Khn 21,2 (Cv 11,1.9-11) {4V.11.2,441-444} Khuddanuakhuddakasikkhapadakatha – Porción con las reglas menores de la Disciplina

La historia que se cuenta en esta porción explica el por qué no se ha cambiado ni siquiera una sóla de las más pequeñas reglas de la Disciplina budista. Vemos, además, cómo el venerable Ananda está siendo acusado de cometer varias «malas acciones» (dukkata) durante el ministerio del Buda y con qué humildad acepta todas ellas, sin estar de acuerdo que las mismas realmente lo fueran. La porción culmina con un mistrioso incidente protagonizado por el venerable Purana, quien parece poner en duda que la práctica de cantar el Dhamma-y-Disciplina sea realmente una enseñanza del Buda histórico.

El sistema de numeración entre corchetes corresponde al sistema de Oldenberg, seguido luego por Horner, en ediciones de Pali Text Society y, y el de entre las llaves, de World Tipitaka Edition

[Leer en pali]

[9] {441} En esta ocasión, el venerable Ananda habló de la siguiente manera a los monjes que eran venerables ancianos:

“Venerables señores, el Bienaventurado, al tiempo de alcanzar el Parinibbana me dijo lo siguiente: ‘Ananda, después de mi muerte, si el Sangha así lo desee, las menores y  pequeñas reglas de entrenamiento, pueden ser abolidas.’”

“Pero, amigo Ananda, ¿has preguntado al Bienaventurado, diciendo: ‘¿Pero, cuáles son, venerable señor, estas menores y pequeñas reglas de entrenamiento?’”

“No, venerables señores, no le he preguntado al Bienaventurado, diciendo: ‘¿Pero, cuáles son, venerable señor, estas menores y pequeñas reglas de entrenamiento?’”

Entonces, algunos de los monjes que eran venerables ancianos, dijeron esto: “Excepto las cuatro reglas relacionadas a Parajika [1], todo lo demás constituye reglas de entrenamiento menores y pequeñas”. Algunos otros monjes que eran venerables ancianos decían esto: “Excepto las cuatro reglas relacionadas a Parajika y excepto las trece reglas relacionadas a Sanghadisesa [2], todo lo demás constituye reglas de entrenamiento menores y pequeñas”. Algunos otros monjes que eran venerables ancianos decían esto: “Excepto las cuatro reglas relacionadas a Parajika, excepto las trece reglas relacionadas a Samghadisesa y excepto las dos reglas relacionadas a Aniyata [3], todo lo demás constituye reglas de entrenamiento menores y pequeñas”. Algunos otros monjes que eran venerables ancianos decían esto: “Excepto las cuatro reglas relacionadas a Parajika, excepto las trece reglas relacionadas a Samghadisesa, excepto las dos reglas relacionadas a Aniyata y excepto las treinta reglas relacionadas a Nissaggiya Pacittiya [4], todo lo demás constituye reglas de entrenamiento menores y pequeñas”. Algunos otros monjes que eran venerables ancianos decían esto: “Excepto las cuatro reglas relacionadas a Parajika, excepto las trece reglas relacionadas a Samghadisesa, excepto las dos reglas relacionadas a Aniyata, excepto las treinta reglas relacionadas a Nissaggiya Pacittiya y excepto las noventa y dos reglas relacionadas a Pacittiya [5], todo lo demás constituye reglas de entrenamiento menores y pequeñas”. Algunos otros monjes que eran venerables ancianos decían esto: “Excepto las cuatro reglas relacionadas a Parajika, excepto las trece reglas relacionadas a Samghadisesa, excepto las dos reglas relacionadas a Aniyata, excepto las treinta reglas relacionadas a Nissaggiya Pacittiya, excepto las noventa y dos reglas relacionadas a Pacittiya y excepto las cuatro reglas relacionadas a Patidesaniya [6], todo lo demás constituye reglas de entrenamiento menores y pequeñas”.

{442} Entonces, el venerable Maha Kassapa se dirigió al Sangha con estas palabras:

“Amigos, que el Sangha me escuche. He aquí, existen para nosotros reglas de entrenamiento que afectan la vida de los hombres hogareños y los hombres hogareños saben lo que nos concierne a nosotros: ‘Ciertamente, ésto está permitido para los ascetas, hijos de los sakyanos, y aquello, ciertamente no está permitido para ellos’. Si nosotros abolimos las menores y pequeñas reglas de entrenamiento, no faltarán aquellos que dirán: ‘Desde su cremación, las reglas del entrenamiento han sido establecidas por el asceta Gotama para sus discípulos; mientras el Maestro estaba entre ellos, se entrenaban a sí mismos en las reglas del entrenamiento, pero una vez el Maestro hubo alcanzado el Parinibbana, ellos ya no se entrenan a sí mismos en las reglas del entrenamiento.’ Si esto le parece correcto al Sangha, el Sangha no debería establecer lo que no ha sido establecido, ni tampoco abolir lo que ha sido establecido. El Sangha debería proceder en conformidad y de acuerdo a las reglas del entrenamiento que han sido establecidas. Esta es la moción. Amigos, que el Sangha me escuche. He aquí, existen para nosotros reglas de entrenamiento que afectan la vida de los hombres hogareños y los hombres hogareños saben lo que nos concierne a nosotros: ‘Ciertamente, ésto está permitido para los ascetas … ellos ya no se entrenan a sí mismos en las reglas del entrenamiento.’ Pero el Sangha no está estableciendo lo que no ha sido establecido, ni tampoco aboliendo lo que ha sido establecido. El Sangha procede en conformidad y de acuerdo a las reglas del entrenamiento que han sido establecidas. Si el hecho de no establecer lo que no ha sido establecido, no abolir lo que ha sido establecido, proceder en conformidad y de acuerdo a las reglas del entrenamiento que han sido establecidas, le plazca al Sangha, entonces que permanezca en silencio. Aquel que no esté de acuerdo con esto, que hable. El Sangha no establece lo que no ha sido establecido, no deroga lo que ha sido establecido, procede en conformidad y de acuerdo a las reglas del entrenamiento que han sido establecidas. Esto es lo que le place al Sangha porque permanece en silencio. Así lo entiendo.”

[10] {443} Más tarde, los monjes que eran venerables ancianos dijeron al venerable Ananda lo siguiente: “Amigo Ananda, esto de no haber preguntado al Bienaventurado por falta de la atención consciente -‘¿pero, cuáles son, venerable señor, las menores y pequeñas reglas de entrenamiento?’- es una falta de Dukkata [7]. Confiesa la ofensa de Dukkata”.

“Venerables señores, ciertamente por falta de la atención consciente no he preguntado al Bienaventurado, diciendo: ‘¿Pero, cuáles son, venerable señor, las menores y pequeñas reglas de entrenamiento?’ Sin embargo, no veo que ésta sea una ofensa de Dukkata, pero aún así, por la lealtad a los venerables señores, lo confieso como una ofensa de Dukkata”.

“Amigo Ananda, también esto de haber cosido la vestimenta de las lluvias del Bienaventurado después de haberlas pisado, es una falta de Dukkata. Confiesa la ofensa de Dukkata”.

“Venerables señores, ciertamente no fue por falta respeto que he cosido la vestimenta de las lluvias del Bienaventurado después de haberlas pisado. Yo no veo que ésta sea una ofensa de Dukkata, pero aún así, por la lealtad a los venerables señores, lo confieso como una ofensa de Dukkata”.

“Amigo Ananda, también esto de haber dejado que el cuerpo del Bienaventurado fuera honrado primero por las mujeres -y como ellas estaban llorando, el cuerpo del Bienaventurado ha sido manchado por las lágrimas- es una falta de Dukkata. Confiesa la ofensa de Dukkata”.

“Pero, venerables señores, pensando que las cosas no se hagan en tiempo incorrecto, ha sido honrado el cuerpo del Bienaventurado primero por las mujeres. Yo no veo que ésta sea una ofensa de Dukkata, pero aún así, por la lealtad a los venerables señores, lo confieso como una ofensa de Dukkata”.

“Amigo Ananda, también esto de no haber pedido al Bienaventurado -a pesar de recibir una clara indirecta y tener signos palpables- diciendo: ‘Que el Bienaventurado permanezca un eón entero, que el Bienhechor permanezca un eón entero para el bienestar de muchas personas, para la felicidad de muchas personas, por la compasión al mundo, por el bien, el bienestar y la felicidad de los devas y seres humanos’, es una falta de Dukkata. Confiesa la ofensa de Dukkata”.

“Pero, venerables señores, fue porque mi mente ha sido obstruida por el Mara, que no he pedido al Bienaventurado -a pesar de recibir una clara indirecta y tener signos palpables- diciendo: ‘Que el Bienaventurado permanezca un eón entero, que el Bienhechor permanezca un eón entero para el bienestar de muchas personas, para la felicidad de muchas personas, por la compasión al mundo, por el bien, el bienestar y la felicidad de los devas y seres humanos’. Yo no veo que ésta sea una ofensa de Dukkata, pero aún así, por la lealtad a los venerables señores, lo confieso como una ofensa de Dukkata”.

“Amigo Ananda, también esto de hacer esfuerzo para que las mujeres puedan ser renunciantes en este Dhamma-y-Disciplina proclamado por el Tathagata, es una falta de Dukkata. Confiesa la ofensa de Dukkata”.

“Pero, venerables señores, yo hice el esfuerzo para que las mujeres puedan ser renunciantes en este Dhamma-y-Disciplina proclamado por el Tathagata pensando: ‘Esta Gotami Maha Pajapati es la tía del Bienaventurado, su segunda madre, su nodriza, la que le dio la leche, de la cual -una vez su madre ha muerto- él ha mamado la leche’. Yo no veo que ésta sea una ofensa de Dukkata, pero aún así, por la lealtad a los venerables señores, lo confieso como una ofensa de Dukkata”.

[11] {444} En este tiempo, el venerable Purana estaba recorriendo las colinas sureñas en busca de las limosnas de comida junto a un gran número de monjes, por lo menos, unos quinientos monjes. Entonces, el venerable Purana, habiendo estado morando en las colinas sureñas por el tiempo que consideró conveniente, y después de que los monjes que eran venerables ancianos han cantado el Dhamma-y-Disciplina, se acercó a Rajagaha, a la Arboleda de los Bambúes. Habiéndose acercado y habiendo intercambiado cordiales saludos con los monjes que eran venerables ancianos, se sentó a un lado, a una distancia respetuosa. Y cuando ya estaba sentado a una distancia respetuosa, los monjes que eran venerables ancianos se dirigieron al Venerable Purana con estas palabras:

“Amigo Purana, el Dhamma-y-Disciplina ha de ser cantado en conjunto con los monjes que son venerables ancianos. Entrégate a ti mismo a este canto”.

“Venerables señores, bien cantado es el Dhamma-y-Disciplina por los monjes que son venerables ancianos. Pero yo, así como lo he escuchado cara a cara del Bienaventurado, así como lo he recibido cara a cara del Bienaventurado, de la misma manera lo seguiré llevando”.


NOTAS:

[1] Parajika: son las cuatro reglas, cuya transgresión se considera como ofensa más grave e implica la expulsión del Sangha (son ocho Parajikas para las bhikkhunis).

[2] Samghadisesa: son trece reglas de disciplina que requieren de la participación formal del Sangha en todo el proceso punitivio: el Sangha llama la atención al monje que trasgredió la regla, le impone la disciplina, vela por su cumplimiento y, finalmente, levanta la pena.

[3] Aniyata: son dos reglas que se llaman «indefinidas» en el sentido de que no establecen una penalidad determinada, pero permiten el juzgamiento de la conducta del monje que las transgrede por parte del Sangha.

[4] Nissaggiya Pacittiya: Son treinta reglas que ponen freno a la avidez desordenada del monje por poseer cosas materiales. La penalidad consiste, primeramente en devolver el objeto que fue causa de la ofensa, seguido por la confesión de haber quebrado la regla y la promesa de no repetirla otra vez.

[5] Pacittiya: Un grupo de noventa y dos reglas de menor envergadura que sólo implican la confesión como penalidad.

[6] Patidesaniya: Son cuatro reglas que implican admisión o reconocimiento por parte de los infractores.

[7] Dukkata: literalmente significa “mal hecho” o “mala acción”, es la ofensa más ligera.


FUENTES:

“Khuddanuakhuddakasikkhapadakatha en The World Tipitaka Edition http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/4V/11/11.2

HORNER, I.B. (2000) “The Lesser Division (Cullavagga)XI” en The Book of the Discipline: Vinaya-Pitaka. Vol. V: Cullavagga. Oxford, Pali Text Society. Págs. 393-406.


Traducido y editado por Isidatta para Bosque Theravada, 2009

Publicación del Bosque Theravada, 2009, 2010