant es honrado, respetado, reverenciado, venerado, estimado por todos, y recibe como regalo túnicas, alimentos, lechos, asientos, medios de auxilio para el enfermo y medicinas, y variados utensilios -e igualmente la congregación de bhikkhus».
El bhagavant, comprendiendo el sentido, dijo en aquella ocasión este udana [2]:
La luciérnaga brilla
mientras no surge el sol;
pero no bien sale el sol,
su luz se extingue y no brilla.
Así es el brillo de los dialécticos [3],
mientras no surgen en este mundo
los perfectamente iluminados.
No alcanzan la pureza
los dialécticos y sus discípulos,
y, entregados a sus erróneas opiniones,
no se liberan del sufrimiento.
NOTAS:
[1] Se refiere al Bienaventurado, el Buda (BT).
[2] Una exclamación gozosa o emotiva (BT).
[3] Con este término debe entenderse según el comentador, a los miembros de otras sectas (Trad).
FUENTE:
“Udana: La palabra de Buda”, traducción del pali de F. Tola y C. Dragonetti. http://www.oshogulaab.com/BUDA/TEXTOS/LISTADOLIBBUDA.htm
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