El Venerable Ananda explica al Venerable Uyadin la expresión “testigo ocular del cuerpo” (kayasakkhi) señalando el rol esencial de los jhanas acompañados por la contemplación del cuerpo en la liberación final.
“’Testigo ocular del cuerpo’, ‘testigo ocular del cuerpo’, se ha dicho. Amigo, ¿qué alcance tiene esta declaración: ‘testigo ocular del cuerpo’, hecha por el Bienaventurado?” [1]
“Se trata, amigo, del monje que, separado de los placeres sensuales, separado de los perjudiciales estados mentales, entra y permanece en el primer jhana: el arrobamiento y la felicidad nacidos de la reclusión, acompañados por el pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido. Así permanece, habiendo experimentando su cuerpo en las esferas que pueda alcanzar. Este es el alcance, amigo, de la declaración: ‘testigo ocular del cuerpo’, hecha por el Bienaventurado con la secuela.
“Además, amigo, con la desaparición del pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido, él entra y permanece en el segundo jhana: el arrobamiento y la felicidad nacidos de la concentración, la unificación mental y la tranquilidad interior, libre del pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido. Así permanece, habiendo experimentando su cuerpo en las esferas que pueda alcanzar. Este también es el alcance, amigo, de la declaración: ‘testigo ocular del cuerpo’, hecha por el Bienaventurado con la secuela.
“Además, amigo, con la desaparición del arrobamiento, él mora con la desapasionada ecuanimidad, atentamente consciente y con clara comprensión, experimentando corporalmente la felicidad, y así entra y permanece en el tercer jhana, del cual los Nobles declararon: ‘Ecuánime y atentamente consciente, él permanece feliz en una morada apacible’. Así permanece, habiendo experimentando su cuerpo en las esferas que pueda alcanzar. Este también es el alcance, amigo, de la declaración: ‘testigo ocular del cuerpo’, hecha por el Bienaventurado con la secuela.
“Además, amigo, con el abandono, tanto de la felicidad como del dolor, y con la previa desaparición de lo placentero y lo displicente, él entra y permanece en el cuarto jhana: en la morada apacible de la ecuanimidad y atención consciente purificadas, sin felicidad ni dolor. Así permanece, habiendo experimentando su cuerpo en las esferas que pueda alcanzar. Este también es el alcance, amigo, de la declaración: ‘testigo ocular del cuerpo’, hecha por el Bienaventurado con la secuela.
“Además, amigo, trascendiendo totalmente la percepción de las formas, con la desaparición de la percepción de la resistencia, no atendiendo a la diversidad y pensando ‘el espacio infinito’, él entra y permanece en la esfera del espacio infinito. Así permanece, habiendo experimentando su cuerpo en las esferas que pueda alcanzar. Este también es el alcance, amigo, de la declaración: ‘testigo ocular del cuerpo’, hecha por el Bienaventurado con la secuela.
“Además, amigo, trascendiendo totalmente la esfera del espacio infinito, pensando: ‘la conciencia infinita’, él entra y permanece en la esfera de la conciencia infinita. Así permanece, habiendo experimentando su cuerpo en las esferas que pueda alcanzar. Este también es el alcance, amigo, de la declaración: ‘testigo ocular del cuerpo’, hecha por el Bienaventurado con la secuela.
“Además, amigo, trascendiendo totalmente la esfera de la conciencia infinita, pensando: ‘he aquí no hay nada’, él entra y permanece en la esfera de la nada. Así permanece, habiendo experimentando su cuerpo en las esferas que pueda alcanzar. Este también es el alcance, amigo, de la declaración: ‘testigo ocular del cuerpo’, hecha por el Bienaventurado con la secuela.
“Además, amigo, trascendiendo totalmente la esfera de la nada, él entra y permanece en la esfera de la ni percepción ni la no percepción. Así permanece, habiendo experimentando su cuerpo en las esferas que pueda alcanzar. Este también es el alcance, amigo, de la declaración: ‘testigo ocular del cuerpo’, hecha por el Bienaventurado con la secuela.
Además, amigo, trascendiendo totalmente la esfera de la ni percepción ni la no percepción, él entra y permanece en el cese de la percepción y la sensación. Entonces ve, con discernimiento, que las corrupciones mentales llegaron a la destrucción total. Así permanece, habiendo experimentando su cuerpo en las esferas que pueda alcanzar. Este también es el alcance, amigo, de la declaración: ‘testigo ocular del cuerpo’, hecha por el Bienaventurado, pero sin la secuela.
NOTA:
[1] Se presume que este diálogo ocurrió entre el Venerable Udayin y el Venerable Ananda, siendo el primero quien inicia la conversación.
FUENTES:
HARE, E.M. (2001) “The seer-in-body” en The Book of the Gradual Sayings (Anguttara-Nikaya) or More-Numbered Suttas. Vol. IV: The Books of the Sevens, Eights and Nines. Págs. 297. Oxford, Pali Text Society.
“Kayasakkhisutta” en World Tipitaka Edition http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/17A9/1/1.5/1.5.2 (13/05/2008)
THANISSARO BHIKKHU [en línea] Kayasakkhi Sutta: Bodily Witnees . http://www.accesstoinsight.org/tipitaka/an/an09/an09.043.than.html (14/08/2007)
Traducido y publicado por Isidatta para el Bosque Theravada © 2009
Edición de Bosque Theravada © 2009
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