En este breve artículo el venerable Ajahn Brahm profundiza sobre el término upadana al vincularlo con el de apego. En esta dirección, señala que existen ciertas forma de upadana que no deberían ser tomadas como nocivas, sino que por el contrario, deberían tenerse dentro de la práctica al implicar en sí mismas el abandono. Para ilustrar su argumento se refiere a la práctica de la compasión, los cinco preceptos y el Nibbana.
Por Ajahn Brahm
Probablemente el término más mal entendido en los círculos budistas occidentales es el que, por lo general, se traduce como ‘apego’. Muchos tienen metido en su cabeza que no deben apegarse. Así, abundan los chistes como sobre por qué en las casas de los budistas abunda la suciedad en las esquinas –porque ni siquiera a su aspiradora le permiten apego alguno. Algunos pseudo-budistas equivocados critican a aquellos que viven una vida moral por estar apegados a sus preceptos y así elogian la acción inmoral como un signo de sabiduría profunda. Bah! Otros en los círculos tradicionales budistas crean el miedo a la meditación profunda de forma incorrecta al indicar de forma incorrecta que sólo conseguirás apartarte de los Jhanas. Todo esto va demasiado lejos. Quizás el pináculo de la información dañina fue pronunciado por Rajaneesh al proclamar “Estoy tan desapegado, ni siquiera estoy apegado al desapego” y así, de manera conveniente, justificaba todos sus excesos.
La palabra pali en cuestión es upadana , que literalmente significa ‘consumir’. Se usa comúnmente para significar un ‘combustible’, lo que da lugar al proceso, así como el aceite de una lámpara que hace de combustible/Upadana para la llama. Esto está relacionado con el ansia (tanha ). Por ejemplo, las ansias de llegar por una deliciosa taza de café, upadana abarca esto. Incluso, aunque usted piense que puede dejar fácilmente la tasa de café otra vez, aunque su mano no esté pegada firmemente a la taza, esto también es Upadana . Usted la ha tomado. Usted se ha aferrado.
Por suerte, no todo Upadana es no-budista. El señor Buddha sólo especificó cuatro grupos de Upadana, ‘aferramiento’ a los cinco sentidos, ‘aferramiento’ a las opiniones incorrectas, ‘aferramiento’ a la idea de que la liberación puede ser alcanzada simplemente a través de ritos e iniciaciones, y ‘aferramiento’ a la idea de un yo. Existen muchas otras cosas a las que uno puede aferrarse o ‘asirse’, pero el punto es que sólo estos cuatro grupos conducen al renacimiento, sólo estos cuatro son el combustible para una existencia futura y mayor sufrimiento, sólo estas cuatro deben ser evitadas.
Así, el aferramiento a la práctica de la compasión, el aferramiento a la práctica de los cinco preceptos o a los mayores preceptos de un monje o una monja y aferrarse a la práctica de la meditación –estos no son no-budistas y es perjudicial desacreditarlos al llamarlos ‘apegos’. Guardar los cinco preceptos es, de hecho, un desligamiento de los deseos ordinarios como la lujuria, la avaricia y la violencia. La práctica de la compasión es un desligamiento del egoísmo y la práctica de la meditación lo es de pensar en el pasado y el futuro, y de mucho más. El logro de Jhana no es más que dejar ir el mundo de los cinco sentidos para acceder a la mente. El Nibbana es la separación de una vez por todas de la avaricia, el odio y la ilusión, las semillas del renacimiento. El Parinibbana es el desligamiento final del cuerpo y la mente (Los cinco khandas). Es equivocado sugerir que cualquiera de estas etapas de abandono son lo mismo que el apego.
El camino es como una escalera. Uno se aferra al peldaño de arriba y abandona el escalón de abajo para subir. Pronto, el escalón recientemente tocado es en el que ahora está usted de pie. Ahora es momento de dejar a aquel escalón por uno aún más alto para avanzar. Si nunca se aferró a algo, permanecerá estúpido espiritualmente.
Para aquellos sin sabiduría, el abandono puede con frecuencia parecer como apego. Por ejemplo, un pájaro sobre la rama en la noche parece aferrarse fuertemente a la rama, pero en realidad la ha dejado ir y está totalmente dormido. Cuando un pájaro se deja ir y los músculos alrededor de sus garras comienzan a relajarse, se cierran sobre la rama. A mayor relajación, más apretadas las garras. Es por esto que nunca ve a un pájaro caerse de percha, aún cuando estén dormidos. Esto puede verse como apego, pero, de hecho, es abandono. El dejar ir a menudo conduce a la calma, a no moverse de dónde está, por lo cual a veces se confunde con el apego.
Luego, no se deje disuadir por los budistas de título que están mal informados sobre Upadana y el apego. Aférrese sin miedo a sus preceptos, su objeto de meditación y al camino que lo conduce al Nibbana. ¡Y no olvide comprar los accesorios para su aspiradora, también!
Fuente:
AJAHN BRAHMAVAMSO [en línea] “Attachment”. En Buddhist Society of Western Australia’s Newsletter http://www.budsas.org/~anson/ebud/ebdha132.htm (diciembre de 1999)
Traducido por Upasika para Bosque Theravada © 2009.
Publicado por Bosque Theravada © 2009.
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